Una pregunta a Erich Pica de Amigos de la Tierra: ¿Qué significaría “desmantelar los sistemas que destruyen nuestro planeta”?
| Periódico Revolución | revcom.us
Del equipo de revcom.us:
El 5 de agosto la New York Times Magazine publicó un artículo sobre la inacción casi total de parte de los capitalistas y políticos a partir de los finales de la década de 1970, para lidiar con la crisis de cambio climático aún después de salir evidencia científica convincente sobre el daño que iba a causar. Este artículo, a pesar de las deficiencias en su análisis que rebasan el ámbito de esta carta, al grado que sí detallaba la criminalidad de los que gobiernan este sistema con respecto al medio ambiente, da dolor y rabia leerlo. La enormidad de este crimen, efectivamente, asombra la mente y llena de ira al corazón.
En respuesta, Erich Pica, presidente de Amigos de la Tierra, escribió que “Para resolver esta crisis, tenemos que desmantelar los sistemas políticos y corporativos que destruyen nuestro planeta. Tenemos que poner alto a la extracción y la quema de combustibles fósiles y hacer la transición a la energía renovable que priorice a las comunidades más afectadas.
“El poder para lograr estos objetivos está con las personas. Sólo un movimiento de masas de personas, construido desde la base hacia arriba, puede hacer frente a las corporaciones y políticos que ponen en peligro a la gente y al planeta por ganancias. Así es cómo ganamos”.
La carta de Pica expresa algo cierto. Refleja algo positivo el hecho que ahora muchas personas expresan abiertamente semejantes sentimientos. El problema está principalmente en que las preguntas que plantea no abordan plenamente la realidad, y en las preguntas que ni siquiera plantea. A estas alturas tan avanzadas, en que todo pende de un hilo, hay que enfrentar la realidad COMPLETA.
¿Por qué no nombrar esos “sistemas políticos y corporativos que destruyen nuestro planeta”? De hecho, es un solo sistema, el capitalismo-imperialismo. Este sistema se organiza en torno a la producción privada de ganancias basada en la explotación — en que los seres humanos y la naturaleza sirven a la acumulación incesante e imprudente de ganancias, y NO a las necesidades de la sociedad ni la protección del planeta. La lógica interna de las relaciones económicas del capitalismo-imperialismo lo impele a éste a saquear el planeta; si lo dejara de hacer algún bloque particular del capital (por ejemplo, una corporación), se iría a pique. Estas relaciones económicas dan origen a una estructura política que las protege, teniendo como su elemento más esencial un monopolio de la violencia reconocida como “legítima”, que se basa en ejércitos, prisiones, fuerzas policiales, cortes, etc. Sin entender correctamente la esencia del problema, no podremos abordarlo en realidad.
¿Qué implica concretamente “desmantelar” ese sistema? Efectivamente, hace falta desmantelar las instituciones que defienden el capitalismo-imperialismo, y es importante que en este caso se usa este término — y no el de “reformar”. Pero ¿qué se requeriría para verdaderamente desmantelar las fuerzas masivas de represión violenta que defienden el sistema? ¿Qué orientación se necesitaría? ¿Qué tipo de estrategia lograría eso, concretamente? Esto requeriría una revolución — una revolución real que enfrente y derrote esas fuerzas de represión violenta… que derroque el sistema.
¿Qué significa “ganar”? Es cierto que nos hace falta, como dice Erich Pica, un “movimiento de masas de personas, construido desde la base hacia arriba… así es como ganamos”. Pero ¿un movimiento de masas organizado en torno a qué objetivo, para hacer qué? ¿Un movimiento de masas que busca la reforma, o que se organiza para hacer una revolución real? ¿Cuál movimiento se requeriría si vamos en serio para detener la destrucción del planeta? La inmensa mayoría de las personas en el movimiento ambiental sí ven ese objetivo con seriedad; para ser consecuentes, deben forcejear con seriedad con la manera en que se podría lograr ese objetivo.
Y también hay que bregar con: ¿Cómo se vería la sociedad que necesitamos? ¿Cómo sería estructurada una sociedad en la que la humanidad realmente podría actuar como los guardianes de la tierra y sus redes de vida, con su belleza y diversidad, una sociedad que “priorice”, como propone Erich Pica, las necesidades de los que han sido oprimidos tanto tiempo bajo el orden actual?
Urge que estas preguntas se planteen francamente, que se investiguen a fondo y que cuenten con respuestas.
De hecho, eso lo han hecho las obras del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Estas incluyen en particular la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte así como obras sobre la estrategia y, en lo más fundamental, la ciencia que capacita a las personas para realmente conocer y transformar al mundo.
Y eso implica una última pregunta:
En un momento tan urgente, cuando tantas personas reconocen el carácter extremo de la situación y palpan el carácter extremo de lo que se requiere para hacerle frente, ¿ya no es hora y más que hora que todos los que se preocupan por esto, enfrenten honestamente y se adentren profundamente en lo que Bob Avakian ha desarrollado como respuestas a estas preguntas cruciales?
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