Desigualdades supremas: Suprema Corte aprueba la Proposición 209
Obrero Revolucionario #932, 16 de noviembre, 1997
El 3 de noviembre, la Suprema Corte federal decidió no oír una impugnación a la Proposición 209, la ley de California que manda desmantelar los programas de acción afirmativa en el empleo, la contratación y la educación.
Ya antes de la aprobación de la 209 hace un año hubo muchos recortes de esos programas al nivel federal y estatal por todo el país. En su campaña electoral, el presidente Clinton propuso una política de "remendarlos, pero no terminarlos" por un lado, mientras por el otro se jactaba de haber recortado más programas de acción afirmativa que nadie. En California, los regentes del sistema de universidades estatales desmantelaron programas que dieron educación universitaria a más negros, latinos, asiáticos, amerindios y mujeres. El gobernador Pete Wilson recortó programas en el empleo de bomberos. Una contratista de construcción dijo que ahora, "como en los días de antaño" los únicos que van a recibir contratos gubernamentales son los hombres blancos.
Este es el segundo ataque de la Suprema Corte a la acción afirmativa este año: hace poco decidió no oír una apelación de la decisión Hopwood, que desmanteló el programa de acción afirmativa de la facultad de Derecho de la Universidad de Texas (donde no permitieron la entrada de negros hasta 1950).
En 1994 en California hubo un poderoso movimiento de oposición a la Proposición 187, una reaccionaria ley que ataca a los inmigrantes. Esa lucha movilizó a toda una nueva generación. Miles se salieron de clases y docenas de miles fueron a marchas. Poco después, los enemigos de la acción afirmativa propusieron la 209, lo que desató grandes debates en las universidades Cal State Northridge y San Francisco State; una marcha de más de 800 km de Sacramento a la convención nacional del Partido Republicano en San Diego; y protestas en docenas de universidades y preparatorias por todo el estado. Después de los comicios que aprobaron la 209, hubo protestas, bloqueos de carreteras y ocupaciones de edificios con la demanda de que no la obedecieran.
Las cortes aprueban la desigualdad
Ultimamente se han visto más claramente las consecuencias de los ataques a la acción afirmativa. Este otoño, la facultad de Derecho de la Universidad de California no admitió ni un solo estudiante negro (un negro admitido hace un año entró este año, así que ahora es el único negro en una clase de primer año de 270). En programas de postgrado por todo el estado, la cantidad de estudiantes latinos, filipino-americanos y afroamericanos bajó un 18%. Después de la decisión Hopwood, la cantidad de negros que solicitaron admisión a la facultad de Derecho de la Universidad de Texas bajó el 26% y de latinos el 23%. Como consecuencia de estos cambios, dos de los mayores sistemas de educación de postgrado del país graduarán menos médicos, abogados y otros profesionales de las nacionalidades oprimidas.
Las batallas en torno a la 209 en los tribunales demuestran que, si bien hay algunas riñas en el seno de la clase dominante, está resuelta a eliminar las concesiones otorgadas en los años 60 para combatir algunas desigualdades. El sistema está tratando de desviar la indignación de las clases medias y dirigirla hacia los de abajo, para apretarle más las clavijas a los dos. A todos los niveles, los tribunales han contribuido a la gran mentira de que si los de abajo salen adelante, la clase media blanca se hunde.
La Procuradoría General de California redactó la 209. El procurador, Dan Lundgren, es un abierto enemigo de la acción afirmativa y partidario de la 209. Le dio el nombre de "Iniciativa de Derechos Civiles de California" para engañar a los votantes. Figuras de la clase dominante con una larga historia de apoyo a la segregación la apoyaron y dijeron que era una medida contra la discriminación.
Los oponentes entablaron una demanda contra el lenguaje engañoso de la 209 en los tribunales, y un juez decidió que por lo menos se tendría que decir que aboliría la acción afirmativa. Pero cuando una encuesta divulgó que la mayoría de los votantes se opondrían a la 209 si se enteraban de sus consecuencias, un tribunal de apelación intervino y restauró el lenguaje original.
Después de los comicios, el juez federal Thelton Henderson bloqueó temporalmente la 209; dijo que los argumentos de los grupos de derechos civiles (que eliminar la acción afirmativa sería una violación de la Constitución) tenían valor. Pero poco después, tres jueces de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito anularon su decisión y proclamaron lo que la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) describió como una "diatriba contra la acción afirmativa". Los jueces escribieron que la 209 "trata el tema de la discriminación por raza y género de una manera neutral" y repitieron la mentira de que la acción afirmativa perjudica a los hombres blancos: "Cuando el gobierno da preferencias a ciertos individuos por su raza o género, perjudica a individuos de otra raza o género".
Julian Gross, abogado del Centro del Derecho en el Empleo (ELC) de San Francisco, nos dijo que "uno de los elementos más inquietantes" de la decisión de la Suprema Corte es que reafirmó la decisión de la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito. Gross, cuyo centro fue uno de los demandantes contra la 209, dijo que los jueces condenaron la decisión de Henderson por considerar la posibilidad de que la 209 sea anticonstitucional porque priva a sectores enteros de la población de sus derechos. Escribieron: "Un sistema que permite que un juez bloquee una proposición aprobada por 4.736.180 ciudadanos pone en tela de juicio la integridad de nuestra democracia constitucional". ¿Y qué del mito que enseñan a los niños de que en el sistema de gobierno de Estados Unidos se pueden recusar en los tribunales las leyes anticonstitucionales?
Otro abogado que ha luchado contra la 209, Angelo Ancheta del Centro Asiático de Derecho, nos dijo que las recientes decisiones de la Suprema Corte son "un precedente peligroso" que "podría estimular proposiciones parecidas en otros estados". De hecho, algunos congresistas han propuesto abolir la acción afirmativa al nivel federal.
El futuro de miles de programas de acción afirmativa en California está en peligro. De acuerdo a la ley, seguirán en vigor hasta que sean anulados en los tribunales. Ya se han entablado demandas contra programas en San José y un ex estudiante de la facultad de Derecho Boalt Hall de la Universidad de California en Berkeley ha entablado una demanda contra la asociación estudiantil para que no aliente la entrada de estudiantes negros, latinos y de otros grupos con poca representación. Grupos dedicados a la defensa de la acción afirmativa se están movilizando para una ola de batallas legales. Oren Selstrom, del Comité de Abogados pro Derechos Civiles, nos dijo que "la batalla apenas comienza: ahora en California se traslada a la arena jurídica".
"No retrocederemos"
Unos pocos días después de la decisión de la Suprema Corte, docenas de estudiantes bloquearon la entrada principal de la Universidad de California en Berkeley con un estandarte que decía: "Bienvenidos a la 209". Dejaron abierta una pequeña entrada por una puerta de al lado, donde colgaron un letrero de "Solo para hombres blancos". Era una forma gráfica de mostrar a todos los estudiantes las consecuencias de la nueva ley.
Un organizador de la protesta le dijo al periódico estudiantil: "Nuestra protesta es una demostración de que la 209 angostará la puerta de entrada. El canciller Berdahl [de la Universidad de California] no nos hace caso. La 209 tendrá un impacto desastroso en la comunidad de color. Nuestros compañeros y compañeras no tendrán la oportunidad de estudiar aquí. Vamos a defender el futuro de nuestros compañeros y compañeras". Otro dijo: "Me alegra ver que en vez de apatía se ve oposición al sexismo y al racismo".
La oposición a la 209 en Berkeley es significativa. Berkeley es una universidad elitista; para entrar hay que tener buenas notas, buena puntuación en el examen de entrada y docenas de miles de dólares para pagar la matrícula. Una meta de los ataques a la acción afirmativa es transformar universidades como Berkeley en fábricas más eficaces de la élite corporativa y técnica del futuro, al servicio del capitalismo y el imperialismo. La facultad de Derecho Boalt Hall ofrece muchos cursos en derecho comercial internacional, contratos comerciales y otros campos para facilitar la explotación de los trabajadores en Estados Unidos y de los pueblos del tercer mundo.
En octubre, más de 50 estudiantes y exalumnos de varios planteles fueron arrestados en protestas en Boalt Hall. En una protesta, con los lemas "Educación sí, segregación no", "Proteger la diversidad en Boalt Hall" y "No es una universidad sin diversidad", unos estudiantes blancos simbólicamente cedieron sus sillas a negros. Desde antes de los comicios, ha habido protestas en muchas otras ciudades también. El 28 de abril, la policía le roció gas pimienta a 70 estudiantes en el edificio de administración de Berkeley. En octubre, miles de estudiantes participaron en la protesta "Salvar el sueño" convocada por Jesse Jackson, junto con sindicatos, grupos estudiantiles y de derechos civiles. Además, ha habido protestas contra una nueva proposición para abolir o restringir la educación bilingüe.
En otra parte del país, el 4 de noviembre (Houston, Texas) los votantes rechazaron una proposición contra la acción afirmativa. La proposición tenía el mismo lenguaje que la 209, pero explicaba que aboliría la acción afirmativa. Angelo Archeta, del Centro Asiático de Derecho, dijo que esta derrota "descarriló un tanto el ímpetu" de los ataques.
Ante estos ataques, los revolucionarios decimos: "¿Qué clase de sociedad queremos?". Es una pregunta que pide respuesta inmediata, porque en el año transcurrido desde la aprobación de la 209 se han dado grandes pasos para reforzar la desigualdad.
Cada ataque ha suscitado resistencia y esta resistencia tiene que cobrar fuerza. Los que no han tomado partido en esta batalla, por confusión o por la propaganda de la "discriminación a la inversa", tienen que mirar de cerca la realidad de "solo para blancos" que traen los ataques a la acción afirmativa.
Estos ataques son parte de una guerra generalizada del sistema contra el pueblo. Por un lado nos quita oportunidades de educación y empleo, y por el otro llena las cárceles y cementerios con chavos para los cuales no tiene otro futuro. La batalla en aras de la igualdad, en la que una parte esencial es la defensa y ampliación de la acción afirmativa, es un importante frente de esta guerra.
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