Una sección del Obrero Revolucionario para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables por las ideas publicadas en las páginas de nuestro periódico.
Nota de la redacción: Filipinas es un país dominado por el imperialismo yanqui. El dominio neocolonial y semifeudal del país ha generado muchísima pobreza en las ciudades, una gran cantidad de gente sin tierra en el campo que sufre una profunda opresión, superganancias y un desarrollo económico deformado. Tal opresión ha prendido poderosas luchas revolucionarias, cuyo núcleo es una guerra popular maoísta, basada en el campo, dirigida por el Partido Comunista de las Filipinas.
BAYAN--Bagong Alynsang Makabyan, o Nueva Alianza Patriótica--es una amplia organización de masas de Filipinas que se dedica a la lucha política y apoya la lucha democrática nacional revolucionaria. En 1996, BAYAN lanzó una masiva campaña contra la globalización imperialista. Su objetivo político fue la cuarta cumbre de APEC (Cooperación Económica Asiático-Pacífica) de fines de noviembre, cuyo anfitrión era el presidente Ramos. Entre los asistentes figuran: el presidente Clinton, los primeros ministros de Japón, Australia y Canadá, y otros gobernantes de la región asiático-pacífica.
Raymond Lotta, economista político maoísta, estuvo en Filipinas para participar en las actividades anti-APEC. Durante su estancia, habló con Nathaniel Santiago, secretario general de BAYAN.
Raymond Lotta: Nathaniel, ¿puedes comenzar contándonos un poco de BAYAN, de su historia y de sus objetivos?
Nathaniel Santiago: BAYAN se formó en mayo de 1985, durante el apogeo de la lucha popular contra la dictadura de Estados Unidos-Marcos, con una alianza de diversos sectores sociales en la lucha por la liberación nacional y una auténtica democracia popular. Se propone poner fin al dominio del capital monopolista extranjero al mando de Estados Unidos, las grandes empresas compradoras [los intereses empresariales al servicio y en colaboración con el capital extranjero--OR] y los grandes terratenientes.
Nuestra organización es la mayor organización de masas del país. Sus bases cuentan con aproximadamente un millón de personas, principalmente de los combativos sindicatos y asociaciones campesinas. Además, forja unidad con todas las fuerzas antiimperialistas y democráticas, incluso gente profesional.
RL: BAYAN y otros grupos por todo el mundo se oponen a la "globalización imperialista". ¿De qué se trata?
NS: En esencia, la campaña contra la globalización imperialista se opone al afán del capital monopolista extranjero de abrir las economías de varios países a una mayor explotación mediante la liberalización comercial e inversionista, privatización y desregulación. Eso recibió mucha atención durante la cumbre de APEC en Filipinas en noviembre de 1966.
RL: ¿Cómo afectarían la APEC y estas medidas la economía y la vida de los obreros y campesinos de un país como Filipinas?
NS: Truncará el crecimiento de la industria y agricultura nacional. Nos inundarán de excedentes de bienes y capital; mayores partes de nuestro mercado, de nuestros recursos minerales y de nuestras tierras de cultivo caerán bajo control extranjero.
Con la APEC, el gobierno ha aceptado rematar nuestras reservas minerales, nuestras tierras de cultivo e incluso nuestra mano de obra. Todos los días arrasan tugurios para abrir espacios para los llamados "proyectos extranjeros". Destierran a campesinos y pueblos autóctonos, y dan las tierras a empresas de Estados Unidos y otros países. Las tierras que deben destinarse al cultivo de alimentos y la producción de artículos de primera necesidad las están controlando empresas mineras y madereras extranjeras, o las empresas que están construyendo maquiladoras. Esto causa contaminación y arruina las tierras. Además, están reforzando y legalizando la mano de obra "por contrato".
RL: ¿Nos puedes explicar cómo es la mano de obra "por contrato"?
NS: En la actualidad, es un fenómeno que se ha generalizado por todo el mundo. Aparte de "reducir" su fuerza de trabajo y reemplazar a los obreros con máquinas, los capitalistas están reemplazando a los obreros permanentes con una fuerza de trabajo menor, eventual, que se emplea "por contrato".
Con este sistema "por contrato", están violando o negando tres derechos fundamentales de los obreros: el derecho a la protección del trabajo; el derecho de organizar sindicatos; y el derecho de negociar mejores salarios y condiciones y de organizar huelgas.
RL: Volvamos a la campaña de BAYAN contra la APEC: fue una batalla de golpe por golpe con el gobierno.
NS: Quisiera recalcar tres puntos sobre nuestra situación al inicio de la campaña. Primero, el gobierno monopoliza la propaganda e información y fomenta la noción de que la APEC favorece el desarrollo y que si el país no se une a la APEC, no podrá subir al carro de la globalización y desarrollo.
Segundo, el gobierno militarizó nuestras comunidades en la región central de Luzón para contener las protestas y callar opiniones disidentes. Desplegó nueve batallones de soldados y policías en la zona de Subic, la ex base naval yanqui [donde se celebró la cumbre APEC--OR] para hostigar, arrestar y asustar a muchos de nuestros organizadores y líderes y de los que protestaban por la APEC y las medidas del gobierno.
Tercero, el gobierno aprovechando el "éxito de la APEC" [de ser el anfitrión de la cumbre--OR] quiere perpetuarse en el poder más allá del 98.
RL: Dinos más sobre la campaña, en particular sobre sus métodos y sus tácticas.
NS: Armamos una gigantesca campaña informativa en los medios de difusión y por otros canales. Saturamos las comunidades con la verdad sobre los males de la APEC y de la globalización imperialista. Los organizadores salonearon en escuelas, fueron de puerta en puerta y organizaron lo que llamamos "reuniones populares" en las comunidades, repartimos materiales de lectura, posters y otras formas de información, y organizamos marchas, concentraciones y piquetes.
RL: Se ve que lograron crear gran interés por el tema en la sociedad. Hubo muchas notas en los medios impresos y electrónicos.
NS: Nuestra campaña para informar sobre la APEC y explicar que solo beneficia a las entidades élites extranjeras...tuvo dos aspectos. Por un lado, nuestros esfuerzos y, por otro lado, las torpezas del gobierno. Este realizó demoliciones violentas antes de la cumbre: diez mil familias quedaron sin hogar. Y las demoliciones continúan. Estimamos que medio millón de familias que viven en su propia tierra perderán su casa o choza porque el gobierno las considera invasores. Y el gobierno desterró a muchos campesinos porque los consideró un problema de seguridad para los delegados de la cumbre.
Todo esto muestra los efectos muy reales y concretos de la APEC, en contraste con la propaganda del gobierno sobre desarrollo, trabajos y buenos salarios de la APEC. La APEC y la globalización quieren decir perder trabajos, perder ingresos y perder derechos políticos y civiles.
O sea, las torpezas del gobierno favorecieron nuestra masiva y concienzuda propaganda y trabajo de concientización. Ambos aspectos impulsaron amplias protestas y oposición.
Además de la concientización, organizamos la Conferencia Popular Contra la Globalización Imperialista. Asistieron 200 personas y delegados de casi 40 países. La conferencia ilustró los efectos destructivos de la globalización, y que la pérdida de trabajos, tierras, ingresos y derechos es un fenómeno mundial; dio aviso de que los pueblos del mundo están forjando unidad; y exhortó a organizaciones de otros países a lanzar campañas contra la globalización imperialista y a coordinar su trabajo. Y hubo una Caravana Popular.
RL: La caravana fue la mayor protesta contra la APEC....
NS: La caravana fue la culminación de la campaña de concientización, la movilización y las conferencias. La caravana dio vida a la declaración combativa de las masas, tanto de Filipinas como del mundo, de que no permitirán que los imperialistas exploten la mano de obra y saqueen las economías de los países del tercer mundo. Además, demostró que las potencias imperialistas y sus títeres (como el gobierno de Ramos), en su desesperación, buscan sofocar toda oposición a su agresiva ofensiva contra los pueblos y economías del tercer mundo. La caravana tuvo que superar muchos obstáculos del gobierno.
RL: Cuéntanos un poco más.
NS: La cumbre se celebró en Olongapo, Subic, a más de 100 kilómetros de Manila. El gobierno trató de impedir que nos acercáramos a Subic. Viajamos en transporte público y coches particulares. Rumbo a Olongapo, logramos reunir 500 vehículos y más de 10.000 personas. El gobierno puso falanges de policías y nos bloquearon con camiones recolectores de basura...pero los manifestantes negociaron con la policía y, debido a la presión de los enormes embotellamientos, esta tuvo que ceder. O sea, les salió el tiro por la culata: los manifestantes empujaron los camiones de volteo y recolectores a un lado. ¡Tuvimos que pasar por siete bloqueos! Por lo común, tomo de dos a tres horas ir a Olongapo. Pero nosotros tardamos más de 24 horas en llegar a la provincia antes de Olongapo.
Casi habíamos llegado al límite de Olongapo cuando nos bloqueó un grupo de mil soldados y policías. Así que decidimos terminar temporalmente la caravana y declararla una aplastante victoria.
RL: El gobierno quería parar esto en serio.
NS: Incluso impregnaron las nubes para que lloviera y la gente se dispersara. Pero después de aguantar tanto sol, las nubes y la lluvia nos refrescaron y nos dieron más fuerzas. Antes del inicio de la caravana, el gobierno azuzó mucho anticomunismo, pero no logró aguar el entusiasmo de las masas y sus protestas ni impedir que ese gran contingente avanzara hacia Olongapo.
RL: Fue una gran inspiración ver todo el apoyo de las masas por el camino; nos vitorearon y compartieron su comida con nosotros.
NS: Y aparte de la caravana, las protestas movilizaron un total de 100.000 personas por todo el país.
RL: ¿Cómo resumes la campaña?
NS: Antes de la campaña, el gobierno yanqui-Ramos estaba a la ofensiva a favor de la APEC y la globalización. Pero nuestra campaña lo puso a la defensiva. Sufrió pérdidas políticas. Puede que se vanaglorie de los éxitos de la APEC, pero mira su cara: tiene los ojos amoratados.
Tuvimos varios éxitos: derrotamos la máquina de propaganda del gobierno pero, de mayor importancia, elevamos el nivel de conciencia y organización del pueblo y ampliamos la influencia de nuestras organizaciones. Y que tenga la seguridad de que estos éxitos representan un avance hacia un pueblo más consciente, organizado y combativo en lucha contra el imperialismo yanqui y las fuerzas reaccionarias filipinas.
RL: ¿Tienes unas palabras finales para nuestros lectores en Norteamérica?
NS: Queremos que más y más estadounidenses y oprimidos de Estados Unidos marchen, griten y luchen de la mano con los oprimidos del mundo, de los cuales formamos parte los filipinos. Tenemos un enemigo común, tenemos un dolor común y tenemos una lucha común: ver que caigan los imperialistas que van amasando riquezas y poder en medio de explotación, pobreza y opresión.