El acuerdo del padrino

¡E.U.: Manos fuera de Irak!

Obrero Revolucionario #947, 8 de marzo, 1998

El 22 de febrero, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, anunció en Bagdad un acuerdo con el gobierno iraquí sobre las inspecciones de la ONU. Por el momento, Estados Unidos retrocedió de una nueva serie de bombardeos contra Irak.

Bill Clinton dijo que el acuerdo es el resultado de "diplomacia respaldada por la fuerza". O sea, esos gángsters imperialistas le dieron a Saddam Hussein y su gobierno una opción que "tuvo que aceptar": someterse a las humillantes inspecciones de equipos que se meterán en todos los rincones o aguantar una racha de bombardeos como la guerra del 91.

Mao Tsetung dijo: "El poder nace del fusil". La "diplomacia" de la que Clinton habla no fue sino puro chantaje imperialista, con misiles, portaaviones, bombarderos y demás apuntados a un país ya golpeado del tercer mundo.

El acuerdo le da a Irak la posibilidad de salvar un tris las apariencias. Por ejemplo: los inspectores de las instalaciones presidenciales de la Comisión Especial de la ONU (Unscom) serán acompañados por diplomáticos escogidos por Annan. Irak se había opuesto a que los delegados de Unscom entraran a dichas instalaciones diciendo que la Unscom es dominada por Estados Unidos e Inglaterra, y es su espía.

Hay representantes de la clase dominante a quienes no les gustaron ese y otros puntos del acuerdo. Un senador republicano de peso dijo: "El secretario general, y no Estados Unidos, es quien lleva la batuta". Lo que preocupa a esa gente es que otras potencias, como Rusia y Francia, se valgan de la ONU y que Estados Unidos no pueda "llevar la batuta".

Clinton recalcó que el acuerdo permite a los inspectores "acceso inmediato, incondicional y sin restricciones" a todas las instalaciones militares, gubernamentales, científicas y de producción. Y amenazó que si les vuelven a cerrar las puertas a los inspectores, Irak enfrentará "serias consecuencias", o sea, guerra. También dijo que la armada se quedará en el Golfo. Por otra parte, el New York Times informó que la CIA está preparando una operación secreta de sabotaje y zozobra para tumbar el gobierno de Saddam Hussein.

Imperialistas yanquis operan con dos tácticas

Antes del acuerdo, la clase dominante de Estados Unidos encontró ciertos problemas en los preparativos de la guerra. De los miembros de la "coalición" que participaron en la guerra del 91, solo Inglaterra y Kuwait profesaron su apoyo a otra guerra. Rusia y Francia se opusieron, y pedían disminuir las sanciones económicas (un ejemplo de la contienda entre las grandes potencias por el control del petróleo del golfo Pérsico).

La administración de Clinton tampoco podía conseguir el respaldo de sus gobiernos títeres del Golfo y el Oriente Medio. En 1991, la mayoría de esos gobiernos apoyaron la guerra, pero hoy las cosas han cambiado. Irak no ha invadido a otro país árabe; y los pueblos de los países vecinos se solidarizan con el pueblo iraquí, que sufre por las sanciones. Por otra parte, el "proceso de paz" auspiciado por Estados Unidos entre Israel y Palestina no ha cambiado en nada la opresión de los palestinos. Además, a Mubarak de Egipto, y otros gobiernos reaccionarios de la región, les preocupa que otra guerra contra Irak podría hacer estallar la furia y oposición popular contra Estados Unidos y contra ellos.

Por lo demás, el mundo entero vio que un grupo de manifestantes le volteó la tortilla a la secretaria de Estado y otros altos funcionarios de la administración que fueron a la Universidad de Ohio a "vender" la guerra. A sectores de la clase dominante les inquietaba el plan de Clinton, pues temían que si después del bombardeo Saddam Hussein seguía en el poder, la posición y credibilidad de Estados Unidos sufrirían.

A pesar de esos problemas, Clinton puso en claro que de ser necesario estaba dispuesto a ordenar la guerra. Pero el gobierno también estaba trabajando con una segunda táctica: amenazando bombardear para obligar al gobierno iraquí a someterse a sus demandas.

El 25 de febrero, el New York Times informó que la secretaria de Estado, Madeline Albright, se reunió con Kofi Annan el 15, días antes de que él viajara a Irak, para darle un documento secreto que delineaba la posición de Estados Unidos sobre su misión: es decir, lo que podía y no podía negociar. También le dijo que de apartarse de ese marco, simplemente se vetaría el acuerdo. Como dijo el Times, las "huellas dactilares" del acuerdo "son las de Albright".

Aparentemente, la administración Clinton piensa que este acuerdo permitirá, en última instancia, tumbar a Saddam Hussein y clavar más las garras en Irak. O sea, espera que al aceptar las condiciones para las inspecciones, Hussein pierda credibilidad ante la clase dominante iraquí y que eso, combinado con las sanciones y las tramoyas de la CIA, atice a los militares a dar un golpe de estado; así se remplazaría a Hussein con un títere más fácil de manejar, sin correr el riesgo de grandes trastornos sociales. Ese parece ser el sueño de algunos sectores de la clase dominante de Estados Unidos.

También es posible que Washington vea el acuerdo como un mejor pretexto para atacar más adelante. Clinton dijo que, en cuanto sea posible, la ONU debe "poner a prueba y verificar" el acuerdo. Si por alguna razón el gobierno iraquí vacila y no abre las puertas de alguna instalación, Washington podría decir que "ha agotado todos los medios para evitar la guerra", que "no hay otra salida" y hay que castigar a Saddam Hussein.

Estados Unidos y otras potencias están concretando los detalles del acuerdo, y cada potencia querrá sacar ventaja a expensas de sus rivales. El gobierno francés, por ejemplo, ha dicho que se opone a ataques automáticos si Irak no cumple. Rusia pide que se levanten las sanciones pronto, pero Estados Unidos no quiere fijar un plazo para levantarlas. Tanto Francia como Rusia tienen vastos intereses económicos en Irak y buscan más influencia en el Golfo a expensas de Estados Unidos.

Estados Unidos NO puede hacer nada bueno en Irak

No hay razón alguna para bajar la guardia. Estados Unidos sigue amenazando con atacar al pueblo iraquí y provocará a Saddam Hussein con los equipos de inspectores, que seguirán metiéndose a espiar en importantes instalaciones militares y gubernamentales.

Además, las sanciones económicas siguen vigentes y causando estragos por la falta de comida, medicinas y otros artículos de primera necesidad. La desnutrición y las enfermedades golpean especialmente a los niños. Según la UNESCO, matan a 5000 niños al mes.

La demanda estadounidense de "acceso inmediato, incondicional y sin restricciones" es descarada e injusta; atropella la soberanía de Irak y da carta blanca para espiar a agentes de Estados Unidos e Inglaterra, cuyos gobiernos han declarado abiertamente que quieren "deshacerse" del presidente iraquí.

Dicen que las inspecciones son necesarias porque Irak es un "reincidente" y un peligro para el mundo porque supuestamente tiene "armas de destrucción masiva". Pero, cuando la gente común y corriente piensa en "armas de destrucción masiva", piensa en Hiroshima y Nagasaki, en aldeas vietnamitas aniquiladas con napalm y en los 200.000 iraquís que murieron en la guerra del 91. Si alguien debe revelar sus secretos militares y de gobierno, ¿no sería Estados Unidos, el mayor reincidente imperialista del mundo? (Ver el artículo de la semana pasada sobre el tema de "armas de destrucción masiva" y otras mentiras de la guerra, página 6.)

En su conferencia de prensa sobre el acuerdo entre la ONU e Irak, Clinton dijo: "Nos preocupa mucho el pueblo iraquí". Esa es una gran mentira, y la dice con cara de palo el representante de la clase dominante que más ha hecho sufrir al pueblo iraquí. Lo que Estados Unidos trama en Irak no es para "proteger al mundo del peligro de armas biológicas y químicas", sino para fortalecer su control del vital petróleo del Golfo y para ostentar su poderío a expensas de un país pobre del tercer mundo. Al pueblo de Estados Unidos, y de los otros países, no le conviene apoyar los planes de Estados Unidos en Irak.

Los imperialistas yanquis NO pueden hacer nada bueno en Irak; lo único que quieren es dominar, ya sea con nuevos bombardeos o por medios "diplomáticos" respaldados por armas de destrucción masiva.


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