Pregúntale al Presidente

Después de la revolución: Nuestro criterio en cuanto a "las divisiones raciales"


Bob Avakian

Obrero Revolucionario #941, 25 de enero, 1998

PREGUNTA: ¿Qué haremos si después de la revolución todas las razas que se unieron para hacerla quieren seguir unidas, pero vivir segregadas? Puesto que en la nueva sociedad ninguna raza dominará a otra, ¿qué pasa si las distintas razas deciden que prefieren simplemente vivir con su propia raza?

EL PRESIDENTE RESPONDE: Fundamentalmente, la respuesta es la siguiente: una vez que se tumbe el sistema y el proletariado tome el poder, se le permitirá a alguna gente "simplemente vivir con su propia raza" y a otra gente no. En general, se le permitirá a la gente de color hacerlo pero a los blancos no. Desde luego, eso será totalmente distinto que la segregación y discriminación que existen en el sistema actual, y esta política no tendrá el objetivo de fomentar separatismo. Todo lo contrario; será una forma de fortalecer la unidad revolucionaria de las masas de todas las razas y nacionalidades a través de la lucha contra la supremacía blanca y la desigualdad. Asimismo, fortalecerá la lucha general para transformar radicalmente la sociedad y eliminar la opresión y explotación, como parte de la revolución mundial. El por qué de eso es bien complejo; tiene que ver con la historia y la naturaleza del sistema capitalista-imperialista y su desarrollo particular en Estados Unidos.

El núcleo firme:
Un "arma mágica"

Primero que todo, es preciso tener presente que la revolución ha de requerir la mayor unidad de las masas de todas las razas y nacionalidades; de hecho, se dará un gran salto en ese aspecto a través del proceso de hacer la revolución y tumbar el orden capitalista existente. Esa unidad se forjará al movilizar a las masas de todas las nacionalidades, y especialmente a los blancos, a luchar contra la discriminación y todas las demás formas de opresión de la gente de color.

Al librar esa lucha, como parte crucial de la lucha general contra toda forma de opresión, se plasmará en su máxima expresión lo que nuestro Partido ha identificado como el "núcleo firme", o el "núcleo sólido", del frente único amplio dirigido por el proletariado, que es nuestra estrategia para la revolución. El Programa del Partido señala que el "núcleo firme" es "la alianza revolucionaria del movimiento del proletariado consciente de clase en su totalidad con las luchas de los pueblos negro, chicano, puertorriqueño, indígena y otros pueblos oprimidos, contra el enemigo común: el sistema imperialista y la dictadura burguesa" (pág. 36). Al forjar ese "núcleo firme" y el frente único amplio, se crea un "arma mágica" que permite al proletariado consciente de clase, de todas las razas y nacionalidades, lograr una concatenación de fuerzas sociales capaz de tumbar el imperialismo estadounidense y, después, realizar la transformación revolucionaria de la sociedad como parte de la revolución proletaria mundial.

Por otra parte, es sumamente importante entender que el pueblo valora mucho la unidad de las masas de distintas razas y nacionalidades, forjada en lucha contra el sistema capitalista-imperialista y los ataques e infamias diarios a que nos somete. La experiencia ha demostrado una y otra vez--por ejemplo, en los mítines, marchas y otras formas de protesta de la Coalición 22 de Octubre para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación--cuánto entusiasma a las masas ver manifestaciones concretas de dicha unidad. Cuánto más las entusiasmará la mayor unidad que se forjará con el avance del movimiento revolucionario y cuando este emprende--y gana--la guerra revolucionaria para tumbar el dominio de capital, que ha fomentado la desigualdad e impuesto la división de la sociedad en opresores y oprimidos.

Sin embargo, cabe recordar que al tomar el poder y consolidarlo, el proletariado tendrá que lidiar con la gran influencia de la supremacía blanca y la opresión nacional en lo que ha sido Estados Unidos y será muy necesario seguir la lucha para superar y eliminar eso. El criterio del proletariado y su Partido al respecto--y específicamente con relación a la pregunta acerca de la gente que prefiere vivir con su propia raza--será apoyar y fomentar toda medida que fortalezca la lucha de las masas por eliminar la supremacía blanca y prevenir el restablecimiento de las viejas relaciones de desigualdad y opresión.

Acabar con la desigualdad:
Una lucha histórica

El capitalismo implica desigualdad: se afinca en la gran desigualdad de ricos y pobres, de los que tienen todo y los que nada tienen y, fundamentalmente, de la clase dominante capitalista y la clase de proletarios explotados, quienes no son dueños de capital y deben trabajar como esclavos para los capitalistas o morirse de hambre. Asimismo, el capitalismo se afinca en otras grandes desigualdades y divisiones, como la opresión de pueblos enteros y la subyugación de naciones, y no puede prescindir de ellas. Así ha sido desde los albores del capitalismo hace varios siglos, con sus conquistas coloniales en todo el mundo; y es más pronunciado hoy porque el capitalismo ha entrado a su etapa final, el imperialismo, un sistema mundial de explotación y opresión dominado por enormes monopolios e instituciones financieras.

En este país uno de los rasgos fundamentales, y más abominables, del sistema capitalista-imperialista es la gran división entre el pueblo de la nación europeo-americana (los blancos) y los pueblos de color. No se trata simplemente de ideas y actitudes racistas por parte de los blancos en particular; eso es una manifestación de esa división, pero la cosa va mucho más allá, remontándose a la historia, así como a la actual estructura económica y social, de la sociedad estadounidense. Es decir, los cimientos de la sociedad--la esclavitud y el genocidio--y toda la historia de la supremacía blanca, además de la realidad actual, dictan que la nación europeo-americana es la nación opresora. La gente de ascendencia europea--incluso los que son pobres y explotados o que han experimentado discriminación como parte de un "grupo étnico" inmigrante--tiene el estatus que le confiere el hecho de ser "blanca" en Estados Unidos y goza de ciertos privilegios con relación a la gente de las nacionalidades oprimidas. Es decir, si uno es blanco en Estados Unidos, puede que lo traten mal e incluso puede sufrir mucho a manos del sistema, especialmente si no tiene dinero ni poder; sin embargo, no lo someterán a ciertas formas de discriminación y opresión que las personas de color no pueden evitar, ni siquiera las que son más o menos acomodadas.

Por otra parte, los proletarios de toda raza y nacionalidad, explotados y dominados bajo el capitalismo, conforman una sola clase: el proletariado multinacional. Tienen el mismo destino y los mismos intereses de clase. Para el proletariado consciente de clase, así como para todos los que se comprometen con su misión revolucionaria, la eliminación de la opresión nacional es una meta primordial, es decir, acabar con la discriminación y desigualdad entre naciones y, en este país, acabar con la supremacía blanca y la dominación de los pueblos de color por la nación europeo-americana. Eso es imprescindible para la lucha revolucionaria general, que apunta a tumbar el sistema y eliminar toda forma de explotación, desigualdad y opresión.

El Programa del Partido sintetiza la situación de las nacionalidades oprimidas en Estados Unidos, los rasgos comunes de opresión que sufren y la posición del proletariado consciente de clase al respecto: "La discriminación, la negación de los derechos democráticos, la violenta represión policiaca, la supresión y mutilación de sus culturas e idiomas, explotación y opresión como miembros de la clase obrera, con la posición más baja, el desempleo constantemente alto y los trabajos peor pagados, las peores viviendas, el peor de los servicios médicos y otros servicios sociales ya malos--todo esto y más es la realidad cotidiana para las masas de estas nacionalidades en Estados Unidos actualmente. Y son estas las condiciones que el proletariado en el poder debe y va a eliminar" (pág. 74).

La situación de las distintas nacionalidades oprimidas tiene importantes particularidades. Por ejemplo, los afroamericanos son una nación oprimida que existe en lo que es hoy día Estados Unidos. El proletariado consciente defiende su derecho a la autodeterminación y el proletariado en el poder también lo defenderá, lo cual implica incluso el derecho a la secesión para formar una nueva república en su propio territorio, su patria histórica, la región del "Black Belt" del sur de Estados Unidos.

Desde luego, la historia y la realidad actual de la opresión del pueblo negro, así como la relación entre la lucha por eliminarla y la lucha revolucionaria general, es una cuestión de suma importancia; se aborda de manera más completa en la literatura del Partido, por ejemplo, el Programa y el folleto La pura verdad, verdad liberadora. Por otra parte, el Programa señala que "la opresión del pueblo puertorriqueño dentro de Estados Unidos está estrechamente vinculada con la condición colonial de su patria, la cual debe ser liberada" (pág. 76). Igualmente, aborda el tema de "la historia particular de la opresión de Estados Unidos sobre México, el robo de sus tierras y el mantenimiento de gran parte del sudoeste como una zona atrasada y la continua persecución de los `ilegales'" (pág. 76).

Con relación a todo eso, el Programa dice claramente: "Para el proletariado consciente de clase de este país, las fronteras de Estados Unidos no son sagradas--establecidas como fueron por sobre la sangre de los pueblos oprimidos y a través del robo patente por la clase dominante. El proletariado no enfocará el problema de las fronteras basándose en la historia de Estados Unidos--es decir en el chovinismo. En vez, se enfocará este problema en base a ganar lo máximo que sea posible para la revolución proletaria internacional y en base a la igualdad y liberación de los pueblos oprimidos dentro de las actuales fronteras de Estados Unidos" (pág. 77).

El Programa elabora concretamente ese punto y lo que implica en la práctica. Sin lugar a dudas, mucha gente negra, así como gente de otras "nacionalidades minoritarias", eligirá permanecer en el nuevo estado socialista multinacional que nacerá por medio de la lucha revolucionaria, independientemente de si se forme o no una república afroamericana (y, cabe recalcar, el proletariado consciente defiende el derecho del pueblo negro a formar dicha república).

El estado revolucionario
e igualdad entre nacionalidades

El nuevo estado socialista tomará medidas para lograr la auténtica igualdad entre nacionalidades. Una medida importante será la creación de zonas autónomas en regiones rurales y comunidades urbanas del territorio del estado socialista donde predominan los negros, los chicanos, los puertorriqueños, los amerindios u otras nacionalidades que el antiguo sistema capitalista-imperialista oprimió. A diferencia de las "reservas indígenas" actuales, dichas zonas autónomas beneficiarán a los pueblos oprimidos, respondiendo a su justa demanda de tierras y recursos bajo control autónomo, y el estado proletario ofrecerá asistencia especial para su desarrollo. Los pueblos de esas zonas decidirán cuestiones relacionadas con costumbres, cultura y lenguaje; todo eso dentro del marco del estado socialista y sus principios fundamentales, como el siguiente: "las prácticas y costumbres deben promover la igualdad y no la desigualdad, la unidad y no la división entre los diferentes pueblos y eliminar, no alentar, la explotación" (pág. 78).

Más aún: "En oposición a las políticas claramente chovinistas de la burguesía en cuanto al problema de los idiomas y cultura de las nacionalidades oprimidas, el estado proletario defenderá la verdadera igualdad" en idioma, cultura y todos los demás campos. El estado proletario fomentará el "florecimiento de las culturas" de los (otrora) pueblos oprimidos (pág. 79).

Además, el Programa explica: "Con respecto a la cultura y el idioma la autonomía significará, entre otras cosas, que se le dará prioridad en la publicación, en la creación de obras culturales, etc., al estilo, la forma y la expresión, así como el lenguaje del pueblo de una nacionalidad particular dentro de las zonas geográficas donde la autonomía es aplicada, y estas también se popularizarán a través de la sociedad. Más fundamentalmente, las muchas distintas expresiones nacionales serán utilizadas y se les dará plena expresión para crear un poderoso arsenal cultural del proletariado, rico en diversidad, pero expresando un contenido revolucionario unificado e inspirando a las masas de todas las nacionalidades a pelear por sus intereses revolucionarios comunes, incluyendo el avance de la revolución mundial" (pág. 96).

Por otra parte, el Programa dice claramente: "Estas políticas del estado proletario con respecto a la tierra y la autonomía no significarán que los pueblos oprimidos tengan que vivir en esas zonas--lo cual viene a ser una nueva forma de segregación.... En cambio, el nuevo Estado proletario, mientras favorece e impulsa la unidad y la integración, asegurará a esos pueblos anteriormente oprimidos el derecho a la autonomía como parte de la política de promover la verdadera igualdad entre las naciones y los pueblos" (pág. 78, subrayado del autor).

Es importante considerar también los grandes cambios que afectan a la población estadounidense actualmente, es decir, el marcado aumento del porcentaje de la población no europea. Tomando en cuenta las tendencias actuales, se calcula que en un futuro no muy lejano Estados Unidos ya no será un país mayoritariamente europeo-americano.

Como he recalcado: "Los imperialistas estadounidenses se enorgullecen de cómo han usado y absorbido a millones y millones de inmigrantes--a todos nos han contado sobre el `gran crisol de razas'. Pero en Estados Unidos hay millones de inmigrantes a quienes los gobernantes imperialistas consideran problemáticos y peligrosos. Estos son inmigrantes del tercer mundo, en particular de las naciones oprimidas por los imperialistas estadounidenses.... Los imperialistas ven en estos inmigrantes una fuente de inestabilidad y sublevación, una fuerza que debilita la cohesión interna del país y tiene el potencial de socavar el poder de Estados Unidos como terrateniente internacional... Los imperialistas reaccionan afirmando más agresivamente la identidad blanca, europea, de habla inglesa de la Nación Americana.

"Para el proletariado revolucionario es completamente al contrario. Renunciamos a esa nación, denunciamos ese tipo de identidad--somos proletarios, no estadounidenses, y nuestra identidad es la del proletariado internacional. Insistimos en la igualdad de las naciones, incluida la igualdad en cultura e idioma. Y, es más, vemos en tales inmigrantes un manantial de gran fuerza--una fuerza vitalmente importante para la lucha revolucionaria para el derrocamiento del imperialismo estadounidense y para crear encima de su tumba una poderosa expresión viva del internacionalismo proletario y una base poderosa para la revolución proletaria mundial" (BALAS... De los escritos, discursos y entrevistas de Bob Avakian, Presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, pág. 181-182).

Desde luego, dichos cambios en la población y la "composición social" de la sociedad estadounidense, por importantes que sean, no eliminarán la supremacía blanca ni la dominación de los demás pueblos por la nación europeo-americana. Seguirán siendo rasgos básicos del sistema capitalista-imperialista en Estados Unidos (parte integral de los cimientos y la estructura de tal sistema en todos los planos), aun cuando los europeo-americanos ya no sean la mayoría de la población del país. Para eliminar eso, se necesita una revolución--la revolución más radical de la historia--dirigida por el proletariado consciente de clase cuya meta es eliminar el sistema capitalista-imperialista y todas las relaciones económicas, sociales y políticas que corresponden a dicho sistema, junto con todas las ideas que perpetúan la división de la sociedad en explotadores y explotados.

El criterio revolucionario y
la lucha por la igualdad

El objetivo del proletariado consciente es lograr la unidad revolucionaria de las masas. En igualdad de circunstancias, el proletariado está a favor de establecer un estado socialista unificado en el mayor territorio posible; es decir, ese es el objetivo de la lucha para tumbar el dominio explotador del capital y establecer el gobierno revolucionario del proletariado, y corresponde a nuestra meta final de establecer el comunismo en el mundo entero.

Pero, hay que destacar este punto fundamental: la unidad revolucionaria de las masas y el nuevo estado socialista revolucionario deben encarnar la igualdad de los pueblos, y la unificación de ese estado tiene que ser el acto voluntario de ellos. No puede basarse en la dominación de una nacionalidad sobre las demás porque eso reproduciría la misma desigualdad (aunque podría manifestarse en nuevas formas), sobre todo la dominación de los demás por la nación europeo-americana. Debemos tener muy presente que la nueva sociedad socialista que nacerá al tumbar el actual sistema opresivo tendrá que lidiar con todos los efectos del sistema capitalista-imperialista de Estados Unidos, cuyas estructuras básicas, instituciones dirigentes y cultura predominante están empapadas de supremacía blanca.

Habrá que tomarlo en cuenta en muchos aspectos, como por ejemplo al abordar la cuestión de gente que "prefiere vivir con su propia raza" en la nueva sociedad socialista. Para manejar esa cuestión correctamente, será de suma importancia aplicar con todo rigor el criterio fundamental de apoyar y fomentar las cosas que ayuden a superar la opresión nacional y oponerse a las cosas que perjudican la lucha contra la supremacía blanca.

Los barrios donde se ha excluido a la gente de color, como los "barrios étnicos blancos", han jugado un papel social muy claro en la historia de Estados Unidos: ejemplifican discriminación y segregación; son "bastiones" de supremacía y privilegio blancos que refuerzan las relaciones opresivas en general. El proletariado debe oponerse a esa situación ahora y, una vez que hayamos tomado el poder, no permitiremos que siga así ni que se restablezca porque es contraria a los intereses fundamentales del proletariado y las masas, de todas las razas y nacionalidades, y a las metas revolucionarias de nuestra clase. De acuerdo a los mismos, el estado proletario permitirá a la gente de las nacionalidades que sufrieron discriminación y opresión en la vieja sociedad vivir con "gente de su propia raza" si así lo desean; a la vez, se empeñará en eliminar la discriminación en toda la sociedad y fomentar relaciones estrechas y amistosas entre gente de todas las nacionalidades.

¿Por qué es correcta y necesaria esa política? Precisamente, debido a toda la monstruosa historia de opresión de las nacionalidades no europeas en Estados Unidos. Al tomar el poder, el proletariado tomará medidas rápida y decisivamente para destruir la base de esa opresión, y de hecho logrará eliminarla de inmediato en muchos aspectos. Sin embargo, no será posible eliminar todo aspecto y todo vestigio de la supremacía blanca de la noche a la mañana; ha de requerir una lucha larga y trascendental. Si bien gente de las nacionalidades anteriormente oprimidas abrazará la unidad revolucionaria que se forjará entre todas las nacionalidades y gozará de la oportunidad de participar en toda esfera de la sociedad en condiciones de igualdad, dada la realidad descrita arriba, es probable que algunos sientan la necesidad de estar en compañía de gente de su propia nacionalidad, de convivir exclusivamente con ella porque tiene una historia, cultura y costumbres comunes como pueblo, porque puede brindar comprensión y respaldo mutuo en la lucha contra la supremacía blanca y sus manifestaciones, tanto francas como sutiles.

Será necesario permitir esa situación dado que jugará un papel positivo, sobre todo durante las primeras etapas de la nueva sociedad socialista. De igual modo, el estado socialista emprenderá políticas muy concretas para realizarla la meta general de forjar y fortalecer la unidad del proletariado y de las masas de todas las nacionalidades en condiciones de igualdad y a través de la lucha por transformar la sociedad radicalmente.

Fomentará relaciones amistosas entre todas las nacionalidades en toda esfera de la sociedad. Ayudará a establecer comunidades, empleos, escuelas y otras instituciones donde gente de todas las razas y nacionalidades convive, trabaja junta y forja estrechas relaciones de amistad y apoyo mutuo en el contexto de la lucha general por revolucionarizar la sociedad y eliminar todas las desigualdades y divisiones opresivas. El sustento de esa lucha será la unidad voluntaria y lucha cada vez más consciente de las masas de todas las razas y nacionalidades, y representará un avance muy importante hacia la meta final del comunismo mundial.

Mao Tsetung dio una descripción concisa y contundente del futuro comunista: la época en que la humanidad entera proceda de manera consciente a su propia transformación y a la del mundo. Será un mundo sin opresión y explotación, sin diferencias de clase y sin fronteras; en fin, una auténtica asociación cooperativa de seres humanos libres a nivel mundial que tendrá una gran unidad y fomentará una profunda diversidad. En cuanto a la transformación histórico-mundial que se requiere para llegar al comunismo, es preciso tener presente un punto que recalcaba Lenin: el comunismo solo se alcanza a través del ejercicio de la dictadura del proletariado en la nueva sociedad socialista, como transición a la abolición de todas las relaciones de opresión y explotación, y de las diferencias de clase en general (así como la abolición del estado como el instrumento de represión de una clase a otras). Asimismo, Lenin dijo que esa transición histórico-mundial se caracterizará por la lucha por la liberación de las colonias y las naciones oprimidas, y por lograr igualdad entre naciones, siendo este el camino que hay que transitar para finalmente eliminar fronteras y naciones, y crear un mundo comunista, o sea, una asociación cooperativa de seres humanos libres a nivel mundial. Ese es el criterio fundamental del proletariado para manejar la compleja lucha por superar todo aspecto de las relaciones desiguales entre las razas y nacionalidades, todo vestigio de la opresión nacional, en toda esfera de la sociedad en el mundo entero.


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