Rx Mota: La batalla en torno al uso medicinal de la marihuana

Obrero Revolucionario #921, 31 de agosto, 1997

En noviembre de 1996, se aprobaron leyes que supuestamente iban a permitir el uso medicinal de la marihuana en los estados de Arizona y California. El debate previo a su aprobación dio a conocer lo común que es el uso medicinal de la marihuana en el tratamiento del SIDA y del cáncer, además de otras enfermedades. Mucha gente esperaba que con esas leyes las personas que sufren de enfermedades graves podrían fumar marihuana sin temor y que los médicos iban a poder recetarla sin mayor problema. Pero no resultó así porque el sistema tiene otros planes y prioridades: la "guerra contra la droga" es más importante que el bienestar de la gente.

En Arizona la legislatura estatal anuló en la práctica la ley del uso medicinal de marihuana, y en California se libra una encarnizada batalla por ella (la Proposición 215). Es una batalla de vida o muerte para millones de personas gravemente enfermas y, junto con sus médicos y familiares, están en pie de lucha.

Contra los generales
de "la guerra contra la droga"

La mayoría del movimiento para legalizar el uso medicinal de la marihuana suponía que Clinton se opondría durante la campaña electoral, pero que suavizaría su posición después de las elecciones. Se engañaron.

Tan pronto como se aprobaron la Proposición 215 de California y la 200 de Arizona, el jefe de la guerra contra la droga, el ex general Barry McCaffrey, movilizó un gran conjunto de entidades gubernamentales en su contra—el Departamento de Justicia (especialmente el FBI), el Departamento de Salud y Bienestar, la DEA (entidad antidroga), la Hacienda, el IRS (entidad de los impuestos), el Departamento de Trabajo, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, y hasta la Comisión Reguladora de la Energía—para reprimir todo intento de cultivar, transportar, recetar o usar marihuana. (Cabe destacar el fuerte contraste entre esta actitud oficial de ataque y la muy suave respuesta de Clinton ante la aprobación de la Proposición 209 contra la acción afirmativa; de hecho, no hizo nada para oponérsele.)

Las autoridades han avisado a los residentes de los multifamiliares que la regla de "un strike y fuera" sigue vigente a pesar de las nuevas leyes a favor del uso medicinal de la marihuana. Asimismo el gobierno federal ha informado a sus empleados que se observarán las reglas de "cero tolerancia" a las drogas. En cuestión de impuestos, el IRS no permitirá deducir los gastos médicos relacionados con la marihuana. Por su parte, la DEA le cayó encima a las "compañías de transporte para asegurar que sigan cumpliendo con las normas" contra la distribución de marihuana, y el gobierno les avisó que "se iniciarán investigaciones y procesos legales" si la transportan.

Como no era muy factible derogar la Proposición 215, el gobierno de Clinton optó por atacar a los médicos. El 30 de diciembre, el general McCaffrey, la secretaria de Justicia Janet Reno, la secretaria de Salud y Bienestar Donna Shalala y un oficial de la DEA amenazaron a los médicos de California, avisándoles que el recomendar o recetar marihuana "resultará en una orden de la DEA de anular el registro oficial del médico". Aparte el gobierno le prohibirá participar en Medicare o Medicaid, lo cual equivale a quitarle la licencia médica porque en tales circunstancias no podría tratar a un gran número de pacientes.

En enero dos agentes de la DEA llegaron a la casa de un médico de Sacramento a muy temprana hora. Le enseñaron una carta en la cual había recomendado a un paciente el uso medicinal de marihuana y le pidieron su número de registro con la DEA. También querían interrogarlo, pero se negó.

En febrero de este año, una docena de médicos de California entablaron una demanda contra el gobierno federal, y en abril un juez federal otorgó un amparo que protege a los médicos de toda acción oficial en su contra por recetar marihuana. Sin embargo, el gobierno federal ha apelado y, según el boletín de la Facultad de Medicina de la Universidad de California (San Francisco), los médicos consideran que la situación es "confusa" y temen que "puedan enfrentar procesos legales y/o perder su licencia si recetan marihuana". Algunos opinan que tenían más libertad de acción al respecto antes de aprobarse la Proposición 215.

Hacen imposible servir al pueblo

Si bien las autoridades estatales teóricamente respetan el derecho de los clubes que promueven el uso medicinal de la marihuana a proporcionarla, en realidad imponen tantos trámites que resulta muy difícil hacerlo dentro de la ley. Por ejemplo, según la ley se puede cultivar marihuana para uso medicinal, pero no transportarla y, de hecho, las autoridades arrestan a cualquiera que la transporte, por mínima que sea la cantidad. Así que los clubes difícilmente pueden obtenerla.

Unos cuantos días después de entrar en vigor el amparo que supuestamente prohíbe la acción oficial contra los médicos que recetan marihuana, agentes de la DEA allanaron un nuevo club llamado Flower Therapy en San Francisco. A pesar de que el club cuenta con el permiso de las autoridades municipales, la DEA cortó más de 300 plantas de marihuana y se llevó el equipo de cultivo. Cabe decir que el cultivo de más de 100 plantas lleva una condena mínima de cinco años de prisión.

A fines de julio, los encargados del único club de marihuana medicinal en San José, California, dijeron que iban a suspender su propio tratamiento para el SIDA y el cáncer y declararse en huelga de hambre porque el gobierno municipal exigía que el club cultivara toda la marihuana que distribuye.

El periodista Michael Pollan sacó un artículo muy ilustrativo en New York Times Magazine (20 de julio, 1997): relata una conversación entre el personal del Centro Médico del condado de Santa Clara y el sargento de la policía de San José responsable de todo lo relacionado con el uso medicinal de la marihuana. El sargento les señaló que su costumbre de comprar la marihuana de Dennis Peron, el director del Club de Compradores de San Francisco (y pionero del movimiento a favor del uso medicinal de la marihuana), es un acto criminal según las leyes que rigen el transporte de la marihuana. Respondieron que no disponen de suficiente espacio para cultivarla y él ofreció ponerlos en contacto con científicos de la NASA para construir un sistema hidropónico de alta tecnología para cultivarla en poco espacio. Uno de los directores del centro médico señaló una contradicción muy evidente: "Me dice que la ley requiere que cultivemos la marihuana aquí mismo en el centro médico, pero la DEA allanó el club Flower Therapy precisamente por cultivarla en su local. Destruyeron 331 plantas. No podemos exponernos a perder semejante cantidad de medicina". Pero al sargento le valió madres.

Al igual que otros clubes que han decidido cumplir con la ley, el Centro Médico de Santa Clara tiene que observar una serie de reglas fascistas; por ejemplo, hay que proporcionar a la policía los datos personales de los pacientes, como nombre, foto, teléfono y dirección, todo esto sin orden de cateo. Además de violar la confidencialidad médica, esto somete a los pacientes que padecen enfermedades muy graves a presiones sumamente duras.

Algunos opinan que es preciso ser más combativos. Dennis Peron le dijo al New York Times: "No olvidemos que aun con la Proposición 215, facilitar el uso medicinal de la marihuana sigue siendo un acto de desobediencia civil. La experiencia de Flower Therapy nos demuestra eso".

Del mismo modo los que cultivan marihuana para uso medicinal siguen bajo ataque de la guerra contra la droga. Helicópteros de CAMP (Campaign Against Marijuana Production/Campaña contra la Producción de la Marihuana) sobrevuelan las granjas de los condados de Santa Cruz, Del Norte, Humboldt Lake, Mendocino, Monterey, Placer, San Bernadino, Shasta, Siskiyou, Sonoma y Trinity en California.

Un residente del condado de Santa Cruz, dijo al periódico San Francisco Examiner: "Nos tratan como criminales por el simple hecho de vivir en el campo; toda esta vigilancia viola nuestros derechos constitucionales. Su meta es acabar con la marihuana cueste lo que cueste". Los residentes han protestado contra la vigilancia (los han filmado desde los helicópteros), los allanamientos y los arrestos. En el condado de Santa Cruz como en todo el estado, la marihuana es el principal cultivo comercial. Un vocero del Santa Cruz Hemp Council (asociación comercial de marihuana) dijo al San Francisco Examiner: "Seguiremos la lucha hasta que se larguen".

Algunas autoridades locales toleran a los cultivadores de marihuana para uso medicinal. Por ejemplo, el gobierno municipal de Santa Cruz se negó a entablar un proceso contra Valerie Corral, paciente y cultivadora de marihuana, a raíz del allanamiento en dos ocasiones de su huerta. Corral sufre de epilepsia y es fundadora de la organización Wo/Men's Alliance for Medical Marijuana o WAMM (Alianza para el Uso Medicinal de la Marihuana). El alcalde reconoció su labor de cultivar marihuana y regalarla a pacientes pobres. Corral luchó para que la ley permitiera que los pacientes cultiven la marihuana, para controlar el cultivo orgánico y la calidad de la medicina. También da a los miembros de WAMM matitas para crecer sin costo alguno.

Sin embargo, la experiencia de Corral no es la norma. No obstante la aprobación de la Proposición 215, las autoridades de California siguen allanando casas y arrestando gente por posesión de marihuana y por cultivarla. Agentes de la DEA y los sheriffs del condado de Los Angeles allanaron la casa/laboratorio de Todd McCormick, destacado investigador y activista del movimiento a favor del uso medicinal de la marihuana. El actor Woody Harrelson pagó una fianza de $500.000 para que saliera en libertad. Como explicó un amigo de Todd: "Con que alguien dijera que estaba enfermo o que tenía un amigo enfermo, Todd estaba dispuesto a ayudar".

Una activista negra del Sur Centro de Los Angeles le dijo al OR que la policía allanó su casa y la arrestó porque tenía plantas de marihuana para el tratamiento de anemia de células falciformes. La policía dice que entró en su jardín persiguiendo a un hombre que se robó una botella de vino. El movimiento a favor del uso medicinal de la marihuana se movilizó y luego las autoridades retiraron los cargos en su contra. Después arrestaron a otra víctima de la misma enfermedad en el condado de Orange y la fiscalía estatal mandó su caso a las autoridades federales no obstante una carta en la cual su médico constaba que "la marihuana la podría ayudar". El fiscal dijo: "No es legal que posea marihuana".

Actualmente algunos departamentos de policía en el norte del estado permiten que los pacientes posean cantidades pequeñas de marihuana si tienen autorización de un Club de Compradores registrado, pero en el sur del estado la policía suele arrestar a los pacientes y exige que comprueben ante un tribunal que la fuman como tratamiento médico.

Todo eso pasa en un estado donde se supone que el uso medicinal de la marihuana es legal, y donde los médicos, los proveedores de marihuana y los pacientes procuran cumplir con los requisitos de la ley.

En otras partes del país la situación es más represiva. Un artículo de la revista Atlantic Monthly (septiembre de 1994) contenía una lista de condenas por posesión, venta o compra de marihuana. Por ejemplo, Will Foster del estado de Oklahoma purga una condena de 93 años por cultivar marihuana. La cultivaba en un pequeño cuarto de su casa porque padecía una enfermedad crónica dolorosa. En el estado de Nevada la posesión de cualquier cantidad de marihuana es un delito grave. En Montana la pena por vender una libra (2,2 kilos) de marihuana es cadena perpetua. En Indiana, transitar con marihuana es un delito grave y puede llevar a dos años de prisión, una multa de $10.000, la cancelación de la licencia de manejar y la requisa del vehículo. En Oklahoma condenaron a Larry Jackson a cadena perpetua por poseer .16 gramos (una cantidad minúscula). Asimismo en 1990 los sheriffs de Alabama entramparon a un hombre que tenía tres hijos chiquitos y lo sentenciaron a cadena perpetua sin posibilidad de salir bajo libertad condicional.

Prioridades perversas

Es innegable que la marihuana ayuda a los que padecen de diversas enfermedades graves como cáncer, SIDA, glaucoma, anemia de células falciformes, paraplejia, esclerosis, insomnio, trauma, anorexia, problemas nerviosos, soriasis y hasta adicción a las drogas. En 1988, después de una audiencia ante la DEA sobre el uso medicinal de la marihuana, el juez federal Francis Young escribió que "la marihuana natural es una de las substancias terapéuticas menos peligrosas que conocemos". La DEA lo calló y el gobierno sigue negando a mucha gente esta medicina e inclusive reprime su investigación médica legal. Un editorial reciente en New England Journal of Medicine (una revista de medicina) dijo que "la política del gobierno que prohíbe que los médicos receten marihuana para aliviar el sufrimiento de los enfermos graves es errónea, cruel e inhumana".

De hecho, esa política destaca la barbaridad de la tal "guerra contra la droga" y las prioridades del sistema judicial. El gobierno de Clinton justifica su posición diciendo que hay que preocuparse por los jóvenes que no deben fumar marihuana, la calidad de los experimentos médicos, etc., pero a fin de cuentas lo que realmente preocupa a las autoridades es que la legalización del uso medicinal de la marihuana podría socavar su "guerra contra la droga", que es una guerra contra el pueblo.

Si bien la propaganda oficial se enfoca en la cocaína y el crack, en realidad la criminalización de la marihuana es el núcleo de la "guerra contra la droga". Se gastan $16 billones al año para allanar casas, criminalizar comunidades enteras y meter a toda una generación al bote. La Organización Nacional pro Reforma de las Leyes que Rigen la Marihuana (NORML, por sus siglas en inglés) informa que durante los últimos 30 años han arrestado a casi 11 millones de personas por violar las leyes de marihuana y que cada 54 segundos hay un arresto. El 85% de los arrestos son por posesión. Además, NORML dice que esta información ha salido en la gran prensa en una sola ocasión.

En 1982, cuando Ronald Reagan inició la "guerra contra la droga", identificó solamente una droga: la marihuana. Esto fue un ataque nada sutil contra toda la cultura de protesta que nació en la época de los 60. Desde entonces, el gobierno ha enfocado su "guerra" en gran parte contra la marihuana. Durante el gobierno de Bush aumentaron los arrestos y sanciones. En 1995 hubo un récord de arrestos por marihuana: 600.000 en total. De hecho, la "guerra contra la droga" se enfoca en la marihuana: representa la gran mayoría de los arrestos, es lo que buscan los exámenes médicos en los sitios de trabajo y es lo que atacan las escuelas en programas antidroga. Aparte, los arrestos por marihuana resultan en una gran cantidad de requisas—carros, casas y demás—de los cuales dependen los departamentos de policía para financiarse.

Michael Pollan dijo: "Efectivamente, no sería posible sostener una guerra contra la droga como la actual si se llegara a legalizar la marihuana porque entonces `la epidemia del abuso de la droga' se reduciría a dos millones de adictos a la heroína y la cocaína. Sería un problema de salud pública, desde luego, pero no como para justificar el gasto de $16 billones al año".

Es innegable que esta "guerra" que prohíbe una droga que podría salvar vidas y lleva al arresto de miles y miles al año es simple y llanamente una "guerra contra el pueblo".


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