Miles de mujeres hartas de la opresión patriarcal se manifestaron en las calles en #25N México
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Nota de la redacción: Lo siguiente es del blog Aurora Roja de la Organización Comunista Revolucionaria, México.
Las mujeres, con mucho entusiasmo y muchas de ellas enfurecidas, se manifestaron el 25 de noviembre pasado con sus acciones y sus voces de justa lucha contra las relaciones y visiones patriarcales que en este país —como en el mundo— están apretando las cadenas de opresión. En la Ciudad de México, según las organizadoras, marcharon unas 6.500 personas del Ángel de la Independencia al Zócalo y las protestas este año se volvieron más fuertes y radicales, proclamándose “contra las violencias machistas y el capitalismo”. También hubo movilizaciones en varios estados —como Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, estado de México, Tamaulipas, Chiapas, Hidalgo, Nayarit y Querétaro—, así como en muchos otros países alrededor del mundo, en el marco del día designado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.
“¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”, se escuchó fuertemente por las calles. “Somos el grito de las que ya no están” se podía leer en algunas pancartas. Se justifica esta rebelión, porque la situación es verdaderamente crítica, con 10 mujeres asesinadas diariamente en el país. Miles de mujeres, mayoritariamente jóvenes, protestaron por toda esta situación brutal que viven a diario casi en cualquier lugar donde se encuentren.
“No estamos todas, pero no estamos solas” se leía en otras pancartas. Y eso es real, frente a las nueve jóvenes que son raptadas diariamente en este país. Pero pueden ser muchas más, porque tanto en los casos de feminicidio como en las desapariciones forzadas, muchas veces los familiares no hacen las denuncias por temor a las represalias, ya sea de los perpetradores o de las autoridades que los encubren.
Y así se dejó escuchar en las consignas “Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar el Estado patriarcal”. Señalar al Estado como culpable es correcto, porque en varios casos sus fuerzas represivas cometen esos crímenes, y sus instituciones protegen a los culpables. Por ejemplo, el caso reciente de María Isabel Carrión: según su hermana, que iba entre los familiares de víctimas de feminicidio en la marcha, su esposo “la mató el 23 de junio de 2019, pero fue liberado el 8 de agosto porque lo procesaron por narcomenudeo y no por feminicidio”.
Los comunistas y revolucionarios complementamos el grito de que “hay que abortar el Estado” gritando “¡Hay que tumbar, hay que tumbar, hay que tumbar este sistema patriarcal!” Porque el sistema capitalista patriarcal es el problema fundamental. Hay que desarraigarlo de raíz, y esa posibilidad únicamente es posible con la revolución comunista. Como se expresó en otra consigna del contingente del Movimiento Popular Revolucionario: “¡La opresión de las mujeres, en el capitalismo, no tiene solución! ¡La única salida es la revolución!”
La furia de las jóvenes no pudo ser contenida del todo, a pesar de las acciones de la policía. Muchas jóvenes tumbaron vallas para hacer pintas y romper aparadores de anuncios publicitarios, y otras mujeres y hombres participantes en la marcha mostraron algún apoyo a ese coraje y furia. En las calles cercanas al Zócalo varias personas, mujeres y hombres, se juntaron y apoyaron el paso de la marcha hasta el final. Ahí nuestro contingente gritó consignas y repartió más volantes, a la vez que muchos de ellos gritaban con nosotros. Muchos recibieron con entusiasmo el volante, ¿Dejamos que siga el mundo como es y peor o hacemos la revolución para emancipar a la humanidad? de la Organización Comunista Revolucionaria, México. A pesar de la presencia y amenazas de represión de miles de policías —mujeres y hombres— la gente no se intimidó y la mayoría llegó al Zócalo para escuchar el llamado de una “Emergencia nacional” por el aumento del feminicidio y el acoso sexual. De parte de las organizaciones organizadoras (la Asamblea Autónoma e Independiente y la Asamblea Feminista Metropolitana, entre otras), se expresó que “Nos matan, nos violan, nos roban, nos explotan, nos acosan y las instituciones que deberían defendernos y protegernos en realidad son fieles al patriarcado y solo simulan, revictimizan y mantienen silencios cómplices e impunidades asesinas”.
¡Realmente fue una noche de festividad y odio que irrumpió de miles de mujeres!