Pasaje de:
No sabes lo que crees que "sabes" sobre…
La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación:
Su historia y nuestro futuro
Entrevista a Raymond Lotta
13 de mayo de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Nota de la redacción: Se ha actualizado el siguiente pasaje de esta entrevista a partir de la versión original que salió en revcom.us, para que concuerde con la versión ampliada en forma de e-libro en inglés. Se puede adquirir el e-libro en inglés a Insight Press. El siguiente pasaje contiene los Capítulos 4 y 5 de la entrevista. Lea la versión original del número especial de Revolución en La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro, y la versión ampliada en inglés aquí.
La Revolución Cultural: El mayor avance de la emancipación humana hasta ahora
Pregunta: Hablemos de la Revolución Cultural que ocurrió entre 1966 y 1976, el próximo episodio trascendental de la revolución china.
RL: La Revolución Cultural fue el punto culminante de la primera etapa de la revolución comunista. Es el tercer “hito” de la primera etapa de la revolución comunista… estoy hablando de la Comuna de París y la revolución bolchevique como los primeros dos hitos.
Ahora bien, en última instancia la Revolución Cultural fue derrotada en 1976. Y China ya no es un país socialista. Sin embargo, la Revolución Cultural todavía inspira y ofrece lecciones increíblemente ricas. Toda persona que aspire a una sociedad y un mundo justos y liberadores tiene que aprender sobre… y aprender de la Revolución Cultural.
Pregunta: Pero, Raymond, denigran tanto a la Revolución Cultural. ¿Cómo se puede desmentir todo eso y ayudar a la gente a verla desde un punto de vista científico?
RL: Sí, la burguesía nunca se cansa en calumniar a la Revolución Cultural. Tenemos que librar una seria batalla por la verdad porque eso está muy relacionado con las posibilidades humanas. ¿De qué se trataba la Revolución Cultural? ¿Cuáles problemas en la sociedad y el mundo enfrentaba? ¿Qué eran sus objetivos concretos? ¿Qué eran sus formas predominantes de actividad y lucha? ¿Qué logró en la realidad? ¿Cómo cambiaron la sociedad y la gente por medio de ella?
El mero planteamiento de estas preguntas para una investigación y exploración seria, en sí nos lleva a un plano de discusión diferente. Y, al bregar con estas preguntas y contestarlas a base de ese fundamento científico, efectivamente llegamos a la verdad concreta de la Revolución Cultural.
Ahora bien, al evaluar cualquier período o figura histórica, siempre se topa con tendencias secundarias o contrapuestas, anomalías y cosas por el estilo… pero la primera y principal pregunta que hay que hacer es: ¿qué es lo principal, qué es la esencia de la sociedad, movimiento social o figura histórica en cuestión… qué es su carácter principal?
La Revolución Cultural fue la iniciativa de mayor alcance en la historia contemporánea, y en la historia humana, de revolucionar y reestructurar una sociedad dejando atrás toda la explotación y opresión… a base de la participación consciente, el activismo consciente, de decenas y cientos de millones de personas. Durante el curso de la misma, millones y millones de personas revolucionaron su concepción del mundo — es decir, sus valores básicos, su enfoque de la realidad… y se transformó el etos, o el espíritu, de la sociedad en conjunto.
El peligro de que la revolución dé marcha atrás
Pregunta: Así que ¿qué fue la médula de la Revolución Cultural? Oímos tanto de facciones y peleas y críticas y de que denunciaban a las personas.
RL: Para captar la esencia, tenemos que ver el contexto mayor. Mao había estado buscando una solución al problema de que la revolución pudiera dar marcha atrás. No por una invasión o ataque, por más concretos que eran esos peligros, sino por causas internas… quiero decir, internas al mismo sistema socialista. El peligro era que el partido comunista pudiera convertirse en el instrumento de una nueva clase explotadora que ejerciera un control y dominio burgués.
Una nueva élite podría tomar el control de los órganos del poder estatal y adaptarlos para reinstaurar las relaciones de explotación y opresión… aunque el estado siguiera siendo socialista en nombre y ciertos rasgos superficiales del socialismo aún estuvieran en vigor.
Eso no fue una cuestión abstracta en China de 1964 a 1966.
Anteriormente hablamos del Gran Salto Adelante. Éste rompió radicalmente con los modelos de desarrollo soviético y occidental. Era un golpe contra las fuerzas burguesas-tecnócratas en el partido. Sin embargo, debido a la crisis alimenticia y hambruna de 1960 a 1961 y los desequilibrios industriales provocados por la retirada repentina de la ayuda financiera y técnica soviética, era necesario hacer ciertos ajustes económicos y organizativos. Eso le dio oportunidades a las fuerzas conservadoras en el Partido Comunista que se declaraban los “realistas económicos” capaces de hacer que la economía alcanzara el nivel donde tuviera que estar. Se abalanzaron con lo que tuvieran a su alcance para minar las políticas y el espíritu del Gran Salto Adelante.
Dichas fuerzas contaron con un poder organizativo imponente dentro del Partido Comunista. Ya para 1964 y 1965, estaban ganando terreno. Tenían un programa coherente. Querían priorizar las inversiones según indicadores de las ganancias. Querían copiar el sistema educativo soviético para producir elites profesionales y “elites comunistas”. Estaban bien atrincherados en la esfera cultural — en la ópera, una forma de arte muy popular, todavía imperaban los antiguos temas y personajes feudales. De hecho les decían a los obreros y campesinos que se olvidaran de la política, que “la dejen en manos del partido, que se dediquen a quebrarse el lomo como siempre mientras que nosotros nos encargamos de su bienestar”.
Como expliqué anteriormente, según estas fuerzas conservadoras de alto rango en el partido y el estado, lo más importante era convertir a China en un país moderno, fuerte e industrializado. Para dichas fuerzas, eso era el objetivo del socialismo… y promovían y, donde pudieran, adoptaban políticas que servían a ese objetivo y ese programa.
A nivel internacional, se intensificaba el conflicto con los revisionistas soviéticos. Mao dirigía la lucha por todo el mundo de trazar un deslinde entre la revolución auténtica y el revisionismo de la Unión Soviética —y los soviéticos trataban de aislar a China. Al mismo tiempo, los imperialistas estadounidenses escalaban rápidamente la guerra en Vietnam. Vietnam del Norte colinda con China, y en ese momento había un peligro real de que Estados Unidos la escalara más y atacara a China. En ese contexto, algunas fuerzas revisionista-conservadoras sostenían que era necesario aflojar la lucha ideológica con los soviéticos. Y se posicionaban para adoptar para China el modelo soviético (que se había convertido en un sistema capitalista dentro de un marco institucional de propiedad estatal y planificación estatal que era socialista solo de nombre)1.
Acuérdate, dijimos que Mao había estudiado muy profundamente la experiencia soviética. Analizó que las purgas que hizo Stalin en los años 1930 no solucionaron el problema de impedir la contrarrevolución en la Unión Soviética. En primer lugar, en buena parte limitaron a las masas de obreros y campesinos a un papel pasivo. No les desarrollaban la conciencia que les capacitara para distinguir entre los programas y puntos de vista que impulsaran la sociedad adelante hacia el comunismo… y los programas y políticas que la condujeran de vuelta al capitalismo. Además, el Partido Comunista y las instituciones del estado no se revolucionaron a través de las purgas.
Mao estaba bregando con un problema histórico-mundial de la revolución comunista. ¿Cómo impedir la contrarrevolución, pero impedirla de una manera que concuerde con el objetivo de alcanzar un mundo comunista? ¿Cómo impedir la contrarrevolución de una manera que capacite a las masas a jugar un papel consciente y decisivo para transformar la sociedad y transformarse a sí mismas? ¿Cómo mantener el partido sobre el camino revolucionario y combatir la atracción de “ponerse cómodo” y convertirse en una nueva clase explotadora?
Así fue el desafío, y se planteaba muy agudamente en la situación por la que pasaba la sociedad china en principios de los años 1960… porque los seguidores del camino capitalista se posicionaban para tomar el poder.
Se podría decir que la situación más amplia en la sociedad les favorecía.
El desencadenamiento de la juventud para iniciar la Revolución Cultural
Pregunta: ¿Qué quieres decir con eso? ¿No era Mao el que dirigía todavía?
RL: El partido se había vuelto bastante calcificado y esas fuerzas revisionistas gozaban de mucha autoridad e influencia… eso era un problema grande. Pero hubo otro problema grande. La gente se conformaba demasiado con lo rutinario. Pues, en el curso de los 17 años anteriores, el bienestar material y social del pueblo se había mejorado enormemente. Eso fortaleció cierta tendencia, especialmente entre aquellos que habían sufrido tanto en la vieja sociedad, a dejar de cuestionar. Además, debido a todo lo que se logró bajo la dirección del partido, muchos campesinos y obreros daban por sentado que sus líderes, si se decían “comunistas”, habían de ser buenos, habían de ser comunistas. También, en muchas unidades de fábricas y zonas rurales, las personas simplemente tenían mucho miedo a criticar a los líderes. ¿Cómo despejar esa costumbre de conformarse con el statu quo?
Así que Mao estuvo enfrentado a esa situación, a esa necesidad. Buscaba una solución. Y la Revolución Cultural constituyó el paso pionero. La solución no iba a ser quitar, de arriba para abajo, a las autoridades revisionistas. Al contrario, iba a ser una revolución que supusiera y requiriera la participación y la movilización desde abajo, de millones de las masas. Por medio de la lucha política e ideológica de masas, con la dirección del núcleo revolucionario del partido, las masas podían llegar a entender y distinguir lo correcto y lo incorrecto, la revolución y el revisionismo… y sobre esa base jugar el papel decisivo para echar abajo políticamente a los centros del poder burgués dentro del Partido Comunista. La Revolución Cultural se empeñó a revolucionar toda la sociedad y el modo de pensar de la gente.
Al decidir lanzar la Revolución Cultural, Mao estaba asumiendo un enorme riesgo. Hablé de la situación internacional, de los imperialistas estadounidenses en Vietnam y de las maniobras soviéticas.
Pues, ¿cómo agitar las cosas e iniciar una lucha así de trascendental? Mao buscaba una fuente de dinamismo y rebelión. ¿Dónde se encontraba en la sociedad? Mao se enfocaba en los jóvenes. A diferencia de muchas personas de más edad, los jóvenes no comparaban tanto la situación con la de antes… pero con la que podría ser.
Mao captó que la juventud podría ser un catalizador. Quería desencadenar su espíritu rebelde y preguntón.
Se formaron los Guardias Rojos. Eran organizaciones de estudiantes preparatorios y universitarios revolucionarios, además de otros jóvenes. Organizaron protestas y manifestaciones. Criticaron a los administradores universitarios por andar de caciques. Lanzaron críticas a varios líderes del partido. Así comenzó la Revolución Cultural. Los Guardias Rojos ayudaron a difundir el mensaje de que “se justifica la rebelión contra los reaccionarios”, como Mao lo expresó2.
Cerraron las escuelas durante un año, y el gobierno permitió que los jóvenes viajaran gratis por tren. Se diseminaron hacia diferentes regiones, incluso caminaron hasta las zonas remotas, para reunirse con la gente, como los campesinos, a los cuales les habían enseñado a desprestigiar. Despertaron y alentaron a las personas a alzar la frente y a preguntar: “¿Cuáles políticas, al servicio de cuáles objetivos, están al mando aquí? ¿Dónde quedó la revolución?”3
La naturaleza contradictoria del socialismo
Pregunta: Raymond, has usado frases como seguidores del camino capitalista, y quizás debas explicarlas.
RL: Mao descubrió que las raíces del problema de que la revolución pudiera dar marcha atrás, están en la misma naturaleza, en la naturaleza contradictoria, de la sociedad socialista. Por un lado, el socialismo es un gran salto, un salto que deja atrás la explotación y la dominación por la clase burguesa. El socialismo hace posible llevar a cabo cambios económicos y sociales fundamentales en beneficio de los intereses de las masas y capacita a las masas para poder transformar la sociedad.
Por otro lado, el socialismo es una sociedad en transición. Es una transición del capitalismo —y todas sus divisiones de clase, explotación y desigualdades— al comunismo, un mundo sin clases. El socialismo trae las cicatrices económicas, sociales e ideológicas de la vieja sociedad. Aún existen diferencias de desarrollo entre la industria y la agricultura, entre la ciudad y el campo y entre las regiones. Existe la división milenaria entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Todavía existen diferencias salariales y todavía están en uso el dinero y los precios.
Estos “rezagos” de la sociedad capitalista traen las semillas del capitalismo. Por ejemplo, el socialismo ocupa el dinero y los precios en el intercambio de productos y como herramienta para la planificación económica y la evaluación de la eficiencia. Pero la existencia del dinero y los precios también puede influenciar la toma de decisiones en un sentido capitalista… hacia la producción de lo que rinda más dinero.
También existen instituciones e ideas opresivas que refuerzan la vieja sociedad. Estoy hablando del patriarcado, el racismo y el chovinismo nacional. Dichas cosas no desaparecen “automáticamente” una vez minada su base material a raíz del derrocamiento del capitalismo. Es necesario combatirlos en sí. Además, perdura la fuerza de la costumbre y de miles de años de ideas y modos de pensar de las clases explotadoras.
Alcanzar el comunismo supone superar esas desigualdades económicas y sociales, esas relaciones de mercancías y esas instituciones sociales e ideas opresivas. Eso no sucederá de la noche a la mañana. De hecho, Marx creía que esa transición iba a ser relativamente breve, pero se ha comprobado que en eso se equivocó. Se requerirá un proceso prolongado y complejo de lucha y transformación revolucionarias —a escala mundial.
Así que, habrá que luchar en todo momento sobre cómo transformar y restringir esos rezagos de la sociedad socialista —o incluso si restringirlos o no. Mao analizó que eso es en realidad una lucha entre el camino socialista y el camino capitalista… entre las políticas y líneas que continuarían el avance hacia el comunismo, y las que conducirían la sociedad en un sentido opuesto, de vuelta hacia el capitalismo, como ha sucedido hoy en China.
Ahora bien, Mao analizó que las desigualdades y diferencias sociales que persisten en una sociedad socialista, junto con el papel aún importante del dinero, los precios y los contratos en la economía socialista, en su conjunto son parte del suelo del cual surgen nuevas fuerzas privilegiadas y una nueva burguesía en la sociedad socialista.
Y profundizó aún más ese análisis. Demostró que el núcleo de la nueva clase burguesa en el socialismo se encuentra en los altos niveles del partido comunista y el estado socialista. Se trata de los seguidores del camino capitalista. Éstos fomentan políticas que aumentarán esas brechas y ocupan métodos y medios heredados de la vieja sociedad de clases explotadoras; además, debido a su influencia sobre cómo se implementa la producción, de hecho se convierten en el punto de concentración de una nueva burguesía, justamente en la misma sociedad socialista y en el mismo partido. Pretendían tomar el poder… y por eso Mao y el núcleo revolucionario lanzaron la Revolución Cultural en 19664.
Hay que tener en cuenta que se estaba forjando un avance teórico de Mao. Mao estaba aplicando categorías marxistas a la economía política del socialismo, y en el proceso estaba extendiendo y enriqueciendo estas categorías. Mostró que las relaciones de producción socialistas son sumamente contradictorias, que hay aspectos burgueses dentro de ellas. Mostró que en el marco de la propiedad estatal socialista formal podía resurgir el capitalismo. Y tomó la comprensión de Lenin de que “la política es la expresión concentrada de la economía” para explicar cómo ciertos altos dirigentes del partido podían realmente convertirse en personificación de las relaciones de producción capitalistas. Mao y el liderato revolucionario estaban planteando este tipo de cuestiones a las masas en el curso de la Revolución Cultural. El cuartel general revolucionario, como fue llamado, estaba dirigiendo al pueblo en el estudio y comprensión de la “estructura profunda” de la sociedad y en el cuestionamiento del tejido de la sociedad.5
La narrativa anticomunista dice que Mao era un déspota paranoico que simplemente inventaba enemigos a su antojo. Al contrario, la Revolución Cultural representaba el futuro de una revolución que abarcaba una cuarta parte de la humanidad. Era una lucha trascendental para continuar la lucha por un mundo nuevo y liberador… en oposición a esos seguidores del camino capitalista que querían conducir a China de vuelta al capitalismo.
“Se trataba de una revolución de verdad”
Pregunta: ¿Podrías contarnos un poco más sobre el sentir y el fluir de la Revolución Cultural?
RL: Era una revolución de verdad. Estaba llena de inventos e innovación. Desde el comienzo, inspiró a decenas de millones de personas, pero también chocó y perturbó a decenas de millones. Era bien aventado, bien alocado: mítines en la calle, protestas, huelgas y manifestaciones. Colgaban lo que se llamaban “cartelones de grandes caracteres” en todas partes, en los cuales las personas apuntaban sus comentarios y críticas acerca de las políticas y los líderes. Algunos eran bastante sofisticados y otros sencillitos. Se permitía el uso de edificios públicos para reuniones y debates. Florecieron los periódicos de pequeña circulación; solamente en Pekín, se publicaron más de 900 periódicos. El gobierno proporcionó materiales e instalaciones para esas actividades gratuitamente, incluidos papel, tinta, brochas, cartelones, prensas, salones para reuniones y sistemas de sonido.
De ahí, al echar raíces entre los obreros, la Revolución Cultural entró en una nueva etapa. Cuarenta millones de trabajadores a través del país participaron en luchas y levantamientos de masas intensos y complicados para tomar el poder a las atrincheradas administraciones municipales y organismos del partido en los cuales habían surgidos focos de conservadurismo. A veces hicieron paros laborales, a veces lucharon contra los paros laborales… a veces convocaron a manifestaciones multitudinarias, a veces se suscitaron debates populares que continuaban toda la noche, con la frecuente participación de estudiantes y Guardias Rojos. En todas partes aparecían cartelones, y las multitudes se juntaban para leerlos atentamente y debatir sus temas… como dije, era una escena bien alocada, bien revolucionaria.
Se puso muy intenso. En Shanghái en el otoño de 1966, hubo como 700 organizaciones en las fábricas6. Las fuerzas revolucionarias se movilizaban. Los seguidores del camino capitalista contraatacaron. Tenían sus organizaciones de masas, trataban de desacreditar a los revolucionarios y trataban de sobornar a los trabajadores con aumentos salariales.
Al último, los trabajadores revolucionarios, con la dirección maoísta, lograron unir amplios sectores de la población de la ciudad. En enero de 1967, quebraron el dominio de los revisionistas seguidores del camino capitalista que controlaban el gobierno municipal. Se tomaron la sede del gobierno municipal, se apoderaron de los centros de comunicaciones y empezaron a organizar la distribución de artículos básicos en la ciudad. Eso fue la “Tempestad de Enero” de Shanghái.
Y de ahí lo que ocurrió fue extraordinario: la gente hacía discusiones y debates multitudinarios sobre cómo manejar la ciudad, qué tipos de estructuras políticas servirían mejor los objetivos de la revolución. Empezó a experimentar con nuevas instituciones de gobierno municipal. Hubo debate… y aparecieron verdaderos retos sobre qué tipo de organismos de poder político, qué tipo de instituciones, corresponden a lo que la revolución necesitaba para avanzar.
Se planteaban grandes preguntas y también se sacaban lecciones en los más altos niveles de dirección de la Revolución Cultural. Por ejemplo, ¿cómo facilitar que fueran al mayor grado las masas las que tomen decisiones, y las de mayor significado? Pero al mismo tiempo, ¿cómo desarrollar instituciones y estructuras suficientemente fuertes como para impedir la contrarrevolución? ¿Cómo fomentar la participación y el debate más amplios… pero al mismo tiempo mantener el liderazgo revolucionario y dar dirección revolucionaria a las instituciones del poder?
Pues, no es cuestión de tratar una ciudad como Shanghái por sí sola sino de desarrollar un sistema de gobierno y del ejercicio del poder que tomen en cuenta las necesidades mayores de la revolución… por ejemplo, mandar doctores y personal técnico capacitado a otras partes del país donde harían falta… o incluso a otras partes del mundo para apoyar la revolución.
Eso fue el proceso de experimentación, debate y resumen que ocurrió en el primer año o dos de la Revolución Cultural. A fin de cuentas se estableció una nueva institución de poder político que se llamaba el “comité revolucionario”. Combinó la participación popular multitudinaria con un rol dirigente especial del partido. Se aplicaban las lecciones y se implementaban cambios en los niveles básicos de la sociedad… en las fábricas, hospitales, escuelas, etc.7
Mao dijo que no puede haber revolución sin transformar las costumbres, los hábitos y los modos de pensar. Cuando hablé de la Unión Soviética, mencioné el comentario de Mao, “de no fomentar valores cooperativos, ¿de qué sirve la propiedad estatal de las fábricas y almacenes?” Un tema que he venido subrayando… es decir lo que Mao recalcaba y lo que supone el comunismo… es que hay que venir cambiando las circunstancias y cambiando las ideas, el modo de pensar y los valores… Y, para quién y para qué… ¿para el interés individual propio o para el beneficio de la humanidad? La gente discutía cosas así en medio de las grandes batallas de la Revolución Cultural. Transformaban la sociedad y el mundo, y las relaciones entre las personas, y su propia concepción del mundo y entendimiento, en un proceso muy entretejido.
A principios de la Revolución Cultural, Mao hizo una observación penetrante. Dijo que si bien el blanco de la Revolución Cultural eran los seguidores del camino capitalista, el objetivo era transformación de la concepción del mundo — capacitar a las masas para que entendieran más profunda y científicamente la sociedad y el mundo, su papel transformador y las cuestiones de ideología y moralidad8.
Debates de masas, movilizaciones de masas, críticas de masas
Pregunta: ¿Qué dices del nivel de violencia durante la Revolución Cultural?
RL: La violencia brotó a veces, pero eso no fue lo que Mao pedía ni tampoco representaba el carácter principal de la Revolución Cultural. Sus formas principales de lucha eran los debates de masas, las movilizaciones políticas de masas y la crítica de masas.
Dicha orientación de Mao se especificó en documentos oficiales muy difundidos. En la Decisión de 16 puntos la que guiaba la Revolución Cultural, se declara: “Durante el debate, se debe recurrir al razonamiento y no a la coacción o la fuerza”9. Ésta no fue alguna directiva esotérica del partido. Se popularizó por toda la sociedad.
Se llevó a cabo una aguda lucha política e ideológica contra la autoridad revisionista y los seguidores del camino capitalista, a nivel de la sociedad entera. Como yo decía, los seguidores del camino capitalista contraatacaron; organizaron entre los jóvenes, los obreros y los intelectuales. Se trataba de una lucha de dos lados.
Ahora bien, en lo que concierne a la violencia que sí ocurrió… en primer lugar, es importante entender que una parte de la violencia que sí sucedió durante la Revolución Cultural —y como dije, eso no era la forma principal de la lucha— la azuzaron los altos dirigentes seguidores del camino capitalista con el fin de defender sus puestos atrincherados y desacreditar la Revolución Cultural.
También en esa situación, a algunos Guardias Rojos se les pasó la mano en el afán de deshacerse de las influencias burguesas y cometieron excesos y recurrieron a maltratos. En otros casos, algunos individuos se aprovecharon de la Revolución Cultural para saldar cuentas u ofensas personales.
Otro factor que complicó la Revolución Cultural es el hecho de que algunas camarillas o grupos organizados dentro del partido se hacían pasar por defensores, hasta “los defensores más duros” de la Revolución Cultural… pero en realidad perseguían objetivos muy distintos y, en última instancia, fuertemente opuestos.
Mao y los líderes revolucionarios tenían que dirigir a las masas a desmenuzar las cosas, resumir las lecciones y métodos de lucha y consolidar los nuevos niveles de entendimiento. Criticaron, denunciaron y combatieron los actos de violencia —por medio de publicar declaraciones, directivas y editoriales y de intervenciones en el terreno.
Al estudiar concretamente lo que decían y hacían los individuos que trabajaban con Mao, queda claro que llevaban lucha con las personas para que se unieran según sus intereses fundamentales y sus aspiraciones más elevadas y que lucharan sobre los principios desde un plano elevado y les ayudaban a no dejarse enredar en las enemistades sectarias. Por ejemplo, se hizo famoso un incidente que sucedió en una universidad en Pekín. Unos activistas estudiantiles se embrollaron en una pelea entre facciones que se puso violenta. La dirección maoísta envió a equipos de obreros no armados para ayudar a detener la violencia y ayudar a los estudiantes a analizar las diferencias10.
Las “nuevas cosas socialistas”
Pregunta: Bueno, ¿se trataba solamente de una lucha sin fin? Quiero decir, ¿hacia dónde se dirigía todo eso?
RL: Bueno, la Revolución Cultural pasó por fases. En el período de 1966 a 1968 el pueblo se levantó y derrocó a muchos seguidores del camino capitalista en la cúpula, mediante toda la gama de luchas y debates que he venido describiendo. De ahí la Revolución Cultural da otro giro. Se posibilita consolidar los logros y avanzar con transformaciones sociales e institucionales, las que surgieron de las luchas y la experimentación que se llevaban a cabo.
Y se dan los grandes cambios en las instituciones básicas y la administración de la sociedad11.
Pregunta: ¿Puedes darnos unos ejemplos?
RL: Claro. Bueno, un énfasis importante de la Revolución Cultural era abordar la cuestión de superar y tratar de superar la división histórica entre los que trabajan con las ideas y los que trabajan con el lomo. ¿Cómo hacerlo? Quiero adentrarme en este tema en adelante, pero por ahora lo importante es que en casi todas las sociedades ni cuestionan este asunto —simplemente se da por sentado que algunas personas van a trabajar con las ideas y recibir la formación para desarrollarse el intelecto, y otras no; y que eso conducirá a relaciones de desigualdad. Es una división opresiva, y el sistema educativo bajo el capitalismo se organiza y prioriza para reproducirla, y por eso si la nueva sociedad simplemente ocupa el viejo sistema educativo del capitalismo y lo extiende, esa relación opresiva seguirá arraigándose y extendiéndose.
Tomando eso en cuenta, cambiaron por completo el sistema educativo. Desafiaron, y muy agudamente, los antiguos métodos pedagógicos, en los cuales el estudiante no es más que un receptáculo pasivo de conocimiento al cual sólo le importan las calificaciones, mientras el maestro es la autoridad absoluta. En cambio, fomentaban el espíritu crítico. Combinaban el estudio con la actividad productiva. Se deshicieron de las políticas elitistas de admisiones a las universidades que favorecían a los hijos e hijas de los miembros del partido y de profesionistas. Promovían fuertemente la entrada de jóvenes de origen obrero y campesino en las universidades. Tras egresar de la escuela secundaria, los estudiantes de diferentes orígenes sociales pasaban dos años en las fábricas o comunas, y después solicitaron su admisión a la universidad… y una parte del proceso de admisión eran recomendaciones y evaluaciones por parte de la gente de la comuna o la fábrica12.
Bajo el capitalismo, se ve el conocimiento de determinada manera: como una palanca para conseguir una ventaja competitiva sobre los demás, como una escalera hacia el éxito individual, como una fuente de lucro y prestigio particular. Y algo de esta mentalidad pasó a la sociedad socialista, y es otra semilla de capitalismo. Bajo el socialismo, el conocimiento se pone al servicio de la sociedad y al mundo, al servicio de una sociedad que va eliminando las desigualdades y cambiando al mundo en beneficio de la humanidad, y, cabe repetir, se empeña en eliminar esa misma división opresiva y profundamente arraigada entre las personas educadas para trabajar con las ideas y las personas que quedan completamente marginadas de esas esferas.
De la Revolución Cultural surgieron las “nuevas cosas socialistas” que reflejaron las nuevas relaciones y valores socialistas.
Un avance muy emocionante era lo que se llamaba la investigación a “puertas abiertas”. Los científicos iban al campo para hacer experimentos en medio de los campesinos. Establecieron centros de investigación cerca de los sembradíos. Los especialistas provenientes de las ciudades y los campesinos llevaron a cabo experimentos de manera cooperativa… acerca de granos híbridos, los ciclos de vida de los insectos y otros temas científicos. Los científicos aprendían de la vida de los campesinos y de sus preguntas y observaciones, y los campesinos aprendían el método científico.
En las ciudades, las instituciones educativas e institutos de investigación líder establecieron relaciones cooperativas con las fábricas, comités vecinales y otras organizaciones. La gente iba a los laboratorios y los laboratorios iban a la gente. Surgieron relaciones innovadoras, por ejemplo las trabajadoras de una fábrica vecinal que producía partes para computadoras avanzadas — no formaban parte del actual sistema capitalista mundial como mano de obra subcontratada y superexplotada pero formaban parte de una economía que servía al pueblo… en suma, estas mujeres iban a los institutos de investigación y veían cómo se usaban las computadoras, y el personal de los institutos iba a las fábricas locales.13
Todo eso iba para ir echando abajo los muros y las diferencias sociales.
Pregunta: Estás describiendo una estructura social muy distinta.
RL: Totalmente. Estamos hablando de dos mundos distintos.
Se dio el movimiento de los “médicos descalzos”. Los jóvenes de las ciudades y los jóvenes campesinos educados recibían capacitación para ofrecer medicina preventiva y atención médica básica. Se fueron a diferentes partes del campo. Fueron llamados los “médicos descalzos”, debido a que se encontraban en las zonas rurales en condiciones muy rudimentarias... pero el movimiento contribuía a satisfacer las necesidades básicas de salud de las personas. Había 1,3 millones de médicos descalzos14.
Y este fue solo uno de los avances en la atención de salud durante la Revolución Cultural. Hubo un tremendo impulso a la combinación de la medicina tradicional, como la acupuntura, con la medicina moderna. Hubo una mayor revolucionarización de las relaciones médico-paciente, desafiando la idea de que los pacientes son simples receptores pasivos de tratamiento. Hubo grandes avances en investigación y se hicieron verdaderos descubrimientos. Se sintetizó la insulina14.
Una de las grandiosas e innumerables anécdotas médicas de la Revolución Cultural tiene que ver con el tratamiento de la malaria. Los combatientes por la liberación de Vietnam, que enfrentaban al imperialismo estadounidense, estaban padeciendo nuevas variedades de malaria —y a finales de los años 1960 el liderato vietnamita pidió ayuda a China. Mao inició un importante programa de choque colectivo. Un grupo de investigadores analizó 40.000 químicos mientras que otro investigó medicinas tradicionales, despachando enviados a las aldeas. Se desarrolló una nueva cura increíblemente efectiva para la malaria, y solo fue reconocida como un importante avance por la comunidad médica internacional en los años 1980.16
La gente no cae en la cuenta de que la China revolucionaria estableció el sistema de atención de salud más igualitario del mundo, basado en el principio de servir al pueblo, y de que la atención primaria esencial alcanzó a prácticamente toda la población. Se duplicó la expectativa de vida, de 32 años en 1949 a 65 años en 1976.17 Y para comienzos de los años 1970, Shanghái tenía una tasa de mortalidad infantil menor que la de Nueva York.18
En términos de innovaciones y transformaciones en otras esferas, practicaban la crítica y supervisión de las masas a los miembros del partido, donde la gente básica criticaba a los miembros del partido. Se institucionalizaron estas cosas mediante los grandes levantamientos y desafíos de la Revolución Cultural.
Se dieron grandes cambios en la gestión de las fábricas, la práctica de lo que se llamó “las dos participaciones” en la que los trabajadores participaban en la gestión y los directivos participaban en el trabajo productivo. Se cuestionaba el viejo sistema de estrictos controles mediante normas y reglamentos que a menudo convertían a los obreros en nada más que apéndices de la maquinaria.
La Revolución Cultural creó una cultura más amplia, en que la gente se ocupaba de las grandes cuestiones de la sociedad. Las fábricas no eran simplemente unidades de producción. Se convirtieron en espacios de lucha política, de estudio político, de estudio teórico. Grupos culturales se formaron en las fábricas.19
Pregunta: Volviendo a la discusión anterior de que la manera de ver lo que es una forma racional de organizar la sociedad depende de qué clase de mundo que se quiere gestar, me puedo imaginar a los capitalistas, y a los que piensan como éstos, exclamando: “¡Eso no es la forma de manejar una fábrica! ¡Eso es una locura!” ¿Y qué de las artes?
RL: Se produjo una explosión de la actividad artística entre los trabajadores y los campesinos — poesía, pintura, música, cuentos e incluso películas. Se propagaron proyectos de arte de masas y nuevas formas de actividades artísticas populares y de colaboración, hasta en las zonas rurales y remotas. Una de las más famosas de estas fue El Patio de los Arriendos20. Este era un grupo de estatuas que ilustraban de forma conmovedora el sufrimiento en la vieja sociedad… se ve a los campesinos entregando sus exiguas cosechas como arriendo e impuestos. Fue un trabajo escultórico conjunto de estudiantes y maestros, y estaba exhibido en la casa de un antiguo terrateniente. Este tipo de obras alcanzó un alto nivel de expresión artística y contenido revolucionario.21
La Revolución Cultural también produjo lo que se llaman las “obras revolucionarias modelo”. Establecieron la pauta para que la gente en toda China pudieran utilizarlas como modelos en su creación de numerosas obras artísticas. Las óperas modelo y ballet modelo revolucionarios pusieron a las masas al frente y en el centro del escenario. Representaron su vida y su papel en la sociedad y la historia. Estas obras modelo eran de un nivel extraordinariamente alto, combinando formas tradicionales chinas con los instrumentos y las técnicas occidentales.
Mujeres fuertes ocuparon un lugar prominente en las óperas revolucionarias. Donde antes el ballet todavía tenía esa influencia delicada y remilgada, ahora se imbuía de atletismo. Por eso, no sólo trataban temas de la emancipación de la mujer, pero específicamente presentaban a mujeres que bailaban de maneras mucho más innovadoras y atléticas. Se manifestaban nuevas síntesis, nuevas formas híbridas, mediante el proceso de creación de estas óperas modelo. Así que eso es lo que estaba pasando y diferentes compañías de la Ópera de Pekín fueron de gira en el campo, ayudando a los grupos culturales locales a desarrollarse al tiempo que aprendían de las actuaciones locales.22
De hecho, la Revolución Cultural ejercía un gran impacto social y cultural en el campo de China. Se dieron grandes cambios antes de la Revolución Cultural. Ya hablé de lo que pasó durante el Gran Salto Adelante... y de que mejoró la vida material de la gente. Pero la influencia de las viejas formas de organización de la vida de las aldeas, el papel de la familia y de la familia extendida... y el mero hecho de que se llevaba una vida más circunscrita al campo, sin el bullicio, intensidad y diversidad de la ciudad… todo eso tuvo un efecto conservatizador. Bien, la Revolución Cultural comenzó a sacudir eso también.23
“Naturaleza humana” y cambio social
Recuerdo haber leído una historia de alguien que creció en una aldea rural durante la Revolución Cultural. Habló de que la gente en su aldea aprendieron a leer y escribir mediante el estudio de los textos de las obras de teatro y óperas producidas durante la Revolución Cultural y que incorporaban el idioma y música locales en adaptaciones. Escribió sobre cómo la vida cultural y social de las aldeas cambió, inclusive en los deportes y el estudio, y que les dio a las personas una oportunidad de conocerse y comunicarse... y de enamorarse. Una nueva esfera pública estaba reemplazando a la vida más circunscrita del hogar y el clan en las aldeas24.
Tú sabes, a la gente siempre le dicen que el comunismo no funciona porque “va contra la naturaleza humana”… que la gente es egoísta “por naturaleza”. Pero esa no es una afirmación sobre la naturaleza humana… es una afirmación sobre “la naturaleza humana bajo el capitalismo”… que es promovida y reforzada por un sistema basado en la competencia y en la propiedad privada, en el que la gente tiene que competir por empleo, educación, por todo, incluso en las relaciones personales… y en que se tiene un sistema basado en la ganancia que promueve el “primero yo”, “el ganador se queda con todo”…
Pero el socialismo abre todo un reino de libertad para que la gente cambie sus circunstancias y cambie su pensamiento. Esto es lo que sucedió durante la Revolución Cultural. Se tenía un sistema económico basado en utilizar los recursos para el mejoramiento de la sociedad y la humanidad. Se tenían nuevas relaciones e instituciones sociales que le permitían a la gente cooperar entre sí y maximizar sus contribuciones a la liberación de la sociedad y el mundo. En la Revolución Cultural cambió el sentido de responsabilidad social de la gente… se creó un nuevo ambiente social que apreciaba la cooperación y la solidaridad.
Esto fue real y repercutió en lo que la gente consideraba significativo e importante en su vida… y en cómo actuaban. No era alguna utopía perfecta… sino gente real transformando la sociedad y su forma de pensar. La consigna “servir al pueblo” fue popularizada durante la Revolución Cultural, y la gente estaba realmente evaluando su vida, y la vida de los otros, con eso en mente.25
Y cuando se restauró el capitalismo en China en 1976, y regresaron las viejas relaciones económicas de perro-come-perro… la gente cambió de nuevo —de vuelta a la vieja concepción de “yo contra ti”. Cambiaron no debido a que una naturaleza humana primordial se hubiera reafirmado de algún modo, ¡sino debido a que la sociedad había cambiado de vuelta al capitalismo!
El envío de los intelectuales al campo
Pregunta: Ya mencionaste bastante el campo y las ciudades. ¿Y qué de las políticas de enviar a los intelectuales y profesionales al campo? Eso es muy controvertido.
RL: Las políticas de enviar a los intelectuales y artistas al campo no eran punitivas. Durante la Revolución Cultural, se convocó a los artistas, médicos, trabajadores técnicos y científicos y a personas diversas a ir entre los obreros y campesinos: a aplicar sus conocimientos a las necesidades de la sociedad, a compartir la vida de la gente trabajadora, a intercambiar conocimientos y a aprender de la gente básica.
Se dice que ir al campo era una forma de persecución. Pero hacer que los obreros y los campesinos entraran en las universidades y los profesionales fueran al campo no era un asunto de recompensas y castigos. Uno de los objetivos de la Revolución Cultural era la de ir eliminando el desequilibrio cultural que existía en China. Era una situación social en la que los artistas, intelectuales y profesionales estaban concentrados en las ciudades y en la que a menudo realizaban su trabajo en una especie de torre de marfil separados del resto de la sociedad, sobre todo del 80 por ciento de la gente que vivía en el campo.
Hay que ver la política de enviar a los profesionales al campo en el contexto social y económico más amplio de la búsqueda, por parte de la China maoísta, de un desarrollo equilibrado e igualitario. En el tercer mundo, existe una crisis de urbanización caótica y desarrollo distorsionado: las ciudades excesivamente grandes e insostenibles para el medio ambiente con anillos de barriadas miserables; las masivas afluencias de migrantes del campo a las ciudades que no pueden encontrar trabajo; las políticas económicas, los sistemas educativos y la infraestructura de cuidados de salud que beneficiaban a la gente acomodada de las ciudades en detrimento de los pobres de las ciudades y los habitantes de las zonas rurales.
La Revolución Cultural suscitó en toda la sociedad la discusión sobre la necesidad de reducir las desigualdades entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, entre la ciudad y el campo, entre la industria y la agricultura y entre hombres y mujeres. El proceso de eliminar esas desigualdades y brechas fue parte de un proceso de superar las divisiones sociales y fomentar el desarrollo del conocimiento, conciencia y capacidad de la sociedad, en beneficio de la sociedad en su conjunto.
Pregunta: Entiendo lo que dices acerca de las desigualdades entre las ciudades y el campo. Pero ¿por qué había tanto énfasis en el envío de los intelectuales al campo? Algunas personas afirman que simplemente ordenaban que los intelectuales fueran a participar en el trabajo físico y la agricultura y a trabajar en las fábricas, y nada más. ¿Cómo respondes a eso?
RL: Lo que es muy importante entender es que la Revolución Cultural lidiaba con este problema histórico-mundial... de la gran brecha entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, que yo comentaba anteriormente y en que quisiera adentrarme en más profundidad ahora.
Bien, la mayoría de la gente hoy en día da por sentado o como un hecho que siempre habrá algunas personas que trabajan principalmente con el lomo y las manos, y otras que trabajan con la mente. Y es muy cierto que esta división ha existido desde hace muchísimo tiempo. Se remonta a miles y miles de años y acompañó la división de la sociedad humana primitiva en clases.
Por lo tanto, en la sociedad humana ha existido esta situación en la que la vida y actividad intelectual, las responsabilidades de la administración y gestión de los asuntos de la sociedad, la creación artística y cultural... han sido el coto de una muy pequeña porción de la sociedad. Pero eso es producto de la forma en que la sociedad humana ha evolucionado y se ha desarrollado, especialmente desde el surgimiento de las clases y de los sistemas económicos de explotación en que un pequeño sector de la sociedad controla el trabajo y el producto del trabajo de los demás... no es algo “innato” en los seres humanos.
La división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual tiene dos grandes efectos.
Uno, las personas que participan en estas formas de “trabajo intelectual” tienen ciertas ventajas y privilegios... siquiera para poder participar en esta actividad... y existe un estatus social superior que va con todo eso. Como se sabe, los gobernantes de la sociedad tienen el control de los medios de hacer cumplir el dominio opresivo... para conservar los sistemas de explotación y de aprovechar los frutos del trabajo de los demás. Monopolizan la toma de decisiones importantes en la sociedad. Su estatus es, sí, el de gobernantes, y la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual en este caso es antagónica. Pero hasta las personas que no están gobernando pero que se dedican principalmente al trabajo intelectual... todavía tienen ventajas y prestigio social.
En el caso de aquellos que se dedican al trabajo manual, están mantenidos en una posición subordinada, son “buenos por su duro trabajo” y luego son descartados. Históricamente se ha desvalorizado y menospreciado el trabajo manual.
Pero he aquí el segundo efecto negativo de esta división del trabajo. Traba el desarrollo integral del individuo. Las masas trabajadoras pasan la mayor parte de sus horas en hacer precisamente eso, trabajar... y trabajar en condiciones de monotonía, repetición y a menudo bajo el látigo o el dominio de otros. No tienen la oportunidad de participar en el ámbito del trabajo con las ideas, para llegar a conocer cómo funciona la sociedad y para asumir la responsabilidad de la gestión de los asuntos de la sociedad. Mientras tanto, aquellos que se dedican principalmente al trabajo intelectual en general están separados de la actividad productiva... y eso traba su desarrollo y comprensión integrales del mundo. En los pueblos, las personas están separadas del mundo natural, mientras que en el campo pueden llevar una vida muy aislada y sumirse totalmente en la lucha con la naturaleza.
Bien, los fundadores de la ciencia del comunismo, Marx con Engels, vieron en esta división del trabajo y en las contradicciones de clase que dicha división refleja y refuerza, un problema fundamental que la revolución comunista tiene que superar. Imaginaron una sociedad comunista futura en la que se logre una nueva y mayor unión del trabajo intelectual y el trabajo manual, en que las personas son a la vez productivas y creativas. Pero para lograr eso, se requiere un proceso complejo... y al igual que con tantos otros temas que hemos estado comentando, si pudiera decirlo de esta manera, “aprendemos de la curva de aprendizaje” durante la primera etapa de la revolución comunista.
La Unión Soviética bajo Stalin trató de lidiar de ciertas maneras con esta contradicción intelectual-manual. Una de las iniciativas más importantes fue la de ascender a las personas de origen obrero a puestos de gestión y autoridad, dedicando recursos a la formación y educación de los trabajadores. Eso representó un gran avance en comparación con la vieja sociedad. Pero el mero ascenso de los trabajadores a puestos administrativos en sí no resuelve el problema... Por una parte, estas posiciones administrativas encarnan relaciones de producción que llevan las semillas del capitalismo. Por la otra, como Mao señaló, si esos trabajadores tienen una concepción del mundo burguesa, pues, desde sus nuevas posiciones, es posible que actúen en contra de los intereses más amplios de las masas y se conviertan en “peces gordos” de “origen humilde”.
La Revolución Cultural manejaba la contradicción trabajo intelectual-manual de manera distinta. Por ejemplo, como mencioné, no sólo ponía a los trabajadores en puestos de gestión sino revolucionaba el concepto general de la gestión. Aparte de emprender diferentes tareas y responsabilidades, las masas contaban con dirección para adentrarse en las grandes cuestiones sociales, políticas e ideológicas de la sociedad y el mundo. Por ende, la Revolución Cultural lidiaba con la contradicción intelectual-manual de una manera más plena que en el caso de la Unión Soviética. No se reducía a “ascender a los trabajadores”26.
La política de enviar a los jóvenes educados y a los intelectuales al campo es otra parte importante de esto. Capacitaba a los intelectuales para que aprendieran de la experiencia de vida de la gente trabajadora básica y que compartieran conocimientos y tuvieran una idea viva de la forma en que su trabajo intelectual era parte de un proyecto más amplio de transformar y revolucionar la sociedad.
Eso suscitó mucho entusiasmo y mucho interés en muchas personas. Conozco una profesora de literatura que creció durante la Revolución Cultural. De joven fue al campo... y ha escrito sobre esto. Recibió su formación intelectual en la ciudad. Trabajó al lado de los campesinos, estudió los idiomas locales, estudió la teoría con los campesinos. Y todo eso le era una increíble y transformadora experiencia... una vida con propósito la que no existe para los jóvenes en la sociedad estadounidense27.
Pregunta: Pero la gente dirá que, en un país como Estados Unidos, uno puede hacer que su propósito sea su propia vida.
RL: En 1968-1969 en Estados Unidos, si uno era un joven sin una educación universitaria o sin una exención del servicio militar, había una buena probabilidad de que lo reclutaran en el ejército para cometer genocidio contra el pueblo vietnamita. ¿Esa es una vida con propósito? En China, los jóvenes y los profesionales iban al campo como parte de la creación de un mundo nuevo.
Recuerdo que después de que el huracán Katrina azotó a Nueva Orleáns en 2005, una gran diversidad de personas —enfermeras, ingenieros, conductores, personas diversas— quería ir allá para ayudar. Pero eso no fue posible, por lo menos no en gran escala... pues el sistema socioeconómico estadounidense no está organizado así. Es decir, no es una sociedad en la que unas prioridades sociales concretas orientan lo que ocurre. También recuerdo que, durante las vacaciones de Pascua después de Katrina, los estudiantes universitarios de diferentes partes del país se fueron a Nueva Orleáns para unirse con las masas en la reconstrucción de su vida. Pero eso ocurrió en una pequeña y muy temporal escala.
Imaginemos una sociedad en la que eso sea la norma, y no la excepción. Donde las personas tengan la capacidad de trabajar por el bien común, de aplicar sus conocimientos y energía a eso y donde se tomen las decisiones sociales para promover eso. Imaginemos una sociedad donde el poder estatal avale ese impulso que vimos en el caso de Katrina... a la vez que ese poder se cuide de no “asfixiarlo con apoyos”... en otras palabras, tiene que haber espacio para que las personas ensayen cosas nuevas y exploren en nuevos sentidos.
Como señalé antes, en la China revolucionaria llamaron a la gente educada a aplicar sus conocimientos a las necesidades de la sociedad, a compartir la vida de la gente trabajadora y a aprender de la gente básica. Un gran número de jóvenes y profesionales respondieron al llamamiento de la Revolución Cultural a “servir al pueblo” y a ir al campo y servir de ejemplo para los demás. Se hizo un llamamiento a los más altos intereses y aspiraciones de las personas, a servir al pueblo.
Y esto se convirtió en una pregunta generalizada: ¿Qué tiene más importancia, que un médico calificado tenga el “derecho” a una vida privilegiada en la ciudad o que se haga que los servicios de salud estén ampliamente disponibles, para que la gente en el campo tenga el derecho a una atención digna? Esa era una pregunta importante, ya que en vísperas de la Revolución Cultural, del 70 al 75 por ciento del gasto oficial en salud estuvo concentrado en las ciudades, donde sólo el 20 por ciento de la población vivía. Pero a principios de los años 1970, se tenía una situación en la que, en un momento dado, un tercio del personal hospitalario de las ciudades ya estaba en el campo, en los equipos móviles28. Eso fue algo tremendo.
Pero por grandes que fueran esos adelantos... no obstante hubo problemas en la forma en que estaba operando la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual… en la forma en que Mao y el liderato revolucionario enfocaban la superación de las diferencias entre los intelectuales y otros sectores de la sociedad, sobre todo los anteriormente oprimidos y explotados.
Pregunta: ¿Problemas de qué tipo?
RL: Eso es algo que voy a tratar en adelante, al hablar de la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian.
Pero en términos de la política de enviar a los intelectuales al campo... ésta se guiaba fuertemente por la idea de “remodelar a los intelectuales”. Ésta era problemática. Ahora, esa frase, “remodelar a los intelectuales”, que se utilizaba en China en ese momento, no se refiere para nada a la versión anticomunista: “obligar a los intelectuales a dejar de pensar”. Se trataba de luchar contra las actitudes elitistas. Sin embargo, el enfoque era unilateral, como si los intelectuales, simplemente porque estaban participando en el trabajo intelectual y contaban los respectivos privilegios... fueran una fuente de problemas en la sociedad. Y se daba un tratamiento selectivo a los valores, las ideas y la manera de pensar… de los intelectuales.
Se prestaba una atención unilateral a superar la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual desde la perspectiva de superar los privilegios y prejuicios de los intelectuales. Bien, existen actitudes y valores elitistas de los intelectuales derivados de la particular posición que ocupan en la sociedad. Pero los trabajadores y los campesinos también están bajo la influencia de la ideología burguesa, lo que incluye un resentimiento hacia los intelectuales o la práctica de inclinarse ante éstos. Es necesario transformar la manera de pensar de todos... como parte de convertirse en emancipadores de la humanidad.
Lo que estoy diciendo es que la Revolución Cultural, en general, representó un avance concreto en el tratamiento de la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual. Fue trascendental. Pero no representó la plena síntesis que se necesitaba. Podemos tratar eso en adelante.
¿Qué está mal con la “historia según las reminiscencias”?
Pregunta: Se han publicado estas reminiscencias sobre lo malo que era tener que ir al campo y que la gente sufrió. ¿Cómo interpretar estas reminiscencias?
RL: Quisiera subrayar lo siguiente acerca de las reminiscencias... y cualquier historiador que se precie de sí mismo te dirá lo mismo. Si bien algunas reminiscencias efectivamente pueden captar y analizar las principales líneas y tendencias de todo el período histórico en el que el autor vivió, en su mayoría tienden a limitarse a lo que el autor experimentó directamente. Por lo general, las reminiscencias no son obras de investigación y síntesis científica —aunque, para repetir, hay y puede haber excepciones. Las reminiscencias no reflejan necesariamente la amplia, diversa y compleja tela social que es la historia... ni van a la esencia de las distintas fuerzas sociales y de clase en contienda, de los distintos programas y puntos de vista contendientes sobre los cuales se batalla en la sociedad y en el mundo. Eso no los hace inútiles — pueden arrojar luz sobre ciertas cosas, pero tenemos que ser conscientes de lo que son... cuáles son sus limitaciones. Existen dinámicas sociales más amplias y éstas constituyen el contexto para la experiencia individual de cada quien.
Ahora bien, hay mucha complejidad por lo que respecta a una situación como la Revolución Cultural, donde había gran turbulencia social, la que incluía el hecho de que algunas personas perdían privilegios y otras eran víctimas de excesos en lo que fue en general una causa justa.
Fíjate que estaba leyendo una discusión sobre la literatura de reminiscencias por J. Arch Getty, un historiador de la revolución soviética. Y él señaló que uno nunca debería tratar de entender un acontecimiento importante como la Revolución Francesa mediante las historias personales... o sea, la narración de “he aquí lo que yo tuve que vivir”, o “he aquí lo que yo escuché”, etc. Pero de alguna manera, procedió a señalar, cuando se trata de la revolución soviética durante el período de Stalin, es perfectamente permisible hacer grandes generalizaciones analíticas basadas en la historia por anécdota29. Y lo mismo le pasa en grande a la Revolución Cultural. No se puede entender todo lo que hemos estado comentando en esta entrevista, en términos de los principales motivos y el principal carácter, así como la complejidad, de la Revolución Cultural... mediante la literatura de reminiscencias.
Es importante tener en mente ese punto de metodología.
Además, está el hecho de que solamente las reminiscencias de cierto tipo, las que son las quejas de aquellos que vieron sus privilegios bajo ataque durante la Revolución Cultural, son las reminiscencias que se promueven en la sociedad estadounidense, en las escuelas, en lo que sea... como parte de la embestida ideológica de la burguesía contra el comunismo. Es como si alguien de otro país fuera a tratar de entender los años 1960 y 1970, sin saber nada de la historia general de la esclavitud y del Jim Crow y luego la continuación de la opresión y discriminación contra los negros en el norte de Estados Unidos, al leer solamente las reminiscencias de una persona blanca a la que le negaron admisión a una universidad que tenía un programa de acción afirmativa para las minorías. (Véase “Un lector responde a ‘¿Qué está mal con la “historia según las reminiscencias”?’” en el Apéndice)
La última gran batalla de Mao
Pregunta: Raymond, pasemos al desenvolvimiento de la Revolución Cultural. Has hablado de dos fases de la Revolución Cultural — de los grandes levantamientos de los primeros años y luego algo de la consolidación y transformación. ¿Qué estaba pasando en los últimos años de la Revolución Cultural?
RL: La Revolución Cultural comenzó en 1966 —y luego pasó por esas fases que describí. Para principios de los años 1970, la lucha de clases ya se agudizaba. Era una situación compleja. Las fuerzas reaccionarias oponían resistencia y oposición a la Revolución Cultural. Entre las masas estaban las personas de inclinaciones muy radicales que luchaban para defender y llevar adelante la Revolución Cultural... estaban aquellos que la apoyaban en algunas ocasiones y que no estaban tan entusiasmados en otras ocasiones... y había personas atrasadas que de plano se le oponían.
De mayor importancia, los seguidores del camino capitalista se estaban movilizando continuamente en torno a su programa... a la vez que sufrían grandes reveses y derrotas en los primeros años de la Revolución Cultural.
Mao había analizado que la situación de los dos caminos que se abren después de la toma del poder, el camino capitalista y el camino socialista... que esa situación no es algo que dure unos cuantos años o algo así. Se trata de un rasgo definitorio de un relativamente largo período de transición socialista. Y, como Mao también recalcó: no está resuelto quién saldrá ganando... hasta la consumación concreta del comunismo y la eliminación de la división de la sociedad del mundo en clases.
Mao seguía advirtiendo del peligro de la restauración capitalista. Las masas tienen el poder estatal en el socialismo, pero la revolución tiene que continuar. Tal como comentábamos anteriormente, es necesario lidiar con las cicatrices de la sociedad de clases — con la continuación de las diferencias entre la ciudad y el campo, con la persistente jerarquía de la especialización, con el papel del dinero en la gestión de la economía, con el hecho de que existe esa brecha entre el trabajo intelectual y el trabajo manual.
Existe la influencia de las viejas ideas y valores, de la fuerza de la costumbre... de ir con la corriente, de subordinarse a lo convencional, de conservar las formas “ensayadas y comprobadas” y así sucesivamente. Una cuestión crucial de la transición socialista es la posición de la mujer en la sociedad, de llevar a cabo la plena emancipación de la mujer y de emprender una lucha contra las raíces y la persistencia del patriarcado y todas sus formas.
A eso se enfrenta la revolución en el poder.
Pregunta: Mencionas los rasgos generales y los desafíos generales ante la sociedad socialista. Pero ¿qué significaba eso en ese momento, en términos de estas fases de la Revolución Cultural?
RL: La situación específica, la coyuntura concreta frente a los revolucionarios, era muy difícil de 1973 a 1976. Y no se trata únicamente de lo que estaba ocurriendo en China en ese momento. Se trataba de la situación internacional en su conjunto y su compenetración e impacto en la lucha de clases en China. Sólo puedo referirme de paso a algunos aspectos básicos de lo que estaba pasando.
Permíteme empezar con la situación internacional a comienzos de los años 1970. Crecía el peligro de la guerra, lo que incluía la posibilidad de un ataque contra China por la Unión Soviética. Es posible que la o el lector no sepa... pero allá por los años 1970, la mayor concentración de tropas terrestres en el mundo estaba en la frontera chino-soviética, donde dos ejércitos estaban enfrentados entre sí. Al mismo tiempo, se habían producido sucesos en China, como la franca traición, de parte de algunas personas que anteriormente tuvieron un papel dirigente en la Revolución Cultural. Esa situación suscitaba mucha confusión en la población y era necesario desmenuzarla y entenderla.
Un desafío determinante al que se enfrentaban Mao y los revolucionarios en ese período fue el de cómo lidiar con ese peligro de la guerra y al mismo tiempo mantener la Revolución Cultural en marcha. Pues, un grupo de seguidores del camino capitalista asociados con los altos líderes del partido Deng Xiaoping y Zhou En-lai estaba tratando de aprovechar esa aguda y peligrosa situación internacional para poner fin a... para darle marcha atrás a la Revolución Cultural. Sostenían: “Ya basta de la Revolución Cultural esa, tenemos que ponernos a la tarea de crear un ejército moderno y una economía eficiente”. Por lo que querían decir una economía y fuerzas armadas capitalistas. Estaban luchando por su programa en los altos niveles del partido... y estaban movilizando a fuerzas sociales en la sociedad.
Todavía tenían muchísima fuerza en el partido, en el gobierno y en las fuerzas armadas. Hacían llamamientos con cierto contenido a las masas. Decían que si China estuviera enchufada a la economía mundial, la sociedad estaría en mejores condiciones: aumentaría el nivel de vida del pueblo trabajador básico, se fortalecería la economía de China, y ésta estaría en una mejor posición para lidiar con el peligro de una guerra. Hicieron un llamamiento a los jóvenes de orígenes más privilegiados en el sentido de que la Revolución Cultural “les estaban robando” sus “carreras”.
Mao y el cuartel general revolucionario en el partido estaban movilizando a las masas para hacer frente a esta situación que estoy describiendo. Dirigían a las masas para defender los nuevos cambios en la educación, como inscribir a los jóvenes de origen obrero y campesino en las universidades... dirigían a la gente a defender las obras culturales revolucionarias, como las óperas... la gestión de nuevas formas en las fábricas... lo que comentamos en términos de los jóvenes que iban al campo.
Fue una lucha complicada que los revolucionarios estaban librando. Estaban llamando a la gente a defender estas “nuevas cosas socialistas” frente a las actividades de los seguidores del camino capitalista para desacreditar y socavarlas... otra vez en nombre de la estabilidad. Además, los revolucionarios no estaban únicamente argumentando por defender lo que se había ganado mediante la Revolución Cultural sino llamando al pueblo a ir más lejos en la lucha para revolucionar la sociedad y las ideas y la forma de pensar de la gente.
Promovían el estudio de la teoría marxista. Ponían al descubierto el programa y la línea de los seguidores del camino capitalista. Planteaban ante la sociedad lo mucho que estaba en juego... para las masas de China y para la causa del comunismo... lo mucho que estaba en juego en esa lucha para hacer retroceder las actividades de los seguidores del camino capitalista de dar marcha atrás a los logros de la Revolución Cultural. Hubo brotes de protesta, algunos organizados por los seguidores del camino capitalista... otros por las masas revolucionarias en su contra. Los revolucionarios siempre se orientaban a movilizar la actividad consciente de las masas en esa lucha complicada.
La lucha pasó por fuertes curvas, giros y vaivenes. Y a medida que avanzaba y se intensificaba, iba afectando el estado de ánimo de unos sectores de las masas. Algunos sectores que habían apoyado la Revolución Cultural en sus primeras fases ya estaban empezando a cansarse. Eso es la realidad de la lucha de clases. Pero ante todo eso, los revolucionarios bregaban muy duro en la lucha para poner de manifiesto los problemas y volver a tomar la iniciativa.
Esa fue “la última gran batalla de Mao”. Fue heroica... fue trascendental.
Además, en ese periodo de 1973 a 1976, Mao y los revolucionarios que él dirigía realizaron aportes teóricos importantes a nuestra comprensión de la naturaleza de la sociedad socialista, la lucha de clases bajo el socialismo y el objetivo del comunismo. Los revolucionarios también hicieron algunos errores y equivocaciones secundarios... y éstos también encierran lecciones importantes.30
Solamente he podido ofrecer una descripción a grandes rasgos. Si la o el lector quiere tener un profundo análisis de la “última gran batalla” de Mao y sus lecciones, ha de leer las obras de Bob Avakian como La pérdida en China y el legado revolucionario de Mao Tsetung, Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung31 y ¿Conquistar el mundo? Deber y destino del proletariado internacional.
Cuando Mao murió en septiembre de 1976... eso representó la señal para los reaccionarios dentro del partido. En octubre éstos montaron un golpe de estado militar. De inmediato emprendieron acciones contra el núcleo revolucionario en los altos niveles del partido y desplegaron soldados en importantes zonas del país. Hubo resistencia. Pero la represión fue rápida y dura, con un gran número de detenciones y ejecuciones.
El socialismo en China fue derrotado. La primera etapa de la revolución comunista llegó a su fin.
Capítulo 5: Hacia una nueva etapa de la revolución comunista
Pregunta: Raymond, hemos hablado de la primera etapa de la revolución comunista con cierta profundidad y has puesto de relieve de manera vívida y aguda esas transformaciones y logros sin precedentes... y algunos de los problemas también. Pero a la larga, se dio una derrota. ¿Qué implicó eso en ese momento y de dónde nos deja esto hoy?
Raymond Lotta: La derrota en China fue un verdadero punto de viraje. Había confusión, conmoción y desorientación en el movimiento comunista internacional —me refiero a las fuerzas quienes por lo general se describen a sí mismas como maoístas. Además había una reacción de ese tipo entre las fuerzas radicales y progresistas más amplias.
Muchos llamados comunistas aceptaron al nuevo liderazgo de China. Señalaron el aparente apoyo que el nuevo liderazgo tuvo entre sectores de las masas chinas... y no veían mal el que los seguidores del camino capitalistas, que habían montado el golpe de estado, apoyaran de labios para fuera al socialismo y el comunismo. Otros se sumieron en el desconcierto y la desmoralización. Y otros se revolcaban en el agnosticismo de “¿quién puede decir?, ¿quién puede saber?” y eligieron “esperar a ver qué pase”... o simplemente continuaron en lo suyo como si este masivo revés no importara tanto.
En esas circunstancias, Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, se puso a la altura de cumplir con una necesidad grande e histórica: la de hacer un balance de lo ocurrido en China y además de las responsabilidades que eso dejó para los auténticos revolucionarios.
En 1977, BA escribió un análisis exhaustivo del golpe de estado. Explicó que una línea revisionista había ganado en China. Puso de manifiesto la forma en que esa línea se expresaba en diversas esferas. Definió las líneas de demarcación de la lucha de clases en China y cómo ésta estaba concentrada en los más altos niveles del liderazgo. Defendió a Mao y a sus seguidores más cercanos, la llamada “banda de los cuatro”. Además, libró una lucha muy compleja y de muchos principios para conseguir que el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos —el partido que lideraba en ese entonces y que lidera hoy— adoptara una postura correcta sobre este tema, a pesar de una oposición muy solapada de parte de una facción dentro del PCR32.
Nadie más en el mundo emprendió un análisis y evaluación de este tipo. BA bregó profundamente con la realidad y su complejidad y sacó conclusiones científicas: la revolución proletaria sufrió su segunda gran pérdida... primero en la Unión Soviética y ahora en China... y ahora nos toca a nosotros, a los auténticos comunistas, sacar lecciones, hacer un balance y además seguir adelante.
En el período que le siguió al golpe de estado... hablo de 1977 a 1979... Avakian también escribió el libro Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung, en el que sintetiza las contribuciones cualitativas de Mao a la ciencia de la revolución, siendo la más importante la teoría y la práctica de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado.
BA arrojó una claridad científica sobre ese momento crucial y empezó a abrir y trazar el camino para seguir adelante. Defendió los grandes logros de Mao y de la revolución china, mientras que analizaba profundamente la experiencia de China, y además de la primera etapa de la revolución comunista en su conjunto.
Pregunta: Bien, ¿qué implica eso acerca de lo que pasó en China?
RL: Con el beneficio del trabajo de hacer un balance que Bob Avakian acometió durante los siguientes treinta años, ahora podemos ver más claramente dos aspectos de por qué se dio esa derrota. Por un lado, había razones objetivas poderosas que obraban en contra de los revolucionarios en China. He mencionado que el peligro de la guerra estaba afectando la situación y la lucha de clases en China. Y a escala mundial, la fuerza —y las fuerzas— del capitalismo siguen teniendo una fuerza material e ideológica mayor, en comparación con aquellas de la revolución comunista naciente. Y eso se refleja en la sociedad socialista.
Pero hay otro aspecto de lo que pasó en China. Los factores objetivos no explican totalmente el golpe de estado. Hubo verdaderos problemas y debilidades en el enfoque y en las concepciones de Mao y los revolucionarios. Esas debilidades no eran... y repito no eran... la causa principal de la derrota en China. Pero sí contribuyeron a la derrota.
Para repetir, BA trabajaba y bregaba por forjar esta evaluación de la relación entre los factores objetivos y subjetivos y el análisis de esas debilidades. Es un balance surgido de 35 años de profundo y científico forcejeo y síntesis, lo que ha dado lugar a una nueva síntesis del comunismo.
Bob Avakian desarrolla una nueva síntesis del comunismo
Pregunta: ¿Podría llevarnos al período posterior al golpe de estado en China?
RL: Esencialmente, Avakian empieza este proceso de profunda exploración y examen crítico de la primera etapa de la revolución comunista, de hecho, de todo el proyecto comunista, con la obra ¿Conquistar el mundo? Deber y destino del proletariado internacional, escrita en 1981 (revista Revolución #50, enero 1982). De ahí siguió explorando y haciendo nuevos descubrimientos. Durante las más de tres décadas desde la contrarrevolución en China, Bob Avakian desarrolló y forjó una nueva síntesis del comunismo.
Ha estado haciendo todo esto, cabe añadir, en el contexto del incesante asalto ideológico de la burguesía contra el comunismo.
Así que déjame hablar de la nueva síntesis. Se trata de un nuevo marco integral por el cual proseguir con la revolución comunista. El vínculo esencial es un adelanto en el método y enfoque científico. Si queremos conocer y cambiar el mundo al servicio de los más altos intereses de la humanidad, necesitamos la ciencia... tenemos que conocer cómo es el mundo en concreto y cómo concretamente se puede transformar el mundo radicalmente33.
Avakian también ha desarrollado el marco internacionalista del comunismo —recuérdate, hablé acerca de los errores cometidos al respecto por Stalin e incluso por Mao y cómo esos errores terminaron por socavar sus propios esfuerzos de defender y hacer avanzar la revolución— y ha hecho avances muy cruciales en la estrategia revolucionaria34.
Pero teniendo en cuenta el tema de esta entrevista, quisiera centrarme en algunos puntos esenciales que principalmente se refieren al ejercicio del poder y la dictadura del proletariado como una transición al comunismo —aunque los puntos que voy a mencionar reflejan los adelantos de BA en el método, en especial la necesidad de buscar rigurosamente la comprensión más completa posible de la verdad... y las formas de llegar a conocerla. No obstante, en lo que voy a mencionar solamente es posible tocar de paso la riqueza y la profundidad de la manera en que la nueva síntesis trata estas cuestiones.
Avakian ha desarrollado una nueva concepción de la forma de ejercer el poder en la sociedad socialista. Se concentra en la formulación “un núcleo sólido con mucha elasticidad” y se expresa concretamente en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto) que ha publicado el Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos. ¿Cómo se aferra al poder y cómo se mantiene la sociedad en movimiento en la dirección hacia el comunismo... y al mismo tiempo —y esto es una parte integral del proceso de llegar al comunismo— como se desencadena a toda la sociedad en el empeño de comprender la realidad y el potencial revolucionario en la realidad a fin de transformarla y crear un mundo mucho mejor y muy diferente?
Se trata del socialismo como una transición vibrante y dinámica. Se trata de descubrir nuevas verdades y utilizar las contradicciones todavía por resolver en la sociedad socialista, como la cuestión de la plena emancipación de la mujer... al utilizar esas contradicciones como motor para impulsar la sociedad hacia adelante. Y se trata de hacer eso, junto con el avance de la revolución mundial.
BA ha recalcado que el trabajo intelectual y la efervescencia intelectual y cultural son vitales para una sociedad del tipo que el socialismo tiene que ser... y para llegar al comunismo, a un mundo sin clases. El trabajo intelectual se suma al acervo de conocimientos de la sociedad y el mundo y acerca de los mismos. La efervescencia y el debate de la vida intelectual y la aplicación del método científico a los problemas y el pensamiento crítico que los acompaña... todo eso es algo esencial e indispensable para las masas... para la capacidad de las masas populares de conocer el mundo con mayor profundidad y para tener la capacidad de transformarlo cada vez más profundamente... y de transformarse a sí mismas.
La efervescencia intelectual y el disentimiento contribuyen al espíritu crítico y exploratorio que tiene que penetrarse en la sociedad socialista, para destapar los problemas y defectos de la sociedad socialista... y para interrogarla en todos los niveles35.
Las lecciones de la Revolución Cultural y el avance más allá de la misma
Pregunta: Así que ¿cómo se aplica eso a la experiencia de la Revolución Cultural?
RL: Bueno, Mao no lo captó totalmente. Como acabo de decir, en su orientación Mao tendía a ver a los intelectuales, y para repetir se trata de tendencias secundarias... más bien tendía a ver las cosas por el aspecto de sus problemas ideológicos... y no captó plenamente la manera en que la actividad intelectual puede contribuir a la atmósfera que se necesita en la sociedad socialista — a una sociedad del tipo en el que la gente querría vivir y florecer.
Fíjate, no se podrá superar la gran división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, sin desencadenar la efervescencia intelectual y sin abrir espacios y ámbitos concretos para la misma — al mismo tiempo que hay movimiento en algunos de los diversos sentidos de la Revolución Cultural... echando abajo las divisiones sociales y capacitando a los intelectuales para reconocer las desigualdades persistentes de la sociedad y para verse a sí mismos y a su trabajo en el contexto más amplio de crear un mundo nuevo. Para repetir, Mao no tenía la síntesis completa de la superación de esta gran división en la historia humana, aunque la Revolución Cultural fuera un adelanto histórico.
Bueno, uno de los principales objetivos de la Revolución Cultural fue el de capacitar a las personas para que distinguieran entre el camino capitalista y el camino socialista. Aquí retomamos algunos puntos sobre la efervescencia intelectual que mencionaba anteriormente. Se dio un florecimiento sin precedentes de debates y forcejeo durante la Revolución Cultural. Recuérdate que yo hablaba de todos esos periódicos y los grandes debates y cartelones en los muros. Pero por grandioso que fuera todo eso, todavía había cierto confinamiento... cierta limitación del disentimiento. Hablo del ámbito de debates y florecimiento.
En China durante la Revolución Cultural, el comunismo era la “ideología oficial”. Si bien se prendía todo ese debate increíble... no obstante, ciertas tendencias y corrientes de pensamiento que no iban a conseguir un público... porque todavía había ese marco y discurso oficial, digamos, aun cuando las cosas, tal como he estado explicando, se estaban poniendo muy alocadas y se estaba abriendo de par en par.
He aquí un problema. No todos eran comunistas... y lo mismo será cierto en una sociedad socialista. Es necesario crear una situación en la que existe la vivacidad mental y la posibilidad de plantear críticas y disentimiento... incluso, como Avakian subraya, de parte de puntos de vista opuestos al comunismo y al socialismo. ¡El estado socialista no sólo tiene que proteger el disentimiento, lo que incluye el disentimiento en contra del socialismo, sino fomentarlo!
Y esto es lo paradójico... de veras es una contradicción. Pues, ese enfoque en la China revolucionaria, de confinar el disentimiento, efectivamente obró en contra de la Revolución Cultural. Obró en contra de la capacitación de las masas para conocer a fondo todos los puntos de vista en la sociedad... el descubrimiento de todas las contradicciones... y que las masas aprendieran mediante la riqueza de los debates, incluso de los puntos de vista opuestos al socialismo.
Ahora bien, no se trata de una orientación sin riesgos. De veras, estarás al filo de una navaja. Ello, porque habrá seguidores del camino capitalista y variedades de la contrarrevolución que obran en tu contra y pretenden derrocarte y pretenden utilizar este disentimiento en su actividad.
Avakian identifica el gran reto, en una entrevista de 2012 titulado Lo que la humanidad necesita: La revolución, y la nueva síntesis del comunismo, planteando una pregunta crucial que proviene de la primera etapa de la revolución comunista... y sobre la que la nueva síntesis ha abierto paso:
¿Cómo darle la prioridad correcta y necesaria a las necesidades fundamentales de las masas populares en la sociedad —especialmente las masas cuyas necesidades económicas, sociales, políticas y culturales han sido pisoteadas en el viejo sistema explotador— sin socavar al mismo tiempo la necesaria efervescencia intelectual y cultural, creatividad e incluso disentimiento que es esencial para fomentar el tipo de proceso en la sociedad en que tanto las masas populares en general, como la dirección del partido y del gobierno, estén aprendiendo de todo ese proceso, incluyendo las críticas que se plantean y las ideas poco convencionales que se expresan en la actividad intelectual, en la esfera de las artes, etcétera —para propiciar un proceso más rico?36
Eso es un enorme adelanto, una parte de un mayor adelanto basado a un profundo estudio y forcejeo que es la nueva síntesis y proporciona una base concreta para la esperanza sobre una base científica sólida.
Al mundo le hace falta la nueva síntesis de la revolución comunista
Pregunta: Raymond, hemos cubierto mucho terreno. ¿Algunas palabras finales?
RL: Hemos hablado largo y tendido sobre toda la primera etapa de la revolución comunista —de la lucha muy trascendental de crear un mundo completamente nuevo. Y nos adentramos muy profundamente en Mao y la Revolución Cultural, el punto culminante de la primera etapa de la revolución comunista. Y, sí, ésta fue derrotada. Pero lo que es notable no es que perdieron el poder en China ni que anteriormente pasó lo mismo en la primera iniciativa en la Unión Soviética. No, cuando se piensa en lo que se enfrentaban en el plano internacional y en función de los rezagos de la sociedad en la que subieron al poder... al aplicar un enfoque científico a todo eso… lo que es muy notable es qué tanto tiempo lograron tener el poder y qué tan lejos lograron avanzar. Lo que hay que celebrar es la tremenda contribución que eso constituye para el acervo del conocimiento humano y la realidad de las posibilidades humanas.
Pero no podemos quedarnos con eso, así no más. Por mucho que tratemos en esta entrevista, en un sentido yo apenas logré escudriñar en la superficie de las cosas. Es necesario explorar de manera más profunda y científica los grandes logros y lecciones de esta primera etapa y es necesario adentrarse de manera mucho más profunda en la nueva síntesis del comunismo que Bob Avakian ha desarrollado. Además, es necesario movilizar todo eso en la lucha que enfrentamos en este momento —a fin de transformar concretamente este mundo, el que es un horror, pero que en realidad no tiene que ser así. Toda la historia del comunismo hasta ahora demuestra de manera poderosa que el mundo no tiene que ser así, que no hay nada inherente a la naturaleza humana que nos condena a un mundo así, ni es todopoderosa la clase dominante a la que nos enfrentamos. Además, la idea general de la nueva síntesis demuestra cómo, efectivamente, podemos hacer una revolución Y ADEMÁS que podemos ir más allá y hacerlo mejor esta vez.
Todo eso se reduce a lo siguiente: el mundo clama con urgencia por un cambio radical, por la revolución. Además, para continuar y para dar saltos en el camino para salir de esas “tinieblas” de la sociedad de clases, es fundamental y necesario captar correctamente el VERDADERO carácter, el carácter liberador de la primera etapa de la revolución comunista Y ADEMÁS empaparse en las contribuciones de Bob Avakian que resume esa etapa y da dirección para una nueva, aún más grandiosa etapa. Se trata de la necesidad y la base para un mundo en el que los seres humanos verdaderamente podrán florecer. Y se trata de que todos nosotros nos pongamos a la altura de la gran necesidad que tenemos ante nosotros: hacer nuestra esta ciencia y usarla para transformar la realidad que enfrenta la humanidad.
1. Desde finales de los años 1950 hasta el derrumbe de la Unión Soviética, los revisionistas soviéticos estuvieron promoviendo un modelo de desarrollo “socialista” a ser adoptado por países del tercer mundo. Dieron ayuda para su construcción y varias fuerzas gravitaron hacia él. Uno de tales países es la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte). Su liderato en diversos momentos se ha calificado de socialista-comunista, pero en los hechos esta sociedad no tiene nada en común con el socialismo o el comunismo. Hay propiedad estatal, un sistema de bienestar social, y formas de “participación obrera” y “democracia obrera”. Pero Corea del Norte es en esencia una sociedad militarizada, paternalista gobernada por una estrecha capa de capitalistas-estales burocráticos. Es una sociedad en la que las masas son mantenidas en un estado pasivo y sofocado.
Para conocer más sobre las diferencias entre el auténtico socialismo y el tipo de sociedad que existe en Corea del Norte o Cuba, véase Bob Avakian, “Tres alternativas para el mundo”, en Lo BAsico de los discursos y escritos de Bob Avakian (Chicago: RCP Publications, 2011), 67-70. [regresa]
2. Véase la entrevista “Correrías con los Guardias Rojos: Remembranzas de la Gran Revolución Cultural Proletaria”, Obrero Revolucionario, 22 de diciembre de 1986. [regresa]
3. Jan Myrdal y Gun Kessle, China: The Revolution Continued (New York: Pantheon, 1970) especialmente pp. 75-108. [regresa]
4. Parte del importante trabajo teórico hecho por los revolucionarios maoístas en China sobre estos temas se recopila en Raymond Lotta, ed., And Mao Makes 5: Mao Tsetung’s Last Great Battle (Chicago: Banner Press, 1978). [regresa]
5. Véase la síntesis en Bob Avakian, Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung (Chicago: RCP Publications, 1991), Cap. 6. [regresa]
6. Véase Elizabeth J. Perry y Li Xun, Proletarian Power: Shanghai in the Cultural Revolution (Boulder: Westview Press, 1997). [regresa]
7. Véase la discusión en Raymond Lotta, Nayi Duniya, y K.J.A., “Reinterpretando la Revolución Cultural con el fin de sepultar la Revolución Cultural”, en “’La política de la emancipación’ de Alain Badiou: Un comunismo encerrado en los confines del mundo burgués”, Cap. IV, Demarcaciones: una revista de teoría y polémica comunistas, nº 1 (verano-otoño 2009). [regresa]
8. Véase Mao Tsetung, “Discurso ante la delegación militar de Albania” [1967]. [regresa]
9. Véase el “Documento de los 16 Puntos”, “Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre la Gran Revolución Cultural Proletaria” (Adoptado el 8 de agosto de 1966), en Importantes Documentos de la Gran Revolución Cultural Proletaria (Pekín: ELE, 1970). [regresa]
10. La lucha en la Universidad Tsinghua se describe en William Hinton, Hundred Day War: The Cultural Revolution at Tsinghua University (Nueva York: Monthly Review Press, 1972). Véase la Parte III. “The Working Class Intervenes”. [regresa]
11. Para un análisis general de la Revolución Cultural, véase la entrevista con Bob Avakian, “La Revolución Cultural de China”. Sobre los principales eventos y puntos de viraje de la Revolución Cultural, especialmente en sus fases iniciales, véase Jean Daubier, Historia de la Revolución Cultural Proletaria en China (México: Siglo XXI, 1972). [regresa]
12. Sobre la Revolución Cultural en el campo y sus efectos en la educación, incluyendo la enorme expansión de la enseñanza secundaria, véase Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution: Educational Reforms and Their Impact on China’s Rural Development (New York: Garland Publishing, 2000), 88; y Suzanne Pepper, “Education”, en The Cambridge History of China, Vol. XV, Roderick MacFarquhar y John K. Fairbank, eds. (New York: Cambridge Univ. Press, 1991), 416.
Para un análisis más general de las transformaciones en la educación, véase Ruth Gamberg, Red and Expert: Education in the People’s Republic of China (New York: Schocken Books, 1977). [regresa]
13. Véase Science for the People, Ciencia y pueblo en China (Madrid: Blume, 1979). En los años 1920 se descubrió la más rica evidencia de la evolución humana: El hombre de Pekín. Luego de la revolución, el hombre de Pekín hizo parte del movimiento para llevar la ciencia al pueblo: la historia de la evolución humana era una lección de filosofía marxista ofrecida a las masas. Véase Sigrid Schmalzer, The People's Peking Man: Popular Science and Human Identity in Twentieth-Century China (Chicago: Univ. of Chicago Press, 2008). [regresa]
14. Véase la Parte 2 de la entrevista “Correrías con los Guardias Rojos: Remembranzas de la Gran Revolución Cultural Proletaria”. Sobre el movimiento de los “médicos descalzos” como parte de un sistema integrado de atención de salud, véase Teh-wei Hu, “Health Care Services in China’s Economic Development”, en China’s Development Experience in Comparative Perspective, ed. Robert F. Dernberger (Cambridge, MA: Harvard Univ. Press, 1980).
Véase también el documental, The Barefoot Doctors of Rural China, producido por Victor Li, disponible en YouTube; y Comité Revolucionario de Salud de la Provincia de Hunan, A Barefoot Doctor’s Manual: The American Translation of the Official Chinese Paramedical Manual (Philadelphia: Running Press, 1977). [regresa]
15. Para una vision general de la atención en salud en la China revolucionaria, véase Victor W. Sidel y Ruth Sidel, Serve the People: Observations on Medicine in the People’s Republic of China (Boston: Beacon Press, 1973). [regresa]
16. Véase Donald G. McNeil, Jr, “For Intrigue, Malaria Drug Gets the Prize”, New York Times, 16 de enero de 2012; y “Malaria: Rediscovered Cure”, Médecins Sans Frontières, 24 de abril de 2013, en msf.org. [regresa]
17. Penny Kane, The Second Billion: Population and Family Planning in China (Nueva York: Penguin Books, 1987), 172 y Cap. 5. [regresa]
18. Victor W. Sidel y Ruth Sidel, Serve the People, 256-258. [regresa]
19. Durante la Revolución Cultural, como se mencionó, hubo grandes avances en la comprensión de la economía política del socialismo y en cómo desarrollar una economía socialista de forma revolucionaria hacia metas revolucionarias. Esta comprensión está concentrada en un importante manual escrito en China en el periodo 1972-76 y disponible en una edición en inglés: Maoist Economics and the Revolutionary Road to Communism (Chicago: Banner Press, 1994). El epílogo se centra en las innovaciones en la planificación y proporciona documentación empírica de los logros económicos alcanzados en la Revolución Cultural: Raymond Lotta, Epílogo: “Teoría y práctica de la planificación maoísta: En defensa de un socialismo viable y visionario”, 279-332. [regresa]
20. El patio de los arriendos. Escultura en arcilla (Pekín: ELE, 1970). [regresa]
21. La afirmación infundada de que China era un inmenso “moridero cultural” durante la Revolución Cultural hace parte de la creencia popular de nuestra época. Un reciente estudio de Paul Clark, The Chinese Cultural Revolution: A History (New York: Cambridge Univ. Press, 2008), analiza en detalle la ópera, el cine, la danza, las artes visuales, la literatura, la poesía y el teatro y muestra que la Revolución Cultural fue de hecho un período de gran creatividad, innovación y producción artística sin precedentes. Aunque esta obra padece de cierto anticomunismo y el autor opera dentro de un marco de modernización nacionalista, es un estudio valioso y bien documentado.
Sobre el arte del cartel durante la Revolución Cultural, véase Lincoln Cushing y Ann Tompkins, Chinese Posters: Art from the Great Proletarian Cultural Revolution (San Francisco: Chronicle Books, 2007). [regresa]
22. Los guiones de algunas de las obras de teatro modelo pueden encontrarse en Lois Wheeler Snow, China On Stage: An American Actress in the People’s Republic (New York: Vintage, 1973). Véase también Li Onesto, “Yang Bang Xi: Las obras revolucionarias modelo de la China revolucionaria”, Revolución, 18 de junio de 2006.
Véase también el ensayo sobre dos de los ballets modelo, por Bai Di, “Feminism in Revolutionary Model Ballets The White-Haired Girl and The Red Detachment of Women”, y vea la película del ballet Destacamento rojo de mujeres. [regresa]
23. Véase Jan Myrdal, Return to a Chinese Village (New York: Pantheon, 1984); Jack Chen, A Year in Upper Felicity: Life in a Chinese Village During the Cultural Revolution (New York: McMillan Publishing Co., 1973); y Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution: Life and Change in a Chinese Village (New York: Monthly Review Press, 2008). [regresa]
24. Véase Mobo Gao, “Debating the Cultural Revolution: Do We Only Know What We Believe”, en Critical Asian Studies 34 (2002): 427-430; y Mobo Gao, Gao Village: A Portrait of Rural Life in Modern China (Honolulu: Univ. of Hawai’i Press, 1999), Cap. 9. [regresa]
25. Lo que esto significa en términos de experiencia de vida se transmite en reflexiones como: “Teníamos un sueño de que el mundo puede ser mejor que hoy”, Entrevista de “Pongamos las cosas en claro” a Wang Zheng, Revolución, 3 de septiembre de 2006; y Dongping Han, The Unknown Cultural Revolution; véase también el video de Dongping Han en BookTV: booktv.org. [regresa]
26. Importantes artículos teóricos producidos durante la Revolución Cultural sobre la cuestión de la revolucionarización de la gestión se recopilan en Stephen Andors, ed., Workers and Workplaces in Revolutionary China (White Plains, NY: M.E. Sharpe, 1977). Para un estudio escrito desde una perspectiva ideológico-política diferente que arroja luz sobre la revolucionarización de la gestión: Stephen Andors, China’s Industrial Revolution: Politics, Planning, and Management 1949 to the Present (New York: Pantheon, 1977). [regresa]
27. Para más relatos como éste, véase la valiosa colección de ensayos escritos por mujeres que crecieron en la China maoísta: Xueping Zhong, Wang Zheng, y Bai Di, eds., Some of Us: Chinese Women Growing Up in the Mao Era (New Brunswick, NJ: Rutgers Univ. Press, 2001). [regresa]
28. Teh-wei Hu, “Health Care Services in China’s Economic Development”, 234. [regresa]
29. John Archibald Getty, Origins of the Great Purges: The Soviet Communist Party Reconsidered, 1933–1938 (New York: Cambridge Univ. Press, 1987), 4-5. [regresa]
30. Documentos de esta lucha están recopilados en Raymond Lotta, ed., And Mao Makes 5. [regresa]
31. Bob Avakian, La pérdida en China y el legado revolucionario de Mao Tsetung (Chicago: RCP Publications, 1978) y Las contribuciones inmortales de Mao Tsetung (Chicago: RCP Publications, 1991). [regresa]
32. Lea el análisis de Bob Avakian y los documentos fundamentales de esta lucha en Revolution and Counter-Revolution: The Revisionist Coup in China and the Struggle in the Revolutionary Communist Party, USA. [regresa]
33. Lea más sobre el adelanto de BA en la ciencia del comunismo en “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer y cambiar el mundo”; “El comunismo como una ciencia“ (el apéndice de la Constitución del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos); Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, Primera parte: “Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués”; y Los pájaros no pueden dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede volar más allá del horizonte, Primera parte: “Revolución y el estado”, en línea en revcom.us. [regresa]
34. Lea más sobre el desarrollo del internacionalismo por BA en Avanzar el movimiento revolucionario mundial: Cuestiones de orientación estratégica, Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #316-317; lea más sobre de la estrategia en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, Segunda parte: “Todo lo que hacemos tiene que ver con la revolución”; y en “Sobre la estrategia para la revolución“, una declaración del Partido Comunista Revolucionario, en línea en revcom.us. [regresa]
35. Bob Avakian, Observations on Art and Culture, Science and Philosophy (Chicago: Insight Press, 2005). [regresa]
36. Entrevista a Bob Avakian por A. Brooks, Lo que la humanidad necesita: La revolución, y la nueva síntesis del comunismo (Chicago: RCP Publications, 2012), en línea en revcom.us. [regresa]
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