Ultrajante violación en Stanford

“Motivo suficiente para hacer una revolución”

Sunsara Taylor

15 de junio de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us

 


Bob Avakian, "Un mundo de violación y agresión sexual"
Un corto del dvd Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, una charla filmada de Bob Avakian, pronunciada en 2003 en Estados Unidos.

Conozca más aquí sobre Bob Avakian.

Bob Avakian ha dicho que la frecuencia de las violaciones en la sociedad estadounidense sería motivo suficiente para hacer una revolución, aunque no existieran todos sus otros monstruosos crímenes e injusticias. Un examen más profundo del reciente caso de violación en la Universidad de Stanford recalca esto — y por qué se necesita una revolución para solucionarlo.

El 17 de enero de 2015 se hizo añicos la vida de una mujer joven. La noche comenzó con una cena familiar alegre y una decisión de última hora de acompañar a su hermana a una fiesta, la que terminó con ella a una camilla, con el cuerpo y el interior de su vagina cubiertos de contusiones y mugre. Había sufrido una brutal violación en el suelo, inconsciente, detrás de un contenedor de basura, fuera de una fiesta de una fraternidad universitaria de Stanford.

Del crimen fue acusado Brock Turner, de 20 años, estudiante de Stanford. El abogado de Turner sacó, durante el juicio, calumnias y acusaciones irrelevantes de toda calaña contra la víctima. La sometió a un infierno en el estrado de los testigos. Le echó la culpa por haber tomado, por tener una vida sexual activa, por su forma de vestir y mucho más. Como si de alguna manera eso justificara la violenta violación de ella por Turner.

A pesar de todo esto, la evidencia fue abrumadora y el jurado lo declaró culpable de tres delitos graves.

De ahí el juez intervino. Dijo que cumplir una sentencia de cárcel “tendría un grave impacto” sobre el violador. Por lo que, en lugar de darle a Turner una condena potencial de 14 años de prisión, le dio solamente seis meses de cárcel.

El tribunal dio el mensaje de que la violación “no es tan grave”. Esto es intolerable e incorrecto.

Pero eso no es todo. Este caso es una radiografía de la cultura general de promoción y exaltación de la violencia y la degradación de las mujeres. Es una concentración de la necesidad urgente para la revolución más radical y profunda en la historia de la humanidad.

Un valiente y desgarradora voz

¡A romper TODAS las cadenas!
Bob Avakian sobre la emancipación de la mujer y la revolución comunista

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En una muestra de enorme valor, la joven leyó una carta en voz alta ante la corte que detalló su experiencia. Describió gráficamente que el daño infligido por la violación no acaba cuando termine el acto físico. Recorre la vida de una mujer, se extiende a los que la rodean y pende en el aire como una violación contra todas las mujeres en todas partes.

Explicó: “Me quedé allí examinando mi cuerpo debajo de la corriente de agua y decidí, ya no quiero mi cuerpo. Estaba aterrorizada de él, yo no sabía lo que había estado dentro de él, si había sido contaminada, quien lo había tocado. Quería quitarme el cuerpo como una chaqueta y dejarlo en el hospital con todo lo demás”.

El trauma se infiltró en todos los aspectos de su vida: “Traté de sacarlo de mi cabeza, pero era algo tan pesado que no hablaba, no comía, no dormía, no interactuaba con nadie. Después del trabajo, manejaba a un lugar apartado para gritar. No hablaba, no comía, no dormía, no interactuaba con nadie, y acabe aislándome de aquellos a quienes más amaba”.

Con una claridad penetrante, y sin una pizca de venganza, demolió las excusas de su violador y sus defensores. No, el alcohol no es un pretexto para la violación. No, la promiscuidad sexual (en la que una persona de libre albedrió concede tener relaciones sexuales con muchas personas) no tiene nada que ver con la violación (la que obliga una persona a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad). No, no está bien el hecho que le hicieron preguntas irrelevantes y volviera a revivir el trauma en el estrado de los testigos. Ello dijo: “Si un delincuente por primera vez y procedente de un medio desfavorecido fuese acusado de tres cargos mayores y no demostrara ninguna responsabilidad por sus acciones excepto tomar, ¿cuál sería su sentencia? El hecho de que Brock fuera un atleta en una universidad privada no debería ser visto como un derecho a indulgencia, sino como una oportunidad de enviar un mensaje que el asalto sexual es contra las leyes sin importar la clase social”.

Su carta es de 13 cuartillas y todos deberían leerla. En su totalidad. En voz alta. En las aulas. En grupos de iglesia. En familias. En equipos deportivos. Por la radio.

Que se palpe su dolor. Que se apoye su batalla contra la desesperanza. Que se multiplique su valor.

El juez reprende a la víctima de la violación y humaniza al violador

Aun después de oír esta carta desgarradora, el juez Persky le dio a Brock un simple tirón de orejas. En efecto, le dio luz verde a los violadores en todas partes.

Increíblemente, Persky no es una excepción. Al contrario, se trata de una concentración de toda la cultura pútrida de violación de la sociedad estadounidense. En los Estados Unidos, al igual que en demás estados capitalistas “modernos”, la violación es solamente “ilegal, pero no tanto, me entiendes”. En otras palabras, la violación formalmente va contra la ley, pero para todo propósito y efecto, en especial para los poderosos y sus agentes armados, la violación es una actividad protegida.

Acéptelo: Antes de que estallara la consternación sobre este caso, la universidad de Stanford nunca había expulsado a ninguno de sus estudiantes por violación. Miles y miles de estuches de violación pasan años sin análisis en las comisarías de policía en todo Estados Unidos. Menos del dos por ciento de las violaciones denunciadas ante la policía resultan en condenas y penas de cárcel. Era legal en los 50 estados que un hombre pudiera violar a su esposa previo a la década de 1970. En 1993 por fin se penalizó en el último estado. En el servicio militar de Estados Unidos, una de cada tres mujeres sufrirá una violación o agresión sexual, pero si una mujer informa sobre su violación, es 12 veces más probable que sea víctima de represalias que de ver jamás que condenen a su violador.

¿Por qué? Debido a que la violación cumple una función importante en este sistema. Aterroriza a todas las mujeres, las mantiene temerosas y constantemente les recuerda “su lugar”. Es un medio violento de hacer cumplir los muchos perversos privilegios y beneficios que se prometen para los hombres, para hacerles sentir que tienen, al menos, un interés en alguna parte del presente sistema. Eso es objetivamente cierto, aunque a algunos hombres mismos les desagrade y hasta repugne esta forma particular de opresión.

Este violento terror y degradación de la mujer es una piedra angular y un aglutinante importante de todas las sociedades capitalistas modernas, inclusive los Estados Unidos. Y en este momento, se intensifica rápidamente y de manera agresiva. Lo impulsan los hombres que se enfurecen debido a que las mujeres han entrado en los campus universitarios, en las salas de juntas corporativas y en los deportes, ámbitos que solían ser bastiones de dominación indiscutiblemente masculina. También lo impulsa la ira latente de otros hombres que cada vez más enfrentan mayor inseguridad económica y la desintegración de la familia tradicional dominada por los hombres; hombres sedientos de reafirmar su control y descargar su furia contra las mujeres.

Se trata de la integración social normalizada de la pornografía de violaciones. De la música que se burla de las mujeres como “perras” y “putas”. De las escrituras bíblicas que celebran la violación como una recompensa de guerra. De la “cultura de machos” promovida por los entrenadores y profesores de educación física, en las salas de juntas y en los batallones militares. De la forma en que niños y hombres que no participan son objeto de intimidación, tildados de “maricones” y con frecuencia objeto de la violación sexual. De la cultura de clubes eróticos y “escoltas” que prevalece en Wall Street y Silicon Valley. Del avergonzamiento, amenazas y turbas de hombres en el Internet que acosan a las mujeres en las redes sociales. De las palabras del padre de Brock, quien descarta la violación cometida por su hijo como meramente unos “20 minutos de acción”.

Hay que terminar las violaciones: ¡Esto significa la revolución!

Bob Avakian (BA), el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, escribió: “Hace poco oí una estadística asombrosa: en Estados Unidos una de cada cuatro mujeres será víctima de un ataque sexual durante su vida. ¡Una de cada cuatro!, y se prevé que la cifra aumentará a una de cada tres. Nada más con eso, incluso si esta ‘civilización’ no produjera ninguno más de la lista aparentemente infinita de ultrajes y monstruosos crímenes que produce — hasta la guerra mundial; aun si lo que representa esa cifra fuera lo único podrido de este sistema, con eso bastaría para alzarse contra él y no cesar hasta derrocarlo y poner en su lugar algo mejor”.

Es esencial que la gente se oponga ferozmente a toda esta cultura de la violación, violencia y degradación contra la mujer. Muchas, muchas más personas tienen que hacer lo que esta joven mujer hizo al negarse a aceptar la escandalosa injusticia de la sentencia, así como lo que dos estudiantes de posgrado suecos hicieron al detener físicamente a esta violación al momento que ocurría.

Basta ya de bromear, disculpar o restarle importancia a la violación. No más avergonzamiento y culpa a las víctimas de violación. No más preguntar, “¿Qué ropa llevaba?” o sugerir que “Ella se lo buscó”. No más excitarse con la pornografía que sexualiza la degradación y tortura de las mujeres. No más tratar a las mujeres como sacos de boxeo, como objetos sexuales o como meras criadoras de niños.

Los Clubes Revolución tienen toda la razón: “Nosotros luchamos por un mundo en el que TODAS las cadenas resulten rotas. Las mujeres, los hombres y las personas de género diferente son iguales y camaradas. No toleramos el abuso físico o verbal contra las mujeres ni el tratarlas como objetos sexuales, ni toleramos los insultos o ‘bromas’ sobre el género u orientación sexual de las personas”.

Ya es hora de empezar a vivir de esta manera. Y hay que vincular esto a la creación de una revolución total del tipo que podría arrancar de raíz y abolir la violación de una vez por todas. Hay que derrocar el sistema. Hay que reemplazarlo con un poder estatal revolucionario radicalmente nuevo.

Con la revolución, los tribunales y los medios de comunicación ya no volverán a victimar a las mujeres por medio de preguntas que le echan la culpa a las víctimas acerca de lo que llevaban puesto o su historial sexual. Las escuelas enseñarán la igualdad, el respeto mutuo y el consentimiento en las relaciones sexuales. Se reconfigurarán radicalmente los deportes. En el socialismo, la norma, y no una excepción poco común y refrescante surgida de la furia de las masas, será de que los medios de comunicación respalden las voces como la de esta joven mujer que hablan en contra de la violación. El socialismo alentará a la gente para que se zafe de la familia patriarcal. Y mucho más.

Léala en todas partes:

El caso de violación en Stanford:
La declaración de la joven mujer que fue violada

“Su carta es de 13 cuartillas y todos deberían leerla. En su totalidad. En voz alta. En las aulas. En grupos de iglesia. En familias. En equipos deportivos. Por la radio. Que se palpe su dolor. Que se apoye su batalla contra la desesperanza. Que se multiplique su valor”.

Léala aquí

Todo esto reducirá radicalmente la ocurrencia de las violaciones y la forma en que este terror perjudica y confina a las mujeres. Además, la nueva sociedad fomentará en muchos más hombres la aspiración a ser emancipadores de TODA la humanidad, y no tiranuelos sobre las mujeres.

Pero esto es solo el principio. Bob Avakian ha desarrollado cualitativamente el análisis de que a menos y hasta que se hayan eliminado completamente todos los vestigios de la dominación masculina y del patriarcado, esta opresión seguirá siendo la base para arrastrar a toda la sociedad de regreso a las feas divisiones de hoy entre amos y esclavos. Por lo tanto, la orientación de las y los revolucionarios será la de seguir desencadenando la furia y la impaciencia de las mujeres y otras personas para poner fin a todas las actitudes, estructuras familiares, nociones de “hombría” y de género, y tradiciones religiosas que refuerzan el patriarcado y la opresión de las mujeres. Y de hacerlo aunque, y en algunos sentidos, sobre todo, cuando cause trastornos en la sociedad y sus instituciones.

Ni un minuto que perder

No se trata de un sueño. Es posible. Pero en este momento, hace falta que usted participe.

Mediante décadas de trabajo y lucha, Bob Avakian ha desarrollado el enfoque consecuentemente científico, la estrategia y la visión concreta para la nueva sociedad. Ha desarrollado el enfoque más radical y liberador acerca de la mujer en la historia de la humanidad: ¡A romper TODAS las cadenas! Bob Avakian sobre la emancipación de la mujer y la revolución comunista. ¡Adéntrese en todo esto!

Al mismo tiempo, BA dirige enérgicamente a un movimiento por una revolución concreta en los Estados Unidos, en teoría y en práctica. Difunda este periódico/sitio web (revcom.us). Únase a los Clubes Revolución. ¿Cuántas mujeres más serán objeto de golpizas y violaciones, el resquebrajamiento y avergonzamiento antes de que usted participe con todo a su alcance?

 

 

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