Obrero Revolucionario #912, 22 de junio, 1997
El 6 de junio, la Suprema Corte de Pensilvania anunció dos decisiones relacionadas con la petición de un nuevo juicio para el preso político revolucionario Mumia Abu-Jamal. Primero, ordenó celebrar una audiencia el 26 de junio para presentar el testimonio de Pamela Jenkins, que hace poco admitió que la policía la presionó a decir que Mumia baleó a un agente de Filadelfia, a pesar de que ella no estuvo en el lugar de los hechos. Segundo, la Corte negó otra audiencia para presentar pruebas sobre la exclusión de negros del jurado en el juicio de Mumia y sobre las normas racistas sistemáticas de la fiscalía de Filadelfia. Los abogados de Mumia pidieron esta última audiencia después de que la fiscal Lynne Abraham dio a conocer un video en que un subfiscal "enseña" a sus socios cómo excluir a candidatos negros.
A Mumia Abu-Jamal lo arrestaron el 9 de diciembre de 1981 y lo juzgaron en junio de 1982 por el asesinato de Daniel Faulkner, un policía de Filadelfia. El 3 de julio, lo condenaron en una farsa de juicio de un crimen que no cometió y lo sentenciaron a muerte. La Suprema Corte de Pensilvania rechazó su apelación en 1989 y la Suprema Corte federal decidió no verla. Su petición de un nuevo juicio está pendiente ante la Suprema Corte estatal.
Los principales argumentos de la fiscalía en contra de Mumia fueron: 1) que según unos policías de Filadelfia Mumia confesó que baleó a Faulkner; 2) que la bala que lo mató era de una pistola calibre .38, igual que la que tenía Mumia la noche del balaceo; y 3) el testimonio de un testigo ocular, una prostituta llamada Cynthia White, quien es la única testigo que dijo que vio a Mumia balear a Faulkner.
En unas audiencias de 1995, los abogados de Mumia probaron que Mumia nunca confesó nada. Gary Wakshul, el policía que arrestó a Mumia, admitió que no "recordó" la "confesión" sino hasta dos meses más tarde, "después de una serie de discusiones con el fiscal y otros policías". Además, se demostró que la bala que mató a Faulkner era de calibre .44, y no .38. Unos testigos dijeron que vieron a dos hombres huir corriendo del lugar donde murió Faulkner. Pero los abogados de Mumia no pudieron encontrar a Cynthia White ni a otra testigo clave, Veronica Jones. (Véase informes más detallados sobre el caso de Mumia en el OR No. 899.)
En 1996, los abogados localizaron a Veronica Jones. En una audiencia suplementaria celebrada en octubre, ella confirmó que originalmente le dijo a la policía que vio a dos hombres huir corriendo del lugar del crimen, pero que cambió su versión durante el juicio por las amenazas de la policía. El juez Albert Sabo, que presidió las audiencias, amenazó con meterla a la cárcel por perjurio. Y después, ¡el fiscal ordenó arrestarla en la barra de los testigos!
En la primavera de este año, los abogados de Mumia se enteraron de que Pamela Jenkins también tenía pruebas cruciales sobre la conspiración para condenar a Mumia. Una declaración jurada de Jenkins, que presentaron a la Suprema Corte de Pensilvania el 10 de marzo de 1997, demuestra que Cynthia White, la única testigo que dijo que vio a Mumia balear a Faulkner, tenía una razón muy convincente para mentir durante el juicio.
Cuando era adolescente, a Pamela Jenkins la arrestó Thomas Ryan, un agente encargado de localizar a niños ausentes de la escuela. Más tarde, Ryan pasó a ser policía de Filadelfia, inició una relación con Jenkins y la reclutó como informante. En una rueda de prensa el 10 de marzo, Jenkins contó cómo la policía la presionó para dar testimonio contra Mumia: "Tenía 16 años. Me llevaron a la delegación y me hicieron preguntas acerca del caso.... Desde hace 16 años o más he sido informante de Tom Ryan. Tom Ryan me llevó a una reunión con Richard Ryan y me preguntaron qué sabía sobre el caso de Jamal. Me presionaron para que dijera que vi a Jamal con una pistola. No quería decirlo así que siguieron presionándome. Me pagaron $150 para localizar a Cynthia White".
En su declaración jurada, Jenkins dice: "Sabía que Cynthia White trabajaba de prostituta en el centro, específicamente en la esquina de la Locust con la 13, durante 1980 y 1981; era prostituta e informante policial y se acostaba con varios agentes de ese distrito.... En ese mismo tiempo, Cynthia White me dijo que tenía miedo de la policía y que esta la estaba presionando para que dijera algo acerca del incidente. Lucky [Cynthia White] también me dijo que un policía amenazó con matarla por algo relacionado con el caso de Jamal".
La declaración de Jenkins también vincula el caso de Mumia y el reciente escándalo de corrupción en el Departamento de Policía de Filadelfia, en que se supo que varios agentes entramparon a centenares de personas inocentes con falsas acusaciones de homicidio y drogas, y robaron miles de dólares en los barrios negros pobres del norte de la ciudad. Jenkins fue la principal testigo de la fiscalía contra esos agentes, entre ellos Tom Ryan.
La declaración de Jenkins presenta nueva información sobre el papel de la policía en la conspiración contra Mumia. De acuerdo a Jenkins, Tom Ryan le dijo que entre los policías presentes en el lugar donde murió Faulkner esa noche figuraban Richard Ryan, uno conocido como "Boston" y otro conocido como "Sarge". Esa fue la primera vez que los abogados de Mumia oyeron de esos policías. No los mencionan los documentos que la fiscalía entregó a la defensa, los informes policiales ni ningún otro documento.
Los abogados contrataron investigadores que llevan mucho tiempo tratando de localizar a White. Sospechan que está en los alrededores de Filadelfia y que la policía la tiene escondida. Hay claras pruebas de que es así. Después de dar su testimonio falso en el juicio de Mumia, White siguió trabajando de prostituta con la protección de la policía. La arrestaron muchas veces, pero cada vez retiraron las acusaciones.
En 1987, la acusaron de robo. Un juez estaba a punto de negarle fianza cuando un detective le pidió que la soltara porque era testigo en "un caso muy importante". La soltaron; nunca se presentó a su juicio y desapareció. La policía no puso su nombre en la lista nacional de personas buscadas.
En la rueda de prensa del 10 de marzo, Leonard Weinglass, el principal abogado de Mumia, dijo: "No se trata de un caso común y corriente. Es un caso especial y la policía está resuelta a garantizar que Mumia siga condenado y que lo ejecuten. Así que es una situación muy difícil.... Afortunadamente, Pamela Jenkins está aquí, dispuesta a correr el riesgo, un riesgo muy serio, por decir la verdad. Muy poca gente está dispuesta a hacer esto. Veronica lo ha hecho. Ahora Pamela lo ha hecho. Cynthia sigue siendo difícil de localizar; estamos cerquita pero una fuerza muy resuelta nos está bloqueando el paso".
Los abogados de Mumia pidieron otra audiencia para presentar un video de 1986 ó 1987 que hizo Jack McMahon, en ese entonces subfiscal de Filadelfia. El video prueba que desde hace muchos años la fiscalía ha excluido sistemáticamente a los negros de los jurados, como ocurrió en el caso de Mumia. El video era parte de un curso de capacitación de nuevos fiscales para seleccionar jurados. McMahon dice que se debe excluir a la mayoría de los negros, y especialmente a los de barrios pobres. Les dice a los futuros fiscales que la meta de la elección de jurados no es tener un jurado "competente, justo e imparcial", sino uno que esté dispuesto a condenar al acusado. Explica quiénes son candidatos indeseables para un jurado desde el punto de vista de la fiscalía: maestros, médicos, liberales, trabajadores sociales o cualquier persona "inteligente". Y afirma una y otra vez que está explicando lo que se practica en todas las fiscalías del país. (Véase un informe más detallado en el número 909.)
La fiscalía rechazó a 11 candidatos negros en el juicio de Mumia, así que solo había dos negros entre 10 blancos en el jurado. Desde el comienzo del juicio, Mumia dijo que la fiscalía excluyó a los candidatos negros a propósito. El video de McMahon demuestra que desde hace muchos años excluir a los negros ha sido la norma de la fiscalía. Sus abogados señalan que esta norma es suficiente razón para programar un nuevo juicio. ¡Es una infamia que la Suprema Corte de Pensilvania rechazara su petición, sin siquiera ofrecerles una explicación!
La conducta de la Suprema Corte estatal indica que va a rechazar la apelación de Mumia a menos que haya un amplio y resuelto movimiento de protesta en este país y por todo el mundo. En cada etapa del proceso, la Suprema Corte ha devuelto el caso al juez Sabo, quien ha presidido toda la conspiración judicial. También ha rechazado las peticiones de la defensa de que se obligue a la fiscalía a entregar documentos secretos relacionados al caso. Tenemos que crear una situación en que la Suprema Corte de Pensilvania y toda la estructura de poder se vean obligadas a darle a Mumia un nuevo juicio. La única manera de lograr eso es con un movimiento de defensa más amplio, diverso y resuelto.
Tenemos que hacernos oír ya. El gobernador de Pensilvania ha dicho que firmará otra orden de ejecución si la Suprema Corte rechaza la apelación. No podemos permitir que ejecuten a este compañero por un crimen que no cometió. No podemos esperar hasta que su apelación llegue a los tribunales federales. Hay nuevas leyes que restringen los derechos de los presos en los tribunales federales. La Ley para Combatir el Terrorismo de 1996 dice que los jueces federales deben "dar por sentado" que una decisión de un juez estatal es correcta, lo que significa que los tribunales federales podrían aceptar todas las decisiones de Sabo sin cuestionarlas.
La nueva información que ha salido en el caso de Mumia presenta claras pruebas de que lo condenaron falsamente; es una historia de una profunda injusticia. Las nuevas pruebas de que existen vínculos entre el caso de Mumia y los recientes escándalos de corrupción policial en Filadelfia muestran que esto es mucho más que la historia de un solo hombre. Su vida es una concentración del tratamiento rutinario de los negros a manos de la policía, los tribunales, las cárceles, los medios de comunicación... en realidad, a manos de todo el sistema.
Además, muestra cómo el gobierno trata a la oposición política, especialmente a los revolucionarios que logran conectarse con los del fondo de la sociedad. Se está fomentando un clima que pide más cárceles, más castigos y más ejecuciones. Para todos los que quieran derrotar estas medidas fascistas, la lucha en defensa de Mumia es un frente de batalla clave.
El grupo Amigos y Familiares Internacionales exhorta a participar en una protesta en Filadelfia el 26 de junio, a las 9 de la mañana, frente a la alcaldía (esquina de la Filbert con la Juniper). También habrá una manifestación el fin de semana del 4 y 5 de julio. Para obtener más información, llama al (215) 476-8812.
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