AMLO y Trump en la Casa Blanca - Un feo festejo de la dominación imperialista de México y el mundo

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Nota de la redacción: A continuación presentamos el texto completo del artículo del blog Aurora Roja, voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México.

Las palabras del [presidente mexicano] López Obrador [AMLO] y [el presidente estadounidense] Trump ante los medios de comunicación, y la muy escueta “declaración conjunta” que firmaron el 8 de julio, resaltan la dominación de México por el imperialismo estadounidense.

López Obrador alabó a Trump y su gobierno, un régimen fascista basado en la supremacía blanca, la supremacía masculina y la xenofobia estadounidense que sigue agrediendo a los mexicanos, a los inmigrantes (y a los negros, latinos e indígenas de Estados Unidos), con estas palabras falsas: …“durante mi mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona y, lo que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted comprensión y respeto”. Agradeció “al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos”. Y terminó sus halagos a Trump con esto: “Pero lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía… Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso estoy aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto, nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano”.

AMLO rezumó sumisión, haciéndole la barba a Trump y encubriendo sus viles ataques contra los pueblos de México y de Centroamérica. En verdad, son constantes las agresiones de su gobierno contra México, su soberanía y sobre todo contra los migrantes mexicanos y centroamericanos. 16 días antes de su cita con López Obrador, Trump “autografió” un pedazo de su muro en Arizona y proclamó que si no fuera por ese muro, el coronavirus hubiera “inundado” a Estados Unidos. Dos días antes de la reunión, volvió a tachar de criminales a los migrantes en Nueva York y Chicago. En junio de 2019, bajo la amenaza de agobiantes aranceles, el gobierno de Trump impuso que el ejército y la Guardia Nacional de México cazaran, reprimieran y deportaran a los inmigrantes centroamericanos, actuando como “patrulla fronteriza” para Estados Unidos, crímenes que siguen cometiendo hoy en día.

Además, desde diciembre de 2018, han arrojado a los inmigrantes que solicitan asilo en Estados Unidos al lado mexicano de la frontera para aguardar en México, a la intemperie y bajo ataques de pandillas y policías criminales, la audiencia que “algún día” negará el asilo a la gran mayoría. El gobierno de Trump no solo “buscó” imponer algo que “viole o vulnere nuestra soberanía” — lo hizo descaradamente y el gobierno de López Obrador lo aceptó. A la vez, ICE (Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos) mantiene encarcelados a cientos de niños migrantes, y adultos detenidos que se enferman de Covid-19. Los jóvenes “Dreamers” (mayoritariamente mexicanos) siguen amenazados con ser deportados, y el gobierno de Trump utiliza la pandemia como pretexto para otros ataques contra los inmigrantes1. En 2020, en plena pandemia, han deportado a migrantes enfermos de Covid-19 a México y Guatemala. Estados Unidos exigió que se reanudaran las “cadenas de suministro” de las industrias automotriz y aeroespacial y el gobierno mexicano cumplió, reclasificándolas de “esenciales”, con las maquiladoras imperialistas en México obligando a la gente a seguir trabajando en estas y otras ramas dominadas por firmas de Estados Unidos, que concentran las ganancias de la sobreexplotación de millones de trabajadores mexicanos (y de muchos otros países oprimidos)2.

¿Por qué el presidente de México calla todo esto y elogia el trato de Estados Unidos y el actual régimen fascista hacia México y los mexicanos en Estados Unidos? Fundamentalmente porque, como presidente de un país tan completamente dominado por el imperialismo, depende del beneplácito de los grandes capitalistas de Estados Unidos y su gobierno. Como nos explican constantemente, “necesitamos” la inversión extranjera, es decir, las inversiones de los grandes capitalistas de Estados Unidos y de otros países imperialistas. La actual economía capitalista sí requiere de constantes inversiones imperialistas pero nosotros, la gente, no las necesitamos. El gran capital extranjero y mexicano es lo que hace imposible acabar con los horrores que sufre el pueblo —y la futura sociedad socialista no tendrá semejantes inversiones— porque sus empresas solo vienen a sobreexplotar a los trabajadores y campesinos, pagándoles de 8 a 10 veces menos que en sus países de origen, y a recortar otros “costos de producción”, sacrificando la seguridad y salud de los trabajadores y destruyendo el medio ambiente, etc.

Quienes sí necesitan estas inversiones son los grandes capitalistas y su Estado, así como el sistema capitalista imperialista mundial, en que grandes monopolios e instituciones financieras dominan la actividad económica en todo el mundo, compiten entre sí por maximizar sus ganancias y por controlar territorios, mercados, recursos naturales y vidas humanas. Así las cosas, la encomienda del jefe de Estado de México (y de todo país oprimido) es servir al funcionamiento de este sistema, atraer más inversión imperialista y tener a raya a la mayoría, que no posee capital alguno, y sobre todo a los explotados y desposeídos, surtiendo a los grandes capitales la mano de obra barata que necesitan para ser rentables y competitivos. Por eso, aunque hay particularidades del estilo de cada presidente y de los tiempos en que gobierna, todo presidente de México desde Porfirio Díaz hasta ahora ha tenido que acomodarse a la dominación imperialista, principalmente de Estados Unidos, ajustarse a gobernar el país como lo es dentro del actual sistema —un eslabón subordinado en la cadena internacional de su imperio— y acoplarse a las consecuencias que esta dominación implica.

Como candidato, López Obrador podía fingir que representara otros intereses, así que respondió a las difamaciones xenófobas de Trump diciendo que “Es una canallada que Trump y sus asesores se expresen de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos, justo antes de emprender la infame persecución y el abominable exterminio”. Pero meses antes de elegirse presidente, AMLO enviaba “mensajes de tranquilidad” al fascista; le dijo a la ex embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, que siendo presidente, “su prioridad número uno sería tener una relación positiva con Estados Unidos”3. Eso lo ha hecho, convirtiéndose en un leal “socio menor” del sistema capitalista imperialista y colaboracionista consciente del régimen fascista de Trump.

El TMEC — Un tratado para apuntalar el imperio estadounidense contra sus rivales

El pretexto para esta reunión fue la entrada en vigor del TMEC, el nuevo tratado de “libre comercio” entre México, Estados Unidos y Canadá. Es un acuerdo para acelerar la integración subordinada de México al imperio estadounidense, y fortalecer a Estados Unidos frente a sus rivales, sobre todo China. Los dos mandatarios se jactaron de que el TMEC traerá empleo y “prosperidad” a “los tres países y sus pueblos”, pero será la intensificación de los horrores que trajeron los 25 años del TLCAN [Tratado de Libre Comercio de América del Norte], como continuación y agudización de la dominación imperialista: millones de campesinos expulsados del campo; mayor dependencia de alimentos importados de Estados Unidos; la pobreza de la mitad de la población; la crisis de salud (previa a la pandemia); la destrucción de los bosques, tierra y agua por los “proyectos de muerte” imperialistas; y la explosión del crimen organizado, impulsado por la globalización imperialista, el desgarrón de las viejas formas de trabajar y vivir, así como la extrema precariedad e inseguridad que sufre la gente bajo la actual “modernización imperialista”.

En su discurso, AMLO alabó esta integración opresiva y desigual así: “México tiene algo sumamente valioso para hacer efectiva y potenciar la integración económica y comercial de la región, me refiero a su joven, creativa y responsable fuerza laboral”. En otras palabras, México pone la fuerza de trabajo sobreexplotada para aumentar la rentabilidad de los grandes capitales. No ve problema con el desequilibrio entre México por un lado, y Estados Unidos y Canadá por el otro — entre un país oprimido y los países imperialistas. En cambio sí le preocupa el déficit comercial de la “región de Norteamérica” y la caída en el porcentaje de la producción mundial que representa. Avala el TMEC porque “Busca revertir este desequilibrio mediante una mayor integración de nuestras economías y mejoras en el funcionamiento de las cadenas productivas para recuperar la presencia económica que ha perdido América del Norte en las últimas cinco décadas”. Pone bien claro que la “4ª Transformación” [visión de AMLO para el futuro de México] es solo otra manera de intentar sostener el mismo sistema capitalista bajo dominación imperialista, que no puede resolver ninguno de los horrores que sufre la gran mayoría de la gente.

En su declaración, Trump mintió descaradamente al decir, entre otras cosas, que los dos gobiernos “juntos” están luchando contra el coronavirus, “salvando incontables, millares de vidas”. En realidad, su régimen es responsable de aumentar en mucho las muertes, por su respuesta anticientífica y criminal a la pandemia. Estados Unidos es el país con más contagios y más muertes — más de 4 millones de casos y casi 150 mil muertes4. A la vez que Trump hablaba del “respeto mutuo” con México y su presidente, violó el acuerdo previo de no mencionar la migración ni el muro en esta reunión, al decir, “Estamos realmente teniendo resultados significativos en la frontera sur. Y México nos ha ayudado enormemente en nuestra frontera sur, al crear números record en sentido positivo5, refiriéndose a la detención de migrantes por parte del gobierno mexicano.

Como el canalla que es, Trump sigue atacando a México: en una entrevista con Fox News el domingo, 19 de julio, dijo que “México no nos está ayudando”.

Esta reunión entre los presidentes de los dos países fue, en verdad, un feo festejo de la dominación imperialista de México y el mundo.

 


 

1. Ver: “En plena pandemia, Estados Unidos y México arremeten contra los migrantes; Para este sistema, los inmigrantes son ‘cosas’ para explotar, satanizar y desechar. Para la revolución comunista, son seres humanos valiosos que cambiarán el mundo”.  [volver]

2. Ver: “ Maquilas: tumba de trabajadores, sustento esencial del capitalismo mundial”.  [volver]

3. Jon Lee Anderson, “Why Andrés Manuel López Obrador Went to Dinner with Donald Trump”, The New Yorker, July 9, 2020.  [ volver]

4. Los dos gobiernos son responsables de muchos muertes innecesarios. López Obrador también ha minimizado la pandemia, ha declarada 5 veces que “el virus está domado”, insistió en la reapertura prematura que aumentó los enfermos confirmados hasta más de 360 mil casos y más de 40 mil muertes, y su gobierno se niega a hacer pruebas masivas y rastreo de contactos, todo lo cual también aumenta las muertes innecesarias. Ver: “Covid-19: La apuesta a la muerte” y “De 3 a 4 veces más muertes de Covid-19 en CDMX que las cifras oficiales”.  [volver]

5. Lo subrayado es nuestra traducción del inglés, porque no aparece en la traducción oficial al español. Así reza en inglés: “And we’ve been helped greatly by Mexico on creating record numbers, in a positive sense, on our southern border”.  [volver]

AMLO y Trump en la Casa Blanca

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