??Irak: En las miras de Estados Unidos
Obrero Revolucionario #944, 15 de febrero, 1998
El pueblo de Irak vive en las miras de la máquina de guerra yanqui.
Cuatro portaaviones y muchos buques de guerra de Estados Unidos e Inglaterra atascan el golfo Pérsico; alistan misiles cruceros y bombarderos; cada día llegan al Golfo más soldados, buques y aviones.
Los brujos del Pentágono dicen que los ataques serán precisos, que solo atacarán centros militares y palacios presidenciales, como si sus bombardeos solo destruyeran cosas. Así hablan las sanguijuelas que ya destruyeron a Irak en 1991 con un genocidio de alta tecnología. El pueblo de Irak, en cambio, sabe que cuando empiecen los bombardeos, morirán y quedarán heridos muchos, pero muchos seres humanos.
En los mercados de Bagdad y otras ciudades, la gente escucha con angustia las últimas noticias sobre las maniobras de Estados Unidos, mientras trata de resolver el problema de la comida, causado por las sanciones, que han puesto por las nubes el precio de la carne, la fruta y las verduras.
Los hospitales están repletos de niños que sufren de desnutrición y diarrea y, debido a las sanciones, hay escasez de medicinas y otros artículos de primera necesidad. Cuando terminó el ramadán, el mes de ayuno de los musulmanes, cientos de mujeres lloraban en las tumbas de niños que han muerto por las sanciones.
A miles de personas que se han presentado de voluntarios para la defensa civil les han dado fusiles y pistolas. Irak es una pequeña nación pobre del tercer mundo, y se ve ante un enemigo con armas de alta tecnología que le gusta cometer genocidio en masa desde una distancia segura.
Hablando de las sanciones y de la constante amenaza de un ataque yanqui, una joven de Bagdad dijo: "Vivimos en una pesadilla".
Muchos todavía recuerdan el horror de la guerra de 1991.
Los bombardeos que no cesaban día y noche durante un mes; la destrución de hospitales, puentes, alcantarillado y centrales de agua potable, así como de una fábrica de leche en polvo.
Recuerdan la noche que bombardearon el refugio civil en el barrio Amiriya de Bagdad, matando a cientos de mujeres y niños mientras dormían en lo que pensaban era un lugar seguro.
Recuerdan la "masacre de la carretera" casi al final de la guerra, cuando los soldados iraquíes huían de Kuwait City acompañados de muchos civiles porque Estados Unidos había amenazado con convertir la ciudad en un gran campo de batalla. Pero no llegaron lejos. Los aviones yanquis bloquearon la carretera con unas cuantas bombas y empezaron el sistemático y repetido bombardeo de los soldados y civiles atrapados en una congestión de tráfico de 10 kilómetros. Dijeron: "Fueron presas fáciles". La se volvió una bola de llamas y nadie sabe cuántos murieron.
El método de Estados Unidos fue como una lenta, calculada, violación en pandilla ante los ojos del mundo.
La historia lo recordará como una guerra cobarde, a la par de otros crímenes de guerra: la masacre de indígenas en Wounded Knee en 1890; la masacre de campesinos salvadoreños en 1932; la invasión de Etiopía por los fascistas italianos en 1935; el bombardeo nazi de Guernica, España, en 1937; el saqueo de Nankín, China, por los japoneses en 1939; los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945; la masacre de My Lai, Vietnam, en 1968....
Pero esa guerra sanguinaria no satisfizo la sed de la bestia estadounidense, y siguieron bombardeos sueltos de cuando en cuando, además de las sanciones que causan hambre y enfermedad, y que ya han matado a medio millón de niños.
Preparan la II Guerra
de VergüenzaAhora, Estados Unidos y su compinche Inglaterra preparan una II Guerra de Vergüenza; y lo hacen con el cuento de que es por el bien de la gente de Estados Unidos y hasta de los pueblos del mundo.
Pero la verdad es que los pueblos del mundo no tienen los mismos intereses que la clase explotadora y opresora de Estados Unidos. Aunque Irak está lejos de Estados Unidos y muchos estadounidenses saben muy poco sobre el pueblo iraquí, tienen más en común con las masas de Irak que con la clase dominante de este país. Las masas de Irak NO son nuestro enemigo; son nuestras hermanas y hermanos. Tenemos los mismos enemigos: Estados Unidos, las otras grandes potencias y el sistema imperialista.
De vez en cuando, Clinton y otros representantes de la clase dominante fingen preocuparse del pueblo iraquí, del daño que causan las sanciones y de los que podrían morir en otra guerra. Pero le echan la culpa a Saddam Hussein; dicen: si el gobierno iraquí capitulara del todo, si se "eliminara" a Hussein y reemplazara con un títere más manejable, entonces los iraquíes podrían vivir en paz. Esa es la lógica de un violador: si la víctima se sometiera, no le iría tan mal.
Los que saben la diferencia entre lo justo y lo injusto, ¿pueden permitir que los imperialistas hablen en nombre del pueblo para cometer más crímenes de guerra?
Hipocresía sobre las armas
de destrucción masivaEl gobierno yanqui dice que el problema central es el peligro que las supuestas armas biológicas y químicas que tiene Irak le presentan a los países vecinos y al resto del mundo. Sin embargo, ese cuento es un pretexto para tapar sus verdaderas intenciones.
Primero: ni siquiera los inspectores títeres de la ONU pueden decir a ciencia cierta que Irak tiene armas nucleares. Con respecto a las armas químicas y biológicas, si las tiene es porque Estados Unidos, Alemania y otras potencias se las dieron. En los años 80, le ayudaron a construir un poderoso ejército porque les convenía, y no se quejaron cuando Hussein lanzó gas venenoso contra Irán y los curdos porque era "nuestro amigo".
Segundo: ¿quién es responsable de que haya tantas "armas de destrucción masiva" en el Golfo? Estados Unidos es la única potencia que ha usado bombas atómicas en una guerra. En la guerra del Golfo de 1991, el presidente George Bush amenazó con soltar armas nucleares, y Estados Unidos se adjudica el derecho de ser el primero en usar armas nucleares. El único otro país de la región que tiene armas nucleares (por lo menos 400), y que ha amenazado con usarlas contra sus vecinos, es Israel, que no es sino un fuerte de Estados Unidos en el Medio Oriente.
Tercero: el gobierno dice que su objetivo es quitarle a Saddam Hussein la "capacidad" de producir "armas de destrucción masiva". Eso viene a ser un pretexto para privar a los iraquíes de toda actividad económica o científica. Hace poco, por ejemplo, un cargamento de leche en polvo fue bloqueado con el pretexto de que podría servir para hacer armas biológicas. El gobierno iraquí ha ofrecido abrirles las puertas de palacios presidenciales y otras zonas restringidas a los inspectores, pero lo que Estados Unidos quiere es acceso sin restricciones a todas las zonas militares y gubernamentales.
Esa exigencia muestra lo que realmente quiere: habiéndole robado a Irak su espacio aéreo con las "zonas de exclusión" de aviones iraquíes, e incapacitado su economía con sanciones, ahora le quiere quitar toda soberanía e independencia.
Si el gobierno iraquí no acepta esa humillante demanda, lo amenazan con poner en marcha la máquina de guerra. Eso no tiene nada que ver con "parar la construcción de armas de destrucción masiva", sino con proclamar al mundo que Estados Unidos es la máxima potencia, y ni piensen en desafiarla.
Estados Unidos se "las da del policía del mundo" y piensa que darle duro a un pequeño país hará que los demás países "se porten bien". Cree que así será más fácil pisotear y dominar a otros pueblos oprimidos para conservar su imperio-prisión.
También quiere dar un mensaje a las otras potencias, como Rusia y Francia, que merodean en la región: el golfo Pérsico sigue siendo un golfo estadounidense, desde donde controla la línea vital de la economía imperialista mundial: el petróleo.
El extremo salvajismo y brutalidad con que Estados Unidos trata a Irak se desprende de su naturaleza: avaricia organizada respaldada por armas de destrucción masiva. Es un sistema que vive del saqueo, engaño y opresión de billones de personas del mundo entero. Sus mentiras y crímenes contra el pueblo iraquí son un ejemplo de todas la injusticias que comete en el mundo.
¡E.U.: Manos fuera de Irak!
¡No lancen más bombardeos!
¡No más sanciones!
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