Diciembre de 2016
¿Cómo es el plan para parar a Trump y Pence?
¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista!
UN MES DE RESISTENCIA MASIVA PARA PARAR ESTE FASCISMO
La base, la concepción y el enfoque estratégico
I. La situación y las posibilidades
Hoy en Estados Unidos existe una profunda contradicción. Entre muchísimas personas cunden una profunda ansiedad, alienación, asco y furia en relación con las recientes elecciones presidenciales y su resultado. Al igual que el proceso electoral en sí, la situación no tiene precedentes, ciertamente no en tiempos contemporáneos. A la vez, por otro lado estos sentimientos y los individuos que los tienen están dispersos y en una importante medida, confundidos, en particular acerca de por qué se ha dado esta situación y de ser posible, qué se puede hacer al respecto. Después de las primeras manifestaciones de protesta después de las elecciones, una cierta resignación, acompañada de depresión y temor, ha comenzado a cundir entre muchas personas — una situación que fomentan consciente y deliberadamente los políticos, los medios de comunicación y otras instituciones y representantes del orden establecido, junto con diversos "comentaristas", "expertos" y otros individuos quienes han venido trabajando para "normalizar" el fascismo que ha imperado durante las elecciones. Aunque Trump perdió de manera decisiva el voto popular, proclama que ha recibido un "claro mandato", y nos dicen repetidamente que no existe ninguna otra alternativa salvo aceptar lo que ha pasado mediante las elecciones y simplemente "esperar" que las cosas no vayan a ser tan malas como se teme, que el régimen fascista que está en una posición de tomar el poder no implementará concretamente su programa.
No obstante, sería un error muy serio subestimar la amplitud de la angustia y la indignación que se siguen sintiendo entre tantas personas en Estados Unidos (así como entre muchas otras personas por todo el mundo) acerca de lo que ha pasado mediante las elecciones. Es cierto que la represión podría llegar a desorientar, desmoralizar y diezmar a la actual oposición amplia al régimen fascista. Por otro lado, también es cierto que la angustia y la indignación actuales podrían transformarse, en un período de tiempo muy corto y comprimido, en una resistencia que alcance proporciones tan enormes y que se caracterice por una profundidad de determinación tal que efectivamente cree una "crisis de gobierno", e impide que el régimen fascista de Trump y Pence consolide su control sobre la gobernanza de la sociedad.
Para que llegue a concretarse esta posibilidad, tiene que haber, a partir de ahora, un núcleo importante de personas firmemente unidas en torno a la orientación y determinación de negarse a aceptar a un Estados Unidos fascista, y que vaya haciendo todo a su alcance para darle la más poderosa expresión organizada al sentimiento de masas que existe en oposición a este régimen fascista — a fin de transformar ese sentimiento de masas en una resistencia masiva, activando crecientes olas de gente, de millones y millones de personas, en un período muy corto de tiempo, que se salgan de las "normas establecidas" de "cómo se hacen las cosas" y se planten contra dichas normas, que estén decididos y se atrevan a impedir que este régimen fascista asuma el control y ejecute su programa. No hay "garantía" de que estos esfuerzos tengan éxito, aunque se manifiesten en una resistencia verdaderamente masiva. Por otro lado, sí existe la posibilidad. Y se puede decir con certeza que, si no se construye tal resistencia masiva, si este régimen fascista logra consolidar su control sobre la sociedad y comienza a ejecutar su programa, las respectivas consecuencias, no sólo para la gente en Estados Unidos sino para las masas de la humanidad —en realidad para la humanidad en su conjunto y para su futuro— serán nada menos que desastrosas.
II. La ilegitimidad del régimen fascista de Trump y Pence
La elección de Trump fue ilegítima y su ascenso al poder lo sería aún más, y es preciso que no se permita.
Donald Trump no ganó el voto popular. Ni siquiera de cerca; perdió por 2,5 millones de votos. Ganó el Colegio Electoral, que es el producto y el legado de la esclavitud. James Madison, posiblemente el más influyente de los fundadores de Estados Unidos, argumentó que la elección popular directa para la presidencia le daría demasiado peso a los estados los cuales no contaban con una enorme población de esclavos, en vista de que pasaría por alto el "compromiso" el que le había permitido que los estados del Sur contaran a los esclavos como parte de su población en el reparto de la representación en el Congreso. Recalca más la ilegitimidad de estas elecciones el hecho de que Trump perdió de manera decisiva el voto popular y que, además, a lo largo de los años los representantes y los agentes del Partido Republicano han venido suprimiendo sistemáticamente los votos de los negros, latinos y pobres, especialmente desde que la Suprema Corte derogó la Ley de Derechos Electorales en 2013. NO se expresó la voluntad del pueblo en las recientes elecciones.
Lo que es más fundamental es la ilegitimidad de tal régimen fascista. Como muchas personas han señalado, el propio Hitler llegó al poder por medio del proceso de elecciones y procedimientos legales establecidos. En retrospectiva, podemos ver el profundo y terrible error de aquellos que esperaban que lo de Hitler pasara al olvido, que creían que por su cuenta Hitler iba a quedar al desnudo y caer del poder, que tenían fe en que de alguna forma iban a intervenir los "sabios líderes" del sistema, o incluso aquellos que limitaban su resistencia a ayudar a otras personas a sobrevivir hasta que el régimen de alguna manera cayera por su cuenta.
No se trata de una comparación exagerada. Trump ha dejado claro durante su campaña y ahora en sus nombramientos y comportamiento postelectoral que tiene la intención de atacar radicalmente a los derechos de los inmigrantes, musulmanes, negros, mujeres, gente gay y trans, los discapacitados y muchos otros que históricamente han sido oprimidos en la sociedad estadounidense. Ha dejado claro que seguirá una política geopolítica que se compondrá de pocos hechos y muchas agresiones, amenazas de agresión, proliferación nuclear loca, tortura y amenazas de tortura, y que continuamente irá al borde de la guerra y sin duda más allá, lo anterior mientras avive las llamas de la xenofobia y la etiquetación de chivos expiatorios. Él ha dejado claro que no sólo carece de respeto por la libertad de prensa y expresión, sino que tiene la intención de atacarla — por medio de amenazas de persecución jurídica y represión, así como por medio de desatar a sus subordinados recién empoderados y extremadamente tóxicos.
En cuanto a la libertad académica, la "lista de vigilancia" es una señal de alerta temprana de lo que está en ciernes. Trump y sus principales agentes, como Flynn, llevan la mentira a nuevas alturas, pisoteando hechos e incluso la misma idea de la objetividad y la verdad. Ya ha comenzado a sembrar en el gobierno teócratas fundamentalistas cristianos y le ha dado nueva vida al antisemitismo. No sólo ha amenazado con derogar a Roe contra Wade y ha seguido sosteniendo la amenaza de castigar a las mujeres (e Indiana, el estado de Pence, procesó y de hecho encarceló a una mujer por un aborto involuntario durante su mandato como gobernador), sino que, al usar su “púlpito de bravuconerías y amenazas”, Trump ha creado un ambiente alrededor de las mujeres que ha potenciado aún más la cultura de la violación y ya ha perjudicado la vida y las oportunidades de cada mujer y niña en Estados Unidos. Sus opiniones, políticas y nombramientos sobre el medio ambiente exacerbarán grave y cualitativamente una situación que ya se encamina al desastre.
Él ha impulsado fuertemente la noción, quizás de la más vil de todas, de que Estados Unidos es un "país del hombre blanco", en el cual los derechos y la existencia de la gente negra y otras personas del color no cuentan para nada y ha nombrado a supremacistas blancos comprobados —sujetos de la calaña de Bannon y Sessions— a posiciones de poder a fin de usar esa fuerza del estado para sustentar directamente esa noción; a la vez que le ha dado impulso a todos los fascistas, neonazis e intolerantes para que se expresen directamente mediante la persecución violenta a las personas que no sean blancas, varones, cristianas o heterosexuales. No sólo no habrá ningún control en absoluto sobre la supremacía blanca y el vil racismo que impregna a los departamentos de policía y los guardias de las prisiones de Estados Unidos, sino que los peores de ellos contarán con carta blanca y aliento desde los más altos cargos del gobierno, tal como ya lo han tenido. Los días de los justicieros vigilantes blancos y, sí, las turbas del linchamiento —unos días que en realidad nunca desaparecieron, tal como nos recuerdan los terribles casos de Trayvon Martin y la masacre de Charleston— ahora volverán con ahínco y, de nuevo, con un impulso desde de los más altos cargos del gobierno.
Sería el colmo de la irresponsabilidad moral y política tratar a tal régimen como si fuera legítimo y permitir que llegue al poder, en un momento en el que los precedentes históricos son tan abundantes y llenos de lecciones. Son tonterías hablar de hacer de Trump un "presidente de un solo mandato" o de prepararse para las elecciones de 2018, pues así se desconocerá el daño que en tanto se le hará a miles de millones de personas de carne y hueso. Además, confía en que los procedimientos ya distorsionados y sesgados que le dieron a Trump la presidencia aún estarán intactos — cuando no hay nada que dé a entender que Trump no vaya a seguir adelante para reducir y para colmo recortar los derechos que sí existen, y hay mucho que da a entender que él sí lo hará. Asimismo, es un ejercicio vano cifrar esperanzas en los controles y contrapesos en una era de poder ejecutivo prácticamente desenfrenado y en un momento en el que el mismo Trump no sólo hará al menos un nombramiento muy decisivo a la Corte Suprema y tendrá posibilidades de nombrar, muy rápidamente, al 30% de los jueces para las judicaturas federales que en este momento se encuentran vacantes.
Es el deber moral de todos nosotros reconocer en serio las consecuencias potenciales de lo que este régimen podría hacer estando en el poder, y de ahí actuar en consecuencia.
III. ¡En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista!
Lo que es preciso que ocurra: que no sólo miles o decenas de miles, sino que efectivamente muchos millones de personas se movilicen ya en una resistencia y un rechazo políticos decididos, desafiantes y masivos que no dejan que el fascismo llegue al poder.
¡YA es el momento de PARARLO antes de que se inicie!
Además, hay que hacerlo antes de que este régimen oficialmente tome el poder, aísle y aplaste a la oposición y actúe con fuerza para ejecutar su programa fascista.
Que el objetivo sea nada menos que crear una crisis política tan profunda antes de la toma de posesión prevista (el 20 de enero de 2017) que el régimen fascista de hecho no pueda asumir las riendas del gobierno.
¡Imagínense el que decenas de millones de personas se tomaran las calles, declararan poderosamente que este régimen fuera ilegítimo y exigieran que no se le permitiera gobernar! Así se transformaría dramáticamente todo el panorama político, cada facción al interior de la estructura de poder establecida se vería obligada a responder — y todo lo anterior podría conducir a una situación en la que efectivamente se impidiera que gobernara este régimen fascista. No se trata de un sueño ocioso, sino algo que podría hacerse realidad si todos los que odian lo que representa este régimen fascista tradujeran su indignación a una firme determinación y una movilización masiva para crear las condiciones que hacen que sea posible hacerlo.
Para que ocurra lo anterior, es necesario que todos los que se oponen a lo que este régimen representa y lo que hará, se dediquen enérgicamente a participar y activamente construir esta resistencia y rechazo, en este mero momento y de manera continua: ¡Un Mes de Resistencia Masiva para Parar Este Fascismo!
Es necesario construir este masivo auge de lucha y levantamiento de millones de personas por medio de constantes y cada vez mayores actos de desafío y resistencia en todos los rincones de la sociedad. Proponemos que semejante mes se inicie oficialmente con actos de resistencia el 19 de diciembre, el día de la votación del Colegio Electoral y que se extienda hasta la toma de posesión. Lo siguiente son puntos y pasos particulares para hacer lo anterior.
- Hemos redactado un Llamamiento unificador que consideramos que podría movilizar a las necesarias decenas de millones de personas (adjunto). Que firmen este Llamamiento las personas de autoridad moral —¡lo que incluye a usted mismo!— de todos los ámbitos de la vida en Estados Unidos y que se difunda por muchos diferentes medios y canales en todo Estados Unidos (y en todo el mundo) en su conjunto, con un impacto importante en la opinión pública. Además, nos comunicaremos con artistas gráficos para condensar este mensaje básico en un simple pero profundo diseño gráfico que rápidamente podría "despegar" y convertirse en un "símbolo de desafío" masivo (lo que podría ser, por ejemplo, algo tan simple como la palabra ¡NO!, con un diseño llamativo y fácilmente reconocible). Proponemos que se lance en masa este Llamamiento a partir de ahora al 19 de diciembre y que el período inmediatamente posterior al 19 sea un tiempo en el que se difunda por toda la sociedad y que las personas aprovechen el tiempo de los días festivos para organizar fiestas, tertulias, discusiones, reuniones de todo tipo para discutirlo, y que lo hagan una parte de sus fiestas y celebraciones religiosas.
- Sobre la base de esa orientación y posición unificadora, que nos comuniquemos con todos aquellos que en estos momentos vienen participando en formas de lucha contra este régimen y alentemos a las personas en todas partes de la sociedad a tomar cada vez más iniciativa para llevar a cabo actos de desafío y resistencia política de muchos diferentes tipos y a muchos niveles diferentes (en términos de tamaño y alcance, etc.), lo que incluye cosas como paros de escuelas y de empleos; protestas contra ultrajes específicos contra las personas de color, las mujeres, las personas LGBT, los inmigrantes, los musulmanes y otros grupos "objetivo"; importantes movilizaciones con motivo del día feriado del natalicio de Martin Luther King, Jr., que se vinculen con la lucha contra este régimen fascista; y otras acciones que la gente, en todo Estados Unidos, tome la iniciativa de organizar. Que este desafío y resistencia vaya poniendo su sello y estableciendo los términos del debate y actividad políticos en la sociedad, en una oposición decidida a las fuerzas que llevan a cabo, apoyan o trabajan para "normalizar" este fascismo y promover la capitulación a él. Como parte respectiva, proponemos manifestaciones de muchas diferentes clases en la víspera de Año Nuevo en sí, entre ellas protestas en las propiedades de Trump en todas partes, en Estados Unidos y en todo el mundo.
- Animamos a la gente en todas partes a tomar la iniciativa para construir diversos tipos de organización a fin de promover y llevar a cabo este desafío y resistencia, de acuerdo con esta orientación y posición básica. Es necesario construir una organización rápidamente la que podrá actuar como un centro nacional de coordinación para unir, en torno a la orientación y posición común, las muchas acciones diversas de desafío y resistencia política. Hay que combinarla con una gran iniciativa de las personas en las localidades y en todas las diferentes esferas de la sociedad en todo Estados Unidos.
- Nosotros, los abajo firmantes, nos comprometemos a comunicarnos con otras personas de manera urgente y sostenida, no sólo ofreciendo nuestros nombres y reputaciones a fin de contribuir a impulsar esta resistencia, sino también participando activamente en su construcción, a partir de ahora. No sólo tenemos que alentar sino formar parte de la iniciación de actos de distinto tipo, incluidas importantes actuaciones y presentaciones artísticas, y utilizar todos los lugares y medios que tenemos para conectarnos con la gente, promover esta posición y movilizar a las personas en las filas de la resistencia.
- Necesitaremos recaudar grandes sumas de dinero, en este momento y de forma continua, de donaciones grandes y pequeñas, a fin de sentar la base financiera que se necesita para que esto se convierta en una realidad. Hay que desarrollar y utilizar rápidamente medios de organización eficientes, y no excesivamente burocráticos y engorrosos, a fin de asignar y utilizar los fondos de las mejores maneras, de acuerdo con el objetivo de desarrollar la resistencia de masas que se necesita con urgencia para efectivamente parar este fascismo.
- El propósito de todo lo anterior es de prepararse para una movilización masiva de millones de personas en un punto (o puntos) importantes de concentración, así como en algunas otras zonas importantes, antes de la toma de posesión programada, unidas en torno a la posición clara y firme: ¡En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar a un Estados Unidos fascista! y ¡Hay que parar a este régimen fascista antes de que se inicie — Hay que impedir que tome las riendas del gobierno!
Les enviamos esta misiva con los brazos abiertos y los corazones abiertos. Los tiempos exigen amplitud, diversidad y determinación sin precedentes y un movimiento de integridad, amplitud de mente y generosidad de espíritu. Que nos pongamos a esas alturas.
Entre los iniciadores figuran (lista emergente):
Herb Boyd
Carl Dix
Niles Eldredge
Everett Iron Eyes Sr.
PZ Myers
Milton Saier, Phd
Sunsara Taylor
Cornel West
Andy Zee
David Zeiger
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