Sentencian a Jamal a 15 años de cárcel

Obrero Revolucionario #949, 22 de marzo, 1998

El 18 de enero, sentenciaron a Jamal Hart a quince años y ocho meses de prisión sin posibilidad de libertad condicional. Jamal es hijo del revolucionario Mumia Abu-Jamal (preso político en el pabellón de la muerte de Pensilvania que ha pedido un nuevo juicio).

La policía de Filadelfia lo fichó por su intensa lucha por la libertad de su padre. Jamal habló en las universidades y con la prensa; fue a la Universidad de Goddard para recibir el diploma otorgado a Mumia y habló en muchas manifestaciones. Estuvo presente en las audiencias de Mumia del verano de 1995 y movilizó jóvenes a la lucha por su libertad. En 1996, Jamal organizó un concierto, "Rap contra la Pena de Muerte", en uno de los barrios más pobres en el norte de Filadelfia, donde los Panteras Negras tenían su local y donde se crió Mumia. Jamal reiteró la importancia de acercarse a los jóvenes: "Necesitan saber que tienen el mismo deber de protestar que los adultos. No piensan que es nuestra lucha, dicen: `Pues eso de los Panteras, eso es cosa de mis jefes, no es mi lucha'. Necesitamos hacerles saber que todos debemos luchar. La vida de Mumia es un símbolo importante; encarna nuestra lucha y él seguirá luchando hasta la muerte por nosotros. Cuando un hombre toca el corazón del mundo entero, el gobierno se espanta".

Por ser el hijo de Mumia, Jamal adquirió una identidad pública y la policía lo tenía en la mira.

El 11 de octubre lo detuvieron en el norte de Filadelfia y lo amenazaron de muerte con referencias a su padre. Le colocaron una pistola Magnum calibre .357 cargado y lo acusaron de andar armado. La abogada de Jamal, Elizabeth Ainsle, le dijo al Daily News de Filadelfia: "¡Qué casualidad!", pues la pistola que le encontraron a Jamal fue robada hace tres años y el agente que hizo el reporte del robo es el mismísimo que arrestó a Jamal.

Como Jamal ya tenía más de dos condenas por delitos graves, pasó a manos de las autoridades federales. La ley que permite hacer eso se usa mucho en Filadelfia: a la tercera condena por delitos graves violentos o "posiblemente violentos", a uno se le califica de "criminal profesional armado"; si posteriormente se le acusa de un delito grave relacionado con "comercio interestatal", el asunto pasa a una corte federal. Así, muchos jóvenes negros y latinos pasan largos años en prisión debido a dicha ley, que impone una sentencia de quince años sin la posibilidad de libertad condicional (y hasta cadena perpetua).

Como el Magnum calibre .357 que le pusieron encima a Jamal era de otro estado, trasladaron el asunto a una corte federal. El 17 de octubre de 1997, lo condenaron de tenencia de un arma. Jamal va a apelar su condena.

Jamal Hart hoy tiene 26 años. Rachel Wolkenstein, una de los abogados de Mumia Abu-Jamal, se presentó como testigo de solvencia moral en la audiencia donde se determinó la sentencia; le dijo a la corte que llegó a conocerlo bien en el proceso de defender a su padre. Señaló que la policía de Filadelfia, miembros de la Orden Fraternal de Policía, tenían enemistad con Jamal; por ejemplo, cuando Jamal fue a Nueva York a recaudar fondos para los gastos legales de su padre, la policía de Filadelfia lo "siguió y hostigó".

Jamal reafirmó su inocencia. Habló de sus condenas previas; dijo que los abogados nombrados por la corte siempre le aconsejaban declararse culpable, asegurándole: "saldrás en poco tiempo". "No te apures", decían, "declárate culpable y verás crecer a tu hijo. Si no lo haces tendrás que pasar cinco años en la cárcel". Señaló que violaron sus derechos constitucionales al no informarle de su derecho a apelar. Asimismo, dijo que no estaba enterado de que con esas condenas lo iban a clasificar como "criminal profesional armado".

En todo caso, la ley dice que la sentencia mínima es de quince años; así que el propósito de la audiencia fue determinar si Jamal debía recibir una condena más larga. El juez le asignó un "puntaje" a cada condena previa para calcular la sentencia: quince años ocho meses a diecinueve años ocho meses. De esa forma fría y calculada, le arrebató quince años de su vida. Jamal pidió que lo pusieran en una prisión cerca de su familia pero el juez dijo que no "se lo podía garantizar". Cuando sacaron a Jamal, su mamá le gritó: "Te quiero, hijo", y sus hermanos también.

Mientras el juez leía la sentencia, Chris, el hermano de Jamal, se puso de pie. Temblando del coraje, gritó: "¿Por qué van a condenar a mi hermano injustamente?". "¡Ya condenaron a mi padre injustamente!".

Su familia se unió a él en ese instante, pero dos policías lo agarraron. En un dos por tres, ocho guardias entraron; mostraron una orden de arresto de otro estado, lo detuvieron y mandaron a los demás salir del juzgado. En el lobby siguieron molestando a la familia y amigos de Jamal.

Hablamos con Francine Hart, la madre de Jamal. Dijo que su familia continuará luchando por justicia y apelará la sentencia: "Mumia lleva en la cárcel tantos años y ahora agarran a mi hijo, quien se destacó como líder en la lucha por la libertad de su padre".


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