En noviembre de 1996, se celebraron importantes conferencias y protestas contra el imperialismo en Filipinas. A la Cumbre Campesina Mundial contra el Imperialismo y la Conferencia Popular contra la Globalización Imperialista llegaron delegados y observadores de todo el mundo. Hubo mítines, acciones coordinadas a nivel nacional y una caravana popular. Las paredes de Manila estaban cubiertas de afiches y pintas contra la globalización imperialista.
El gobierno filipino no escatimó recursos para impedir las protestas: detuvo delegados de otros países, arrestó organizadores locales, impuso un toque de queda en muchas comunidades e incluso declaró una fiesta nacional para alejar a los estudiantes y trabajadores de las reuniones y protestas.
¿Qué provocó todo eso? La cumbre de APEC (Cooperación Económica Asiático-Pacífica), cuyo anfitrión era el gobierno filipino. Los días 24 y 25 de noviembre, líderes de 18 países, entre ellos Bill Clinton, se reunieron en Manila para conversar sobre políticas de inversión y de comercio en la región. Y el hecho de que las fuerzas revolucionarias y progresistas de Filipinas aprovecharon el momento: se movilizaron para denunciar y atacar la cumbre de APEC, y para desarrollar la conciencia y la unidad de las fuerzas que luchan contra el imperialismo.
La guerra popular maoísta que dirige el Partido Comunista de las Filipinas continúa, y es la lucha más importante y central del país contra el imperialismo y la reacción. La clase dominante de Filipinas lleva 25 años combatiendo la lucha armada del Nuevo Ejército Popular, y la amenaza de inestabilidad económica y política es un problema grave. El gobierno de Fidel Ramos, dominado por Estados Unidos y desesperado por atraer capital de inversión, quiso aprovechar la conferencia de APEC para proyectar una imagen mundial de estabilidad política.
En Estados Unidos no se sabe mucho sobre la APEC. APEC fue fundada en 1989 y es un foro o vehículo por medio del cual los imperialistas de Estados Unidos y Japón, en particular, desarrollan sus agendas económicas y estratégicas en la región. Japón es actualmente la principal potencia económica del este asiático, y Estados Unidos sigue siendo la potencia geopolítica dominante.
APEC se ocupa de asuntos como el aumento de maquiladoras en Indonesia (Nike y otros), el saqueo de recursos naturales en Filipinas, el creciente papel en el tercer mundo de la industria agropecuaria imperialista y la agricultura de exportación para satisfacer los gustos y mercados de los países imperialistas, así como los esfuerzos de Estados Unidos y otras potencias de monopolizar más las nuevas tecnologías.
APEC es parte de una tendencia importante en la economía mundial imperialista, que ha generado la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC/NAFTA). En nombre del "libre comercio" y la "integración global", los imperialistas están tratando de abrir y controlar más las economías de los países oprimidos. Lo hacen para sacar más superganancias del tercer mundo. Lo hacen para acelerar la restructuración del capital mundial. Lo hacen para competir mejor con otras potencias imperialistas.
Los imperialistas tienen una agenda común. Están institucionalizando reglas globales que les permitan invertir con mayor facilidad donde las ganancias sean más jugosas y, al mismo tiempo, vender en cualquier país donde el mercado sea más voraz. Están formalizando lo que llaman "derechos de propiedad intelectual" para tener más control y monopolizar las ganancias del conocimiento acumulado por la humanidad.
Sin embargo, los imperialistas también tienen rivalidades: sobre cuál de ellos será la fuerza dominante en una región específica, sobre los detalles de las reglas de comercio e inversión y sobre quién las hará cumplir.
La región del Pacífico asiático es un importante campo de batalla...porque ahí es donde se está dando el crecimiento más rápido en una economía mundial sacudida por la crisis.
Ese es el marco en el cual se dieron la conferencia y las protestas de Filipinas.
La Cumbre Campesina Mundial contra el Imperialismo fue organizada por Kilusang Magbubukid ng Pilipinas (KMP), una organización campesina que es parte del proceso revolucionario del país. A la cumbre asistieron 75 delegados de 31 países. Se analizaron las tendencias y el impacto de la globalización, especialmente en la agricultura, la vida de los campesinos y la lucha campesina. Se presentó y defendió la experiencia de la revolución agraria armada de Filipinas. La cumbre terminó con una marcha militante a la embajada yanqui.
En la Conferencia Popular contra la Globalización Imperialista hubo presentaciones y discusiones sobre la crisis económica global, la APEC y las estrategias de las corporaciones transnacionales. También hubo informes sobre la situación política y las luchas en diferentes países, y talleres sobre varios temas, como: el trabajo migratorio, las luchas por la tierra, los efectos de la globalización en el medio ambiente, las relaciones militares entre Estados Unidos y Japón, y el impacto de la globalización en el trabajo y la vida de la mujer. Después de la conferencia, se lanzó una Caravana Popular (ver la entrevista que acompaña a este artículo).
En las dos conferencias hubo una amplia gama de fuerzas de todas partes del mundo que representaban diversos puntos de vista, pero lo que caracterizó la discusión y el debate fue el deseo de lograr claridad sobre importantes temas políticos y de forjar unidad en la lucha contra el imperialismo. Las conferencias fueron una magnífica oportunidad para que activistas, revolucionarios e intelectuales de diferentes partes del mundo compartieran experiencias y conocimiento, y muy especialmente para que aprendieran de la experiencia del movimiento revolucionario filipino.
Raymond Lotta, un economista político maoísta que presenta la posición teórica y el trabajo político del Partido Comunista Revolucionario de Estados Unidos, habló en ambas conferencias sobre la crisis mundial y el camino revolucionario. Ante la prensa, denunció al imperialismo yanqui y expresó solidaridad con el pueblo filipino y todos los que luchan contra el imperialismo. También dio conferencias en universidades y en reuniones de activistas.
Las conferencias y protestas contra APEC se celebraron a pesar de fuertes amenazas e intimidación de parte del gobierno. Sin embargo, la determinación del pueblo se fortaleció, como también la solidaridad antiimperialista.
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