El furor por la suspensión de la proyección de La entrevista
Los matones de marca mundial se ponen furiosos en contra de los piratas cibernéticos norcoreanos
5 de enero de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
De un lector:
¿Han oído del mayor atropello de los derechos humanos sobre el planeta en este momento?
¿Me refiero a los horripilantes hechos —censurados y lavados— que se dieron a conocer en el informe del Senado sobre la tortura en masa y sádica infligida a las personas capturadas en todo el mundo después del 11 de septiembre? No, eso no. ¿Los más de dos millones de personas encarcelados en Estados Unidos, la tasa más alta de encarcelamiento en el mundo? No. ¿El hecho de que una y otra y otra vez la policía balea y mata a los negros sin motivo y los policías que las matan salen impunes? Otra vez, no. ¿La epidemia mundial de la violación y la violencia contra las mujeres? Tampoco.
El gran “atropello”, el que suscita contundentes condenas de parte de la maquinaria de la clase dominante creadora de opinión pública y los reclamos indignantes a favor de represalias, es que los piratas cibernéticos, quienes según el FBI están relacionados con Corea del Norte, se infiltraron en las computadoras de la empresa Sony Pictures y divulgaron datos bochornosos para Sony. Según se informa, también se divulgó información personal sobre las personas que trabajan con Sony. A raíz del incidente, Sony suspendió el estreno teatral de una película titulada La entrevista.
Barack Obama amenazó con responder con alguna acción contra Corea del Norte “en un lugar, tiempo y forma que nosotros decidamos”. Añadió con tono ominosa: “Nuestra respuesta no es algo que voy a anunciar hoy en una conferencia de prensa”. Y Obama, indignado, declaró: “No podemos tener a una sociedad en la que algún dictador en alguna parte pueda imponer la censura aquí en Estados Unidos”.
Después de lo cual Obama debería haber añadido: “Sólo NOSOTROS, o sea, los gobernantes de Estados Unidos, podemos intervenir cibernéticamente el correo electrónico de todos, imponer la censura en Estados Unidos y más allá y torturar o asesinar a cualquiera en cualquier lugar del mundo que diga o haga algo que no nos agrade, cuando obedece a NUESTROS intereses”.
En este momento, no existe ninguna base seria o científica para decir quién era el autor de este incidente. Corea del Norte rechazó su participación y se ofreció a llevar a cabo una investigación de quién fue el responsable junto con Estados Unidos. El comunicado del gobierno de Corea del Norte dice: “Tenemos una forma de demostrar que no tenemos nada que ver con el incidente, sin recurrir a la tortura, la forma en que lo hace la CIA”.
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La entrevista, de acuerdo con informes de la prensa, es una “comedia” en la que la CIA recluta a un par de periodistas del chisme para ayudar a hacer añicos al líder de Corea del Norte. No tienen nada de positivo los explotadores de poca monta que gobiernan a Corea del Norte, pero cualquiera que sepa algo de la verdadera historia de Estados Unidos tendrá una idea de por qué se puede considerar, como una amenaza seria, una película en la que la CIA asesina al gobernante de otro país.
Estados Unidos tiene un récord sin paralelo de intentar asesinar, de asesinar o de planear el asesinato de figuras políticas que se interponen en el camino de su red mundial de explotación y opresión. Investigue las actividades de la CIA para matar a Fidel Castro en Cuba. Investigue el papel de Estados Unidos en el asesinato de Patrice Lumumba en El Congo. O el papel de la CIA en el golpe de estado que derrocó y mató a Salvador Allende en Chile.
¿Divertido?
Si aquellos que crearon La entrevista hubieran llevado el guión y el mensaje por otro camino —por ejemplo en contra de Estados Unidos—, puede que hubieran tenido mucho mayores problemas que simplemente ver su película se pase directamente a transmisiones por video y cable. En 2011, Barack Obama ordenó el asesinato sin juicio ni debido proceso al ciudadano estadounidense Anwar al-Awlaki por producir lo que las versiones de Estados Unidos acerca de su asesinato describen como “propaganda anti-estadounidense”. No sólo asesinaron a Anwar al-Awlaki (no simplemente lo censuraron o prohibieron, sino lo asesinaron), sino que dos semanas más tarde, los aviones sin tripulación estadounidenses asesinaron a su hijo de 16 años de edad, de nacionalidad estadounidense, Abdulrahman, que no tenía relación alguna con las actividades de propaganda de su padre.
Si usted vive en Estados Unidos, vive en el país que se transformó en la superpotencia única en el mundo en parte por medio de la incineración de 200.000 civiles japoneses al final de la Segunda Guerra Mundial, y después de eso bombardeó cada edificio de dos plantas o más en la parte norte de Corea durante la guerra de Corea, y en el que un general estadounidense pidió bombardear a Vietnam del Norte “para que quedara de vuelta en la Edad de Piedra”. Usted vive en un país que ha instaurado a regímenes que han masacrado a millones de personas, desde Chile hasta Irán, Vietnam e Indonesia. Estos regímenes impusieron la censura draconiana de la expresión cultural disidente, tal como el asesinato del músico chileno Víctor Jara por el régimen instaurado por la CIA a raíz del golpe de estado de 1973 en ese país. ¿No me creen? Investigue cualquier aspecto al respecto y descubrirá que estos incidentes sólo tocan la superficie de lo que Estados Unidos les ha hecho a las personas por todo el mundo. Estoy seguro de que revcom.us va a interesarse en conocer lo que descubren. (Nota de la redacción: Envíe sus hallazgos a revolution.reports@yahoo.com.)
Cualquiera que sea la verdadera historia de la infiltración cibernética contra Sony, las acusaciones de Estados Unidos acerca de la intimidación de parte de Corea del Norte son una hipocresía absurda y obscena. Provienen, sirven y refuerzan por medio de la violencia un mundo de ciudades miseria, maquiladoras y devastación ambiental. Y nada justifica, bajo ningún pretexto, el que alguien se inscriba como títere para vitorear las amenazas chovinistas de Estados Unidos.
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