Algunos puntos básicos de orientación sobre el asesinato de Jamal Khashoggi y los crecientes peligros a nivel internacional

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El 2 de octubre, Jamal Khashoggi fue asesinado en el consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, mientras se encontraba allí por asuntos personales. Más de una docena de elementos de seguridad de alto rango que volaron desde Arabia Saudí específicamente para este propósito, lo agredieron en la embajada, y la inteligencia turca sostiene que fue torturado y desmembrado. Al cierre de esta edición, Arabia Saudita todavía no ha presentado el cuerpo de Khashoggi.

El propio Jamal Khashoggi había sido miembro del “establecimiento” saudí, pero se enfrentó con el nuevo gobernante saudí Mohámed bin Salmán (MBS). Khashoggi se exilió en Estados Unidos, donde escribía una columna en el Washington Post.

En las casi cuatro semanas transcurridas desde el asesinato, Arabia Saudita ha cambiado su versión de los hechos varias veces; durante las dos primeras semanas afirmaban que Khashoggi en realidad había salido de la embajada con vida, y luego, cuando la inteligencia turca filtró detalles de lo que dijo era evidencia de que un equipo de altos elementos de la inteligencia saudita lo habían asesinado y desmembrado en la embajada, iban cambiando paso a paso su versión.

Durante este período, el régimen de Trump, incluido el propio Trump, ha jugado un papel reprensible, a veces le ha restado importancia al crimen, ha ofrecido pretextos para el régimen saudí y luego se esforzaba por distanciarse, según su manera de percibir sus intereses imperialistas. Si bien el asesinato de Khashoggi pone un signo de admiración en lo que ha sido una sangrienta temporada de asesinatos para los miembros de la prensa, con 51 asesinados tan solo en los primeros seis meses de 2018, durante el período directamente posterior al asesinato de Khashoggi, Trump no solo estimaba que era oportuno continuar, sino escalar sus ataques a la prensa, junto con azuzar a las multitudes en sus actos singularizando a reporteros específicos, e incluso ha ido al extremo de felicitar y delirar acerca de uno de sus congresistas fascistas, el que en realidad fue declarado culpable de agredir a un reportero quien se atrevió a hacerle una pregunta que no era de su agrado.

Esto ha suscitado muchos choques y contradicciones, una rebatiña y una potencial intensificación de la situación en el Medio Oriente y en el mundo en general. El régimen fascista de Trump y Pence se había venido maniobrando para reordenar radicalmente al Medio Oriente y, en particular, ha venido maniobrando contra Irán con sanciones económicas agresivas, severas y absolutamente injustas. El objetivo de estas sanciones es debilitar y desestabilizar a Irán, agravar las divisiones en sus círculos gobernantes y, posiblemente, provocar que reanuden un programa de desarrollo nuclear. La reanudación de un programa de este tipo es solamente uno de los detonadores que realzan de manera importante el peligro de una guerra, con alguna combinación de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita que potencialmente utilicen esto como pretexto para atacar a Irán, o que conduzca a circunstancias que podrían poner en marcha un camino de mayor agresión y hostilidades abiertas, con el peligro de que se convierta en una guerra más grande en la región. Estas sanciones están programadas para entrar en vigor a principios de noviembre. Para preparar esta maniobra altamente agresiva (y una vez más, altamente injusta), el régimen fascista de Trump y Pence reforzó las alianzas ya extremadamente fuertes entre Estados Unidos e Israel y los saudíes y, al hacerlo, desechó ciertas “normas internacionales que ordenan la región” (apoyo verbal para una “solución de dos estados” en que Israel le otorgaría a Palestina cierta autonomía limitada y un [falso] mini-estado y la cancelación de un acuerdo nuclear con Irán). Además, como dijo un comentarista, Estados Unidos ha puesto todas sus fichas en el bote como apuesta masiva por el MBS muy agresivo, represivo y altamente volátil como una fuerza para “estabilizar” y “modernizar” a la sociedad saudí altamente contradictoria, altamente frágil.

Esto ahora se ha topado con contradicciones potencialmente importantes. El asesinato de Khashoggi ha puesto al desnudo y exacerbado varias grietas (inclusive en los círculos de las clases dominantes saudíes) y ha abierto margen de maniobra para otras fuerzas que representan otros intereses (por ejemplo, el presidente Recep Tayyip Erdoğan de Turquía, en sí también fascista). Estados Unidos se encuentra ante un dilema: apostar por quedarse con un MBS debilitado y severamente desenmascarado, o apostar por intentar reemplazarlo... en víspera de un punto de inflamación importante en sus maniobras para reordenar la región. También ha servido para poner los reflectores sobre el verdadero carácter del régimen saudí en un momento en que Estados Unidos desesperadamente obra para satanizar a la República Islámica de Irán (igualmente opresiva) como una especie de paria.

Como escribimos la semana pasada: “Arabia Saudita ha sido un pilar de la dominación estadounidense de la región durante décadas. MBS ha lanzado una guerra injusta contra el vecino país de Yemen, al matar a miles de personas y conducir a millones de personas al borde de la inanición; en otros sentidos ha violado las normas internacionales, como el secuestro del primer ministro de El Líbano en cierto momento; y ha maniobrado para aplastar el disentimiento interno. Pero debido a que MBS se ha hecho pasar por modernizador de un país que es un eje de la dominación estadounidense en el Medio Oriente y es en sí extremadamente inestable a la vez, muchas fuerzas importantes en la clase dominante estadounidense, los republicanos y los demócratas por igual, lo han respaldado hasta ahora, y apoyaron o se hicieron de la vista gorda a lo que en algunos casos ahora están criticando. Aunque algunas personas quizás estén genuinamente asqueadas por lo que conocieron acerca de los detalles de este crimen, las divergencias que ahora están agudizándose al interior de la clase dominante de Estados Unidos sobre cómo manejar esta crisis de fondo se centran en la mejor manera de apuntalar los intereses del imperialismo estadounidense en el Medio Oriente y conservar el gobierno brutalmente opresivo de la familia real de Arabia Saudita”.

Esto NO significa necesariamente que haya amainado la amenaza de una guerra mayor en la región, que encierre ataques de Estados Unidos, Israel y / o Arabia Saudita a Irán; dada la forma en que el régimen de Trump percibe la necesidad que enfrenta, bien podría encerrar una maniobra aún más agresiva. Además, la situación fluida crea una mayor posibilidad de error de cálculo por parte de una u otra potencia que podría llevar a una guerra “por casualidad” que se intensifique rápidamente y asuma su propia lógica, fuera del control de cualquier potencia específica o alianza de potencias.

¿Dónde están los intereses de las masas? Definitivamente NO están con Estados Unidos: las sanciones que están programadas para entrar en vigor como las demás maniobras agresivas contra Irán son y serían una afirmación de la dominación imperialista, y no solo tiene que haber oposición en su contra por parte de la gente en Estados Unidos, sino también hay que impulsar un espíritu de bienvenida a la derrota de estas maniobras. Al mismo tiempo, la República Islámica de Irán (RII) es una teocracia reaccionaria en la que la gente se ha rebelado en varias ocasiones en los últimos años y en la que hay un partido comunista que se está adhiriendo al nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Así que, además de mantenerse firmes en contra de todas las maniobras del imperialismo estadounidense en la región y darle la bienvenida a su derrota, si se produjeran levantamientos en Irán provocados por el aumento del sufrimiento y el caos impuesto por Estados Unidos, la gente en Estados Unidos también debería oponerse a todos sus esfuerzos de por maniobrar y apoyar a las fuerzas reaccionarias en tales levantamientos y debería apoyar a las fuerzas revolucionarias auténticas en Irán y sus esfuerzos por aplicar el nuevo comunismo a la situación, mediante participación en la defensa del país de Irán contra las agresiones de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita y/o apoyo a aquellos levantamientos de las masas cuyo aspecto principal es una lucha justa contra la opresión.

Como antecedente de esto, instamos a nuestros lectores a explorar, sobre todo, Forjar otro camino, una obra de Bob Avakian escrita hace más de diez años, pero que es muy pionero y muy relevante en muchos aspectos de la situación actual. Lo más crítico de esta obra no son solo las varias conclusiones, sino el método y enfoque básico que él utiliza para analizar toda la situación y las tareas de los revolucionarios desde esa perspectiva.

 
 

 

Forjar otro camino

Forjar otro camino es un discurso que pronunció Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, ante un grupo de partidarios en 2006 y que se publicó a principios de 2007. Este análisis pionero, hecho durante los años del mandato de George W. Bush, sigue siendo muy relevante, especialmente en el contexto de la agudización de las contradicciones centradas en el Medio Oriente y las maniobras agresivas encabezadas por Estados Unidos en contra de Irán. Esta obra es una ilustración de la aplicación del método científico para abordar los conflictos internacionales y comprender las contradicciones sociales y políticas — e identificar dónde estriban los intereses fundamentales de la humanidad, dando una dirección y guía concreta para la repolarización estratégica para la revolución y una orientación plenamente internacionalista. Dada la situación actual en el mundo, instamos a nuestros lectores a que vuelvan a estudiar esta importante obra o que la estudien por primera vez. Lea más

 

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