Revolución #210, 29 de agosto de 2010
Cinco años desde el huracán Katrina:
Jamás perdonar, jamás olvidar
Hace cinco años, el huracán Katrina azotó a Nueva Orleáns. Durante años, muchos estudios científicos preveían que los barrios negros del distrito 9 y la zona principalmente obrera de St. Bernard correrían el peligro de fuertes inundaciones si una gran tormenta golpeara la ciudad. Pero el gobierno recortó el presupuesto para los diques. Durante días se sabía que el huracán Katrina iba hacia Nueva Orleáns, pero las autoridades no evacuaron la población. Después de que el huracán tocó tierra el 29 de agosto de 2005, las personas en los barrios más pobres de la ciudad no sólo no recibieron ninguna ayuda de las autoridades sino que éstas las trataron como criminales. El presidente George W. Bush declaró que habría “cero tolerancia” para los “saqueadores” (la palabra con que los funcionarios y medios se referían a las personas que se esforzaban por sobrevivir en la ciudad) y la gobernadora de Luisiana ordenó que efectivos de la Guardia Nacional “disparara a matar” a cualquiera que se llevara objetos de las tiendas abandonadas.
Más de mil personas murieron en la ciudad tras el huracán y cientos de miles más sufrieron innecesariamente. Sea por negligencia o a propósito o ambas cosas, lo acaecido constituyó una matanza en masa y un enorme crimen cometido por las autoridades de todo nivel, desde la Casa Blanca de Bush hacia abajo. Hoy los efectos de este desastre capitalista siguen rondando en la ciudad y a sus habitantes.
Con motivo del quinto aniversario de Katrina, los ojos del mundo tendrán a Nueva Orleáns en la mira, pues está programado un discurso de Barack Obama en la ciudad el 29 de agosto (éste ha estado presidiendo otro enorme desastre capitalista más, la catástrofe del petróleo en el Golfo de México).
A continuación unos cortos pasajes acerca de dos casos de asesinatos brutales a manos de la policía de Nueva Orleáns; uno ocurrió un mes antes del huracán y el otro unos días después.
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Masacre en el puente Danziger: baleados a sangre fría por la policía de Nueva Orleáns
El 4 de septiembre de 2005, seis días después de que el huracán Katrina azotó a Nueva Orleáns, la policía de la ciudad mató a James Brissette, 19, y Ronald Madison, 40, en el puente Danziger. Los dos hombres estuvieron entre las personas que caminaban por el puente a fin de conseguir comida en un mercado. Una bala de la escopeta de un policía le entró por la espalda a Madison, quien era mentalmente discapacitada, y dejó un agujero en la columna y pecho; después el agente procedió a patearlo de manera despiadada. Según un testigo, los policías se habían formado una fila “según una práctica de tiro” y balearon a Ronald cuando éste intentó huir del puente…
El asesinato de Raymond Robair por la policía de Nueva Orleáns
En la húmeda madrugada del sábado 30 de julio de 2005, dos policías de Nueva Orleáns llevaron el cuerpo golpeado de Raymond Robair, 48, a la sala de urgencias del hospital Charity. Lo dejaron inconsciente en una silla de ruedas, les dijeron a los empleados del hospital que lo habían encontrado en el suelo y se fueron. Unas horas después, Raymond Robair murió en el quirófano…
El 29 de julio de 2010, a cinco años de este asesinato, el gobierno federal levantó cargos por violar los derechos civiles de Raymond Robair contra los asesinos. No los acusaron de homicidio. Los cargos federales afirman que los policías usaron “fuerza innecesaria” cuando patearon y mataron a golpes a Raymond y luego elaboraron un “reporte falso” al afirmar que su muerte fue un “accidente médico”. Después de una corta audiencia, pusieron en libertad a los dos policías “en lugar de cobrarles fianza”…
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