Amy Coney Barrett sobre el aborto y el control de la natalidad — La “Tía Amy”* del fascismo cristiano
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Barrett —que cree que todo aborto es inmoral y “bárbaro”— se negó a decir en las audiencias de confirmación del Senado si anularía la decisión de 1972 en el caso Roe contra Wade (que despenalizó el aborto). Pero dejó claro que tenía receptividad de hacerlo. Barrett ha escrito que sólo hay unas cuantas decisiones judiciales que ella denomina convenientemente “superprecedentes” — lo que significa que, en su opinión, no pueden ni deben revocarse. Todas los demás fallos están susceptibles a ser revocados si la Corte constituida cree que “se decidieron mal”.
Barrett dijo que Roe contra Wade sigue siendo “controvertido” —¡entre y en gran parte debido al trabajo de fascistas cristianos como ella!— y por lo tanto “Roe no entra en esa categoría” (de “superprecedentes”).
Como hemos señalado antes: “Barrett es una representante femenina refinada, atrayente e inteligente de un punto de visto y programa político religioso que tiene el objetivo de subyugar a las mujeres, así como la gente LGBTQ”. Una clave para esto, desde su punto de vista, es anular el caso Roe contra Wade. Y sin el derecho al aborto, se permitirá forzar a las mujeres a tener hijos en contra de su voluntad —una forma de esclavización femenina— y una de las principales anclas y puntas de lanza del programa fascista cristiano.
Barrett también se negó a decir si el caso Griswold de 1965 (que despenalizó el control de la natalidad y fue el precedente jurisprudencial de Roe contra Wade) se decidió de manera apropiada o no, porque actualmente no es controvertido y, por lo tanto, es “muy poco probable” que se revoque. Pero tampoco es (para Barrett) un “superprecedente”. Y una vez que los fascistas cristianos se deshagan del derecho al aborto, pasarán a hacer que el control de la natalidad (y quizás el divorcio también) sea tan “controvertido” como lo es ahora el aborto.
El derecho de votar
Barrett defendió una opinión que redactó como jueza federal que se basaba en las leyes de los siglos 18 y 19 que estipulaba que los llamados “derechos cívicos” —como votar y servir en jurados— sólo debían concederse a “ciudadanos virtuosos”. Barrett no mencionó que esas leyes se usaban principalmente para privar del derecho de votar y degradar a los negros, latinx, chinos y judíos, a las mujeres y a los discapacitados. Y da miedo pensar a quién considera Amy Coney Barrett que no es un “ciudadano virtuoso”. ¿Gente LGBTQ? ¿Mujeres que han abortado? ¿Gente que se divorcia o usa anticonceptivos? El grupo religioso extremista al que pertenece Barrett condena todas estas cosas por inmorales. Esto va por el camino hacia el verdadero territorio de El cuento de la criada.
Siguiendo por el camino de Scalia
Barrett confirmó que le dijo al senador Chris Coons que no recordaba ningún desacuerdo significativo con las opiniones jurisprudenciales de su mentor, el juez Antonin Scalia. Coons dijo correctamente que si se confirma a Barrett, “de hecho, se podría hacer retroceder los compromisos constitucionales en torno a la libertad, la privacidad y la igualdad ante la ley a los entendimientos del siglo 19 o incluso del 18 de una manera que sería irreconocible para la mayoría de los estadounidenses”.
Scalia fue uno de los más reaccionarios magistrados de la Corte Suprema en tiempos modernos. Mediante sus fallos y opiniones, Scalia trató de destruir o refrenar casi todos los cambios positivos de las últimas pocas décadas y apoyó nuevos pasos hacia el fascismo. Obamacare... la despenalización de tener relaciones sexuales y casarse entre personas del mismo género... limitar las oraciones en las escuelas... las medidas que dieron pequeños pasos para superar los impactos del racismo y la discriminación contra los negros... permitir la admisión de mujeres en el Instituto Militar de Virginia... conceder el derecho a solicitar su libertad por medio de los tribunales federales a los supuestos “terroristas” que habían sido secuestrados de sus tierras natales y estaban retenidos indefinidamente en la Bahía de Guantánamo... Roe contra Wade. Scalia se les opuso a todos esos fallos, y Barrett aparentemente está de acuerdo con él.
La confirmación de Barrett significará que la mayoría o todas estas posiciones contarían con un apoyo mayoritario en la Corte Suprema.
* Esto se refiere al personaje de la Tía Lydia en la novela y la serie de televisión El cuento de la criada. Ella cree en la misión de Gilead, una sociedad fascista cristiana en la que la ley bíblica y los valores patriarcales, actualizados e interpretados por los nuevos gobernantes, se imponen cada vez más. La Tía Lidia es la brutal capataz de las criadas, mujeres a las que se les asigna el papel de parir. [volver]
CONOZCA A AMY CONEY BARRETT:
La nominada de Trump para la Corte Suprema. Es parte de un grupo fascista cristiano “Gente de Alabanza”, que cree que las mujeres están subordinadas a sus esposos. Hasta hace poco, sus lideresas se llamaban “criadas” y los lideres masculinos “cabezas”. El esposo es la “cabeza” de la esposa.