¡Afirmativo! Un punto de vista revolucionario sobre la lucha por la auténtica igualdad y la guerra del sistema contra la acción afirmativa

Poderosos centros de la clase dominante se han lanzado a desprestigiar y desmantelar los programas de acción afirmativa.

Desde una perspectiva revolucionaria, está claro que estos programas ni siquiera se han acercado a superar la profunda discriminación que existe en Estados Unidos. Ante esa realidad, ¨qué implica que el sistema lance un ataque frontal contra la acción afirmativa, y que lo acompañe con gritos de "discriminación a la inversa"? ¨Qué quiere decir que un rotundo reaccionario como Jesse Helms (senador de Carolina del Norte y defensor de las leyes discriminatorias de los estados del Sur conocidas como Jim Crow) esté a la cabeza de este ataque?

El ataque a la acción afirmativa busca ponerle "punto final" a las reformas sociales destinadas a corregir la desigualdad y la injusticia en este país, e inflamar las divisiones en el seno del pueblo. Busca justificar la desigualdad y reforzar la supremacía blanca y del hombre.

En muchos lugares ya están en el proceso de eliminar los programas que permitieron a muchas mujeres, negros, latinos, asiáticos e indígenas estudiar en las universidades y conseguir trabajos y contratos gubernamentales.

Con el comienzo del nuevo año académico, se está desarrollando una gran batalla en el sistema de universidades estatales de California, que históricamente ha sido una institución donde se crean nuevas tendencias en la acción afirmativa y los estudios étnicos. El gobernador de California, Pete Wilson, y los regentes han abolido la acción afirmativa, y muchos estudiantes, profesores y trabajadores universitarios se están movilizando para pelear contra eso.

En Washington, la Suprema Corte, el Congreso y la Casa Blanca han condenado y atacado esos programas, cada uno a su manera. Estas medidas son apenas el comienzo: hay muchas señales de que para varios políticos la eliminación de los programas de acción afirmativa será un tema central en las elecciones presidenciales de 1996.

Buscando apoyo para sus acciones, la clase dominante quiere convencer a millones de personas de que la acción afirmativa es injusta, innecesaria e improductiva. Anda sembrando mentiras y confusión: a los trabajadores blancos desempleados y a los estudiantes blancos que no lograron entrar a la universidad les dice que su mala situación se debe a que "un negro o latino o una mujer no calificados" se lo robó por culpa de un tratamiento preferencial.

Tales mentiras tienen el fin de disfrazar la verdadera injusticia: que el sistema capitalista/imperialista (y la clase de capitalistas monopolistas y sus representantes políticos que gobiernan este sistema) están aplastando la vida y las esperanzas de millones de personas. Su ataque contra la acción afirmativa busca defender las desigualdades existentes.

Lo fundamental es qué clase de sociedad queremos: ¨queremos una sociedad estigmatizada de punta a punta por la discriminación sistemática contra los negros y otras nacionalidades oprimidas?* ¨Queremos una sociedad donde las mujeres sean de segunda categoría? ¨Queremos una sociedad donde los capitalistas monopolistas aplasten a ciertos sectores para sacar jugosas ganancias?

A la gran mayoría de la población le conviene impedir que la clase dominante ponga "punto final" a estas reformas y, más aún, preguntar: ¨cómo podemos quitarnos de encima este podrido tinglado capitalista-imperialista y crear una nueva sociedad justa, donde en realidad podamos acabar con la supremacía del hombre, con la supremacía de los blancos y donde la gente común trabaje en común por el bien común?

* Nota: Por lo general la prensa grande usa la expresión "minorías raciales" cuando se refiere a los negros, mexicanos, chicanos, chinos, filipinos, amerindios, puertorriqueños y otros pueblos que no son descendientes de inmigrantes europeos y no son considerados "blancos". ­A veces incluso dicen que las mujeres son una "minoría"! En este artículo vamos a usar el término "nacionalidades oprimidas" porque es una caracterización más acertada de los negros, los chicanos y los demás pueblos que tienen una historia propia de subyugación y discriminación como pueblos a manos de la clase dominante estadounidense.

No nos vengan a decir
que "el color de la piel
no importa"

Los que se oponen a la acción afirmativa dicen que no hay que tener programas especiales que abran puertas para los negros, las mujeres y otros grupos oprimidos. Dicen que la sociedad no debe tomar "la raza y el género" como criterios, que "el color de la piel no debe importar". La acción afirmativa no es necesaria, afirman, porque la discriminación sistemática legal es cosa del pasado. Con estos argumentos, algunos blancos se han dejado embaucar y andan diciendo cosas como: "No estábamos aquí hace 100 años durante la época de la esclavitud, así que ¨por qué debemos nosotros pagar por algo que ocurrió hace tanto tiempo?"

LA REALIDAD ES:

Hoy en día Estados Unidos sigue siendo un país estigmatizado por una discriminación sistemática e intolerable.

El vocero del PCR Carl Dix dijo hace poco ante un grupo de estudiantes: "Vayamos a la esencia del asunto: estamos hablando de Estados Unidos, de un país que siempre ha tomado en cuenta el color de la piel. La cuota asignada a los negros en el sistema educativo de este país era cero desde el momento en que trajeron al primer africano en las cadenas de la esclavitud hasta los años 60. El principal requisito para conseguir un trabajo en Estados Unidos (y ni siquiera trataban de disfrazarlo) era ser un hombre blanco. Ni toquen la puerta si no cumplen ese requisito. Ese era el principal requisito y todavía lo es en la gran mayoría de los casos. No es cosa del pasado. La diferencia es que antes lo escribían. Ahora no pueden, pero siguen ese criterio de todos modos".

Una estructura de opresión social, económica y política mantiene bajo la bota a los negros como pueblo, y afecta a todas las clases del pueblo negro. Esa estructura de supremacía blanca arranca del desarrollo del sistema capitalista de este país empezando con la esclavitud, y sigue siendo una parte integral hoy.

En pocas palabras, si bien la forma ha cambiado, la opresión continúa. Para los negros Estados Unidos todavía es un infierno.

La cuestión no es "pagar por los crímenes cometidos hace un siglo", sino si vamos a combatir y acabar con las actuales desigualdades o defenderlas y expandirlas.

La discriminación sistemática en
Estados Unidos hoy

Los que se oponen a la acción afirmativa niegan que todavía existe discriminación sistemática en esta sociedad. Dicen que si se encuentra un caso de discriminación, se debe tratar por su propia cuenta y no como una cuestión social. Pero, insisten, no es correcto afirmar que sectores enteros de la población siguen experimentando la discriminación.

Los que se oponen a la acción afirmativa ponen de ejemplo a los estudiantes asiático-americanos en California y dicen que su relativo éxito demuestra que todas las nacionalidades oprimidas pueden tener éxito si trabajan duro. Después de todo, dicen, los asiático-americanos también llevan un siglo sufriendo discriminación, pero ahora son el 39% del estudiantado de una universidad élite como Berkeley.

LA REALIDAD ES:

Hoy Estados Unidos sigue siendo una sociedad profundamente desigual. Está dividida en ricos y pobres, y tanto varias nacionalidades enteras como la mujer experimentan la opresión. Los métodos, ideas y normas supremacistas blancos y machistas no son "cosa del pasado". Son partes integrales de sus instituciones y normas fundamentales: de las empresas, los tribunales, la admisión universitaria y la distribución de recursos, dinero y trabajos.

No es difícil encontrar las pruebas de eso: ­solo hay que mirar al alrededor! Solo hay que comparar un suburbio blanco con el ghetto de Sur Centro, Los Angeles, o con la reserva de los indígenas lakota de Pine Ridge.

La desigualdad económica en Estados Unidos es una medida de esta discriminación:

Si de repente el país en general fuera a sufrir el nivel de pobreza y desempleo que los negros experimentan diariamente, se consideraría una grave emergencia nacional, una de las depresiones más profundas de la historia.

La desigualdad económica se impone, en gran medida, relegando a las nacionalidades oprimidas a los sectores más pobres de la clase obrera. Esta discriminación es patente en la exclusión casi total de las mujeres y las nacionalidades oprimidas de las posiciones más privilegiadas de la sociedad:

El libro Two Nations demuestra que, en 1990, solo el 3,5% de los que recibieron un doctorado eran negros. ­En todo el país, solo 34 negros recibieron un doctorado en ingeniería, 25 en física y química y 11 en administración de empresas! Hay muchas razones, entre ellas que por lo general los negros tienen menos recursos para estudiar una década más y que las normas de admisión universitarias dificultan la entrada de las nacionalidades oprimidas.

La "discriminación a la inversa" no existe

Los que se oponen a la acción afirmativa dicen que esta discrimina contra los hombres blancos. Esto lo llaman la "discriminación a la inversa". Por ejemplo, cuando el gobernador Wilson firmó una orden para abolir la acción afirmativa en California dijo: "Dar tratamiento preferencial a un individuo por su raza o género a costa de otro individuo es... fundamentalmente injusto".

Los que se oponen a la acción afirmativa dicen que los "hombres blancos calificados" pierden trabajos y oportunidades porque a las mujeres, negros y miembros de otras nacionalidades oprimidas les dan "tratamiento preferencial".

A los estudiantes blancos les dicen que si no logran entrar en la universidad que quieran es culpa de la acción afirmativa. Hace poco, en una campaña publicitaria, el senador Jesse Helms exhortó a los trabajadores blancos a "ponerse bravos": "Usted necesitaba ese trabajo, y cumplía todos los requisitos, pero se lo dieron a una minoría debido a una cuota racial".

LA REALIDAD ES:

Hay muchas clases de injusticia en la admisión universitaria y el empleo en esta sociedad.

Pero no es verdad que con la acción afirmativa se ha vuelto la tortilla, o sea, que ahora los blancos son víctimas de la "discriminación a la inversa". De modo arrollador, las mujeres y las nacionalidades oprimidas todavía siguen excluidas de las universidades y de los trabajos privilegiados. De modo arrollador, los universitarios de las nacionalidades oprimidas y las mujeres experimentan hostilidad, obstáculos y mucha discriminación. Los programas de acción afirmativa no han cambiado esa desigualdad.

En el sistema universitario de California, el porcentaje de estudiantes negros y latinos no ha alcanzado su porcentaje de la población en general. Los latinos son la cuarta parte de la población del estado, pero solo el 15,5% del estudiantado. Los negros son el 7% de la población del estado, pero solo el 4,4% del estudiantado. En los últimos años el número de estudiantes negros y latinos ha bajado.

Muchos negros dicen, y con razón: "Tenemos que hacer el doble para alcanzar la mitad".

Cuando a los jóvenes blancos les cuesta trabajo entrar en la universidad que quieran o conseguir un trabajo, eso no se debe a la acción afirmativa y no es porque son blancos.

Demos un vistazo a la Universidad de California en Berkeley. El sociólogo Troy Duster habló con el New York Times sobre la competencia para entrar en Berkeley: "Hay unos 9000 jóvenes con notas perfectas en una competencia para 3500 cupos. Está claro que no los van a aceptar a todos. Pero cada uno que no logra entrar le echa la culpa a la acción afirmativa". El año pasado, 22.500 estudiantes del último año de preparatoria se presentaron a Berkeley, y rechazaron a 14.100. Solo aceptaron a 538 estudiantes negros y 1365 latinos. ­Cómo puede ser que 14.100 estudiantes creyeran que no los aceptaron a causa de la acción afirmativa!

En Don't Believe the Hype (No se deje embaucar por la propaganda), Farai Chideya cita un estudio de 1992 que demuestra que muchas universidades dan tratamiento preferencial a los hijos de los ex alumnos ricos: "Harvard aceptó el 36% de los hijos de sus ex alumnos y solo el 17% de los demás solicitantes.... Notre Dame tiene una cuota según la cual el 25% de cada clase tiene que ser hijos de ex alumnos. Pero los que se quejan de `tratamiento preferencial' nunca hablan de estas prácticas".

Hace poco el gobernador Wilson afirmó que los departamentos de bomberos estaban contratando a mujeres incompetentes. Pero poco después se supo que en realidad han hecho trampas con el examen físico para excluir a muchas mujeres.

Además, es ridículo decir que por todas partes las "cuotas raciales" impiden que los "hombres blancos calificados" consigan trabajo. Una persona que llamó a un programa radial explicó que su programa de capacitación de pilotos tiene que admitir a cuatro negros, dos latinos y cuatro mujeres de un total de 200 estudiantes. El 95% de la clase son hombres blancos. Pero, continuó, muchas personas que no lograron entrar al curso le echan la culpa a las mujeres.

Esta cháchara de "discriminación a la inversa" contra los blancos es una farsa y una trampa; hay que desenmascararla.

La "discriminación a la inversa" no existe en este sistema. Los europeo-americanos no son víctimas de discriminación como grupo. La verdad es que en todo nivel y parte de esta sociedad, la discriminación y el racismo no son "a la inversa". Siguen funcionando de la misma manera que durante toda la historia de este país: contra los negros y otras nacionalidades oprimidas y contra la mujer.

Oponerse a la discriminación y el racismo (es decir, a la supremacía blanca) no es lo mismo que oponerse a los blancos. La respuesta a la pregunta "¨por qué deben los blancos comunes y corrientes pagar por eso?" es que el sistema debe pagar... hay que tumbarlo y quitárnoslo de encima. Toda persona que piense que el sistema lo ha maltratado... toda persona que se identifica con las víctimas del sistema y no los de arriba... toda persona que defiende la justicia... debe participar en esta lucha de todo corazón.

El mito de que baja el nivel

Los críticos de la acción afirmativa dicen que estos programas han perjudicado la educación en este país aceptando gran cantidad de estudiantes "no calificados". Dicen que eso, a su vez, conducirá a una generación de profesionales menos competentes en posiciones importantes.

Glynn Custred, uno de los iniciadores de la proposición contra la acción afirmativa en California, dijo: "¨Vamos a ser una institución de tutoría o una universidad?"

Hace poco la revista Rolling Stone preguntó: "¨...cuál prefiere que le haga una operación del cerebro, un cirujano con las mejores notas o uno con notas no tan buenas?"

LA REALIDAD ES:

Los programas de acción afirmativa no han bajado el nivel de educación en una universidad como Berkeley (incluso según los resultados de los exámenes y las notas). El New York Times del 5 de junio informó: "En 1984, cuando el 60% de los estudiantes de los primeros cuatro años en Berkeley eran blancos, el promedio de notas para los estudiantes de primer año era 3.62 (de un posible 4,0 puntos), y el promedio de puntos en el examen SAT era 1155 (de un máximo posible de 1600 puntos). En 1994, cuando los blancos constituían solo la tercera parte de los estudiantes, el promedio de notas era 3,84 y el promedio del SAT era 1255. Los promedios han subido para todos los grupos étnicos, según informa la universidad.... Es decir, el promedio de notas y del SAT de la Universidad de California en Berkeley ha subido durante el período en que los programas de acción afirmativa han estado en vigor".

Según las estadísticas oficiales, hay muy poca diferencia entre las notas que reciben los estudiantes admitidos de acuerdo con los programas de acción afirmativa y el resto del estudiantado. En 1993, más del 83% de los admitidos de acuerdo con los programas de acción afirmativa en Berkeley alcanzaron el mismo nivel de notas que los demás estudiantes.

Hay que preguntarles a los que atacan a los estudiantes de acción afirmativa: "¨Qué hubieran logrado ustedes en una secundaria del ghetto? ¨Hubieran podido sobrevivir su primer año de universidad después de la clase de educación que uno recibe en el ghetto?"

No existen pruebas de que si uno ha sacado mejores notas será un mejor médico o tendrá más éxito en cualquier profesión. Echemos un vistazo a la carrera de los dos estudiantes de medicina que desempeñaron los papeles principales en el caso de Bakke. En 1973, la facultad de medicina de la Universidad de California en Davis admitió a cinco estudiantes negros. Aunque todos eran estudiantes excelentes, no los hubieran admitido solamente por las notas de sus primeros cuatro años de estudios. Alan Bakke, un estudiante blanco, entabló una demanda contra la universidad alegando que no lo aceptaron por ser blanco. En junio de 1978 la Suprema Corte falló a favor de Bakke, le ordenó a la universidad admitirlo y abolió el programa especial de admisiones.

Durante sus años en la facultad de medicina, los cinco estudiantes negros establecieron una clínica y sirvieron al pueblo como voluntarios. Ninguno de sus compañeros blancos participaron en la clínica.

¨Y dónde están hoy? La carrera de Patrick Chavis es típica de los estudiantes de medicina negros. Regresó a Sur Centro, Los Angeles, donde creció y donde es uno de los únicos médicos para toda la comunidad.

Alan Bakke (el "hombre blanco indignado" que según las cortes era "más calificado") es un anestesista que trabaja a veces en un centro médico de Rochester, Minnesota, donde hay una abundancia de hospitales. Hace poco el New York Times escribió: "Parece que no ha tenido mucho éxito como médico".

El Times resumió: "Si no hubieran admitido a Chavis a la facultad de medicina, a sus pacientes no los trataría un obstetra blanco más calificado; sencillamente no tendrían médico y darían a luz de la misma manera que la madre de Chavis: con la ayuda del médico de turno de la sala de emergencias del hospital público".

¡Los exámenes no miden
el mérito!

Cuando el gobernador de California urgió acabar con los programas de acción afirmativa en las universidades estatales, su vocero dijo: "Queremos dejar en claro que la acción afirmativa dejará de ser el estándard; el estándard será el mérito". Por todo el país, los que se oponen a la acción afirmativa dicen que los resultados de los exámenes y las notas son la única medida "justa" y "objetiva" del "mérito", tanto para ingresar a la universidad como para conseguir trabajo.

LA REALIDAD ES:

Analicemos este cuento del "mérito". Cuando Wilson dice que desde hoy en adelante se juzgará a los estudiantes por su "mérito", no buscaba a estudiantes dispuestos a ser médicos en los barrios pobres y oprimidos. No se refería a estudiantes capaces de desafiar de una manera creativa las viejas ideas en la ciencia, las artes o la filosofía. No estaba hablando de estudiantes dispuestos a luchar por un mundo mejor.

Claro que no. Para él, ese mérito no se merece un tratamiento especial ni admisión en las instituciones de "educación superior". Para las autoridades y los académicos especializados de la burguesía, el único mérito que vale son las notas y los resultados de los exámenes. Recuérdese que la acción afirmativa tampoco ha minado ese estándard conservadora. Desafortunadamente, ha sido y sigue siendo el principal criterio de admisión a la universidad.

Simple y llanamente, las notas no miden el mérito. A veces solo miden la ambición y la disposición a someterse y obedecer. Los "exámenes estandardizados" refuerzan las desigualdades entre las escuelas ricas y las pobres.

Los exámenes y las notas miden una serie de valores y conocimientos sumamente parcial: el individualismo, el inglés oficial, una forma burguesa peculiar de "razonamiento abstracto", referentes de la cultura blanca y la capacidad de repetir como loro. No miden la capacidad de resolver problemas de una manera colectiva y social. Y más que nada, ¡esos exámenes miden la habilidad de una persona de tomar un examen!

¿Qué clase de sociedad piensa que es un "mérito" estudiar en una escuela blanca con cursos avanzados en un suburbio adinerado donde los padres pagan $600 a un profesor particular para sacar buenas notas en el examen SAT?

Para los estudiantes de las nacionalidades oprimidas, la experiencia de las escuelas es muchas veces enajenadora y hostil, y se hace más hostil cuando uno se acerca al nivel de la universidad. Con frecuencia se oye decir que para "salir adelante" uno tiene que rechazar la cultura de sus padres, su clase, idioma y valores. Reducen la experiencia de toda la vida de las nacionalidades oprimidas a pequeños programas de "estudios étnicos" por los cuales hay que estar luchando siempre para que no los eliminen. Un estudiante de la Universidad de California dijo: "No nos enseñan nuestra historia ni nuestra literatura. No hay nada en las escuelas que refleje nuestra existencia. Desde el principio le enseñan a uno a tener complejo de inferioridad".

En una palabra: los exámenes y las notas son los guardianes del capitalismo, de la supremacía blanca y del elitismo en la educación. El examen SAT y las notas son buenas medidas si uno quiere promover una futura generación que obedece las reglas, es egoísta y trabaja para beneficio de los intereses del capitalismo. ¿Para qué defender eso?

En una nueva sociedad revolucionaria, la educación no será una competencia, no será motivada por ambición personal ni para ganar dinero. La humanidad necesita gente que estudie el mundo para cambiarlo. Los estándardes elitistas, los exámenes, los métodos de enseñanza y los planes de estudio de hoy se deben decartar y desarrollar nuevas formas radicales y liberadoras de educación.

Los racistas no tendrán paz

Los que se oponen a la acción afirmativa dicen que la "acción afirmativa fue un experimento que fracasó" porque los negros fueron incapaces de aprovechar las oportunidades que se les ofrecieron. El gobernador Wilson habla con frecuencia de "gente que no puede competir" en un sistema que supuestamente se "basa en el mérito". En la prensa, las universidades y el mundo de los negocios se le ha dado mucho bombo a las conclusiones similares de un reciente libro pseudocientífico que se llama The Bell Curve.

LA REALIDAD ES:

Hoy, una de las formas más comunes y solapadas del chovinismo blanco (racismo) es admitir--con un poco de coacción o abierta y voluntariamente--que la situación de los negros es muy mala en comparación con la de los blancos, pero culpar a los negros mismos por su situación: "Les dieron la oportunidad de `salir adelante' y fracasaron, así que es su propia culpa y eso demuestra que son inferiores", etc., etc.

Para empezar, como hemos demostrado, los últimos 30 años no han sido un experimento en igualdad. Los programas de acción afirmativa jamás crearon igualdad entre las nacionalidades ni los sexos.

Si después de 30 años de acción afirmativa todavía existen desigualdades, es porque no fue suficiente. ¡Por decir lo menos!

El hecho de que los enemigos de la acción afirmativa promueven teorías de supremacía blanca (a veces abiertamente, a veces de una manera solapada) solo comprueba lo siniestros y tontos que son. Las teorías de la superioridad de los blancos no tienen ninguna base en la realidad, aunque siempre (especialmente en la historia de Estados Unidos) han sido pretextos para la explotación sin piedad de las nacionalidades oprimidas. Muchas veces, los hijos de los sectores privilegiados blancos "sobresalen" porque son privilegiados y porque están "en su ambiente", mientras que los estudiantes de las nacionalidades oprimidas y las mujeres muchas veces no "sobresalen" porque están en una situación de desventaja y porque les da asco hacer lo que se les manda hacer.

El gobernador Wilson les dice a los estudiantes que luchan todos los días en escuelas segregadas, con pésimos libros, sin programas de mejoramiento, sin computadoras ni un lugar para estudiar, y mal alimentados, que son "libres para competir" con estudiantes de suburbios adinerados que disfrutan de todas las ventajas. Eso no es ni "justo" ni "equitativo"; es supremacía blanca y privilegios de clase disfrazados de "competencia equitativa".

Un sistema basado en la propiedad privada y dominado por las corporaciones monopolistas capitalistas jamás producirá justicia, igualdad ni una vida decente para los millones de explotados. Sus defensores siempre saldrán con pretextos para seguir explotando a las masas trabajadoras de todo el país. Para acabar con la desigualdad, la discriminación, la supremacía blanca y el machismo habrá que tumbar y reemplazar al sistema y las instituciones de la clase dominante de Estados Unidos. Hay que denunciar y callar las tercas ideologías del racismo y el machismo.

Esas son las tareas que tenemos.

Frederick Douglass, un líder negro del movimiento contra la esclavitud, dijo: "El Poder no cede ante nada sin lucha". Para derrotar los ataques contra los programas de acción afirmativa, tenemos que unir al pueblo y luchar contra el sistema. No hay otra manera.

Es la hora de la resistencia.

Es la hora de la justicia.

Es la hora de la igualdad.

Es la hora de los héroes.


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