El intento de golpe en Turquía y el potencial para una auténtica revolución
19 de agosto de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
Turquía, un país grande y socio clave de Estados Unidos, se considera un ancla de estabilidad en el Medio Oriente, región tumultuosa y dominada por el imperialismo. Pero en la noche del 15 de julio las contradicciones turbulentas debajo de la superficie de la sociedad turca de repente explotaron.
Unidades de los militares turcos intentaron un golpe de estado armado para deponer al gobierno islamista del presidente Recep Tayyip Erdoğan (pronunciado ERD-owan). Los golpistas detuvieron a algunos oficiales militares pro Erdoğan de alto rango, bombardearon el parlamento, se hicieron cargo del canal de televisión estatal, e intentaron capturar a Erdoğan, el líder del partido islamista gobernante, el AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo). De repente, no estaba claro quién tenía las riendas del poder.
Pero los golpistas fallaron en su intento de capturar a Erdoğan. No eran capaces de obtener suficiente apoyo del ejército y la clase dominante de Turquía. Y no organizaron a las masas para apoyarlos.
Erdoğan reaccionó rápidamente, movilizando a sus partidarios, incluso con el riesgo de una guerra civil. Una acción clave: utilizó un teléfono inteligente para conectarse con CNN-Turquía y difundir un llamado a sus seguidores, incluyendo a las personas de los 85.000 mezquitas del país, para que salieran a las calles y combatieran el golpe. Para la tarde del 16 de julio, estaba claro que Erdoğan y sus aliados habían aplastado el golpe y retenido el poder.
Aun así, esta fragmentación repentina del orden político de Turquía envió ondas de choque alrededor de la región y el mundo. Se puso de relieve la profundidad de los conflictos mundiales, regionales y nacionales que desestabilizan Turquía, en el contexto general del conflicto global entre el imperialismo occidental y la yihad islámica fundamentalista. Lo más importante, subrayó la necesidad urgente y el potencial concreto para romper con la dinámica horrible enmarcada por estas dos fuerzas sociales reaccionarias, y establecer un polo revolucionario auténtico, basado en la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian.
Antecedentes: El imperialismo y el acenso del gobierno islámico en Turquía
Turquía se encuentra en el cruce entre Europa, Asia y el Medio Oriente, y es uno de los países más poderosos y mejor ubicados estratégicamente en la región. Históricamente, el imperialismo mundial ha mantenido a Turquía subordinada económica y estratégicamente. (Turquía es miembro de la OTAN). Es también un estado brutalmente opresivo forjado a través del horrible genocidio de más de un millón de armenios, y la subyugación violenta de 10-15 millones de personas kurdas del país. (En los últimos 30 años, el gobierno turco ha matado a unas 40.000 kurdos en un intento de aplastar su lucha por la autodeterminación).
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Hasta hace poco, las clases opresoras de Turquía han gobernado por medio de un estado secular, uno cuyas leyes no se basaban en la religión. Pero Turquía, al igual que el resto del mundo, ha sido transformada y desestabilizada por enormes cambios económicos, sociales y políticos provocados por el funcionamiento del imperialismo global. Estos y otros cambios globales, como ha analizado Bob Avakian, también han dado lugar al resurgimiento del fundamentalismo religioso y, en el Oriente Medio, del fundamentalismo islámico y el yihadismo.
Esto condujo en 2002-2003 a la llegada al poder de Erdoğan y su partido reaccionario islamista AKP, que marcó un cambio importante en la política turca. Desde que asumió el poder, Erdoğan ha solidificado su control sobre las instituciones militares y políticos de Turquía. También se ha esforzado en desmantelar el gobierno secular y promover la islamización del estado y la sociedad de Turquía, con todos los horrores que esto conlleva, incluido la subyugación y degradación aún más horrenda de la mujer. Otras fuerzas islamistas participaron en esto junto con Erdoğan, pero luego estos aliados se convirtieron en rivales implacables. (Erdoğan acusa al islamista Fethullah Gȕlen y sus seguidores de haber organizado el intento de golpe reciente).
Este cisma e intento de golpe no reflejan una disputa teológica entre distintos islamistas. Más bien era un producto de la gran contradicción entre el imperialismo global y el islamismo, y de la dinámica subyacente del desarrollo imperialista. Estas contradicciones han fracturado el sistema político turco y generado conflicto entre varias fuerzas sobre cómo hacer frente a la situación interna y externa.
La brutal represión por parte de Erdoğan
El intento de golpe sacudió al gobierno de Erdoğan. Las fisuras en el estado que se revelaron dejaron a Erdoğan con pocas alternativas más de “huir hacia adelante”, acelerar sus esfuerzos para consolidar su dominio del poder, y llevar a cabo una limpieza, botando a los que se opusieron a su programa entre los militares, las fuerzas de seguridad, los servicios de inteligencia, el poder judicial y otras estructuras de gobierno, así como en las escuelas secundarias y las universidades.
Al momento de escribir este artículo, Erdoğan ha instituido un estado de emergencia y ha pedido que restauraran la pena de muerte. Han detenido a casi 16.000 personas, entre ellas 10.000 del personal militar; han arrestado a más de 8.000 personas, incluida la tercera parte del mando militar de rango general, y 1.684 fiscales y jueces; han cerrado 130 publicaciones, y han despedido o suspendido a más de 60.000 empleados, principalmente del Ministerio de Educación, incluidos los decanos de todas las más de 1.500 universidades del país. Abogados turcos informan que los detenidos son víctimas de la tortura, las palizas y la violación.
El chovinismo vengativo turco mezclado con el fanatismo islámico que Erdoğan desata a raíz del intento del golpe va de la mano con una campaña sin cuartel para acabar con la resistencia en las provincias kurdas de Turquía y para atacar la recién establecida región autónoma kurda en el norte de Siria respaldada por Estados Unidos (Rojava) y la presencia del partido turco PKK en Irak.
Aun así, es probable que el triunfo de Erdoğan y su brutal contraataque vayan a resultar en una estructura ideológica y política del estado turco más frágil.
Estados Unidos: Mejor Erdoğan que la desintegración de Turquía
Con la noticia del intento de golpe, se convocaron reuniones de emergencia de ministros de Asuntos Exteriores en los países desde Moscú hasta Washington y de la Unión Europea y la OTAN, todos los principales países y organismos involucrados esforzándose urgentemente para entender y lidiar con este repentino estallido de incertidumbre y desorden políticos.
Turquía, con el segundo mayor ejército de la OTAN, ha sido durante mucho tiempo uno de los ejes clave del control imperialista occidental del Oriente Medio y un aliado clave de Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos años, se han producido graves tensiones entre Estados Unidos y Turquía sobre las acciones de Erdoğan que los gobernantes estadounidenses consideran que van en contra del dominio estadounidense de la región, las que incluyen su islamismo y su estrategia anti-ISIS, por ejemplo en relación con la guerra civil en Siria.
No obstante, Estados Unidos y otras potencias occidentales respaldaron a Erdoğan cuando la noticia del golpe se dio. La administración de Obama declaró su “apoyo absoluto al gobierno civil elegido democráticamente y las instituciones democráticas de Turquía”. Cualesquiera que sean sus diferencias con Erdoğan, temían más la inestabilidad de un golpe. El New York Times publicó un editorial, “El volátil Oriente Medio no puede permitirse el lujo de que otro estado se desintegre, especialmente uno que es también un baluarte del flanco oriental de la OTAN”.
Aun así, existen serias diferencias entre Estados Unidos y el régimen de Erdoğan, y es probable que se intensifiquen debido al golpe de estado fallido.
El que Estados Unidos apoya al reaccionario carnicero islamista Erdoğan demuestra mucho sobre quiénes son los cacareados aliados de Estados Unidos, y sobre lo que Estados Unidos propaga por todo el mundo: el imperialismo y las estructuras políticas que mantienen y defienden el imperialismo. Después del golpe, Estados Unidos le ha dicho a Erdoğan que se mantuviera moderado y siguiera el debido proceso, pero apenas se oye protesta alguna de la administración de Obama por los miles de personas brutalmente despedidas, detenidas, torturadas o asesinadas.
La clave para romper con el atolladero entre el imperialismo y el islamismo:
La nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian
El intento de golpe en Turquía pone en evidencia la intensidad de las contradicciones que hierven en Turquía y la posibilidad de nuevas sacudidas y crisis. Sin embargo, entre muchos turcos y otros que se preocupan profundamente por el futuro del Oriente Medio, ha habido una corriente de desorientación, desesperación y parálisis.
Para leer la obra completa en inglés, haga clic aquí.
Ishak Baran (“Turquía: Las contradicciones alcanzan un límite de aguante”) explica que una de las principales causas de esta desmoralización es
[L]a prevaleciente ausencia de un análisis correcto de la posibilidad de zafarse del atolladero entre el imperialismo y el islamismo y todos los horrores que crea esta situación — que las mismas contradicciones que impulsan este proceso también sientan las bases materiales para hacerlo por medio del cambio revolucionario...
Para ver la realidad detrás de las apariencias —la manera en que las contradicciones subyacentes que impulsan los horribles y destructivos acontecimientos en la región y ahora en Turquía también sientan bases materiales para una revolución cabal—, se requiere de la ciencia del comunismo. Hoy esto significa captar el importante adelanto de Avakian en el desarrollo de un enfoque y método más científico para conocer y transformar el mundo...
Todo el que no pueda tolerar la situación en el Medio Oriente y en el mundo tiene que familiarizarse urgentemente con la nueva síntesis del comunismo y adentrarse en ella. Tienen que surgir núcleos de personas —de manera rápida— en Turquía y en todas partes, mismas que luchen por dominar y aplicar la nueva síntesis del comunismo y que se comprometan a forjar una fuerza de vanguardia para asumir las tareas de producir un movimiento para la revolución y un pueblo revolucionario, al tiempo que esta meta y esta comprensión hagan que un creciente número de personas entren en acción.
Es así que podremos suscitar, desplegar y aprovechar las posibilidades revolucionarias latentes en la situación que vienen pulverizando a la gente hoy.
(Este artículo se basa en “Turquía: Las contradicciones alcanzan un límite de aguante” de Ishak Baran. Publicado el 21 de julio de 2016, Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar, y publicado en revcom.us. Ishak Baran es un partidario de la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian y un participante veterano del movimiento maoísta en Turquía).
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