Operativo estilo COINTELPRO contra
el movimiento independentista puertorriqueño:
Acusaciones falsas a José Solís Jordán

Obrero Revolucionario #959, 31 de mayo, 1998

"Un organismo represivo eficaz opera de incógnito, es decir, la gente no se da cuenta de sus operativos y piensa que todo está bien, que todo ha cambiado. El pueblo se duerme, y así tienen rienda suelta para lo que hicieron en Irak, en Panamá y las demás atrocidades. Es una larga lista".

José Solís Jordán

En la madrugada del 10 de diciembre de 1992, los bomberos llegaron a un centro de reclutamiento militar en Chicago por un reporte de incendio de un vehículo. Después, la policía encontró dos bombas caseras y un auto empapado de líquido inflamable. Un grupo desconocido, el "Frente Revolucionario Boricua", reivindicó la acción.

Después se supo que Rafael Marrero, un soplón del FBI que infiltró el movimiento independentista puertorriqueño de Chicago, estableció ese pequeño grupo clandestino.

Cuatro años después, en enero de 1997, Marrero viajó a Puerto Rico y cenó con el independentista José Solís Jordán, un profesor de educación. (Los dos se conocieron en Chicago cuando José daba clases en la Universidad de DePaul.) Marrero grabó la conversación para el FBI.

El 6 de noviembre de 1997, el FBI arrestó a Solís y lo acusó de participar en el incidente de 1992; quería que inventara pruebas contra independentistas de Chicago, pero Solís no quiso hacerlo y afirma que es inocente.

Este caso huele al FBI y su programa "COINTELPRO" de operativos de la policía política para desbaratar, neutralizar y aislar a movimientos políticos y personajes radicales.

A principios de abril, un corresponsal del Obrero Revolucionario entrevistó a José. A continuación informamos de su situación.

La Gestapo toca la puerta

"Abrí la puerta, salí y me di cuenta de que había agentes por todos lados: en el techo, en el jardín, vestidos de comando. No era posible identificarlos, pues solo se les veían los ojos. Estaban armados hasta los dientes: armas largas, armas automáticas, pistolas de nueve milímetros. Dijeron: `¡Alza las manos! ¡Alza las manos!' Oí que amartillaban las pistolas y pensé: `¡Carajo!, todos con el dedo en el gatillo, seguro me van a matar'".

Un poco antes de las 6 de la madrugada, sonó el teléfono. Al levantar la bocina, una voz brusca dijo: "Somos el FBI. Te damos 30 segundos para salir de la casa. Si no, ¡te sacamos!". José y Martha González decidieron salir para proteger a sus hijos, que estaban dentro de la casa. Al salir, se dieron cuenta de que el barrio estaba invadido por el FBI.

A José lo tiraron contra su auto, lo registraron, lo esposaron, lo llevaron adentro y lo desnudaron. Luego lo llevaron al edificio federal en el centro de San Juan, Puerto Rico.

Le ordenaron traicionar al movimiento independentista

José pidió ver un abogado, como dicta la ley, pero el FBI tenía otros planes. Le tomaron las huellas digitales y le sacaron fotos. Después el encargado, William Matthews, exigió que José "entregara" a José López, un dirigente del movimiento independentista de Chicago. O "nos ayudas", le dijo a José, o "te vas a podrir en la cárcel". Habla, no más, le dijo a Solís; prometió que el gobierno lo reubicaría y así se resolvería el asunto. Tenían una lista de acusaciones de Marrero y querían que José las confirmara. Además, le dijeron que grabara conversaciones con un activista del Centro Cultural de Puerto Rico de Chicago.

Durante varias horas, no permitieron que sus abogados entraran. Matthews le dijo que eran "alborotadores" independentistas que tenían "sus propios intereses políticos" y que mejor el gobierno le podría encontrar un abogado en Chicago.

Pero José no se amilanó ante las amenazas; finalmente le permitieron entrevistarse con un abogado y salió bajo fianza.

Es un viejo truco de la policía política: amenazar con la cárcel si uno no traiciona la causa, y está muy de moda.

Por ejemplo, el testigo clave contra José Solís, Rafael Marrero, participó en la acción de 1992 pero recibió inmunidad absoluta por delatar a compañeros.

La huella de COINTELPRO

"Aquí estamos en el umbral del nuevo siglo, del nuevo milenio, el mundo posmoderno donde `se acabó la política, la ideología, la historia', y acusan a este profesor, según ellos `descabellado', de conspiración". José siguió muy sarcástico: "[Dicen:] `Ya no pasan esas cosas. ¡No estamos en los años 70!' Bueno, el FBI jamás dejó de seguir la pista de sindicalistas, maestros y activistas de todo tipo. Jamás se olvidó de eso. Quieren que pensemos que eso se acabó. Jamás bajaron la guardia".

El 10 de diciembre de 1997, acusaron a José Solís de conspiración de destruir propiedad del gobierno, de incendiar un carro, de colocar una bomba en un centro de reclutamiento y de tener bombas "no registradas" a raíz del incidente de 1992 en Chicago. La sentencia podría ser de más de 50 años de prisión.

Como faltan pruebas, fraguaron una confesión, un documento supuestamente dictado por José durante el interrogatorio que dice que conspiró, planeó y realizó la acción contra el centro de reclutamiento militar, y nombra a José López como su "autor intelectual".

Desde el punto de vista de la fiscalía, el documento está perfecto; ¡solo falta la firma de José Solís! José afirma que esta supuesta "confesión" es una falsificación típica del FBI. El abogado de Solís pedirá que se excluya del proceso.

Las otras "pruebas" son del "testigo" Rafael Marrero. No se sabe si Marrero era un agente del FBI desde sus primeros días en el movimiento o un independentista que se vendió cuando le aplicaron presión.

En todo caso, las actividades de Marrero siguen el patrón de los operativos COINTELPRO contra los movimientos progresistas. Por ejemplo, durante mucho tiempo, Marrero se dedicó a sembrar pleitos entre José Solís y José López.

Solís le dijo al OR: "Me hacían todos los chanchullos, tal como está en su manual. Manipular las emociones. Rumores. Estoy en Puerto Rico y Marrero... me llama para decirme que López y otros andan diciendo que estoy colaborando con el FBI y con él [Marrero]. Que decían: `López nos va a tender una trampa. Nos van a joder'. Y le dije: `¿De qué carajos estás hablando?' No le tenía nada de confianza. ¿Por qué me llamaba? Desde luego, estaba grabando todo. El teléfono estaba intervenido".

José Solís opina que esas llamadas formaban parte de un plan del FBI para sembrar contradicciones, para que él creyera que otros independentistas lo calificaban de enemigo y para que traicionara al movimiento, es decir, para que ayudara en un operativo contra el movimiento independentista de Chicago.

Solís le dijo al OR: "Te aseguro que en cualquier lucha se mete gente con el fin de destruirla, infiltrar y sembrar divisiones. A fin de cuentas, no podemos confundir una discrepancia con un compañero o una compañera, es decir, pensar que es igual a lo que hace esa gente que quiere sembrar cizaña y destruir la lucha. Por eso, no caí en la trampa. Y aun cuando me arrestaron y me presionaron para que colaborara con esos tipos, no dio resultado".

El juicio y la lucha

"Quieren reprimir al movimiento independentista de Puerto Rico, en Puerto Rico y en Estados Unidos; además, es una prueba muy contundente de que COINTELPRO sigue operando. No se trata simplemente de José Solís, de un solo hombre; al contrario es toda la historia".

José Solís

José Solís se refiere a la historia de 100 años de dominación yanqui de Puerto Rico que comenzó con la invasión de la isla hace un siglo, y ha seguido con masacres, asesinatos, saqueo y explotación. Es una historia de resistencia popular: el levantamiento de Ciales en 1898, la toma del pueblo de Jayaya en 1950. El gobierno yanqui sigue suprimiendo las aspiraciones nacionales del pueblo puertorriqueño; por ejemplo, el FBI tiene más de 130.000 expedientes de independentistas y 14 se encuentran presos en Estados Unidos.

Es importante considerar el contexto político del caso de Estados Unidos vs. José Solís Jordán: en estos momentos la clase dominante debate nuevos planes para anexarse a Puerto Rico como estado; por otra parte, un creciente movimiento busca la libertad de los presos políticos en este país. Está claro que el gobierno busca desmantelar los centros del movimiento independentista en Estados Unidos y Puerto Rico.

Para crear conciencia acerca de todo eso, el equipo de la defensa pidió la anulación de las acusaciones porque Estados Unidos es una potencia colonial "que carece de autoridad jurídica para acusar al defendido del delito que se le imputa" y no tiene ningún derecho de acusar "a un individuo de conspiración de fomentar la independencia de Puerto Rico por medios ilegales". Como era de esperarse, el juez lo negó, pero así la defensa logró poner de manifiesto la condición colonial de Puerto Rico.

El apoyo para José Solís cobra fuerza, con declaraciones de solidaridad por parte de profesores, estudiantes y trabajadores de la Universidad de Puerto Rico, especialmente la Facultad de Estudios Generales y el senado estudiantil, la Asociación de Psicólogos de Puerto Rico, el presidente de la Asociación de Alcaldes de Puerto Rico, profesores de la Facultad de Pedagogía de la Universidad de DePaul (Chicago) y la Universidad de Illinois (Champaign, Illinois).

Se han formado comités de apoyo en Puerto Rico y Chicago. José le dijo al OR: "Es una gran ayuda el apoyo, la solidaridad. Ha sido una experiencia maravillosa para mí.... Reafirma mi fe en la humanidad, que aspira a algo muy superior de lo que pinta la prensa o Hollywood, el mundo de las imágenes y el consumo. Parece irónico, ¿no? Se podría pensar: `Ese tipo está sufriendo duro'. Obviamente, no es nada fácil. Uno tiene hijos, amigos, familiares, carrera. Pero es parte de la lucha y espero que siga sirviendo para poner de manifiesto la demanda de libertad incondicional de nuestros presos políticos y de los demás presos que no son puertorriqueños, que se alce la voz muy combativamente. Hay mucho que ganar--aun si perdemos esta batalla--porque esa información se dará a conocer independientemente de la suerte de José, es decir, si salgo por la puerta del frente o si salgo por la puerta de atrás con el alguacil".

El 13 de mayo se hizo una rueda de prensa antes de empezar la audiencia. Participaron el reverendo Seiichi Michale Yasutake (de Interfaith Prisoners of Conscience Project), Nellie Zambrano (una profesora adjunta de la Universidad de Puerto Rico, quien habló como representante del Comité de Apoyo de Profesores y Amigos de José Solís), el profesor Félix Masud-Piloto de DePaul, Josefina Rodríguez (Comité Nacional por la Libertad de los Presos Políticos y Prisioneros de Guerra Puertorriqueños) y Jed Stone, el abogado de José Solís.

Pero "los perros andan sueltos": el FBI sigue con sus fechorías; por ejemplo, el agente Matthews interrogó al director del Centro de Investigación Latina, el doctor Félix Masud-Piloto, y le pidió las grabaciones de una conferencia que José dio en la universidad.

Asimismo, se informa que el FBI mandó comparecer ante el gran jurado que investiga el caso de José Solís a Marcos Vilar, del Comité Nacional por la Libertad de los Presos Políticos y Prisioneros de Guerra Puertorriqueños.

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"No es casual que el gobierno busque silenciar la voz de intelectuales y disidentes puertorriqueños que se oponen a cien años de colonialismo. No se callará la voz del profesor Solís. Las acusaciones no lo callarán. La sociedad estadounidense aprenderá, a través de este proceso judicial, de los 100 años de colonialismo en Puerto Rico y las consecuencias para el pueblo. A fin de cuentas, el profesor Solís es maestro. Aprovechará esta oportunidad para educarnos acerca de los crímenes del colonialismo en Puerto Rico. Estoy seguro de dos cosas. El doctor Solís será libre y el pueblo de Puerto Rico también".

Jed Stone, abogado de José Solís

Ponerse en contacto con el Comité de Solidaridad con José Solís Jordán: (773) 278 9361.
Contactar el Fondo de Defensa de José Solís Jordán:
c/o The Law Offices of Jed Stone, 434 W. Ontario--Suite 400, Chicago, IL.


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