Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
El veredicto de la investigación sobre la muerte de Mark Duggan en Tottenham:
Sobre el "asesinato lícito" de un hombre no armado, y la imposibilidad de reformar el sistema
27 de enero de 2014 | Periódico Revolución | revcom.us
13 de enero de 2014. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 8 de enero, después de tres meses de declaraciones de testigos, finalmente se dio el veredicto del jurado sobre la investigación forense de la muerte de Mark Duggan — el joven negro de 29 años cuyo asesinato a manos de la policía metropolitana de Londres en agosto de 2011 desencadenó la más grande rebelión en el Reino Unido en una generación. El veredicto: "asesinato lícito". La gente expresó su descontento en el distrito de Tottenham al norte de Londres, la barriada pobre en donde Duggan vivía y en donde empezó la rebelión, y por todo el país. Ha habido un sentimiento generalizado de que hay una jugada sucia involucrada en la muerte de Duggan, que la policía estaba escondiendo algo, así que ¿cómo no pudo salir esto después de tres meses de testimonios?
En cierto sentido algo de la verdad sí aflora cuando se mira el resto del veredicto del jurado — y muestra mucho sobre cómo funciona el sistema de justicia penal en la más vieja democracia burguesa del mundo. El jurado sacó cuatro conclusiones de los hechos: primero, que la muerte de Duggan a manos de la policía fue un "asesinato lícito", pero segundo, que Duggan estaba desarmado en el momento en que fue baleado. Pero ¿cómo un asesinato puede ser "lícito", cuando policías armados le disparan a un hombre desarmado en la calle?
Lo que revela esta aparentemente absurda conclusión es que, primero, las autoridades británicas estaban encarnizadamente decididas a garantizar que este caso sirviera a sus continuos esfuerzos por vengarse por la revuelta masiva contra su sistema, sin importarles nada, y segundo, que van a proteger a toda costa a los verdugos en la línea de frente de este sistema, el escuadrón de elite que baleó a Duggan. Esto se refleja en lo que el jurado concluyó y en lo que no concluyó al llegar a su veredicto.
En agosto de 2011 cuando Duggan fue abaleado, las autoridades emitieron inmediatamente una declaración afirmando que Duggan les había disparado cuando salió del taxi que los carros de la policía "pararon a la fuerza", y que sus agentes policiales lo habían matado en defensa propia. Esta afirmación resonó en los medios durante 24 horas hasta que por los repetidos testimonios en contrario finalmente se conoció que Duggan ni siquiera había hecho un disparo, y que el arma que supuestamente había disparado fue encontrada a 6 metros de su cuerpo. El hecho de que las autoridades hayan mentido tan descaradamente fue visto ampliamente como un indicio más de que estaban encubriendo la ejecución a sangre fría de otro joven negro.
Pero la policía siguió sosteniendo que dispararon en defensa propia, así que una pregunta central que enfrentaba el jurado era, ¿cómo llegó el arma hasta donde se encontró? La explicación acorde con la historia de la policía fue que Duggan salió del taxi, pistola en mano, y que cuando le dispararon debió haber tirado el arma en medio de sus estertores. Dejando de lado lo improbable que es que cuando a alguien lo detienen a la fuerza carros de la policía con un total de 31 policías rodeándolo, salga del carro blandiendo un arma, el problema con esto es que, 1) todos los testigos menos el policía que le disparó dijeron que Duggan no tenía un arma en sus manos cuando salió del taxi, incluyendo el testimonio del taxista y de varios transeúntes, y 2) no había evidencia forense que muestre que Duggan alguna vez haya tocado el arma.
Pero había otra posible explicación: varios testigos declararon que vieron a un policía meterse en el carro, hurgar alrededor, luego caminar directamente detrás de la cerca en donde más tarde se encontró el arma. Esto apuntaba a una versión de "tirar" el arma que es bien conocida por ser usada con frecuencia por los policías estadounidenses cuando le disparan a alguien desarmado. Pero para aceptar esta versión el jurado tendría que ir en contra de una tremenda cantidad de presión y prejuicio, incluyendo los intentos sistemáticos por glorificar el "valiente" trabajo de la unidad especialista en armas de fuego y minar la credibilidad de las declaraciones dadas por los transeúntes, y los jurados hubieran tenido que concluir que por lo menos dos miembros de la unidad élite especialista en armas de fuego —el policía que disparó y el que presuntamente tomó el arma y la plantó detrás de la cerca— conspiraron para encubrir un descarado asesinato.
Este paso estaba claramente muy lejos para los jurados —pero eso es lo que creen millones, incluyendo quienes han visto el funcionamiento de la justicia británica desde el lado equivocado del bastón policial. Y concuerda totalmente con la revelación de las mentiras sistemáticas que han caracterizado otros asesinatos policiales, como el del joven brasilero Jean Charles de Menezes en 2005, cuando la policía afirmó que él había actuado de manera sospechosa de tantas formas que se habían visto forzados a concluir que era un "terrorista" — lo que después se comprobó que era una trama de mentiras.
En cambio los jurados concluyeron, con una votación de 8 a 2, que Duggan salió del carro e inmediatamente botó el arma por encima de la cerca, y posteriormente fue baleado por la policía cuando estaba desarmado. Esta conclusión va en contra de las declaraciones de los testigos y de la evidencia forense — pero es la "menos increíble" de las versiones que dejaron a los policías libres de culpa y evita llegar a la conclusión que sin duda la mayoría de los jurados encontrarían profundamente perturbadora.
El anuncio del veredicto fue recibido con llantos angustiosos y con indignación por las docenas de familiares y amigos que se reunieron en el tribunal. El hermano de Duggan dijo que la familia "había venido por la justicia, y todo lo que hemos obtenido es la injusticia" — su tía Carol Duggan, gritó: "¡No hay paz, no hay justicia!". Los esfuerzos del comisionado adjunto de la policía metropolitana para justificar el veredicto en los escalones de la corte fueron ahogados con gritos de "asesinos, asesinos", y la policía inmediatamente puso a cientos de escuadrones anti-motines en alerta máxima en Tottenham y en Londres.
La presencia redoblada de la policía estuvo acompañada por un ataque frenético de los medios para justificar o "explicar" el veredicto —incluyendo viles ataques contra el mismo Duggan, por ejemplo el Daily Mail tituló su reportaje con una versión de "un matón cuya muerte desata disturbios"— como si estuviera bien que la policía baleara a un hombre desarmado siempre y cuando luego se pudiera establecer su mala reputación. Esto suscitó una comparación con la forma en que los medios estadounidenses intentaron dañar la reputación de Trayvon Martin para justificar su muerte a manos del justiciero racista George Zimmerman.
Para entender cómo los tribunales británicos pudieron llegar a un veredicto tan improbable, es importante ponerlo en el contexto de lo que había pasado desde las rebeliones del 2011. La clase dominante británica fue impactada y puesta a la defensiva por la furia de las masas que estalló desde "lo más hondo" de su orden de clases, ya que la rebelión hizo brillar los reflectores sobre las privaciones y miseria que constituyen la vida diaria de millones. La rebelión se hizo más fuerte y se extendió como el fuego descontrolado día a día durante tres días, desde Tottenham pasando por las barriadas pobres de Londres y hasta gran parte de Inglaterra —mostrando claramente la furia que bullía bajo la superficie del actual orden social— antes de apagarse entre la fuerte represión policial y la intensa lluvia.
La clase dominante británica, desde el Partido Laborista hasta el Partido Conservador, cerró sus filas de inmediato en una campaña de represalias. Han perseguido y castigado despiadadamente a los participantes en la rebelión — en los últimos dos años y medio han arrestado a más de 5.000, y más de 3.000 han sido encarcelados, en inmensa mayoría a base de grabaciones de circuito cerrado de televisión (CCTV) tiempo después de los sucesos. Incluso hoy, dos años y medio después, Scotland Yard (la policía metropolitana de Londres) continúa expidiendo órdenes de arresto usando imágenes de CCTV y tecnología de reconocimiento de rostros.
Muchos jóvenes fueron encarcelados por 2 o 3 años solo por llevarse refrescos o dulces de tiendas que habían sido saqueadas durante la rebelión, y a un hombre joven en estado de embriaguez que hizo un llamado en su página de Facebook a reunirse y armar un "alboroto" al día siguiente, pero nunca salió de su apartamento —nadie llegó en respuesta a su llamado excepto la policía— lo condenaron a 4 años de prisión, más tiempo que la sentencia que le dan a muchos acusados de violación en el Reino Unido. La severidad de la sentencia fue, y buscaba ser, impactante, pero fue justificada agresivamente por los jueces británicos como razonable dado el "carácter organizado" de la rebelión.
La rebelión inspiró obras teatrales, películas, poesía y música, la mayoría producida por radicales negros y activistas contra el "parar y requisar" y el racismo. Algunos, como el documental Riots Reframed (Los motines redefinidos) se centraban en repudiar los esfuerzos de los medios y de los políticos por mostrar a los rebeldes como "rufianes de cabeza hueca", "hinchas" y demás — mostrando al contrario la dura vida de las "clases marginales", las limitadas opciones que enfrentan y la brutalidad diaria que soportan a manos de los agentes armados del sistema. Otros como la obra de teatro The Riots (Los motines), basada en la "evidencia hablada", que fue presentada con lleno total durante varias semanas en Tottenham, intentaban mostrar un cuadro más preciso de los verdaderos sucesos que tuvieron lugar durante los tres días en contraste con los esfuerzos de los medios por poner los reflectores sobre casos en los que algunos participantes de la rebelión atacaban a las masas.
Esta batalla puso al descubierto grandes grietas en la sociedad británica y reveló el verdadero papel de sus instituciones — los medios masivos mostraron los colmillos como órgano de propaganda del Estado capitalista, partidos como el Laborista salieron a respaldar enérgicaamente la brutal represión contra la juventud marginada, órganos socialdemócratas como el Guardian se estrujaron las manos y "explicaron" el problema como "excesos" que es necesario "reformar". Y por otro lado, decenas de miles de jóvenes demostraron su disposición a asumir enormes riesgos enfrentándose contra las líneas de frente de los esbirros del sistema, llamando a treguas entre pandillas en un esfuerzo por forjar unidad contra lo que percibieron como el mayor enemigo. El estallido ganó la simpatía inclusive entre muchos de las capas medias, lo que llevó a un gran debate por todo el país sobre la verdadera fuente de lo que enfrenta la juventud. Esta batalla también dio una pequeña muestra del potencial para forjar una fuerza revolucionaria que derrumbe el sistema existente — si bien no como están hoy los jóvenes u otros, pero que se forja a raíz de la furia que bulle bajo la superficie y que estalla de entre los que no tienen interés en la sociedad existente, en el realineamiento que el estallido provocó tan inmediatamente en más amplias capas sociales y en la claridad que trajo sobre el verdadero papel de todas esas diferentes fuerzas.
¿Cómo les fue a las fuerzas marxistas y "revolucionarias" organizadas en el Reino Unido a la luz de todo esto? Miserablemente. El más grande de los partidos de la izquierda dizque marxistas, el Partido Socialista de los Trabajadores, afirmó que "motines" como este, aunque eran causados por las desigualdades del orden social británico, en últimas eran inefectivos y que en cambio lo que se necesitaba era… ¿¡una arremetida revolucionaria organizada contra el poder existente!? Ni en sueños —no, lejos de eso, el PST concluyó que el "motín" señalaba la necesidad de… un "movimiento laboral organizado"— en otras palabras, más del sindicalismo y reformismo economista que desde hace mucho ha caracterizado a las fuerzas marxistas en el Reino Unido, y que una y otra vez termina absorbiendo la energía revolucionaria de las masas y luego siendo absorbidos a ir a la cola del Partido Laborista. El "movimiento laboral" sigue siendo un término sagrado en la tierra en la que Marx estableció las bases de la revolución comunista.
Una vez más, tras el veredicto de la investigación, los comisionados de la policía están prometiendo reformas —como hacer que la unidad especialista en armas de fuego use "cámaras corporales"— y desde el primer ministro David Cameron en adelante los políticos y los expertos piden que todo descontento con el veredicto deba ir por los "canales apropiados" — en otras palabras, más investigaciones por este u otro organismo oficial, en particular la Comisión Independiente de Quejas de la Policía. El apodo generalizado que se le ha dado —Comisión Independiente de Encubrimientos de la Policía— da una pista de precisamente lo que se puede esperar de ese organismo.
Inquest, un documental difundido por una ONG local, mostró que de los 300 muertos en custodia de la policía en el Reino Unido durante un poco más de una década, ningún policía ha sido juzgado exitosamente por asesinato. En una docena de sentencias en investigaciones forenses, se ha demostrado que es posible sacar la conclusión de que quien muera mientras esta en custodia de la policía fue víctima un "asesinato lícito" —conclusiones que fueron ampliamente alabadas para mostrar que "el sistema funciona"— sin embargo incluso en esa docena de casos, a pesar que la víctima estaba dentro de la comisaría de policía, totalmente bajo su control, ni un solo policía ha sido juzgado exitosamente hasta ahora.
Por tanto, a manera de concluir quisiéramos preguntar: si este caso —en el que el jurado ha dictaminado que el asesinato de alguien fue "lícito", aunque acepta que la persona no estaba armada, y después de que una rebelión de cientos de miles pronunció el veredicto de las masas sobre el asesinato de Duggan, y con todo lo que ha sucedido desde entonces— si esto no muestra la imposibilidad de reformar este sistema, pues ¿qué más se necesita para quedar convencidos?
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar, una publicación política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas.
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