Obrero Revolucionario #898, 16 de marzo, 1997
Al cierre de esta edición, parece que el gobierno peruano de Alberto Fujimori está haciendo preparativos para un ataque militar contra la residencia del embajador japonés, donde un comando del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) tiene 72 rehenes. El MRTA se apoderó de la residencia el 17 de diciembre; los rehenes son en su mayoría diplomáticos de alto nivel, funcionarios de gobierno y ejecutivos de Perú, Japón y otros países.
El 8 de marzo el New York Times informó que de acuerdo a la prensa peruana la policía ha excavado varios túneles debajo de la residencia. Los periodistas peruanos informaron que la policía sacó tierra en camiones de una casa cerca de la residencia y la llevó al cuartel de la policía secreta. Taparon el ruido de la excavación, que empezó en enero, con música fuerte y maniobras con tanques en las calles vecinas. Un túnel ya se desplomó porque no tenía refuerzo.
El Times informó: "Por la cantidad de tierra que han trasladado, parece que están construyendo una red de tres o cuatro túneles con el fin de tomar por asalto la residencia.... Un oficial militar dijo que han construido varios túneles, no para entrar a la residencia sino para bombear gas lacrimógeno durante un ataque".
Ultimamente han circulado informes de un plan del ejército para tomar la residencia por asalto. El 16 de febrero el periódico peruano La República informó sobre un "plan de intervención" secreto para atacar la residencia con la participación de militares estadounidenses.
Se dice que el servicio de inteligencia del ejército trazó el "plan" a comienzos de febrero y se lo propuso a Fujimori. El 17 de febrero, el New York Times informó: "La participación de Estados Unidos en el ataque es crucial; sus miembros serían de la escuela de comandos del ejército peruano y del Comando Sur estadounidense de Panamá".
El gobierno estadounidense no dice nada de su papel en la planificación de un ataque. Pero desde el comienzo de la crisis, Washington ha insistido en que Fujimori rechazara las demandas del MRTA: mejorar las condiciones de los presos y poner en libertad a presos políticos del MRTA. El informe del Times da un vistazo del papel yanqui: "Un vocero de la embajada estadounidense [en Lima] dijo hoy que, al comienzo de la crisis, el Departamento de Estado ofreció todos los recursos necesarios. `Hasta la fecha, Perú no ha respondido a nuestra oferta, pero no la hemos retirado', dijo el vocero. `No somos partidarios de la fuerza y nos gustaría una resolución pacífica. Pero si el gobierno peruano nos pidiera helicópteros, equipo de espionaje o comandos hispanohablantes, lo consideraríamos'".
El plan es introducir paracaidistas en la sede diplomática desde helicópteros, bajo una cortina de música militar fuerte y de ruido de helicópteros y aviones. Los paracaidistas pondrían explosivos alrededor de la residencia y la tomarían. Supuestamente todo eso solo requeriría siete minutos.
La República comenta que el plan contempla que habrá bajas. El periódico calculó que podrían morir 90 personas: 75% de los rehenes, 95% de los militantes del MRTA y 20 comandos peruanos y estadounidenses. Una meta del operativo sería "neutralizar" (o sea, asesinar) a los combatientes del MRTA.
Los nuevos informes acerca de los túneles añaden otra dimensión a este "plan de intervención". El Times señaló: "También se mencionó la posibilidad de un ataque aéreo, terrestre y subterráneo simultáneo".
Los gobiernos peruano y estadounidense han dicho que quieren resolver la crisis "pacíficamente" y se han celebrado negociaciones con el MRTA. Por eso es posible que las divulgaciones sean una táctica para presionar al MRTA.
A comienzos de marzo, Fujimori fue a Cuba a pedirle a Fidel Castro asilo para los comandos del MRTA. Castro ofreció darles asilo si lo piden "todos los lados involucrados". Néstor Cerpa Cartolini, el comandante del MRTA en la residencia, dijo que por ahora no iba a aceptar ni rechazar la oferta y reiteró sus demandas.
Dos días después, el comando del MRTA canceló las charlas con el gobierno porque oyó ruidos fuertes debajo de la residencia. El gobierno rechazó la acusación de que se estaban excavando túneles.
Fujimori sigue diciendo que está resuelto a resolver la crisis de una manera "pacífica", siempre y cuando el MRTA "respete la vida y la salud de los rehenes".
Es posible que continúen las negociaciones. Pero por otro lado, Fujimori podría lanzar un ataque militar con el pretexto de "proteger la vida de los rehenes" para matar a los militantes del MRTA. Eso con toda probabilidad dejaría muchos rehenes muertos.
Es pura hipocresía que Fujimori y su gobierno reaccionario hablen de "respetar la vida y la salud". Por más de 16 años el gobierno peruano, respaldado por el estadounidense, ha llevado a cabo una salvaje guerra contrarrevolucionaria contra la guerra popular que dirige el Partido Comunista del Perú (PCP). Los militares han matado campesinos, torturado presos políticos, desaparecido miles de activistas y gente común y corriente y cometido un sinfín de barbaridades. Nada más en 1983 y 1984, las FFAA mataron 8700 personas, la mayoría campesinos pobres, para aplastar su justa lucha, que apoyan millones de oprimidos de Perú.
Esta revolución se propone tumbar un sistema que solo lleva sufrimiento y miseria a las masas peruanas: falta de tierra para subsistir en el campo, enormes pueblos jóvenes donde millones de pobres viven apiñados en la miseria, escuadrones de la muerte que matan a los oponentes del gobierno. El PCP sigue la estrategia maoísta de la guerra popular prolongada: formar bases de apoyo revolucionarias en el campo y rodear el centro del poder reaccionario en las ciudades, con la meta de conquistar el poder político a nivel nacional y liberar a Perú del dominio de potencias imperialistas, los grandes terratenientes y los capitalistas burocráticos. Es una revolución guiada por la ideología del marxismo-leninismo-maoísmo, y librada como parte de la revolución proletaria mundial.
(El MRTA tiene una orientación y estrategia diferente. No sigue la línea maoísta de librar una guerra popular, construir bases de apoyo en el campo, y romper completamente con el sistema del imperialismo y de reacción nacional. Más bien, sus acciones armadas son una táctica para presionar y buscar negociaciones con diferentes partidos y fuerzas de la clase dominante.)
El 3 de febrero, el gobierno de Clinton anunció un nuevo plan de intervención militar en el este de Perú. El Pentágono mandará más equipo y tropas a Perú con el pretexto de la "guerra contra la droga". Entre los planes figuran visitas regulares a la selva peruana de entrenadores de los Navy Seals y Boínas Verdes. También se contempla mandar más de 100 botes patrulleros dotados de ametralladoras M-60 y equipo de comunicaciones y de rastreo conectado con satélites. (Véase un informe más detallado en el OR No. 895.)
Tanto la nueva intervención militar como la participación estadounidense en el plan de atacar la residencia muestran lo importante que es el papel del imperialismo yanqui en Perú.
Un ataque militar contra la residencia sería otro crimen más del gobierno y sus padrinos yanquis contra el pueblo peruano. Todos los que anhelan la justicia y que apoyan a los oprimidos del mundo deben oponerse a eso.
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