Obrero Revolucionario #901, 6 de abril, 1997
Al cierre de esta edición, los oprimidos de Palestina llevan más de una semana librando batallas campales contra las tropas sionistas de Israel. Rebeldes chavos palestinos, intrépidos y desafiantes, aprovechan todo a su alcance--piedras, hondas y bombas incendiarias--para batallar contra soldados israelíes armados hasta los dientes. La fuerza policial de Yasir Arafat trata de controlar las protestas, pero cientos de personas de la ciudad de Ram-Allah, Cisjordania, pasaron por sobre ellas y atacaron un retén del ejército israelí. En Belén, quemaron banderas de Estados Unidos e Israel y en Hebrón ha habido intensas confrontaciones.
De un informe del 27 de marzo del Washington Post: "Varones adolescentes están aprendiendo el arte de la vieja intifada [levantamiento palestino--OR]: una honda hecha de alambre y un pedazo de cuero para lanzar una piedra del tamaño de un limón 30 metros; cómo combatir el gas lacrimógeno con cebollas; cómo convertir un tacho de metal en escudo contra las balas de goma. `Lo aprendimos en el campamento de refugiados', dijo Firas Jihad de 14 años, que estaba frente a la Primera Escuela de la Biblia de Belén, mientras preparaba su honda para lanzar un proyectil a los soldados israelíes".
¡La guerra de las piedras ha vuelto!
El estado colono sionista y sus padrinos yanquis han tratado de extinguir la justa lucha y las profundas aspiraciones de liberación del pueblo palestino con una combinación de fuerza salvaje y falsas promesas de "paz". Pero como dijo Mao Tsetung, donde hay opresión, hay resistencia; y las llamas de la resistencia siguen ardiendo en ciudades, aldeas y campos de refugiados por todo Palestina.
La mecha que prendió el actual estallido fue que el 18 de marzo el gobierno israelí inició la construcción de un nuevo complejo de apartamentos en el monte Jabal Abu Ghneim, en el sector árabe de Jerusalén oriental. El enorme complejo de apartamentos, que los sionistas llaman Har Homa, alojará a 50.000 colonos en territorio robado a los palestinos. Soldados israelíes, fuertemente armados, acompañaron los tractores niveladores al lugar donde se va a construir Har Homa, mientras que policías bloquearon carreteras cercanas para impedir protestas.
Para los palestinos, Jerusalén es su centro económico, político y cultural. Para los sionistas es indispensable apoderarse de la ciudad y Har Homa es una pieza clave de su plan, ya que completaría el cerco de asentamientos israelíes que rodea al sector palestino de Jerusalén y lo aislaría de los palestinos en Cisjordania.
Un periodista canadiense señaló que esos asentamientos son fortificaciones militares: "Los masivos y feos bloques casi ininterrumpidos de apartamentos forman un muro que divide a Jerusalén de Cisjordania. Forman un muro de contención capaz de resistir proyectiles Howitzers de 155 milímetros, e incluso el fuego directo de proyectiles de 105-130 milímetros. Las estrechas ventanas parecen nidos de ametralladoras para confrontar al enemigo. Las fortificaciones cuentan con bunkers subterráneos, municiones y su propio abastecimiento de agua potable. Los inquilinos están armados y organizados para defenderlos".
El complejo Har Homa es un caballo de Troya que se hace pasar de "multifamiliar": su propósito es seguir aislando y rodeando a los palestinos, como parte del "proceso de pacificación" iniciado y dirigido por Estados Unidos.
Días después de que empezó la construcción de Har Homa, una explosión destruyó un restaurante de Tel Aviv y dejó muertos a tres israelíes y un palestino. El gobierno de Netanyahu dijo que la organización islámica Hamas era responsable del dinamitazo y llevó a cabo su práctica de "castigo colectivo", desalojando a la familia del supuesto "terrorista" y destruyendo su casa. Netenyaju acusó a Arafat de "dar luz verde" para el dinamitazo y las luchas campales en Cisjordania. El gobierno de Estados Unidos dijo que Arafat tiene que "dar pasos convincentes contra la violencia y el terrorismo" antes de continuar las negociaciones.
Como de costumbre, los imperialistas yanquis y los sionistas han puesto las cosas patas arriba. El estado colono sionista puede cometer toda clase de barbaridades contra los palestinos, pero todo acto de resistencia de los oprimidos es tildado de "violencia y terrorismo" y tiene que ser aplastado.
A fines de la década pasada y principios de la presente, la poderosa intifada del pueblo palestino estremeció el orden opresivo del Oriente Medio y llenó de miedo los corazones desalmados de los sionistas, los reaccionarios gobiernos árabes y el imperialismo yanqui. La juventud estuvo en las primeras filas de la guerra de piedras. Su valentía ante el ejército israelí le mostró al mundo entero que había despertado una nueva generación revolucionaria dispuesta a arriesgarlo todo por la liberación de Palestina.
Después de la guerra del Golfo de 1991, Estados Unidos inició un "proceso de paz" con el propósito de enterrar la causa palestina de una vez por todas y lograr la "estabilidad" que necesita en el Oriente Medio. Es un "proceso de paz" impuesto sobre los cadáveres de cientos de miles de iraquíes.
Las negociaciones entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) han entregado a la Autoridad Palestina de Arafat unos pedazos de territorio, pero son como los bantustanes del sistema sudafricano de apartheid. A Arafat le han permitido administrar unas zonas palestinas, en las que se encarga de asuntos locales y de una fuerza policial que maltrata al pueblo y reprime a sus contrincantes políticos.
Pero el estado sionista ejerce el control militar y económico del pueblo palestino en general. Israel cierra con frecuencia carreteras de Cisjordania y la Gaza e impide que los palestinos vayan a sus trabajos y escuelas; monopoliza el agua de irrigación; y sigue construyendo asentamientos en Cisjordania.
En una carta que publicó el New York Times en enero, el académico y activista palestino Edward Said dijo: "Desde que se firmó el acuerdo de Oslo [entre Israel y Arafat--OR] en 1993, los palestinos han perdido más territorio ante la expansión israelí y están más pobres. No tienen libertad de tránsito y debido al gobierno tiránico de Arafat no gozan de libertades democráticas.
"Además, el `proceso de paz' no ofrece ninguna clase de soberanía ni repatriación al 55% de la población que vive como refugiados. La `autonomía' que da a los palestinos de la Gaza y Cisjordania le quita de encima a Israel el problema de manejar los asuntos municipales. El ejército israelí sigue mandando, cada vez hay más asentamientos y colonos armados, han anexado Jerusalén y el 25% de Cisjordania, y la autonomía palestina es simplemente un forma indirecta de continuar la ocupación, ya que las entradas y salidas de los bantustanes de las siete ciudades y pueblos más grandes están vigiladas por Israel y solo son el 4% de Cisjordania".
Arafat y la OLP insisten en que el "proceso de paz" llevará a la recuperación de más territorios y, en última instancia, a la creación de un miniestado. El precio, dicen, ha sido el reconocimiento de la "legitimidad" del estado israelí y la renuncia a la lucha armada. Arafat está llevando a cabo el programa de la burguesía palestina, cuyo propósito es reconciliar la lucha del pueblo palestino con los intereses de las potencias imperialistas y de los sionistas. Dicen que es el único camino "realista" para la nación palestina, debido al poderío militar de Israel.
Pero como dijo el Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista en 1993: "Ese sueño de reconciliar las legítimas aspiraciones nacionales palestinas con el imperialismo y el sionismo jamás fue ni será posible, ya que el eje de la dominación imperialista en el Oriente Medio es el desposeimiento del pueblo palestino y el establecimiento del fuerte militar pro Occidente que se llama Israel".
Con respecto al cruel ejército sionista, armado hasta los dientes gracias a la ayuda de Estados Unidos, la lucha por la liberación de Palestina tiene que establecer una estrategia y táctica militar apropiada para derrotar a Israel. Y como dijo Mao Tsetung, en última instancia, los imperialistas y reaccionarios son tigres de papel.
¿Por qué amenazan los sionistas con lanzar tanques contra los chavos lanzapiedras? ¿Por qué Estados Unidos anda desesperado por volver a poner en marcha el "proceso de paz"? ¿Por qué los reaccionarios gobiernos árabes lanzan angustiosas advertencias de un nuevo repunte de lucha palestina?
Porque los imperialistas y reaccionarios conocen y temen el poder de la justa lucha del pueblo palestino.
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