La devastación en Texas:
Nueve sentidos en que es un crimen del sistema actual

1° de septiembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El huracán Harvey ha devastado el sureste de Texas. Treinta personas ya murieron. Una tercera parte del condado de Harris, donde se ubica Houston, ya está bajo el agua. La vida y el futuro de millones de personas corren peligro.

¿Por qué este huracán azotó con tanta furia? ¿Por qué viven tantas personas justamente en la trayectoria de huracanes e inundaciones? ¿Por qué no se preparó ningún plan verdadero para evacuar a los habitantes a un lugar seguro o para cuidarlos durante una emergencia de tormenta del tipo que todos sabían que se avecinaba? Y ¿por qué, incluso ahora, las autoridades son incapaces de impedir que tantos miles de personas sufran y pierdan tantísimo?

No se trata simplemente del funcionamiento de la naturaleza; en esta catástrofe pesa el funcionamiento de un sistema. Lo ocurrido no tuvo que ocurrir así.

1. El sistema del capitalismo-imperialismo es responsable, en lo fundamental, del calentamiento global, que hace que las tormentas como Harvey ocurran con más frecuencia y con mucha más fuerza.

2. Construyeron Houston, una ciudad con una población de millones de personas, justamente en la trayectoria de huracanes, en una planicie de aluvión conocida como un desastre de inundación anunciada, porque era lucrativo producir y transportar petróleo y otros productos ahí.

3. Construyeron plantas de pesticidas y petroquímicos y refinerías de petróleo, peligrosas y tóxicas, en ese lugar tan inseguro, porque el desenfrenado impulso del capitalismo a sacar ganancias y devorar o ser devorado hace que este sistema sea incapaz de proteger a la gente ni al medio ambiente.

4. Las industrias capitalistas del petróleo, bienes raíces y desarrollo han prosperado remplazando barreras naturales a inundaciones como bosques, praderas y humedales con centros comerciales, carreteras y fraccionamientos, lo que hizo mucho peor la anegación de Houston.

5. En los últimos 40 años Houston se ha anegado más que cualquier otra ciudad estadounidense importante, pero un verdadero plan contra desastres para evacuar, albergar o cuidar a la gente no beneficia ni sirve al capitalismo, así que nunca se hace.

6. La gente que ha sido explotada y oprimida para crear la riqueza del capitalismo siempre es la más vulnerable cuando azote un desastre. La gente no dispone del dinero ni los recursos para prepararse para tormentas, huir cuando azoten ni recuperarse de la devastación.

7. Este sistema ha explotado y aterrorizado a los inmigrantes, y ahora podría arrestarlos o deportarlos si piden albergue y seguridad. La Patrulla Fronteriza dejó esto cruelmente claro: “No se suspenderán las leyes, y estaremos al tanto de cualquier intento de los delincuentes de sacar provecho de los trastornos causados por la tormenta”.

8. El capitalismo pone a todos a competir unos contra otros por el empleo, la vivienda y la educación y promueve los valores egoístas del “yo ante todo”; simplemente veamos el ejemplo de Trump. No anima ni organiza a la gente para trabajar en colectivo para prepararse para las inundaciones y los huracanes ni les da los recursos para hacerlo. Al contrario. Deja a la gente para que se las arregle como pueda: la gente atrapada en techos, la gente mayor acurrucada en las crecidas de la tormenta o los esfuerzos de las familias de llegar a seguro vadeando o manejando por las calles anegadas.

9. Durante esta crisis, los gobernantes de este sistema han actuado para preservar la propiedad capitalista y el orden social que le sirve, y no para satisfacer las necesidades de la gente.

Esto no es lo mejor que puede lograr la humanidad. Un camino completamente diferente y muchísimo mejor SÍ es posible, por medio de la revolución. Ya existen el conocimiento y los recursos para satisfacer las necesidades de la gente, proteger el medio ambiente y hacer planes para emergencias. El obstáculo es el sistema del capitalismo-imperialismo y el poder estatal que lo defiende con puercos policías, fusiles, tanques y ejércitos. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian, ofrece una visión de una sociedad que no se organiza para maximizar las ganancias de unos pocos sino que se organiza avanzar hacia un mundo donde se haya eliminado toda explotación y opresión y donde la humanidad ya no sea el saqueador del medio ambiente sino su guardián. Esto SÍ ES posible; lo que hace falta es una revolución.

 

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