Carta de un lector:

Esfuerzos polifacéticos de los republi-fascistas por “ganar” las elecciones novembrinas

| revcom.us

 

Nota de la redacción: Esta carta de un(a) lector(a) pone al descubierto los esfuerzos sistemáticos de parte del régimen fascista de Trump y Pence y sus seguidores de socavar, en su propio beneficio, la integridad de las elecciones venideras. Esto es un ataque extremadamente peligroso contra los derechos democráticos —y en el caso del pueblo negro, los derechos ganados mediante una lucha muy dura*— y una escalada rumbo a la consolidación fascista.

Hay que oponerse firmemente y luchar ferozmente contra estas maniobras — aunque, al mismo tiempo, el contenido y el papel de las elecciones bajo este sistema legitiman el funcionamiento de este sistema (Vea “Bob Avakian sobre la trampa de las elecciones”.)

Es importante que todo eso se entienda —y se debata— mucho más ampliamente como parte de hacer la revolución, y de la lucha contra la supremacía blanca y el fascismo.

*Vea los artículos de la serie Crimen Yanqui en revcom.us sobre la supresión del derecho a votar del pueblo negro: Primera parte: La supresión violenta del derecho a votar del pueblo negro y Segunda parte: De 1965 al día de hoy: El destripamiento de la Ley del Derecho al Voto y la privación de derechos a millones de negros.

Diferentes voces en Estados Unidos están expresando mucha preocupación de que el régimen de Trump y Pence no tenga ninguna intención de dejar el poder en enero — sin importar lo poco populares que sean, ni lo que ocurra en las elecciones novembrinas. Estos temores con razón tienen justificación, en vista de lo que Trump y las fuerzas fascistas están haciendo en relación al voto y las elecciones, como detallaremos más en este artículo.

Probablemente, Trump y aquellos que están detrás de él preferirían tener posibilidades de arroparse en la “legitimidad democrática” de un triunfo electoral, mientras el régimen siga consolidando su autoridad plenamente fascista. Así que, por un lado, el régimen y el Partido Republicano están haciendo todo a su alcance para “ganar” la elección presidencial, incluido por la supresión del voto de aquellos sectores de la población que probablemente voten en su contra, en particular la gente de color. Por otro lado, están tratando de “deslegitimar” las elecciones reclamando de antemano que están “amañadas” — pues si les va mal, podrán tratar de aferrarse al poder mientras disputan o niegan los resultados.

Subvirtiendo las elecciones

Las legislaturas estatales controladas por los republicanos han dedicado décadas a esfuerzos de privarles del derecho de votar a las personas negras, latinas e indígenas, haciendo uso de una variedad de leyes que aparentan ser “neutrales en relación con la raza” (enlace a un artículo en inglés) bajo el lema de “impedir el fraude de los votantes”. Los republicanos insisten en que semejante “fraude de los votantes” es muy común, pero en realidad es casi inexistente, como varios estudios han documentado (enlace en inglés). A continuación presento unos pocos ejemplos1:

  • Dakota del Norte estableció requisitos más estrictos para la identificación del votante; 19 por ciento de los indígenas no contaban con la identificación requerida en comparación con 12 por ciento del resto de la población del estado.
  • Texas estipula que se podría usar un permiso de portar armas como identificación del votante, pero no una identificación de la universidad estatal; el 80 por ciento de los permisos de portar armas las tienen blancos, y el 50 por ciento de los estudiantes de universidades estatales son de color.
  • Georgia dictó que los nombres en el padrón electoral tienen que ser exactamente idénticos al nombre en la identificación que el votante presenta en el centro de votación. Por ejemplo, si uno tuviera su segundo nombre completo en una forma, pero solamente la letra inicial del segundo nombre en la otra, no se le permitiría votar. El 80 por ciento de las personas descalificadas bajo esta ley eran gente de color.

Desde que el régimen de Trump y Pence ascendió al poder en 2016, esta campaña republicana se ha intensificado, ahora con el respaldo del gobierno federal y la Suprema Corte federal. En 2017, la división “Derechos Civiles” del Departamento de Justicia (DOJ) abandonó sus demandas (enlace en inglés) contra Texas y Ohio por sus violaciones a los derechos de votar. (En Ohio, de hecho, la DOJ cambió de lado para oponerse a los grupos locales de derechos civiles.) En Florida, la legislatura destripó una enmienda constitucional que extendía el derecho de votar a los ex prisioneros —el 60 por ciento de ellos negros o latinos (enlace en inglés)— a la cual la habían aprobado un 64 por ciento de los votantes. La semana pasada, la Suprema Corte de Estados Unidos dejó en vigor a ese dictamen (enlace en inglés), lo que probablemente impediría que cientos de miles de personas votaran en noviembre.

Intimidación

Ahora, con fundamento de una inmensa variedad de leyes, reglas y políticas con las que las personas tienen que navegar con tal de ejercer su derecho a votar, los fascistas están metiendo otro elemento — vigilantes extraoficiales.

El New York Times reportó (enlace en inglés) en mayo que el Partido Republicano había lanzado una campaña de $20 millones de dólares para reclutar “hasta 50.000 voluntarios en 15 estados críticos, para monitorear los centros de votación e impugnar a las papeletas y los votantes los que consideran sospechosos”.

Si se fija en lo que estos fascistas están diciendo y haciendo concretamente, le quedará claro que lo que quieren decir con “sospechosos” es “gente de color” y lo que quieren decir con “monitorear” es “intimidar”. Vea a continuación los comentarios (enlace en inglés) de unos activistas a favor de la supresión de votantes en una “sesión de estrategia” en febrero organizada por el Consejo de Política Nacional, una organización fascista cristiana2.

En una discusión sobre a quiénes reclutar como observadores electorales, un activista preguntó: “¿Quieren entrar en un distrito electoral en una zona urbana marginada o indígena, y ser el republicano ahí para supervisar? Pues, no es un lugar cómodo en que estar, y ahí es donde ocurre el fraude”. Catherine Engelbrecht, fundadora de True the Vote, un grupo que presiona a los legisladores para que adopten límites más estrictos sobre el voto, respondió a esa preocupación diciendo: “Que se metan en esos centros de votación unos Seals [Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina] y van a decir, ‘No, no, esto es lo que dice la cosa. Así es cómo vamos a manejar este show’”.

Después de la presentación, True the Vote lanzó su sitio web “Continue to Serve” (Continúen Sirviendo) específicamente para reclutar a ex policías y ex militares. El sitio web presenta un mensaje en video del ex Seal Ed Hiner, que defendía activamente (enlace en inglés) a Eddie Gallagher, otro Seal, que fue denunciado por su propio escuadrón (enlace en inglés) por haber asesinado a civiles y a un prisionero herido y sin arma. Esto nos dice el tipo de “vigilante” a los cuales buscan.

Tras el asesinato policial de George Floyd y el asesinato de Ahmaud Arbery por justicieros racistas, ¡imagínese el impacto de la posibilidad de hombres blancos armados, que se acercan a personas negras cerca de los centros de votación e insisten en que justifiquen su derecho a votar! ¡Imagínese el impacto en los latinos (sean inmigrantes o no) de que unos “observadores electorales” les exigen: “Enséñeme sus documentos”! Esta campaña republicana para “observadores electorales” tiene el objetivo de intimidar a las personas para que de plano no acudan a los centros de votación.

Por encima de todo lo anterior, las autoridades en los estados “rojos” (de mayoría republicana) han estado recortando sistemáticamente los sitios para empadronarse y votar que son accesibles a la gente de color. También han estado eliminando las prácticas de la votación anticipada y las horas extendidas en las urnas, las que acomodan a personas con trabajos que no permiten al empleado salir durante dos horas para votar. Además, la epidemia de la Covid-19 ha amplificado estas políticas, porque la mayoría de las personas que trabajan en los centros de votación son de la tercera edad, y no asistirán por un legítimo temor al virus. La consecuencia de todo eso ha sido, y será, que los votantes en las ciudades hacen fila durante muchas horas — y si tienen suerte de lograr entrar, se apiñan en centros de votación abarrotados donde se arriesgan a exponerse al coronavirus3.

Deslegitimar las elecciones a fin de “legitimar” que permanezcan en el poder

Como una activista en pro del derecho a votar describió lo que hacen Trump y los republicanos: “Esta es una estrategia de quemar las naves, una estrategia para ganar cueste lo que cueste”. Incluye otros componentes que no hemos analizado en este artículo — como campañas de desinformación en las redes sociales, o posibles ataques cibernéticos (hacking) similares a lo que se alega que Rusia intentó en 2016. Debido a todo eso, en combinación con la realidad de que el Colegio Electoral da mucho más peso a votantes en los estados rurales que tienden a preferir a Trump, hay una posibilidad muy fuerte de que esta estrategia les funcione en noviembre, y que Trump pueda adjudicarse la victoria.

Pero hay señales claras de que los fascistas están preparándose simultáneamente para la posibilidad de que no funcione su estrategia para ganar las elecciones, y que quizás se vean impelidos a aferrarse al poder ante una contundente derrota electoral.

Lo hacen diciendo de antemano que las elecciones están “amañadas”. Trump ha encabezado la ofensiva atacando la votación por correo postal (o el voto “en ausencia”), que será mucho más común este año debido a la pandemia. Varios investigadores han dicho que la votación por correo postal es un método virtualmente a prueba del fraude4, ya se usa ampliamente por todo Estados Unidos, especialmente por los de la tercera edad, la gente rural y aquellos en las fuerzas armadas (electorados que usualmente tienden a votar por los republicanos). Pero ya que se necesita esta votación por correo electoral para los negros, latinos e indígenas, pues ya es harina de otro costal para los republicanos.

El 24 de mayo, Trump tuiteó: “Estados Unidos no puede tener votación por correo solamente. Serán las elecciones más amañadas en la historia”. Cuatro días más tarde, tuiteó “VOTACIÓN POR CORREO RESULTARÁ EN MUCHÍSIMO FRAUDE Y ABUSO. TAMBIÉN RESULTARÁ EN EL FIN DE NUESTRO GRAN PARTIDO REPUBLICANO”. El 21 de junio, el procurador general Barr lo secundó (enlace en inglés), diciéndole al Noticiero Fox que “abre las compuertas de par en par al fraude”. El Partido Republicano está demandando al estado de California (enlace en inglés) para impedir que mande papeletas de votar a todos los votantes empadronados. En Michigan, los seguidores de Trump quemaron públicamente las solicitudes de votar por correo que (como votantes) habían recibido del estado.

No se requiere de mucha imaginación visualizar cómo esto podría desenvolverse si Trump pierde las elecciones. Los republicanos podrían desatar a un ejército de abogados para demandar a cada estado donde perdió. Trump podría reclamar que las elecciones fueran “amañadas”, tal como había “pronosticado”. Se podría movilizar a sus seguidores, entre ellos los partidarios armados que son cada vez más activos, y podrían inundar las calles para defender a Trump, quizá con el apoyo o dirección de las “Fuerzas de Despliegue Rápido” que ahora se están desmandando en Portland y otras ciudades. Esto, junto con la confusión y desorganización, probablemente muy reales, creadas por la epidemia y un enorme aumento de la votación por correo, podría sentar las bases para que el régimen “se aferre” al poder. Y a esas alturas, se requeriría un enorme torrente de lucha desde abajo para expulsarlo del poder.

¡NO es “realista” confiar en las elecciones para parar a Trump!

Todo lo anterior refuta el argumento del Partido Demócrata de que la única manera “realista” de parar a Trump es, de ahora al noviembre, concentrar todas nuestras energías en movilizar la votación. Ya es hora y más que hora de que las personas reconozcan plenamente el carácter fascista de este régimen y del movimiento que dirige. Es hora y más que hora de que las personas ACTÚEN de acuerdo con ese entendimiento y con la necesidad de sacar del poder a este régimen, antes de que consolide más el poder y antes de que cause aún más muerte y sufrimiento innecesarios.

Ya es hora y más que hora de que cantidades crecientes de personas, al final millones de personas, se tomen las calles y permanezcan en las calles hasta que se cumpla la demanda: ¡Trump-Pence Fuera Ya!

 

1. Para conocer más sobre la supresión del voto, vea “Privar del derecho al voto a millones de personas, al servicio de la supremacía blanca y el fascismo” en revcom.us, y “The New Voter Suppression” (“La nueva supresión del voto”) en inglés del Centro Brennan para la Justicia. [volver]

2. Para conocer más sobre los fascistas cristianos, vea “El régimen de Trump y Pence, se apresura a imponer una teocracia a un ritmo acelerado” en revcom.us. [volver]

3. En abril, cuando la Covid se manifestaba en picos, los republicanos de Wisconsin presentaron una demanda para impedir la extensión de la fecha límite para solicitar papeletas de votar por correo. En Milwaukee, que tiene a aproximadamente dos tercios de la población negra de Wisconsin, solamente se abrieron cinco centros de votación (enlace en inglés) para toda la ciudad, en comparación con 180 centros anteriormente, lo que dejó a decenas de miles de personas a hacer fila durante horas. [volver]

4. Entre otras cosas, los votantes tienen que firmar la papeleta, y luego se compara esa firma con la que lleva su forma de empadronamiento. [volver]

Lea el texto de la película en español.
Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.

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