¡Bear Lincoln está libre!
Obrero Revolucionario #926, 5 de octubre, 1997
¡Bear Lincoln está libre! ¡Es una gran victoria para el pueblo!
El 23 de septiembre, a Eugene "Bear" Lincoln lo declararon INOCENTE del homicidio de un sheriff del condado Mendocino e INOCENTE de la muerte de su amigo Leonard "Acorn" Peters. El jurado de puros blancos votó 10 a 2 a favor de absolverlo también de homicidio culposo (una acusación menos grave de causar la muerte por negligencia). Se pagó una fianza de $50.000 y Bear salió después de dos años en la cárcel; sus amigos y defensores lo recibieron con gran júbilo.
"Nos reunimos esa noche y Bear agradeció todo el apoyo", un activista de la Alianza en Defensa de Lincoln/Peters le dijo al OR. "Dijo que cuando estaba preso le ayudó mucho saber que afuera lo apoyaban".
Al día siguiente lo entrevistaron en el programa Flash Points de la emisora KPFA. Como sigue en pie la orden de un juez de que Bear y sus abogados no hablen a la prensa acerca del caso, no podía tocar esos temas, pero habló de cómo se sintió al salir libre y de que disfrutaba del calor de California de esta temporada. También habló del impacto del juicio y de la importancia del movimiento de apoyo. Dijo: "Despertamos a la gente y logramos mucho.... Hubo una gran participación. Forjamos unidad y ahora tenemos un grupo muy fuerte. Eso ayudó mucho. Estoy muy contento".
Voltear la tortilla
"La comunidad puso el caso de Bear ante el mundo; sin eso, hoy por hoy, nuestro compañero estaría en el pabellón de la muerte".
--Un activista de la Alianza en Defensa de Lincoln/Peters***** Existe mucha violencia policial contra los amerindios de la reserva de Round Valley y de toda la región del norte de California. La policía pensaba que nadie iba a protestar por el asesinato de Acorn Peters ni por la brutal cacería humana en busca de Bear Lincoln.
Cora Lee Simmons, de Indígenas de Round Valley por la Justicia, nos dijo: "Pensaban que los indígenas lo aguantaríamos todo con la cabeza gacha. Qué sorpresa, porque todos les dijimos: ¡Basta ya!".
Formaron el grupo Indígenas de Round Valley por la Justicia y sacaron declaraciones de prensa para denunciar los atropellos cometidos por los sheriffs. Llegó gente de otras ciudades del condado para velar la situación del maltrato policial. Además, se formó el Comité de Apoyo a Round Valley. Fueron a las reuniones de la Junta de Supervisores para exigir justicia.
Durante el juicio más gente se sumó a la defensa de Bear. Centenares participaron en una protesta frente al palacio de justicia cuando se inició; a lo largo del juicio llenaron el juzgado e hicieron piquetes afuera. El Mendocino Environmental Center prestó su local y una emisora decidió transmitir el juicio; más y más gente del condado lo seguía de cerca. Todos los lunes tocaban tambores frente al juzgado en apoyo a Bear.
"Este caso ha sido muy diferente y los que han participado en el apoyo lo reconocen", nos dijo un activista. "Hemos establecido nuevos vínculos y nuevas alianzas entre las comunidades blanca y amerindia; queremos conservarlos y que crezcan".
Alto a las falsas acusaciones
"Lo declararon culpable desde el principio. Para ellos, no era cuestión de probarlo".
--Un partidario de Bear Lincoln por radioComo las autoridades no lograron matar a Bear en el monte, estaban decididas a condenarlo a pesar de la abrumadora evidencia de su inocencia.
La prensa repitió las mentiras del sheriff, tildando a Bear de "brutal matapolicías". Jamás señalaron las fuertes discrepancias de las distintas versiones oficiales de los hechos. Antes de iniciar el juicio, el juez prohibió hablar en público sobre el caso y eso hizo más difícil la difusión de información por parte de la defensa. La fiscalía cargó a su favor el jurado excluyendo a los candidatos que no estaban de acuerdo con la pena de muerte, los que tenían experiencias negativas con la policía, y a todos los de las oprimidas. El departamento del sheriff presionó a un jurado; este reveló que un agente le dijo que Bear confesó, lo cual era una descarada mentira. A pesar de que presionar al jurado es un delito grave, las autoridades no han despedido al agente y la supuesta investigación del incidente se hace en secreto. Es muy común que los amerindios pobres se vean ante la situación de que todo el sistema se engrana para condenarlos injustamente. En este caso los abogados y defensores de Bear lograron poner un alto a las falsas acusaciones; desmintieron las afirmaciones de los sheriffs, la fiscalía y la prensa; y sacaron la verdad a la luz del día. Pusieron de relieve la brutalidad racista de los sheriffs del condado Mendocino y eso creó una situación favorable para seguir la lucha contra el maltrato policial.
"Me pregunto cuántos amerindios inocentes están presos hay porque no tenían la defensa y el apoyo que Bear tuvo", nos dijo Cyndi Pickett, la viuda de Acorn Peters.
La vida de Bear corre peligro
Los defensores de Bear temen que su vida corra peligro. El veredicto les dio mucho coraje a los sheriffs y sus secuaces, y podrían hacerle daño. Se sabe que el departamento del sheriff quiere matarlo. Cuando la noche del 14 de abril tuvo que huir después de que asesinaron a su amigo Acorn delante de él sin ninguna justificación, los que escuchaban las comunicaciones de los sheriffs esa noche oyeron la orden de "disparar a matar". La policía invadió la reserva, tumbando puertas y registrando las casas con sus armas amartilladas. El gobernador Pete Wilson ofreció una recompensa de $100.000 y mercenarios en moto y a caballo fueron a cazarlo. Después, cuando estaba en la cárcel, hubo amenazas de muerte por parte de las autoridades.
Cuando Bear salió en libertad, lo confrontó el sheriff Alvin Tripp. Le soltó un insulto racista: "Mientes con lengua de culebra, tú sabes". Luego, casi atropella a uno de los partidarios con su auto. Tripp es conocido en la reserva; dicen que hace 10 años arrestó a un amerindio, lo esposó y lo mató de un tiro en la nuca.
Todavía hay acusaciones graves pendientes contra Bear. El 29 de septiembre, el jurado iniciará deliberaciones acerca de la acusación de posesión de un revólver. Asimismo, la fiscalía puede volverlo a enjuiciar por homicidio culposo a pesar de que la abrumadora mayoría del jurado lo absolvió.
Además, las autoridades podrían aplicarle la infame ley de los tres strikes. Podrían usar una condena de hace 18 años para un strike y, en dado caso, la acusación de posesión del revólver sería el segundo strike. De juzgarlo de nuevo por homicidio culposo y declararlo culpable, inclusive de homicidio culposo involuntario (no intencional), ese sería un tercer strike y lo podrían sentenciar de 25 años a cadena perpetua.
Los defensores de Bear siguen organizando apoyo e invitan a un pow-wow (fiesta tradicional) para celebrar la victoria en el juicio.
Un activista dijo: "Mucha gente del condado y de más allá está comprometida a apoyar a Bear y a la comunidad de Round Valley. La absolución de Bear de homicidio no resuelve en absoluto los problemas de la comunidad. Esos son demasiado grandes; tienen siglos y persisten en la actualidad, y por eso este incidente ha galvanizado a la comunidad".
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