La guerra popular prolongada necesariamente será prolongada y pasará por vueltas y revueltas, avances y retrocesos, en su marcha hacia la victoria final. El proceso de la guerra necesariamente abarcará virajes en las alianzas de clase y cambios en la política de las fuerzas revolucionarias. Y, es inevitable que surjan diferencias en el seno del partido marxista-leninista-maoísta y que periódicamente, se desarrolle la lucha entre dos líneas sobre los problemas de vida o muerte de la estrategia y la táctica para hacer avanzar la guerra.
Asumir dice, "La guerra popular no puede desarrollarse sino solo mantenerse. Son seis cuestiones indispensables para el triunfo en la guerra popular...". De manera más explícita y en muchos aspectos, el "artículo de prisión" lleva a su conclusión lógica los argumentos de Asumir, criticando los intentos de la dirección fuera de prisión de persistir en la guerra popular:
"El término de una grande y gloriosa etapa de la Revolución Proletaria Mundial no sólo significa la conclusión de esta etapa, es a la vez, comienzo y gestación de otra nueva y más alta etapa de la era y de la revolución proletaria que prosigue y proseguirá su camino, y dentro de ella el término de la guerra popular iniciada en mayo del 80, es simplemente cambiar un presente de posibilidades inciertas cada día más riesgosas, por un futuro cierto y real; es que en el mundo y en el país lo que está jugándose no es el presente sino el futuro de la clase y del pueblo, no es el hoy fugaz y endeble sino las sólidas décadas de nuevos y más grandes y más altos combates por venir pues como toda clase y más, siendo la última: ¡el proletariado...!"; "...pero en la actualidad esta guerra popular no puede desarrollarse, triunfar ni menos conquistar el Poder. Más aún, continuar en las actuales circunstancias encierra riesgo creciente de derrota y destrucción y llevaría a su hundimiento, sería `perder la cabeza y cometer un crimen monstruoso' contra el Partido, la clase, el pueblo y la revolución".
Primero, para que no haya confusión: la lucha entre dos líneas no trata de las condiciones que se requieran para la "victoria" (la toma del Poder en todo el país por parte del PCP)(8); al contrario, las dos posiciones en esta lucha son, una, conservar/mantener(9) y sobre esa base desarrollar la Guerra Popular; o dos, darla por terminada y pasar a ser un partido político no beligerante ya que supuestamente "todo el proceso de la guerra contrarrevolucionaria lleva a que logre éxito" y porque "las condiciones concretas" no permiten mantener ni desarrollar la guerra popular.
Segundo, es necesario despejar cualquier confusión de que haya algo malo en mantener la lucha. Mantenerla es excelente y debemos apoyarla. Solamente a través de mantener la guerra ante los ataques del enemigo y de líneas incorrectas, se sientan las bases para futuros saltos en el desarrollo de la Guerra Popular. Dentro de las limitaciones impuestas por las condiciones objetivas, debemos jugar un papel dinámico esforzándonos por conseguir la victoria. El Presidente Mao subrayó que "debemos tratar apuntando alto...de lograr todo lo que objetiva y subjetivamente puede lograrse. ...En una palabra...debemos tratar también con las abstracciones. El romanticismo revolucionario es una cosa buena" (Mao espontáneo, p. 65).
El "artículo de prisión" intenta definir los términos del debate en un falso nivel: ¡que la dirección debe producir planes precisos para avanzar ahora mismo, o si no, "suspender el juego"! La cuestión central sigue siendo, sin embargo, o encontrar las soluciones a los nuevos problemas con el objetivo de mantener y avanzar la Guerra Popular, o ceder ante las dificultades y terminar la guerra. La lucha estriba en si avanzamos con todos nuestros esfuerzos, apuntando alto y "dirigiendo la actuación de muchos dramas" dentro de las limitaciones impuestas por las condiciones o, por el contrario, echamos abajo lo que queda y nos vamos a casa. 求ebemos defender lo conquistado o echarlo al viento y traicionar a nuestra clase y al pueblo del Perú y del mundo?
Hoy esa línea en sí representa una peligrosa amenaza para la Guerra Popular y el PCP. El consuelo de un "futuro cierto y real" que plantea el "artículo de prisión" y su advertencia acerca de los horrores del "hundimiento" son dogma religioso de lo más vil. Si esta línea llegase a dominar, se destruiría el presente y el futuro del PCP. No se trata de profecías, sino de una verdad de a puño extraída de la experiencia de nuestra clase en más de cien años de tortuosa y sangrienta lucha de clases.
No obstante lo complejo de los problemas y lo difícil de las condiciones que afrontan el PCP y la Guerra Popular, la forma en que Asumir concibe los problemas no tiene nada de maoísta.
El "artículo de prisión" luego afirma: "A esta posición partidaria proletaria de la izquierda y de la fracción roja sólo puede contraponerse una posición derechista de renegar y abandonar la revolución...y, una posición izquierdista, simplista de `MANTENER LA LUCHA' sin fundamentos políticos sólidos, claros y precisos, y carentes de objetivos".
Asumir, por su parte, tilda de "blanquistas" a los camaradas que persiguen en la Guerra Popular. Al respecto, vale recordar lo que el Camarada Mao dice: "Se nos critica por desear la grandeza y el éxito. 求ebemos entonces desear la mezquindad y el fracaso? 求ebemos valorar el pasado y despreciar el futuro? Debemos desear la grandeza y el éxito. Las personas que están de acuerdo, son buenas personas. Sin duda debemos mantener vivo nuestro espíritu de lucha" (Mao espontáneo, pp. 48-49). Cuando los revisionistas empezaron a atacar a los cuadros maoístas durante la Gran Revolución Cultural Proletaria, el Presidente Mao nos enseñó: "Los cuadros revolucionarios tienen que ser protegidos con toda la lucidez y toda la audacia" (Jean Daubier, Historia de la Revolución Cultural China [México: Siglo XXI, 1972], "Apéndice IV: Mao analiza la Revolución Cultural", p. 423).
Se argumenta que la dirección fuera de la cárcel debe presentar planes claros ahora, o de lo contrario, ¡debe juzgársele por incapaz, abandonarlo todo e irse a casa! Semejante arrogancia hacia los camaradas que trabajan en condiciones extremadamente difíciles duele; pero les responderemos con razones: Hay veces en que los dirigentes obran con detenimiento, no porque carezcan de cerebros dinámicos, sino porque la naturaleza de la situación es tal que requiere de algún tiempo. Y si actúan de manera apresurada, sin bases sólidas, con un conocimiento sólo parcial de los factores esenciales, puede que no les salga muy bien su trabajo. Esto se debe a que los factores subjetivos siempre van a la zaga de los factores objetivos; y esto es así especialmente cuando se dan grandes cambios en la situación objetiva. El Camarada Mao decía: "Pero, el esclarecimiento ideológico y el estudio de la política del Partido requieren más tiempo, y tenemos todavía muchas cosas que aprender"(10).
Algunas veces este "esclarecimiento ideológico" inevitablemente pasa por un proceso de lucha en la dirección misma del partido y este proceso no puede hacerse de lado ni siquiera bajo condiciones de guerra.
No negamos la importancia, vital, de que los dirigentes tomen decisiones rápidas, especialmente cuando estamos trenzados en fiera lucha con el enemigo. Sin embargo, decisiones apresuradas e infundadas conducen a errores subjetivos y avances precipitados (o peor aún, ¡"apresuramiento" para desmantelar los logros de la guerra!). Abogamos por apreciar la dialéctica dinámica que existe entre saber y hacer, tener en cuenta los factores objetivos y subjetivos, apuntar alto y acometérsela.
En ocasiones puede ser incorrecto sintetizarlo todo inmediatamente y desarrollar plenamente la línea y la política para el período siguiente porque no conocemos todos los factores esenciales. Esto es materialismo. Se nos pide que el PCP elabore planes precisos y demuestre su capacidad para desarrollar la guerra ahora mismo, ¡o si no, que la detenga! 汨ué clase de lógica es ésta? 每uál es el "fundamento político sólido y el objetivo" de este argumento? Con semejante lógica, ¡Mao nunca debió haber llevado a cabo la Gran Marcha! Cuando ésta se inició, ni siquiera él sabía que llegarían hasta el norte de China. El objetivo inmediato de la Gran Marcha era el de mantener la lucha luego de la derrota sufrida por las fuerzas de la revolución con la quinta campaña de cerco y aniquilamiento de Chiang Kai-Shek; derrota que, a su vez, fue resultado de aplicar una línea de "izquierda" errónea que negaba la naturaleza prolongada de la guerra. Después de bien encaminada la Gran Marcha, se celebró la reunión ampliada del buró político del Comité Central del Partido Comunista de China en Tsunyí, y se estableció una nueva dirección comandada por el Camarada Mao. Tal reunión se limitó a tomar decisiones sobre los más urgentes asuntos militares y organizativos. Sólo al final de la Gran Marcha, el Comité Central pudo estudiar y proponer políticas precisas. (Véase la nota al pie de la página, "Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés", OE, t. 1, p. 165.) "Si lo que quieres decir es si teníamos planes exactos", le respondía después el Camarada Mao a Edgar Snow, "la respuesta es que no teníamos ninguno. Intentábamos romper el cerco y reunirnos con los otros soviets. Más allá de esto sólo estaba el deseo muy resuelto de ponernos en una posición desde la que pudiéramos luchar contra los japoneses" (citado en Wilson, Dick. China's Revolutionary War)(11).
Así que, a veces es posible y necesario mantener, aún si no se tiene un panorama claro acerca del curso de desarrollo de la guerra hacia la toma del Poder, aunque tal perspectiva es imprescindible. Si el PCP solamente mantiene la Guerra Popular hoy, aunque sea a un bajo nivel, mañana estará en una mejor posición para avanzar hacia la conquista del Poder.
No comprender estas cosas significa no comprender el desarrollo desigual de la guerra popular prolongada, llena de vueltas y revueltas.
El Camarada Mao ha subrayado que "mantener nuestras posiciones y ampliarlas son dos cosas inseparables" ("La situación y las tareas en la guerra de resistencia contra el Japón después de la caída de Shanghai y Taiyuán", OE, t. 2, p. 63). En 1930, dijo: "Al parecer, [los camaradas pesimistas] consideran inútil dedicarse al duro trabajo de establecer el Poder en momentos en que el auge revolucionario está lejano todavía..." ("Una sola chispa puede incendiar la pradera", OE, t. 1, p. 125). Enver Hoxha intentó difamar la teoría del Presidente Mao sobre la guerra prolongada, diciendo que era una guerra "sin fin" y "sin perspectiva". Sólo fue una calumnia revisionista que servía sus propios intereses. Para Mao era claro que la guerra popular sería necesariamente prolongada y que el Poder se conquistaría paso a paso. Además, Mao nunca dijo que la lucha armada sólo debía iniciarse cuando existía la posibilidad de una victoria rápida. No. El siempre decía que el Ejército Rojo es pequeño y debe crecer gradualmente de débil a fuerte, y que la victoria final depende de muchos otros factores nacionales e internacionales; factores que pueden prolongar o acortar el curso de la guerra.
En el pasado, el PCP ha criticado correctamente la "eternización de la guerra" que conduce al reformismo y al caudillismo. Basándose en esta correcta comprensión y asiendo firmemente el objetivo de la Guerra Popular (la conquista del Poder rumbo a la Nueva Democracia y el Socialismo), el PCP ha desarrollado sistemáticamente la Guerra Popular hacia ese objetivo, a través de planes, estableciendo el poder político paso a paso y preparando cada etapa de la guerra de manera tal que se sienten las bases para avanzar a la siguiente, con la perspectiva de tomar el Poder en forma cabal. No obstante, esto no debe concebirse como avance en línea recta. El avance ha asumido la forma de oleadas, ha implicado fases de restauración/contrarrestauración y no puede ser de otra manera. La Guerra Popular parece estar enfrentando hoy una dura ofensiva del enemigo, y no se debe descartar que la contrarrestauración esta vez será más compleja. En situaciones similares y basándose en una apreciación correcta de la situación y las posibilidades objetivas, las fuerzas revolucionarias pueden perseverar para superar las dificultades y avanzar, e incluso cosechar frutos inesperados. Esta forma de avanzar es cualitativamente más "cierta" que la promesa de un futuro "reinicio" de la guerra. Si bien la guerra está llena de incertidumbres, rendirse no ofrece esperanza alguna.
Ninguna otra actividad del ser humano tiene tantas incertidumbres como la guerra. Esto no quiere decir que nosotros no debamos tener estrategia y tácticas. Estrategia y tácticas correctas basadas en una apreciación correcta y precisa de la situación general y específica son la base de nuestro éxito; pero la única cosa que puede contrarrestar las inevitables incertidumbres de la guerra es la perseverancia, valentía y audacia.
Mantener y conservar forman parte de un proceso muy dinámico; proceso que no tiene nada de pasivo. Por el contrario, para mantener la guerra, es necesario derrotar los planes del enemigo, consolidar el núcleo de los logros y sentar las bases de los saltos futuros.
La Gran Marcha no sólo preservó el núcleo del ejército y el partido por medio de la retirada, sino que, en el camino, fortaleció los lazos del partido con las masas; forjó nuevos vínculos con las masas, fue capaz de reclutar continuamente para las fuerzas principales del Ejército Rojo en la marcha misma, así como para las fuerzas locales, sentando así las bases para futuras cosechas(12).
Asumir afirma "...no analizan [la dirección de afuera] los nuevos problemas, el rumbo...".
¡Pues claro, deben hacerlo! Suponemos que eso es justamente lo que están haciendo. De ningún modo menospreciamos la vital importancia de analizar las nuevas condiciones y los nuevos problemas para trazar planes que correspondan a la realidad objetiva. Sostenemos también que es erróneo insistir que nada ha cambiado, que no hay necesidad de pensar mucho o que no deben reajustarse los planes. No obstante, como el caso de Asumir nos demuestra, el problema principal no es si deben o no analizarse los nuevos problemas y condiciones; el problema principal es analizarlos correctamente, evitando el subjetivismo en sus formas derechista e "izquierdista", y sobre esa base desarrollar una estrategia y unas tácticas correctas para desarrollar con éxito la Guerra Popular bajo las condiciones actuales.
Para lograrlo, se debe asir la línea básica del partido como eslabón clave. Debemos asir correctamente la relación entre la línea básica y la línea para medidas concretas, siendo ésa la que debe ocupar una posición de mando y guiar las medidas y políticas concretas. Este es el principio básico en todo. Es por esto que el Camarada Mao dijo que "la línea es la cuerda clave de la red: al jalarla, se abre toda la red". Si los revolucionarios no comprenden esto, perderán claridad de pensamiento y orientación; correrán el riesgo de caer cada vez más en una visión miope de las cosas. Y ello conlleva, de hecho, a ver solamente los intereses inmediatos y perder de vista los intereses de largo plazo del partido y del pueblo.
Adherirse firmemente a la línea básica no quiere decir en absoluto restarle importancia a la línea concreta para condiciones concretas. Sin la línea concreta, pues no tiene sentido implementar la línea básica del partido.
Nosotros no estamos en capacidad de saber cuál es exactamente el nuevo análisis que la dirección ha hecho de la situación, ni sabemos con seguridad si ha sido necesario o no hacer reajustes en el esquema de guerra. Pero aun si la dirección no los ha hecho, no por eso sea más viable ni el análisis, pesimista en extremo, que Asumir hace de las condiciones, ni la nueva estrategia suya (pactar un acuerdo de paz con el régimen de Fujimori para terminar la Guerra Popular con la esperanza de "repetirla" algún día). 每uál es la base del análisis y estrategia de Asumir? Es importante tener en cuenta que, para un grupo de personas arrancadas de la colectividad de su partido y de las masas en lucha, y cuyas fuentes de información están bajo el control del enemigo, es difícil desarrollar un análisis concreto correcto y, sobre esa base, una estrategia y tácticas correctas para todo el partido. Las tácticas de lucha correctas y firmes de un partido comunista sólo pueden emerger en el curso de la lucha de masas, o sea, en la experiencia concreta.
Todo camarada, incluso desde la prisión, tiene derecho a advertir sobre errores y deficiencias que puedan debilitar la Guerra Popular. Pero no se permite aprovechar tales deficiencias, reales o imaginadas, para justificar el querer poner fin a la Guerra Popular.
Si bien las desviaciones oportunistas de "izquierda" (como aquéllas que, al interior del Partido Comunista de China, se oponían a hacer los necesarios ajustes en la política y en la guerra ante dramáticos cambios en las condiciones, o las que se oponían a hacer los compromisos necesarios y a formar frentes unidos con algunos sectores de las clases explotadoras) han hecho también considerable daño en diferentes ocasiones, y a menudo han creado las condiciones para, o hasta se han transformado en, una política abiertamente derechista y capitulacionista, la experiencia ha enseñado que, históricamente, el peligro principal es el revisionismo, que significa el abandono de la lucha revolucionaria por el Poder y la meta final del socialismo y el comunismo. La "línea concreta" de Asumir y el "artículo de prisión" es ajena a la línea básica del PCP para hacer la revolución en el Perú. Su análisis es erróneo, y aplicar su plan propuesto sería absolutamente equivocado y mortal.
Los dos documentos, Asumir y el "artículo de prisión" reclaman que ¡"la paz ha devenido en una necesidad del pueblo"!
每uál pueblo? El pueblo está dividido en clases.
汨uién es el pueblo de los autores de los documentos? Muy probablemente son las clases medias que vacilan muchísimo cuando el enemigo desata el terror blanco; incluso algunos desertan a las filas del enemigo. En el curso de serios reveses y desenfrenados ataques del enemigo, muchas de las fuerzas de la clase media no se arriesgan y los oportunistas y campesinos ricos que se hayan incorporado al partido, desertan a las filas del enemigo. Los obreros, campesinos y pobladores de los pueblos jóvenes han sido una fuerte base de la Guerra Popular y seguirán siéndolo; esto, empero, no excluye la posibilidad de algún tipo de cansancio de guerra en estos sectores. Pero también es cierto que los ataques enemigos contra el PCP han atizado más la indignación de estas masas, hasta tal punto que están más determinadas que nunca para ponerse a la altura de las circunstancias y llevar la guerra hasta el fin, pase lo que pase.
Nosotros no conocemos con exactitud los sentimientos y el estado de ánimo de los diferentes sectores del pueblo (y es un milagro que los autores de Asumir hayan llegado a conocer los deseos de paz de las diferentes capas del pueblo desde las mazmorras de Fujimori), pero aun si existe cierto cansancio de guerra en los sectores populares que constituyen la base de la Guerra Popular, la solución no es parar la guerra y desechar los frutos de 13 años de sudor y sangre del pueblo. Estos problemas tienen su propia solución marxista-leninista-maoísta. Una cosa se sabe: la lucha política pacífica, propuesta por la línea en discusión, no va a levantar ni organizar a los millones de campesinos pobres que constituyen la fuerza principal de la revolución, bajo la dirección del proletariado, en la Revolución de Nueva Democracia.
El partido de vanguardia inició la guerra basándose en la sed de los esclavizados de alzarse contra su esclavitud. Aunque algunas personas hagan pactos, eso no va a detener la lucha de las masas que, tarde o temprano, desembocará en lucha armada. La guerra de Vietnam se reinició de esta manera, luego de dividido el país y alcanzada la paz a raíz de la derrota de los imperialistas franceses. Cuando el régimen de Saigón se lanzó en feroz venganza contra las masas en las zonas blancas, éstas no aguantaron y comenzaron a organizar la resistencia, aún cuando el partido no había desarrollado ningún plan para resistir.
汨ué le sucederá a los oprimidos si se alcanza la "paz" y pierden su Guerra Popular y su ejército? Les tocará más de la misma miseria de siempre y para colmo, el enemigo desatará una campaña de sangrienta venganza en su contra para "enseñarles" que "nunca más deben tomar las armas". En comparación con tal campaña de terror y sangre, todas las campañas genocidas anteriores parecerán un juego de niños. Esto también es parte de por qué, una vez iniciada, una guerra no puede detenerse.
Las cosas han cambiado a través de 13 años de poner la sociedad patas arriba, lo cual es más que excelente para el proletariado internacional y más que una pesadilla para la burguesía internacional. Hoy el partido proletario y las masas bajo su dirección en el Perú han escalado la montaña un gran trecho hacia la cumbre de la victoria; estando en esta posición, tanto las oportunidades como los peligros se aumentan. Recordando la última carta de Mao a la Camarada Chiang Ching en julio de 1976, vemos que la única manera es escalar hasta la cumbre: "En la lucha de los últimos diez años, yo he tratado de alcanzar la cumbre de la revolución, pero no lo he logrado. Pero usted podrá alcanzar la cima. Si falla, caerá en el insondable abismo. Su cuerpo será despedazado. Sus huesos se romperán" ("Chiang Ching: Las ambiciones revolucionarias de una líder comunista", UMQG 19, p. 45).
La existencia del poder político rojo y la capacidad de formar y mantener un ejército popular son características cardinales de la línea de Mao para hacer la revolución en las naciones oprimidas. Cualquier propuesta de reajustes tácticos o estratégicos (a través de negociaciones o por otros medios) debe tener en cuenta estos principios de la línea de Mao.
Mao lo resumió así: "Sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo". Mao hizo esta muy importante observación en su artículo "Sobre el gobierno de coalición", cuando trataba la relación (incluso la posibilidad de una cooperación a largo plazo) entre el Partido Comunista de China y el Kuomintang.
En esta sección, Mao comenta que Chiang "ha llegado a exigir al Partido Comunista que se las entregue todas [las fuerzas armadas de las regiones liberadas], a cambio de lo cual le concedería la `legalidad'".
Mao responde: "Esta gente dice a los comunistas: Entreguen sus tropas y les concederemos la libertad. Según su teoría, los partidos que no poseen fuerzas armadas deberían gozar de libertad. Ahora bien, en 1924-1927, el Partido Comunista contaba sólo con pequeñas fuerzas armadas; no obstante, la libertad de que gozaba se desvaneció tan pronto como el gobierno del Kuomintang comenzó a aplicar su política de `depuración del partido' y de represión sangrienta. Y hoy día, la Liga Democrática de China y los demócratas dentro del Kuomintang no tienen fuerzas armadas, pero tampoco gozan de libertad. Durante los últimos dieciocho años, en las regiones dominadas por el gobierno kuomintanista, los obreros, campesinos, estudiantes y las personas de tendencias progresistas en los medios culturales, docentes e industriales no han contado con fuerzas armadas, pero tampoco han gozado de libertad" ("Sobre el gobierno de coalición", OE, t. 3, p. 252).
No es necesario volver a los distantes primeros años de la revolución china para comprobar este punto de Mao. La experiencia de los países oprimidos a lo largo de las últimas décadas ha demostrado que sin fuerzas armadas, el pueblo además de no gozar de libertad política sufre represión sangrienta y masacres por parte de la reacción. El ejemplo de Indonesia en 1965 cuando cientos de miles de comunistas y obreros y campesinos fueron masacrados es una lección trágica y dolorosa. En Chile decenas de miles de trabajadores y campesinos revolucionarios y gente progresista fueron asesinados cuando el ejército derrocó el gobierno legítimo de Allende en 1973. En 1981 en Irán, miles de comunistas, revolucionarios y progresistas fueron ejecutados o encarcelados cuando el régimen de Jomeini se volvió en contra de aquellas fuerzas que habían luchado para derrocar el régimen del Cha. En 1982, cuando las fuerzas de la revolución palestina abandonaron el Líbano bajo la supuesta "garantía" de los imperialistas yanquis, centenares de personas fueron masacradas en los campos de Sabra y Chatila. En pocas palabras, para que un pueblo pueda tener libertad, avanzar la revolución, y defenderse de la represión del enemigo de clase, se requiere de un ejército popular.
沌ara qué sirven los partidos comunistas? Para hacer la revolución, se necesita un partido revolucionario. Una de las principales características de la guerra popular es que la tiene que dirigir un partido comunista marxista-leninista-maoísta. Tener un partido rojo es clave para iniciar la guerra popular, y más clave aun para desarrollarla hasta el final, superando grandes dificultades. Para conservar un partido, el aspecto principal es conservar su calidad, o sea, si representa o no los intereses de nuestra clase en oposición a las clases enemigas y si concentra o no su voluntad. Luchando contra una tendencia colaboracionista que había surgido en el partido, el Presidente Mao preguntó: "[汨]uiere decir...rebajar al Partido Comunista al nivel de la dictadura terrateniente-burguesa del Kuomintang y al nivel de la resistencia unilateral?" ("La situación y las tareas después de la caída de Shanghai y Taiyuán", `Combatir el capitulacionismo tanto dentro del Partido como en todo el país', OE, t. 2, p. 60). Y subraya: "En 1927, el capitulacionismo de Chen Tu-siu condujo la revolución al fracaso. Ningún miembro de nuestro Partido debe olvidar jamás esta lección del pasado, pagada con sangre" (op. cit., p. 59).
Si bien el documento Asumir advierte contra los "Partidos Comunistas de membrete"(13), su línea no los rechaza para nada; su estrategia para el PCP implicaría, en el mejor de los casos, transformarlo exactamente en un partido de membrete.
Asumir dice del Partido, "defenderlo y fortalecerlo contra viento y marea, persistiendo en que la línea ideológica-política es decisiva en la guerra popular prolongada...". En términos generales, esta afirmación es correcta. Pero en el Perú de hoy, persistir en tomar la línea política-ideológica correcta significa defender y fortalecer la guerra popular contra viento y marea. Esta es la principal entre las tareas del Partido. Es sólo a través de cumplir con esta tarea, inseparable de la lucha contra las líneas incorrectas, que se fortalece y se defiende el Partido.
El "artículo de prisión" sostiene: "En el supuesto de que poniéndonos en las peores circunstancias lograra imponerse una línea ultraizquierda de `mantener la lucha' a ultranza a riesgo de la derrota de la guerra popular y de la revolución, sería la ciega sin razón política, producto del más torpe y monstruoso subjetivismo, unilateralidad y superficialidad".
Justo es puntualizar que todos estos adjetivos bien podrían aplicarse a ese mismo artículo. Incluso una persona "ciega" tiene razón política; la cuestión principal es, no obstante, 災 cuál clase representa esa razón política? Una persona que, en un país que ha estado en guerra civil durante 13 años, divorcie la política de la guerra no puede llamársele ni ciega, ni sorda, ni muda, sino que tiene una línea errónea. Si no es "el más torpe y monstruoso subjetivismo" engañarse de que el régimen y sus amos yanquis van a permitirle al PCP regresar a la situación anterior a 1980 y repetir la experiencia de los años 60 y 70, 秀ué es entonces? Abandonar la Guerra Popular y desmantelar las fuerzas armadas populares traicionará totalmente los intereses fundamentales del pueblo, aniquilará los logros de 13 años de guerra revolucionaria y llevará al proletariado peruano al peor de los reveses, tanto en lo político e ideológico como en lo militar. Fingir que esta estrategia va a proteger al partido es absoluta hipocresía. La Camarada Chiang Ching pudo haber adoptado la actitud "realista" que este artículo abandera, pero en vez de eso "dio la lucha a muerte" junto con su camarada en armas, Chang Chun-chiao. Los otros dos (Wang Hung-Wen y Yao Wen-Yuan) escogieron ensayar la "sabia" política de este artículo, con el resultado de que están hoy vivos y bien alimentados, pero 私uede decirse que esto ha avanzado la causa proletaria en forma alguna? Si un partido sufre una derrota militar por defender los intereses fundamentales de las masas, puede levantarse nuevamente de las cenizas. Pero si abandona esta posición y lanza al viento los principios y los intereses fundamentales de las masas, será destruido para siempre y, en un proceso terriblemente más amargo y difícil, un nuevo partido deberá formarse.
Incluso en los casos más extremos (y volvemos a insistir que ésta no es la situación de la guerra dirigida por el PCP), "...cuando las cosas se han vuelto insolubles en el terreno militar, no puede separarse la política de la guerra: los objetivos políticos seguirán determinando si se continúa o no el combate... [L]a capitulación frente a una derrota estratégica inevitable puede agregar una derrota política a la derrota militar" (Leonard, S., Just Wars and Unjust Wars, A Maoist Study of Warfare, p. 7).
Como dijeran los camaradas chinos: "Si la línea del Partido es correcta, aunque no tenga ni un soldado al comienzo, pronto los tendrá. Pero si la línea del Partido es incorrecta, aunque se tenga el Poder a nivel nacional o regional y los ejércitos bajo su control, será aplastado" (A Basic Understanding of the Communist Party of China, Shanghai, 1974). Esta es la única línea guía correcta para "conservar el partido". De otra manera, aun si el régimen y sus padrinos yanquis permitan a un partido conservarse físicamente y aun si éste pueda mantener su tamaño en el sentido cuantitativo, no será un partido marxista-leninista-maoísta como el PCP. Un partido así puede tener muchos militantes, pero su lealtad política y de clase será diferente y se "reincorporarán a la sociedad".
Como dijimos, una línea política e ideológica correcta es decisiva para conservar el partido. Una línea es correcta si representa los intereses, las aspiraciones y la concepción del mundo de nuestra clase. Y, hoy, la línea correcta en el Perú se expresa concretamente en la actitud que se toma en relación con la Guerra Popular dirigida por el Partido.
Un partido comunista es producto de la lucha de clases y al mismo tiempo es su instrumento. Si el partido cambia de color, dejará de ser un instrumento de nuestra lucha de clases.