Contra la aprobación del oleoducto Keystone XL por Trump
15 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
El 24 de marzo, el Departamento de Estado de Trump otorgó un permiso a la empresa TransCanada para construir el oleoducto Keystone XL. En enero, Trump revivió el proyecto del oleoducto que fue detenido bajo Obama, pidiendo a TransCanada que presentara una nueva solicitud. El oleoducto aún debe ser aprobado por la Comisión de Servicios Públicos de Nebraska y propietarios locales, pero concediendo el permiso despeja el camino para su aprobación final.
Keystone XL sería otra escalada en fomentar el desastre climático que se está dando, al enviar a Estados Unidos para procesamiento otros 830.000 barriles de petróleo al día de las arenas bituminosas de Alberta, Canadá. El petróleo de arenas bituminosas es especialmente sucio, contaminando el planeta con carbono. La extracción misma del petroleo de las arenas bituminosas es en sí extremadamente destructiva para el medio ambiente, destruyendo vastas zonas del bosque, causando la contaminación de tierras y las aguas subterráneas y envenenando a los pueblos originarios que viven en la región. Unos estudios científicos han demostrado que, si la humanidad tiene esperanzas de evitar la catástrofe climática causada por quemar petróleo y otros combustibles fósiles y otras prácticas, hay que parar en seco los proyectos de petróleo de arenas de alquitrán, y hay que dejar en el suelo gran parte de los combustibles fósiles más “tradicionales”.
Este oleoducto también pisotearía los derechos de tratados de los sioux, al atravesar tierras protegidas por tratados y cerca de otras reservas tribales. Trump y Pence ya impusieron el oleoducto de Dakota (DAPL), atacando arrogantemente los derechos de los sioux de Standing Rock y amenazando los suministros de agua, y ahora esto.
Según un correo electrónico del Sierra Club que promete la renovada oposición a la construcción del oleoducto Keystone XL, “Un informe de la Universidad de Nebraska determinó que es probable que Keystone XL tenga 91 derrames sustanciales, poniendo en riesgo las fuentes de agua y hábitat de vida silvestre a lo largo de todo su recorrido de 1897 kilómetros. Keystone XL cruzaría el acuífero de Ogallala, una de las fuentes de agua dulce más grandes de Estados Unidos. Un derrame en el acuífero pondría en riesgo el agua potable para millones de estadounidenses, así como el sustento de ganaderos y agricultores locales. Además, el oleoducto se pasaría a solo un kilómetro y medio de pozos de agua en Nebraska, Montana y Dakota del Sur, poniendo a aún más personas en riesgo de perder acceso al agua potable”.
Un mapa del oleoducto Keystone XL (la línea de puntos) que atraviesa el Acuífero Ogallala en Nebraska. Este depósito natural subterráneo de agua dulce es uno de los más grandes del mundo. Es una concreta y peligrosa posibilidad que derrames del oleoducto contaminen el acuífero. Mapa: Natural Resources Defense Council [Consejo para Defender los Recursos Naturales]
Cientos de miles de personas han participado en la resistencia activa contra Keystone XL y DAPL. Más de mil de estas realizaron una sentada frente a la Casa Blanca, a pesar de arrestos en masa, para detener el oleoducto Keystone XL en solo una de las muchas protestas en los últimos años. Miles se resistieron heroicamente las embestidas salvajes de la policía contra la Reserva Standing Rock para detener el oleoducto DAPL. Cientos de tribus indígenas enviaron representantes a Standing Rock en una acción sin precedentes para proteger los derechos de tratados de los sioux de Standing Rock y el agua y la tierra. La resistencia contribuyó a impedir la producción del Keystone XL por varios años y del DAPL por un año, el que ahora vergonzosamente se está completando.
Los grupos ambientalistas denuncian con indignación la aprobación del Keystone XL por Trump. Han prometido resistir en los tribunales, así como con campañas y en las calles. La verdadera posibilidad de pararlo será la ampliación mucho de la resistencia que ha desarrollado, para profundizar su determinación a poner fin a este desastre ambiental y todos los ataques al medioambiente lanzados por Trump y Pence, y conectar esta lucha con los muchos otros frentes de lucha contra este régimen fascista.
La aprobación de los oleoductos Keystone XL y DAPL es parte de una guerra salvaje contra el medio ambiente que este régimen ha intensificado radicalmente, con el objetivo de eliminar toda restricción a las ganancias capitalistas y el saqueo de los recursos, y la arrogante expansión del dominio global de Estados Unidos, incluyendo sobre los recursos energéticos. Esto también es un intento de parte del régimen de Trump y Pence de aplastar la oposición de los pueblos indígenas y grandes sectores de la población que están con ellos y que se preocupan profundamente por salvar al planeta. En un momento cuando el futuro del planeta está en juego, si no se le detuviera al gobierno de Trump y Pence, resultaría en un desastre absoluto para la Tierra y el lugar de la humanidad en ella.
Este sistema y aquellos que gobiernan no son capaces de llevar a cabo desarrollo económico que cumpla con las necesidades de la gente ahora, balanceado con las necesidades de generaciones futuras y de proteger el medio ambiente. No les importa nada de la exquisita diversidad en el medio ambiente y en la tierra, y los tesoros que tienen, a menos que puedan convertir esto en ganancias para sí mismos.... Ellos no son capaces de ser quienes cuidan este planeta.
Bob Avakian, Lo BAsico 1:29
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