Todo lo que te han dicho sobre el comunismo es falso:
El capitalismo es un fracaso,
La revolución es la solución
14 de abril de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
A medida que las personas vienen responsabilizándose de este movimiento para la revolución, crecerán su deseo y necesidad de conocer la verdadera historia de la revolución comunista. ¿Qué es? ¿Qué logró? ¿Qué pasó en el caso de las primeras sociedades socialistas? Además, se encontrarán ante un aluvión de mentiras y tergiversaciones acerca de dicha experiencia inyectado en la cultura por los de arriba, para los cuales una alternativa concreta al capitalismo sería su peor pesadilla. Para responder a esa necesidad y para todo aquel que quiera conocer la verdadera historia de la revolución comunista, presentamos unos pasajes, con leves modificaciones, tomados del discurso de Raymond Lotta, "Todo lo que te han dicho sobre el comunismo es falso: El capitalismo es un fracaso, La revolución es la solución". En las semanas y meses por venir, publicaremos otros artículos sobre la experiencia de la revolución socialista.
* * * * *
Las primeras sociedades socialistas: La Unión Soviética y China
La humanidad necesita la "revolución total": en la economía, la política, la cultura y la moral. Y el hecho es que podemos crear un mundo sin explotación, en el cual la humanidad puede florecer. Sin embargo, y he aquí una ironía cruel, exactamente en un momento cuando el capitalismo está en crisis, cuando toda su irracionalidad y el sufrimiento que inflige están intensificándose exponencialmente, en este mismo momento, nos dicen: "No se puede superar el capitalismo; lo más que se puede hacer son pequeños ajustes en el margen".
Es como si pegaran una etiqueta de aviso sobre el discurso respecto a la posibilidad humana. Peligro: todo lo que desafíe fundamentalmente al capitalismo es, en el mejor de los casos, un sueño imposible y, en el peor, una utopía impracticable impuesta desde lo alto que resultará una pesadilla. Advertencia: el proyecto de hacer la revolución y construir una economía y una sociedad que promueva y sirva el bien común contradice la naturaleza humana, la lógica económica y el curso de la historia. Alerta: hemos llegado al fin de la historia: la sociedad occidental representa el objetivo mayor y el punto final del desarrollo humano…
Eso es una vergüenza. En el siglo veinte, ocurrió algo histórico mundial y la gente no sabe ni un comino al respecto. Las primeras sociedades socialistas se forjaron por medio de revoluciones monumentales, el levantamiento de los parías de la Tierra: en la Unión Soviética de 1917 a 1956, y en China de 1949 a 1976. Eran los primeros esfuerzos en la historia moderna de crear sociedades libres de explotación y opresión: el socialismo. Y la experiencia de esas revoluciones… lo cambia todo. El mundo no tiene que ser así, y podemos lograr más y hacerlo mejor en una nueva ola de revolución.
El socialismo y el comunismo explicados
Así que, ¿qué es el socialismo? Aclaremos unas confusiones. El socialismo no es la propiedad gubernamental de algunas empresas o una que otra regulación gubernamental — pues eso lo hacen todos los gobiernos capitalistas. Y el socialismo no es lo que está haciendo Obama — de socialista Obama no tiene nada.
En realidad, el socialismo consta de tres cosas:
Primero, el socialismo es una nueva forma de poder político en el cual los anteriormente oprimidos y explotados, en alianza con las clases medias y profesionales y la gran mayoría de la sociedad, gobiernan la sociedad con la dirección de un partido visionario de vanguardia. Esta nueva forma de poder estatal mantiene refrenados a los explotadores antiguos y nuevos. Posibilita una democracia que a) desencadena la creatividad e iniciativa de la gente hacia muchas direcciones y b) le da el derecho y la capacidad, a las masas populares, de cambiar el mundo y participar en la toma de decisiones con sentido, que fomenta el debate de más alcance y protege los derechos del individuo. Este nuevo estado socialista del cual estoy hablando sirve de trampolín para la revolución en otras partes del mundo.
Segundo, el socialismo es un nuevo sistema económico donde los recursos y capacidades productivas de la sociedad son propiedad social por medio de la coordinación del estado socialista, donde la producción se organiza y se planifica conscientemente para satisfacer las necesidades sociales y para superar las desigualdades de la sociedad capitalista de clases, como la opresión de las nacionalidades minoritarias y la subordinación de la mujer. Es una economía organizada para fomentar la revolución en el mundo y proteger el planeta. La explotación y las ganancias ya no reinarán sobre la sociedad y la vida de las personas. Las mega-farmacéuticas y los conglomerados financieros-aseguradores ya no dictarán sobre los servicios médicos y la investigación médica. Ya no existirán. Tampoco existirá un General Motors ni un Boeing para distorsionar el desarrollo del transporte y la producción de energéticos a fin de sacar ganancias.
Tercero, el socialismo es un período histórico de transición, entre el capitalismo y el comunismo, un período de lucha y experimentación revolucionaria para transformar todas las estructuras económicas, todas las instituciones y arreglos sociales, y todas las ideas y valores que perpetúan la división de la sociedad en clases.
¿Y qué es el comunismo? Quisiera leerles una parte de la declaración, "La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos", del Partido Comunista Revolucionario:
El comunismo [es] un mundo en que las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... en que todos contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo que necesitan para tener una vida digna de un ser humano... en que ya no haya divisiones entre las personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras, arrebatándoles no sólo los medios para obtener una vida digna sino también el conocimiento y un medio para entender bien el mundo y tomar acciones para cambiarlo1.
Ahora bien, las revoluciones en Rusia y China, durante lo que equivale a un "nanosegundo" en la historia humana, lograron cosas asombrosas en la dirección que estoy describiendo. Claro, tenían sus problemas y serias limitaciones… pero en el tiempo en que existían, esas revoluciones lograron grandes cosas a pesar de grandes obstáculos en su contra.
¿Por qué eran tan grandes los obstáculos? Primero, los imperialistas hacían lo imposible para aplastar esas revoluciones. Las revoluciones socialistas del siglo 20 plantearon una amenaza mortal (y también moral) al orden global establecido de explotación, privilegio y desigualdad. Abrieron nuevas posibilidades para la humanidad y nuevos caminos para realizarlas.
Los imperialistas no venían platicando a Lenin o a Mao: "Ah, bueno, quieres intentar crear una nueva sociedad basada en la cooperación, quieres crear una economía planificada que prioriza la satisfacción de las necesidades humanas, quieres resolver los problemas de salud y educación y vas a intentar capacitar a los de abajo a que la administren cada vez más. Órale pues, haz tu lucha durante unos veinte años, y luego nos ponemos a comparar los resultados, ¿qué les parece? De ahí veremos cuál sistema funciona mejor".
¡No! Las potencias capitalistas imperialistas cercaban, presionaban y pretendían sofocar esas revoluciones. A unos meses del triunfo de la revolución bolchevique en octubre de 1917, Francia, Inglaterra, Japón, Estados Unidos y 13 potencias más enviaron dinero, armamento y soldados en ayuda de las fuerzas contrarrevolucionarias en Rusia que pretendían restaurar el viejo orden de explotación y oscurantismo religioso.
¿Cuántos de ustedes saben que aplicaron el primer embargo del petróleo en el mundo contra la revolución soviética? ¿Cuántos de ustedes saben que durante todos los años entre 1917 y 1950, la nueva sociedad socialista de la Unión Soviética o se estaba preparando para la guerra, estaba en guerra, o se estaba recuperando de los daños de guerra?
O consideren las circunstancias ante la revolución china al tomar el poder en 1949. Dentro de sólo un año, tropas estadounidenses estaban avanzando por la península coreana y amenazando con invadir a China. ¿Cuántos de ustedes saben que a comienzos de los años 1950, los imperialistas estadounidenses lanzaban veladas amenazas nucleares y desarrollaban planes para lanzar ataques nucleares contra la nueva República Popular China?2 Ésa es la historia verdadera.
Fue en esas circunstancias históricas el que millones de personas en la Unión Soviética y China hicieron la revolución y cambiaron profundamente sus condiciones y su modo de pensar. También enfrentaban grandes obstáculos porque esas revoluciones no se desenvolvieron en un vacío. Ocurrieron, al igual que en las revoluciones futuras, en sociedades aún manchadas con las cicatrices del viejo orden social, incluyendo las divisiones de clase y las ideas y tradiciones del pasado. Todo eso también forma parte de la realidad y el reto de hacer la revolución.
¿Es eso lo que han estado aprendiendo sobre la historia del siglo veinte? ¿Les enseñaron que en los años 1920, una época en la cual linchaban a los negros en Estados Unidos y una de las estrellas de la cultura estadounidense era la película racista que ensalza al Ku Klux Klan, El nacimiento de una nación — les enseñaron que en la Unión Soviética estaba ocurriendo algo completamente diferente? En ese mismo momento en la Unión Soviética, estaban haciendo enormes esfuerzos para superar las desigualdades entre las nacionalidades.
La nueva sociedad socialista estaba luchando contra el chovinismo histórico de la nacionalidad rusa dominante. Canalizaron recursos económicos y técnicos a las regiones con concentraciones de nacionalidades minoritarias. El nuevo estado soviético estableció formas de gobierno autónomo en esas regiones que capacitaban a la gente ahí a encargarse de su administración. Fomentaba la igualdad de idiomas e incluso creó formas escritas de idiomas que antes no las tenían3.
Fue un cambio radical asombroso. Antes de la revolución bolchevique, Rusia fue conocida como la "jaula de naciones", tristemente famosa por pogromos contra los judíos y la dominación de naciones enteras. Fue una sociedad que antes de la revolución prohibía a ciertas nacionalidades minoritarias hablar en su propio idioma en las escuelas.
La Revolución Cultural de China: De qué se trataba en realidad
La Revolución Cultural de 1966 a 1976 era la cima de la revolución socialista del siglo 20 y toda la primera etapa de la revolución comunista que se inició con la Comuna de París. La Revolución Cultural era la lucha más radical y de más alcance en la historia humana para sacar de raíz la explotación y opresión y para cambiar la sociedad y forjar nuevos valores y nuevos modos de pensar4.
Sin embargo, la "narrativa maestra" burguesa es que la Revolución Cultural era una purga vengativa contra sus adversarios de parte de un Mao sediento de poder: una orgía de violencia sin sentido y persecución generalizada que inundó a China en una década de caos. Esta narrativa no tiene ni chispa de verdad. Pero antes de responder directamente, quisiera contextualizar la Revolución Cultural hablando un poco sobre la sociedad china antes de la revolución de 1949.
La vasta mayoría de la población china eran campesinos que trabajaban las tierras pero tenían muy poca o ninguna tierra propia. Vivían bajo el dominio de terratenientes que reinaban sobre la economía local y la vida del pueblo. Los campesinos sobrevivían a duras penas. En los años flojos, muchos tenían que comer hojas y corteza, y era común que las familias campesinas se vieran obligadas a vender sus hijos con tal de cumplir con las deudas. La agricultura estaba plagada de ciclos repetidos de inundaciones y sequías y hambruna. Las mujeres vivían un infierno en vida: las golpizas del marido, el vendaje doloroso de los pies, los matrimonios arreglados y para las jóvenes, tener que hacerse concubina del terrateniente o cacique.
En la ciudad más grande, Shanghai, se estima que los equipos de sanidad recogían aproximadamente 25.000 muertos de la calle al año. Al mismo tiempo, los distritos bajo control extranjero resplandecían. El país de 500 millones de habitantes sólo contaba con 12.000 doctores educados en la medicina moderna, y 4 millones de personas morían al año de enfermedades epidémicas o contagiosas5.
Es por eso que la gente hace la revolución. Es por eso que millones de personas en China participaron conscientemente en la lucha que Mao dirigió para conquistar el poder estatal y crear una nueva sociedad.
La narrativa burguesa acerca de la Revolución Cultural habla de la "promulgación desastrosa de fantasías utópicas" de Mao.
La verdad es que Mao y los revolucionarios que dirigían la Revolución Cultural tenían objetivos coherentes y visionarios. ¿Cuáles eran esos objetivos?
* Movilizar a la gente en la sociedad para derrocar esas nuevas fuerzas capitalistas y revolucionar el propio Partido Comunista.
* Infundir nuevo vigor a la revolución sometiendo la autoridad y la dirección en todos los niveles a la crítica y el cuestionamiento popular.
* Promover los valores socialistas de "servir al pueblo" y priorizar los intereses de la humanidad mundial y luchar contra la moral capitalista de maximizar el interés particular y el auto-enriquecimiento así como la mentalidad confuciana de arrodillarse ante la autoridad y la convención.
* Moldear y revolucionar las instituciones y la estructura de la sociedad: a) para crear un sistema de educación que, en vez de producir una élite privilegiada, contribuyera concretamente a elevar el conocimiento y la capacidad de la sociedad y a superar las grandes divisiones sociales; b) forjar una nueva cultura revolucionaria, como las obras modelo revolucionarias de ópera y ballet que dieron mayor énfasis a los obreros y campesinos y su resistencia a la opresión (en lugar de los viejos dramas de la corte imperial) y transmitían imágenes poderosas de mujeres revolucionarias fuertes e independientes; c) crear nuevas instituciones de base dentro de las fábricas, escuelas y hospitales, que concretamente investían de poder a las masas populares.
Esos eran los objetivos cruciales de la Revolución Cultural; no se trataba de un "utopismo descabellado".
Una revolución auténtica
Pongámoslo en claro, la Revolución Cultural era una revolución auténtica. Desbarataba la rutina de la vida normal; hervía de invento e innovación; inspiró a decenas de millones pero también perturbó y sobresaltó a decenas de millones en el principio. Se cerraron las escuelas; los jóvenes fueron al campo para vincularse con los campesinos, los estudiantes de Beijing fueron a Shanghai para fomentar protestas en las fábricas, los obreros fueron animados a alzar la cabeza y preguntar: "¿Quién realmente manda aquí?". Era toda una revoltura. El debate político e intelectual era generalizado: las reuniones en la calle, protestas, huelgas, manifestaciones, cartelones de caracteres grandes que criticaban y comentaban sobre las políticas y los líderes. Les proporcionaban el papel y la tinta gratis, les ponían a su disposición edificios públicos para reuniones y debates6.
Se trataba de cambiar la sociedad y cambiar el mundo de una manera cada vez más consciente. Nunca, jamás, en la historial universal había surgido un movimiento revolucionario a esa escala y con ese nivel de conciencia. Mao veía a los jóvenes como una fuerza catalizadora para despertar y movilizar la sociedad. En Beijing, hubo más de 900 periódicos en 1966 a 1967.
En Shanghai en el otoño de 1966, hubo unas 700 organizaciones en las fábricas. Al final, los obreros revolucionarios, con la dirección maoísta, lograron unir amplios sectores de la población de la ciudad para derrocar a los seguidores del camino capitalista que habían estado controlando la ciudad. Lo que ocurrió luego fue extraordinario: la gente empezó a experimentar con nuevas instituciones de autoridad política municipal; y la dirección maoísta sacó lecciones y resúmenes de esa experiencia y esos debates7. En el campo, los campesinos debatían sobre la influencia que aún persistía de los valores confucianos y el patriarcado.
Logros concretos sin precedente
La Revolución Cultural logró cosas asombrosas sin precedente.
* Nos dicen que Mao era anti educación y anti intelectual. Eso es una mentira.
¿Cuántos de ustedes saben que durante la Revolución Cultural el número de matriculas en escuelas secundarias en el campo aumentó de 14 a 58 millones?8 ¿O que el número de obreros y campesinos matriculados en las universidades se disparó? La razón por la cual tildan de "anti educación" a Mao es que la Revolución Cultural desafió la idea burguesa-elitista de que el estudio es una escala por la cual un individuo "sobresale", o una manera de aprovechar las capacidades y conocimiento para aventajarse por encima de los demás.
No se trataba de anti intelectualismo sino de usar el conocimiento para servir a una sociedad que venía eliminando las desigualdades sociales. Cambiaron el viejo plan de estudios en las universidades, y combinaron el estudio con el trabajo productivo. Criticaron los viejos métodos de enseñanza que consideraban a los estudiantes como recipientes pasivos de conocimiento y a los maestros e instructores como autoridad absoluta.
* Nos dicen que a Mao no le importaba la vida humana. Eso es una mentira.
China, un país relativamente atrasado, logró algo que el país más rico del mundo, Estados Unidos, no ha podido: ofrecer la asistencia médica universal. Como resultado de la Revolución Cultural, se estableció un sistema de servicios sanitarios que cubriera y resolviera las necesidades de los campesinos en el campo chino que constituían el 80% de la población de ese país.
En poquito más de una década tras la toma del poder en 1949, la revolución logró eliminar enfermedades epidémicas como la viruela y la cólera. Lanzaron campañas de masas para luchar contra la adicción al opio9. Junto con la movilización de las masas, hubo educación en masa. Un rasgo muy importante y distintivo de la asistencia médica en la China socialista era el de maximizar la participación comunitaria y de concientizar y responsabilizar la base sobre los asuntos y cuestiones de salud. Asignaron desde el centro recursos médicos necesarios, y al mismo tiempo se dio muchísima descentralización10.
Uno de los resultados más emocionantes de la Revolución Cultural fue lo que llamaron el movimiento del "médico descalzo". Eran campesinos jóvenes y jóvenes urbanos enviados al campo a los cuales les enseñaron rápidamente los servicios médicos básicos para satisfacer las necesidades locales y tratar las enfermedades más comunes. En 1975, hubo 1.3 millones de esos "médicos descalzos"11.
Los resultados asombran. La expectativa de vida bajo Mao se duplicó de 32 años en 1949 a 65 años en 197612. Amartya Sen, el economista ganador del premio Nobel, hizo un cálculo: si India hubiera contado con el mismo sistema de asistencia médica que tenía China bajo Mao, pues en India hubieran muerto 4 millones de personas menos al año desde su independencia en 1948 — que equivale a 100 millones de muertes innecesarias en India desde su independencia en 1947 a 197913.
A ver: díganme cuál sistema económico social valora la vida humana y cuál no.
La naturaleza humana puede cambiarse
Muchas personas dicen que el comunismo no podría funcionar porque va contra la naturaleza humana… que la gente es egoísta y sólo buscará su propio interés… que no tendrá ningún motivo para trabajar si no se le permite competir y aventajarse a los demás. Pero estas no son declaraciones científicas que describen una naturaleza humana innata. Describen la naturaleza humana bajo el capitalismo, tratan la manera en que ESTA sociedad condiciona el modo de pensar y el comportamiento de las personas.
El capitalismo produce y requiere cierto modo de pensar: de que "primero son mis dientes que mis parientes" (o, que "poderoso caballero es Don Dinero") que tanto tienes tanto vales. Ese punto de vista y esos valores imprimen todo, todas las instituciones y relaciones en la sociedad. Las personas tienen que competir por el empleo, por la vivienda, por una posición en el sistema educativo. Incluso tienen que competir y perfeccionarse en el "mercado" de las relaciones humanas. ¿Sorprende, pues, que las personas sean indiferentes, insensibles, hasta crueles entre sí en esta sociedad?
Eso es lo que el socialismo, la revolución socialista, cambia. Abre una esfera totalmente nueva de libertad para que la gente cambie sus circunstancias y su modo de pensar. Eso es lo ocurrió durante la Revolución Cultural.
En China durante la Revolución Cultural, el sistema económico se basó en dedicar los recursos al beneficio de la sociedad y de la revolución mundial. Se dieron nuevas relaciones sociales e instituciones que facilitaban que las personas se cooperaran y contribuyeran al máximo posible a una sociedad liberadora y a la emancipación de la humanidad. El sistema educativo promovía los valores de servir al pueblo, usar el conocimiento por el mejoramiento de la sociedad y la humanidad y no por sacar ventaja personal. Durante la Revolución Cultural, la gente medía su vida y las acciones de los demás a través del lente moral de "servir al pueblo".
Pueden leer las entrevistas y libros de estudiosos como Dongping Han, Bai Di y Mobo Gao. Eran jóvenes durante la Revolución Cultural y participaron en ella y escriben de cómo era crecer en el ambiente social de la Revolución Cultural, el impacto de un marco social que valoraba la cooperación y la solidaridad. Hablan de cómo eso afectó sus actitudes hacia las demás personas, su sentido de responsabilidad social y el impacto de la Revolución Cultural en lo que les importaba y le daba sentido a la vida14.
Repito, no estoy hablando de una suerte de utopía y tampoco estoy diciendo que todo se hacía bien perfecto en la China maoísta. Pero sí se cambió la gente porque la sociedad socialista crea este nuevo marco que posibilita que la gente cambie a sí misma conscientemente.
Y cuando se restauró el capitalismo en China en 1976 y se impusieron de nuevo las relaciones económicas en las cuales "por dinero baila el perro", la gente cambió de nuevo: otra vez con lo de "primero mis dientes", de que "cada uno quiere llevar el agua a su molino y dejar en seco el del vecino". La gente se cambió, no porque se había reafirmado alguna naturaleza humana primigenia, pero porque la sociedad había regresado al capitalismo.
Aprendiendo de la Revolución Cultural y yendo más allá de ella
La Revolución Cultural que Mao inició en 1966 fue derrotada en 1976. Tras la muerte de Mao, un núcleo de seguidores del camino capitalista lanzó un golpe de estado militar. Estas fuerzas contrarrevolucionarias encarcelaron a los camaradas más cercanos de Mao, mataron a miles de personas e instituyeron el capitalismo bajo cierto camuflaje del socialismo.
¿Cómo pudo ocurrir eso? En primer lugar, a la Revolución Cultural se le oponían férreamente poderosas fuerzas neocapitalistas con posiciones dirigentes en la sociedad china: en el Partido Comunista, el gobierno y las fuerzas militares. Dichas fuerzas, como Mao había señalado, eran parte de un fenómeno histórico-social de la revolución china: eran "demócratas burgueses" que se habían convertido en "seguidores del camino capitalista". Permítanme explicar.
El imperialismo había subyugado a China como nación. El feudalismo no permitía que la sociedad saliera de la pobreza y el atraso. A ojos de muchos de los que se sumaron al Partido Comunista antes de la toma de poder en 1949, la revolución china en esencia servía para romper el control imperialista y convertir a China en una sociedad moderna e industrializada. Una vez que la revolución logró quitarse de encima el imperialismo, esas fuerzas, muchas de las que en ese entonces estaban en posiciones dirigentes, consideraban la tarea ante la revolución como la de fortalecer el poder económico de China, mediante los métodos que parecieran ofrecer resultados más eficientes. Esos "demócratas burgueses" convertidos en "seguidores del camino capitalista" contaban con bastante poder e influencia.
Además, la China revolucionaria era el blanco de enormes presiones internacionales. La Unión Soviética, que ya no era un país socialista en los años 1960 y 1970, amenazaba con librar una guerra, incluso con bombas nucleares, contra la China socialista. Ese peligro fortaleció a las fuerzas conservadoras en el partido. Éstas insistían que la efervescencia y la innovación de la Revolución Cultural eran muy riesgosas, que ya era hora de ponerle fin, que se tenía que concentrar los esfuerzos en la defensa, la estabilidad y la modernización rápida. Organizaron y movilizaron a fuerzas sociales en apoyo a ese programa.
Y más allá de esos factores concretos inmediatos, a nivel más profundo, el hecho es que la revolución socialista va contra miles de años de relaciones entre el amo y el esclavo, de la tradición y de la fuerza ideológica de la costumbre, como el de arrodillarse ante la autoridad y la convención.
Esos factores objetivos —la fuerza de la contrarrevolución y el reto monumental de transformar la sociedad dividida en clases— son las razones principales por la derrota del socialismo en China en 1976. Pero influyeron en esa derrota, aunque de importancia secundaria, algunos errores de orientación y concepción por parte de Mao y los revolucionarios.
Para adentrarnos en eso, es preciso captar que un acontecimiento de estas proporciones histórico-mundiales —la derrota de una revolución verdaderamente transformadora que duró 27 años, en un país de casi mil millones de habitantes— requiere un análisis profundo. La única persona sobre este planeta que analizó lo que ocurrió en China, desde el punto de vista de por qué fue derrotado la revolución, qué implica y cómo hay que defender y extender la experiencia liberadora sin precedente de la Revolución Cultural y al mismo tiempo aprender de sus problemas e ir más allá de ella para iniciar una nueva etapa de la revolución comunista… era Bob Avakian.
Conclusión
Tú deberías de conocer la experiencia de la revolución comunista y la nueva síntesis de Bob Avakian. No se trata meramente de cuestiones históricas o filosóficas interesantes. No hablamos de una discusión "más equilibrada" en el mundo académico. De lo que hablamos es de la suerte del planeta y del futuro de la humanidad. De lo que hablamos es de la verdad histórica y de las posibilidades humanas.
Tú has estado excluido del conocimiento de la dinámica historia del comunismo, los verdaderos conceptos y el verdadero desarrollo del comunismo. Tú has estado excluido de un debate serio y con contenido acerca de estas cuestiones. Todo lo que te han dicho sobre el comunismo es falso. Los veredictos y la "opinión común" acerca del comunismo constituyen un profundo obstáculo a lo que más se necesita: una política emancipadora y un discurso emancipador. Pero nosotros estamos cambiando todo eso.
Notas
1. "La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos", Revolución #170, 19 de julio de 2009, en revcom.us. [regresa]
2. Acerca de las amenazas nucleares y planes para librar una guerra nuclear contra la China maoísta a inicios de los años 1950, ver John Wilson Lewis y Xue Lita, China Builds the Bomb (Stanford: Stanford University Press, 1988), capítulos 1 y 2; Rosemary J. Foot, "Nuclear Coercion and the Ending of the Korean Conflict", International Security, invierno 1988/89 (Vol. 13, No. 3); Matthew Jones, "Targeting China: U.S. Nuclear Planning and 'Massive Retaliation' in East Asia, 1953-1955", Journal of Cold War Studies, otoño 2008 (Vol. 10, No. 4); y "For Eisenhower, 2 Goals if Bomb Was to Be Used", New York Times, 8 de junio de 1984, y Bernard Gwertzman, "U.S. Papers Tell of '53 Policy to Use A-Bomb in Korea", New York Times, 8 de junio de 1984. [regresa]
3. Sobre el enfoque de la revolución bolchevique para la extensión de la educación hacia las nacionalidades minoritarias y los logros en esta esfera, asegurar la igualdad de idiomas y promover la enseñanza en idiomas natales, ver por ejemplo Jeremy Smith, "The Education of National Minorities: The Early Soviet Experience", Slavonic and East European Review, Vol. 75, No. 2 (abril 1997). [regresa]
4. Ver un análisis histórico-teórico de la Revolución Cultural en Bob Avakian, Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung (Chicago: Liberation Distributors, 1991), capítulos 5 y 6, y El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos (Chicago: RCP Publications, 2008), II. [regresa]
5. Jonathan D. Spence y Annping Chin, The Chinese Century (Nueva York: Random House, 1996), p. 84; Fredric M. Kaplan, Julian M. Sobin, Stephen Andors, Encyclopedia of China Today (Nueva York: Harper & Row, 1979), p. 233. [regresa]
6. Sobre las etapas iniciales de la Revolución Cultural, ver Jean Daubier, Historia de la Revolución Cultural Proletaria en China (México, Siglo XXI Editores, S.A., 1977) y Han Suyin, Wind in the Tower (Viento en la torre) (Boston: Little, Brown, 1976), capítulos 5 y 6. [regresa]
7. Sobre las luchas de masas en Shanghai, ver Daubier, obra citada, y además Elizabeth J. Perry y Li Xun, Proletarian Power: Shanghai in the Cultural Revolution (Boulder: Westview Press, 1997). Acerca de la manera en que Mao resumía las experiencias de masas y daba dirección en la lucha para forjar nuevos organismos de poder, ver Raymond Lotta, Nayi Duniya y K.J.A., "Alain Badiou's 'Politics of Emancipation': A Communism Locked Within the Confines of the Bourgeois World" ("'La política de la emancipación' de Alain Badiou: Un comunismo encerrado en los confines del mundo burgués"), Demarcations, verano-invierno 2009, capítulo IV, en inglés. [regresa]
8. Suzanne Pepper, "Chinese Education after Mao", China Quarterly, marzo 1980 (No. 81), pp. 6-7. Ver unos estudios útiles sobre la expansion de la enseñanza en el campo y la transformación de la educación durante la Revolución Cultural en Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution: Educational Reforms and Their Impact on China's Rural Development (Nueva York: Garland Publishing, 2000); y Ruth Gamberg, Red and Expert: Education in the People's Republic of China (Nueva York: Schocken, 1977). [regresa]
9. Ver Kaplan, et. al., obra citada, pp. 233, 242; y C. Clark Kissinger, Una cuestión de poder: Cómo acabó con la droga la China revolucionaria, salió en Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #476, 10 de octubre de 1988 y se reimprimió en forma de folleto (Chicago: RCP Publications, 1988). [regresa]
10. Victor W. Sidel y Ruth Sidel, Serve the People: Observations on Medicine in the People's Republic of China (Boston: Beacon Press, 1973), pp. 22-24. [regresa]
11. Teh-wei Hu, "Health Care Services in China's Economic Development", en Robert F. Dernberger, comp., China's Development Experience in Comparative Perspective (Cambridge: Harvard University Press, 1980), pp. 234-238. [regresa]
12. Penny Kane, The Second Billion (Hammondsworth: Penguin, 1987), p. 172. [regresa]
13. Ver Jean Dreze y Amartya Sen, Hunger and Public Action (Oxford: Clarendon Press, 1989), pp. 205, 214. Noam Chomsky hace uso de las tasas comparativas de mortalidad de Dreze y Sen para hacer este estimado de cien millones de muertes innecesarias en la India (ver "Millennial Visions and Selective Vision, Part One", Z Magazine, 10 de enero de 2000). [regresa]
14. Ver, Bai Di, "Creciendo en la China revolucionaria", entrevista, Revolución #162, 19 de abril de 2009; Dongping Han, "La Revolución Cultural desconocida: Vida y cambio en una aldea china", entrevista, Revolución #176, 13 de septiembre de 2009; Mobo Gao, Gao Village (Honolulu: University of Hawai'i Press, 1999). [regresa]
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