Sessions les dice a los “Soñadores”:
Ustedes también están “sujetos a la deportación” en cualquier momento

22 de abril de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

“Toda persona que esté en este país ilegalmente es sujeto a la deportación”. Esto es lo que dijo el fiscal general Jeff Sessions, supremacista blanco sureño y ahora el principal encargado de hacer cumplir la ley en el régimen de Trump y Pence, al Noticiero Fox el martes, 18 de abril. Dejó muy claro que al ser uno indocumentado, no importa cuántos años haya vivido en Estados Unidos ni la edad que tenía que lo trajeron – a ojos de este régimen, sigue siendo un “extranjero criminal”, en riesgo en todo momento de que lo paren, lo encierren, y lo boten del país. El mismo riesgo lo corren los aproximadamente 750 mil inmigrantes, la mayoría joven, traídos a Estados Unidos sin documentos de niños, que se habían aceptados en el programa de DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals, o acción diferida para los llegados en la infancia), conocidos como los “Dreamers” (soñadores).

Obama hizo el orden ejecutivo de DACA en 2012. Otorga una protección de deportación de dos años, renovable, y un permiso de trabajar legalmente y más para inmigrantes indocumentados traídos a Estados Unidos de niños. Nada más.

Sessions hizo su declaración en respuesta a preguntas sobre personas con estatus de DACA — en particular el caso de Juan Manuel Montes de 23 años. Juan Manuel dice que los agentes de la patrulla fronteriza lo pararon en el Sur de California el 18 de febrero, y lo llevaron a fuerzas a México dentro de pocas horas. Lo habían traído a Estados Unidos cuando él tenía nueve años, y según su abogada, cuenta con estatus de DACA hasta 2018, lo que le debía haber protegido de la deportación.

Tras declarar que todos los inmigrantes indocumentados son “sujetos a la deportación”, Sessions continuó, claramente aludiendo a las personas en el programa de DACA: “…pues las personas vienen aquí y se quedan aquí unos años y de algún modo se imaginan que no son sujetos a la deportación — pues sí son”.

       

Hasta ahora, Trump había dado dos caras sobre este tema. Jactó durante la campaña de que iba a abolir DACA el primer día, diciendo a sus seguidores en Phoenix que él iba a “terminar inmediatamente las dos amnistías ilegales de Obama [aludiendo a DACA y DAPA, para padres de niños nacidos en Estados Unidos]. Recientemente, Trump ha dado la impresión de que posiblemente estaba reconsiderando esta pequeña parte de su programa fascista y extremo: “Vamos a mostrar mucho corazón. DACA es un tema muy, muy difícil para mí, te lo aseguro”. Este estafador no más les daba atole con el dedo, pero mucha gente cayó, por querer creer que la situación no fuera tan mal, que quizás a este fascista le pudiera “crecer un corazón”.  

Pero la guerra generalizada contra los inmigrantes es una piedra angular de este régimen. Para millones de sus seguidores más rabiosos, cuando Trump dice “Hagamos que Estados Unidos vuelva a tener grandeza”, ellos lo equiparan con “hagamos que Estados Unidos vuelva a ser blanco”. Como escribimos antes de la nominación de Trump:

Organiza a aquellos que se sienten objeto de exclusión y “falta de respeto”, a los que les han enseñado que su piel blanca y la identidad estadounidense los hacen especiales, pero quienes ahora “no se sienten especiales”, y quienes les echan la culpa a los que les han enseñado a despreciar como “inferiores” en la sociedad. Este sentido de “derechos y privilegios del hombre blanco” frustrados cunde profundamente en la médula del Estados Unidos blanco; los republicanos lo trafican abiertamente y los demócratas lo “respetan cortésmente” (mientras lo trafican a su manera), y ahora Trump lo ha llevado a nuevas alturas. Dirige a estas personas iracundas contra los inmigrantes, contra el pueblo negro, en una palabra, contra los más oprimidos; las dirige contra los “extranjeros” y “los diferentes” y en particular contra todos los musulmanes; y las dirige contra cualquiera que se niegue a aceptar los crímenes de este sistema o que siquiera se atreva a discrepar con Trump.

Lo anterior es el viento que impulsa la arremetida indignante que el régimen fascista ya ha desencadenado contra los inmigrantes, y la intensificación con creces que tienen en proyecto. Tienen planes de emplear a 10 mil agentes más de ICE y 5 mil agentes más de la patrulla fronteriza. Están priorizando el procesamiento de inmigrantes para fiscales estadounidenses en todas partes y contratando a más fiscales y jueces, para poder arrestar y procesar más y más inmigrantes cada vez más rápidamente. Adelantan sus planes para integrar a la policía a todo nivel en una fuerza policial migratoria nacional.  Acaban de advertir a siete municipios santuario que a partir del 1º de junio, les quitarán fondos federales si no cooperan con el asalto contra los inmigrantes. No se les está creciendo un corazón a estos fascistas – sino los colmillos.

No podemos permitir que el régimen de Trump y Pence continúen consolidando sus normas violentas, racistas, patriarcales, xenófobas, híper-militaristas y potencialmente fatales. Los 10 días de protestas, desde el 22 de abril al 1º de mayo, el fin de los primeros 100 días del régimen de Trump y Pence, deben ser un gran salto en el movimiento para sacar del poder a este régimen fascista.

 

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