Carl Dix Habla sobre #RiseUpOctober / De Pie en Octubre:
ES PRECISO que esto tenga lugar

30 de agosto de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Carl Dix es el co-fundador de la Red Parar la Encarcelación en Masa y un representante del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos.

 

Carl Dix
Carl Dix (Foto: Revolución/revcom.us)

Mañana se cumplen 60 años del asesinato brutal de Emmett Till. ¿Por qué lo mataron? Dicen que le silbó a una mujer blanca. Cuatro días después, dos hombres blancos llegaron a la residencia de la familia y se lo llevaron. Lo llevaron a un río, lo desnudaron y lo golpearon hasta dejarlo casi muerto. Le sacaron un ojo y lo dispararon en la cabeza. Luego lo amarraron a un ventilador de 34 kilos y lo tiraron al río. Jamás los castigaron por ese crimen aunque se confesaron en una entrevista publicada por la revista Look.

El sábado marca otro aniversario solemne. Hace 10 años, el huracán Katrina llegó a la costa de Nueva Orleans desde el golfo de México con vientos arrolladores que abrumaron los diques e inundaron al 80% de la ciudad. Cientos de miles de personas tuvieron que abandonar sus viviendas. Las autoridades abandonaron a la muerte a miles y miles de personas, la mayoría personas negras pobres, cuando se negaron a rescatarles o proveer suministros alimenticios y agua. Casi 2000 personas MURIERON. Las metieron en el Superdome de tal manera que hizo a muchos pensar en las bodegas de los barcos esclavistas rebosadas de esclavos africanos. A los negros que trataron de salvarse y salvar a otros los calificaron de “saqueadores”. El gobernador de Luisiana ordenó disparar a matar a los saqueadores. Y la policía sí disparó a personas que no hacían nada más que tratar de salvarse de la inundación. En las semanas subsecuentes, las autoridades se aprovecharon del huracán Katrina para limpiar étnicamente a la ciudad de Nueva Orleans — expulsaron a cientos de miles de personas de Nueva Orleans, casi todos negros. Eso es algo que viví de cerca porque estuve en Nueva Orleans varias veces tras el huracán, y luché brazo a brazo con otros contra la expulsión de la gente negra de la ciudad.

Nuestro periódico Revolución analiza a fondo los dos aniversarios. Les pido a todos que consigan múltiples copias de Revolución hoy mismo. Pensemos en esos dos horrorosos aniversarios. Y piensen en esto —desde Emmett Till hasta Sandra Bland… de la catástrofe de Katrina hasta la catástrofe del encarcelamiento en masa… desde todos los horrores de los barcos esclavistas, la travesía del Atlántico, los siglos de la esclavitud y el terror de las chusmas de linchamiento, del sur Y del norte de Estados Unidos, y de lo que nos trae hasta aquí hoy— LO QUE TENEMOS QUE HACER PARA PARAR EL TERROR Y ASESINATO POLICIALES… piensen en lo que Estados Unidos ha significado.

¿Qué tenemos que hacer para parar todo esto? Hoy voy a hablar de la única manera REAL de ponerle un punto final a esto, y luego voy a hablar de De Pie en En Octubre, la enorme Marcha Nacional Para Parar el Terror Policial el 24 de Octubre en la Ciudad de Nueva York, que es algo en lo que todos pueden y deben participar hoy mismo para frenar a esos matones. Voy a empezar leyendo una cita de Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario. Esto es lo que dice:

Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.

Lo feo es tan palpable que hasta duele contemplarlo. Veamos cómo casi aniquilaron a los pueblos indígenas norteamericanos que vivían aquí, a quienes les robaron sus tierras, y a los que quedaron les metieron en campos de concentración que llaman reservas. Veamos cómo trajeron encadenados a millones de africanos que esclavizaron. Así fue, el sistema capitalista nace chorreando sangre de todos sus poros, como dijo Carlos Marx. Veamos la subyugación de la mujer, que viene de la antigüedad y que hoy se ve en la cultura de servidumbre y violación, y que ve a la mujer como un objeto sexual, o el intento controlar las decisiones más íntimas de la mujer, de si quiere o no tener hijos. Veamos cómo les tratan a los inmigrantes que vienen impulsados por el hambre y el horror que Estados Unidos ha provocado en sus tierras natales, que vienen desesperados por trabajar y los persiguen, deportados en cantidades récord por la administración Obama e insultados por idiotas fascistas como Donald Trump.

Veamos las guerras imperialistas. A veces los del poder mencionan las bajas estadounidenses en estas guerras, ¿pero nos dicen algo sobre la gente que matan? En las dos últimas décadas Estados Unidos ha matado a más de un millón de personas en Irak; mató a más de tres millones en Vietnam y tres millones más en Corea. ¿Nos dicen por qué? Bueno, Cornel les puede decir — lo hacen por el IMPERIO. Yo estuve en su ejército, vi cómo tratan de romperle el espíritu a uno y convertirle en robot que mata en sus guerras imperialistas. Cuando en 1970 me dijeron que tenía que ir a Vietnam, yo les dije: “¡Que se VAYAN AL CARAJO!” Y porque me rehúse matar a mis hermanos y hermanas vietnamitas en aras de este sistema, pasé dos años en la prisión militar de Leavenworth. Y ahora están poniendo en peligro a la humanidad entera al destruir el medio ambiente del planeta que todos compartimos.

No podemos ignorar lo feo que es eso, tenemos que darle la cara.

Pero hay algo más, hay la gran hermosura de la que habla Avakian. El potencial de emancipar a la humanidad entera.

No estoy hablando de un sueño. No digo: “no te preocupes, un día se hará justicia”. Es posible. Se PUEDE emancipar a la humanidad. Y eso se hace a través de una revolución, DESHACIÉNDONOS de este sistema y dando a luz a un sistema que se basa en emancipar a la gente de todo lo feo y desarrollar nuevas maneras de tratarnos los unos a los otros y con el resto del mundo.

Muchos me dicen: “Carl, estás loco. No se puede hacer una revolución. Son muy poderosos”. Pero la locura está en aceptar este sistema y esperar que las cosas mejoren. Les quiero decir algo sobre su poderío: lo he visto de cerca, y he visto la verdadera posibilidad de derrotarlo.

En la década de los 1960 vimos la posibilidad de hacer la revolución, cuando el pueblo negro se sublevó en contra de su opresión, haciendo estallar mayores protestas aquí en Estados Unidos y ganándose el apoyo de gente por todo el mudo. En Vietnam se vio que es posible derrotar a su poderío, cuando los campesinos inspirados y organizados derrotaron a ese enorme ejército poderoso. Y una de las maneras que lo hicieron fue inspirando a soldados como yo a rebelarnos. En ese entonces queríamos cuestionar y cambiar todo. Vimos vistazos de una nueva moral, de que era posible que las personas se relacionen entre si de una manera completamente diferente. Vimos un vistazo de la belleza de la que habla Bob Avakian.

En unas pocas partes del planeta los pueblos lograron liberarse y aquí, en las entrañas de la bestia, el sistema tambaleó. Pero las cosas no avanzaron suficiente. No hicimos la revolución y el poder quedó en manos de los explotadores capitalistas. Y donde sí se lograron hacer la revolución, se perdieron el poder. El esfuerzo por cambiar todo fue derrotado, y los pueblos del mundo y de aquí han pagado duro con sangre y miseria desde ese entonces. Muchos fueron golpeados tan fuerte que no se recuperaron. Los cambios que vimos fueron unas caras en posiciones altas — unas negras, otras latinas y unas mujeres. También nos dieron más de 2 millones de personas en las prisiones.

Hoy, 1 de cada 2 niños negros vive en la pobreza. Tenemos crack y SIDA  y todos los horrores que acompañan a lo que Lorraine Hansberry llama un “sueño postergado”. Aquí es donde entra Bob Avakian — el jamás abandonó al pueblo y jamás abandonó a la revolución, y más de eso, ha hecho nuevos adelantos en la revolución, incluso ha resuelto de manera fundamental los problemas que encaró la revolución en ese entonces.

No permitan que nadie les diga que no somos capaces de hacer las cosas mejor… no permitan que nadie les diga que Estados Unidos es eterno y que lo mejor que podemos aspirar es que hagan unos cambiecitos en la MANERA que nos acosan. No se dejen embaucar y permitir que ellos determinen lo que ustedes tratan de hacer dentro del marco del lenguaje y las condiciones del sistema. No dejen que les digan que tienen que limitarse a trabajar dentro de los canales que este sistema establece. Ya hemos visto esta película, y termina en lo que vemos ahora, esta situación genocida en la que nos encontramos — correcto, dije genocida. Así que ese es mi reto a todos los que están aquí hoy día, especialmente a la juventud: incorpórense a esta revolución, éntrenle a Bob Avakian y lo que ha planteado sobre cómo hacer la revolución, mantengan la mirada donde debe de estar: en la emancipación de toda la humanidad. Eso lo pueden hacer conectándose con nuestra página web, revcom.us, o pueden venir a nuestra nueva librería que abrirá en Harlem en otoño, en el 437 Malcolm X Blvd. y Calle 132… pero éntrenle a BA.

Ahora bien, desde el punto de vista que planteo yo —la necesidad y posibilidad de la revolución—, entiendo que tenemos que luchar hoy mismo. No podemos permitir que le den tan duro al pueblo que sea incapaz de sublevarse en contra de las cosas que nos están haciendo. Tenemos que movilizar a todos los que se pueda, sin importar su punto de vista o cómo vean el problema y la solución, para luchar contra esta locura que enfrentamos. Repito, por eso es que están aquí esta noche — para enterarse sobre lo que hay que hacer para combatir contra el terror y los asesinatos policiales.

Quiero empezar con algo personal. Cuando les digo que la policía ha matado, en lo que va del año, a 700 personas, para mí no son puras estadísticas. En las décadas que tengo trabajando para parar los asesinatos policiales he visto las consecuencias devastadoras a las que esos policías asesinos someten a las familias y a las comunidades. A Mertilla Jones la conocí hace 5 años. Unos pocos días antes un pelotón SWAT invadió la casa equivocada y mató a su nieta de 7 años, Aiyana Stanley-Jones. A Juanita Young la conocí hace 15 años, solo días después de que un policía que había arrestado a su hijo Malcolm Ferguson la semana anterior por participar en una protesta contra el asesinato de Amadou Diallo mató a Malcolm. A Nicholas Heyward lo conocí hace casi 20 años, dos años después de que un policía mató a su hijo de 13 años, Nicholas Jr., que jugaba con una pistola de juguete. Estas son solo unas pocas de las miles de personas que la policía ha asesinado. Pregunten a estos padres cómo es velar por sus hijos, sin que se haga justicia. O pregúntenle a mi esposa, cuyo hermano fue baleado en frente de su mamá, un día después de que le advirtieron a ella que lo iban a matar. Esta es una buena parte del porqué estoy haciendo todo lo que puedo para movilizar a la gente para que se haga algo para IMPEDIR que la policía se salga con la suya tras estos asesinatos. Y es por eso que ustedes tienen que unirse a este esfuerzo.

Los fantoches de este sistema preguntan: “¿Qué es lo que demandan?” Dicen, “No pueden simplemente decirnos que tenemos que impedir que nuestros policías les maten, tienen que tener demandas ‘razonables’”.

Esto dice mucho sobre el sistema el hecho de que para ellos impedir que la policía mate a inocentes y deje de aterrar a la gente negra y otros oprimidos es “irrazonable”. Dejemos eso a un lado por ahora y haremos unas demandas: ¿Qué tal acusar, condenar y apresar a los policías asesinos? Y no estoy hablando sólo de aquellos que captan en video matando durante la semana que viene. Estoy hablando de todos los policías asesinos, incluyendo a los que han matado a miles de personas en los últimos años y décadas. ¡Esta es una demanda “razonable” porque no hay ley de prescripción en casos de homicidio!

¿Qué tal si desbaratan el nuevo Jim Crow que encarcela a miles y todo el programa genocida que se concentra en eso? No se echen flores diciendo que Obama perdonó a 46 cuando hay 2,3 millones encarcelados. ¿Qué tal si hacen algo concreto con respecto a eso? ¿Qué tal si retiran todos los cargos contra los que han acusado en este último año por estar en protestas contra  el asesinato policial? ¿Qué tal si clausuran esa mazmorra que se llama Riker´s Island, y las demás mazmorras que tienen en otras ciudades? Y tenemos una demanda general: ¿Qué tal si DEJAN de desatar a sus policías para que maten a nuestra gente?

Estas demandas son muy razonables, a no presidas un sistema que HACE FALTA del asesinato y terror oficiales y el injusto encarcelamiento en masa. Estas son las demandas sobre las cuales se arroja el guante, por las que se lucha para acabar con estos horrores. Y De Pie en Octubre, la enorme marcha nacional en la Ciudad de Nueva York el 24 de octubre, se propone dar un gran salto en la lucha para hacer eso.

Cuando enfrentas un genocidio, y eso SÍ ES lo que encaramos, no se les pide a los perpetradores del genocidio que hagan ciertos cambios cosméticos para que se vea mejor o se rebaje su intensidad. Hay que hacer algo para pararlo.

Y cuando enfrentas un genocidio, no se le hace caso a los que te dicen: “Se han dado a entender. Ahora dejen de trastornar la rutina normal de nuestro sistema”. No nos hemos “dado a entender” hasta que la sociedad entera esté convulsionada demandando que ESTO TIENE QUE PARAR. No nos hemos dado a entender hasta que todos se sientan obligados a escoger lados porque comprenden que con respecto a esto no hay un medio camino, y la gente sienta el reto de estar en las calles clamando ESTO TIENE QUE PARAR. No nos hemos dado a entender hasta que, como dice el Rev. McCorry, estos dizque campeones de los derechos humanos queden expuestos ante el mundo por lo impostores que son, y el mundo entero pueda ver que ESTO TIENE QUE PARAR.

Por eso es que tenemos que hacernos sentir el 22, 23 y 24 de octubre. El 22 de octubre, cuando estemos leyendo los nombres de los asesinados por la policía — acompañados de personas de renombre que se junten con seres queridos de los asesinados y clérigos y otros además, hagamos lo que Kimberlé Crenshaw y Janelle Monáe han pedido que hagamos: DIGAN SUS NOMBRES. Será un poderoso mensaje. Cuando se lancen a las calles el 22 de octubre nadie podrá voltear la cabeza y decir que no lo vieron. El 23 de octubre, cuando estudiantes y clérigos en solidaridad con quienes sienten el látigo de esto a diario, participen en acciones no violentas y cierren una de sus instituciones de miseria y terror, eso mandará un poderoso mensaje que este movimiento es algo que hay que tomar en serio.

Luego el 24 de octubre, nosotros, todos nosotros, llegaremos marchando desde Grant Homes y Strivers’ Row en Harlem, desde Washington Heights, desde Bed-Stuy y Hunts Point y desde Jamaica y Staten Island. Llegarán estudiantes de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, de la Universidad de Columbia y docenas de otras universidades cercanas, llegarán desde Newark y Paterson y Hartford, y serán miles y miles. Miles más vendrán de Atlanta y Chicago, de Detroit y Cleveland, de Nueva Orleans y Misisipíi y muchas otras partes. Millones de personas en todo el país y a través del mundo escucharán nuestro grito poderoso: ¿DE QUÉ LADO ESTÁS? Millones dirán que sí se tiene que escoger un lado u el otro, y muchos decidirán que tienen que estar con los que quieren PARAR esto.

Cambiaremos la historia. Inspiraremos a miles, de hecho a millones, de personas que están cansadas de que se les trate como criminales y hartas de ver a los policías en sus comunidades como un ejército de ocupación, para que vean que no tienen que soportar eso ni pensar que tienen la culpa. Y se pondrán de pie para luchar contra esto. Convocaremos a su lado a miles de personas de diferentes sectores de la sociedad que rehúsan mantenerse al margen mientras se cometen barbaridades contra las personas por el color de su piel. Abriremos los ojos de quienes no padecen de esos horrores, les retaremos a que dejen de tragarse las justificaciones mentirosas de las autoridades sobre porque les siguen dando luz verde a los policías asesinos, les retaremos a que no permanezcan al margen — ¿De qué lado estás? ¿Estás del lado que quiere PARAR estos horrores? ¿O estás del lado de que deben seguir? Con respecto a esto no hay un camino intermedio, no hay neutralidad. Uno tiene que escoger un lado. Y no me refiero a que simplemente se simpaticen con nosotros. Me refiero a que se incorporen a la resistencia y que movilicen a otros a resistir. Tienen que participar en este esfuerzo para que el 24 de octubre sea lo más poderoso que sea posible. Presten atención cuando alguien les diga aquí esta noche lo que pueden hacer y con quien pueden comunicarse para ser parte de De Pie en Octubre, o, para ser franco, si ustedes o gente como ustedes no se meten en esto, no se va a concretar.

Y TIENE que concretarse.

No quiero tener que seguir haciendo hashtags con los nombres de los muertos por policías. No quiero seguir agregando nombres a la lista de vidas robadas por las fuerzas policiales. No quiero seguir agregando fotos de las personas que la policía ha matado a mantas como esta. No quiero que este genocidio continúe para que futuras generaciones se encuentren aquí en 20 años hablando sobre qué hacer sobre esto. Tenemos que pararlo ya.

Entonces, manos a la obra, hagamos todo lo que podamos por PARAR esto, y entonces hagamos más aún — que octubre sea un gran paso hacia un mundo en el cual cuando las futuras generaciones aprendan de Emmett Till y de Katrina, de veras SERÁ la historia, una historia superada que ya no haga eco o retumbe en la realidad del presente. Un mundo en el cual la humanidad haya enderezado la columna vertebral y se haya emancipado.

 

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