Revolución #212, 26 de septiembre de 2010
A los revolucionarios, los radicales y los que resisten:
Lleven ESTA revolución a las universidades
El año pasado, el movimiento para la revolución se emprendió en los campus universitarios. Los comunistas revolucionarios les cayeron hecho y derecho a Columbia y UC Berkeley, UCLA y la Universidad de Chicago, NYU y Harvard, Howard y Clark Atlanta University. Desafiaron la opinión ortodoxa — y, a veces, los representantes de esa ortodoxia. Desmintieron lo que “todo mundo reconoce” sobre la historia, y el futuro de las revoluciones comunistas… sobre la opresión continuada y sí, intensificada, de la mujer… sobre la grotesca ironía de que los jóvenes negros están formando una nueva generación de “Soldados Búfalo” que se alistan en las fuerzas armadas estadounidenses para morir y matar defendiendo el mismo sistema de supremacía blanca que embarga su futuro. También empezó a distribuirse el número especial de Revolución sobre la emergencia ambiental, que desenmascara la enormidad y el origen del problema pero también demuestra cómo la revolución lo tratará.
Todo eso hacía mucha falta. Sin un movimiento revolucionario en las universidades, sin una efervescencia radical y mucho más pensamiento crítico y mucha más imaginación entre el estudiantado, no habrá una revolución. No habrá ningún fin a los horrores, sólo retoques y ajustes del sistema que produjo los horrores.
¿Este año? Profundicémoslo más, difundámoslo más ampliamente. Aventémonos de nuevo a los debates que emprendimos, y abramos unos nuevos. Hablemos de Israel — de toda su historia, de lo que hace hoy día, y cómo encaja con la dominación global estadounidense. Hablemos del micro préstamo y las ONG, y cómo esas falsas soluciones engañan a miles de estudiantes cada año, aprovechando y tergiversando su anhelo de hacer una diferencia con sus vidas. A los muchos estudiantes que se angustian por el futuro de la vida en este planeta, les hagamos llegar ese número de Revolución sobre el medio ambiente. Y más que nada, adentrémonos en la posibilidad de una futura sociedad completamente diferente en este lugar, así como la detallará la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte — ¡que se publicará este otoño!
de Y a pesar de las buenas intenciones que tienen muchos maestros, el sistema educativo es un insulto crudo para muchos jóvenes y un mecanismo de disciplina y adoctrinamiento en general. Si bien existe cierto estímulo, en particular en algunas escuelas “elitistas”, para que los estudiantes piensen de formas “no conformistas” —siempre y cuando en última instancia eso siga beneficiando las necesidades e intereses fundamentales del sistema—, en general, en lugar de darles una capacidad real para que aprendan acerca del mundo y busquen la verdad donde quiera que ésta lleve, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica, se moldea y se distorsiona la educación de modo que sirva a los mandamientos del capital, justifique y perpetúe las relaciones de opresión en la sociedad y en el mundo en conjunto, y refuerce la posición dominante de los ya poderosos. Y a pesar de los impulsos y esfuerzos creativos de muchas personas, también se corrompe y se moldea la cultura dominante para reducir y no elevar las aspiraciones de la gente, ensalce y promueva los modos de pensar y de actuar que mantienen este sistema en pie y hacen que la gente crea que no es posible tener nada mejor. |
Hagamos todo eso — y hagámoslo como parte de la campaña “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”. Una campaña para poner la revolución en el primer plano de nuevo… de dar a conocer por toda la sociedad el líder de la revolución, Bob Avakian… y levantar una nueva oleada de luchadores revolucionarios.
Pongamos un reto ante los estudiantes. “¡ESTAMOS CONSTRUYENDO un movimiento para la revolución… Si no crees que se necesite una revolución, dinos por qué!” En serio, pintemos todo un retrato: las guerras y la desolación de países enteros; la tortura con sanción oficial; la destrucción capitalista de los ecosistemas del planeta y del medio ambiente; la opresión de la mujer que se intensifica en diferentes formas por todo el mundo; las vidas y los sueños de los niños hecho añicos en las maquilas globales; la brutalidad policial y la criminalización y encarcelación de toda una generación; y les pongamos el reto en serio. “¿Quieres defender eso? ¿Realmente crees que se puede o se debe retocar y ajustar eso? Hay demasiado en juego como para no entrarle e investigar seriamente una ALTERNATIVA REAL Y RADICAL: LA REVOLUCIÓN Y EL COMUNISMO, especialmente la nueva concepción de ella en la nueva síntesis de Bob Avakian. Distribuyamos el Mensaje y Llamamiento del PCR —“La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”— y aferrémonos a saturar algunas universidades con ello antes de terminar el semestre.
Armemos carteles de las páginas centrales de Revolución sobre “Sé un empresaurio” —y lo acompañemos con teatro de calle improvisado— conectando con la inconformidad de muchos estudiantes ante la cultura pútrida en que vivimos y la bancarrota del futuro —y de la moralidad— que les ofrecen, o más bien, que les encajan. A los símbolos de esa cultura —gorras de la chota, pornografía, o vestidos de boda— tirémoslos, en sentido figurado y quizás textual, al tambo de la basura. Al hacerlo, modelemos, y abramos espacio para, una nueva moralidad, que vive nuestros principios ahorita.
Distribuyamos en grande el número especial sobre Israel que se publicará el 4 de octubre, y antes de la publicación usemos el quiz sobre la verdadera historia de Israel para crear controversia y anticipación. Provoquemos debate sobre esta cuestión —NO “dejemos las cosas en paz”— y aseguremos que cada vez más estudiantes sepan de los verdaderos motivos de los ataques israelíes contra los palestinos y sus amenazas de librar una guerra contra Irán, y preparémonos para responder políticamente al ultraje que siga. Al mismo tiempo, tratemos de unirnos con las otras personas que también han estado trabajando para desenmascarar esos crímenes y oponerles resistencia, y fomentemos el debate con cualquiera que defienda esta mierda.
Llevemos a los campus el día de protesta contra la brutalidad policial y la represión, el 22 de octubre, y que nos acompañen varias de las personas que viven bajo eso todos los días. Tomemos a pecho la respuesta de un estudiante de una universidad élite que asistió a una conferencia sobre construir el movimiento para la revolución, cuando conoció personas que viven en los proyectos de vivienda pública y platicó con ellas sobre sus vidas: “¡La gente en el campus no sabe NADA NADA de eso!”. ¿Cuál impacto tendría si un par de personas que SÍ viven ese infierno todos los días fueran a las universidades con letreros con la inscripción: “Pregúnteme cómo es la vida en el infierno llamado Estados Unidos”? ¿Cuál impacto tendría en algunos de los estudiantes hacer una gira de los ghettos y barrios, guiada por esas mismas personas?
Intentemos cosas nuevas. A ver si podremos organizar una “Semana de Revolución” en algunas universidades, en las cuales se organizarían programas formales pero en el contexto de una semana de agitación y programas revolucionarios y presentaciones de la charla filmada de Bob Avakian sobre la revolución y discusiones en cafés y “ponentes invitados” en salones de clase y que aparezca la imagen de Avakian en lugares inesperados y sobre personas inesperadas, y donde la semana en sí goce de un ambiente de fiesta revolucionaria — saturación visual y decoración generalizada con carteles de páginas centrales y de contraportada de números pasados, presentaciones de video “estilo arte de guerrilla” en paredes, teatro de calle y agitación, presentaciones de la charla Revolución de Bob Avakian y discusiones y debates en dormitorios y cafés hasta muy noche, y todo lo demás que te podrías imaginar. ¿Por qué no? ¿A poco hay algo más festivo que lanzarse a crear un mundo completamente nuevo — y mucho mejor? ¿Algo más estimulante que captar la realidad detrás del espejismo? ¡Hagámoslo con la “sencillez radical” de siempre — a agarrar el “kit” y órale a hablar con la gente!
Llenemos los campus con literatura revolucionaria… pero no nos limitemos a distribuir unos cuantos volantes y periódicos y carteles — ni aunque sean muchos. Sentémonos a hablar con la gente —con estudiantes— y aprendamos lo que ellos piensan. Les escuchemos lo que ven del mundo y sus futuros. Con aquellos que les hacemos reflexionar —o aquellos que nos hacen reflexionar— sigamos el debate durante el día y hasta la noche y más allá. Formemos una que otra amistad— claro, hazlos saber de lo que estamos haciendo, pero no les llames sólo “cuando quieres que hagan algo”. Eso no es el meollo de lo que es o debe ser este movimiento para la revolución — hagámonos parte del ambiente y el sentir y el fluir de la vida universitaria, y traigamos la revolución a eso.
Seamos como nuestra causa y nuestro líder —totalmente osados— ¡y sumamente razonables! Pongamos la imagen de Bob Avakian en todos lados y en manos de todo mundo. Popularizaremos su autobiografía… y presentemos su charla sobre la revolución donde sea. La gente no ha escuchado ni leído ni visto nada como Avakian — conectémonos con esa sed que muchos tienen sin reconocerla. Con los que ya han tenido sed para algo semejante, conectémonos con esa sed y entrémonosle. Y con los que sienten aunque un poco atraídos hacia lo que ofrecemos, los acompañémonos durante todo ese proceso de estire y afloje, ida y vuelta, zigzagueo, adelante y atrás, debatir-resistir-y-bregar con lo que trae el proceso de romper con casi todo lo que a uno le han dicho toda la vida y lo que le están diciendo ahorita los amigos, los maestros, los padres y casi toda la maldita sociedad. No perdamos la esperanza con ellos… les dejemos espacio para actuar sobre lo que ya saben y creen mientras discutan y breguen con lo demás. Tengamos confianza estratégica en lo que tenemos con BA y toda nuestra causa comunista SÍ es la solución… y de que aunque en este momento las personas estén enviciadas con la sociedad actual y se les dificulta romper con ella, por sus adentros no se les apetece drogarse con ese mal viaje gacho hecho en USA.
Aventémonos. Aprendamos, y enseñemos. Libremos una lucha. Hagamos volar nuestra imaginación y nuestra ciencia. ¡A divertirnos se ha dicho!
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