El pueblo salvará a Mumia Abu-Jamal

C. Clark Kissinger

Obrero Revolucionario #1001, 11 de abril, 1999

El 29 de octubre de 1998, la Suprema Corte de Pensilvania rechazó la apelación a favor de un nuevo juicio para Mumia Abu-Jamal. Este tribunal dijo que no hubo ni un solo error en los 17 años de juicios, audiencias y apelaciones, un proceso conocido por todo el mundo por su flagrante mala conducta procesal y denegación de derechos básicos. Ante esta sorprendente declaración, de que el estado está resuelto a matar a un revolucionario desafiante, el movimiento mundial para salvar la vida de Mumia arrancó a alta velocidad.

C. Clark Kissinger milita en ¡Rehusar & Resistir! y colabora con el Obrero Revolucionario. En los últimos meses, viajó por todo el país dando conferencias, talleres y programas a favor de Mumia. El siguiente artículo es una adaptación de su presentación básica.

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Al principio del año, se celebró en Nueva York una importante reunión nacional de los líderes del movimiento para salvar a Mumia Abu-Jamal. Se reunieron la mayoría de las organizaciones nacionales e importantes coaliciones de Estados Unidos y activistas de Europa. Siendo la primera reunión de ese tipo, logró buenos resultados.

Hubo cuatro resultados. Primero, obtuvimos una comprensión más profunda de la situación política y jurídica. Este es un análisis sobrio que reconoce varios elementos importantes.

La ejecución de Mumia se ha aplazado, pero esto es solo una postergación. Mumia aún vive a la sombra de la pena de muerte y el gobierno obra con asesina seriedad para ejecutarlo. Es necesario reconocer que nuestro movimiento, que logró aplazar la ejecución en 1995, todavía no cuenta con suficiente fuerza como para impedir su ejecución.

Es más, estamos en un año de decisiones. Independientemente de qué pase, a fines de noviembre Mumia habrá ido al tribunal distrital federal para solicitar una moción de habeas corpus. Según el derecho estadounidense, solamente los tribunales de nivel inferior ven las pruebas. Por ello, el tribunal distrital federal será la única oportunidad de Mumia para presentar sus argumentos y testigos, y solicitar las mociones de descubrimiento que le negaron los tribunales de Pensilvania. Después de pasar por el tribunal distrital federal, solo le queda la revisión de las actas por los tribunales superiores.

En el pasado, existía la posibilidad de una revisión plena de las pruebas por un tribunal distrital federal. Ahora, la "Ley de Pena de Muerte Efectiva de 1996" amenaza ese derecho. Según esa ley, los tribunales federales deben admitir las conclusiones de los tribunales estatales, a menos que el acusado pueda demostrar con pruebas contundentes que se equivocaron. O sea, ahora se supone que ¡las 154 conclusiones del juez Sabo deben ser la base con la cual los tribunales federales decidan si el juez Sapo le dio a Mumia un juicio justo!

El juez distrital federal aún tiene ciertos poderes para ver las pruebas, pero de ahora en adelante es una batalla cuesta arriba en que es crucial la presión de gran escala a nivel nacional e internacional. La Ley de Pena de Muerte Efectiva quiere regresarnos a los días de las leyes racistas Jim Crow y de los "derechos de los estados", y borrar un logro muy importante del movimiento de derechos civiles: la ampliación de los poderes de los tribunales federales para revisar y anular fallos injustos de los tribunales estatales.

Lo indignante de todo esto es que en 1995 Mumia tomó una decisión táctica de no dar testimonio en las audiencias del tribunal estatal cuando solicitó un nuevo juicio, porque las presidía el juez Sabo. Tomó esa decisión partiendo de la ley entonces existente, que le daba una amplia audiencia ante el tribunal federal. Pero el gobierno cambió las reglas en 1996 con la "Ley de Pena de Muerte Efectiva". Por eso, nuestro movimiento tiene que cobrar suficiente fuerza para fines del año como para obligar al tribunal distrital federal a otorgarle una amplia audiencia sobre las pruebas. Después de la audiencia del tribunal distrital federal, el proceso de apelaciones federales avanzará muy rápido. No hay tiempo que perder.

El segundo resultado importante de la reunión de enero fue armar un plan para poner nuestro movimiento en la posición debida y necesaria para fines del año.

Millones por Mumia

El primer paso grande es MILLONES POR MUMIA, las poderosas manifestaciones nacionales e internacionales programadas para el 24 de abril, con concentración en Filadelfia y San Francisco en este país. Serán las mayores acciones masivas a favor de Mumia. Estamos resueltos a reunir a docenas de miles en protestas organizadas, y que inspiren y aticen a los participantes. En preparación para el 24, se han organizado varias conferencias y reuniones regionales en Nueva York, Washington, Berkeley, Los Angeles, Chicago y Boston. Después de MILLONES POR MUMIA, se celebrará la tradicional conferencia y manifestación en Filadelfia el fin de semana del 4 de julio.

El siguiente gran paso en nuestro movimiento se dará en septiembre. Se convocará el 11 de septiembre a un Día Nacional de Arte para Parar la Ejecución de Mumia Abu-Jamal: "Mumia 911". Del 19 al 25 de septiembre, se organizará una semana nacional de Justicia para Mumia. Durante esa semana, proponemos llevar el movimiento a comunidades por todo el país; que cientos de organizaciones, sindicatos, prepas y universidades, y barrios asuman el caso de Mumia, estudien lo que está en juego e impulsen sus planes y actividades correspondientes. Durante esa semana, nadie podrá ir a ninguna parte sin ver una foto de Mumia ni oír su voz. La semana culminará el 25 de septiembre, día de acciones a favor de Mumia en todo el país. El efecto combinado de estas acciones, y la polémica que generen, harán del caso de Mumia un tema de interés en todo el país.

Unir a todos los que se pueda unir

El tercer resultado importante de la reunión de enero fue una creciente sensación de unidad en nuestro movimiento. El movimiento para salvar a Mumia ha reunido a una amplia gama de fuerzas políticas. Esta nueva disposición a debatir lo que está en juego, a resolver juntos los problemas, ha impactado a mucha gente. Le debemos mucho a Mumia por haber inspirado esta nueva unidad.

Si bien tal unidad no quiere decir que hayan desaparecido las diferencias entre las personas y las organizaciones, ni requiere que todos digamos la misma cosa. Por ejemplo, mi organización, ¡Rehusar & Resistir!, le ha dedicado muchos esfuerzos a explicar el caso y desarrollar la resistencia. Para nosotros, el caso de Mumia es un ejemplo importante de la represión de los disidentes políticos, y lo vemos en el contexto del programa reaccionario que le están imponiendo al pueblo en general. Pero sí quiere decir que sobre la campaña para salvar la vida de Mumia estamos resueltos a unirnos.

El cuarto resultado fue una unidad mayor en torno al deslinde correcto del movimiento para parar la ejecución de Mumia. Existen muchas razones para unirse a este movimiento. Algunas personas creen que el estado lo condenó por su política revolucionaria y denuncias de la policía. Otros dicen que Mumia es un ejemplo típico de lo que le pasa todos los días a los jóvenes de color en los tribunales. Otros no opinan sobre por qué lo condenaron, pero reconocen que fue una farsa de justicia. Otros no dicen nada sobre el caso, pero se oponen resueltamente a la pena de muerte.

¡Necesitamos a toda esa gente! Queremos unir a todos aquellos que se oponen a la ejecución de Mumia, y no pedimos que acepten otros puntos de vista como condición. Eso no quiere decir que la única cosa que podamos decir es "Parar la ejecución". Quienes creen que Mumia es inocente o es un preso político seguirán expresando su posición. Lo importante es que todos los que se oponen a la ejecución sean bienvenidos a nuestro movimiento y que debemos hacérselo saber.

Resolución para parar la ejecución

El caso de Mumia ha llegado a ser un caso crucial sobre la pena de muerte en Estados Unidos y afectará el clima político en los años por venir. ¿Viviremos en una sociedad en que la población se levanta y obliga al gobierno a reconocer sus injusticias, en que miles de Geronimo ji Jaga caminen por las calles con la frente en alto? O, ¿nos obligarán a vivir en una sociedad en que aplastarán sin la más mínima apariencia de justicia a aquellos que se atrevan a opinar?

Nuestro potencial para ganar esta batalla parte del hecho de que el gobierno no es todopoderoso. Es posible obligarlo a ceder, pero solamente cuando corre el riesgo de sufrir grandes pérdidas si no cede. Es necesario hacer que la estructura de poder tema las diversas consecuencias de llevar a cabo la ejecución: que millones de personas dejen de creer en el sistema y en su justicia; denuncias internacionales; trastorno de escuelas y lugares de trabajo; amenaza de otra rebelión de Los Angeles. Pero debe ser una amenaza concreta y en aumento.

En estos momentos, para avanzar en nuestro movimiento como se requiere, tenemos que llevar nuestro movimiento mucho más allá de la gente que ya está en marcha. Tenemos que hacer que la más amplia gama de organizaciones y comunidades asuman este caso ellas mismas, y que lo propaguen entre sus propios seguidores. Y a medida que se extienda, debemos juntar periódicamente las crecientes corrientes de protesta en actividades de mayor impacto a nivel nacional.

La Asociación de Maestros de Oakland nos enseñó esa lección en enero cuando pusieron el tema de Mumia y la pena de muerte al debate entre el alumnado de las escuelas públicas. Cuando las autoridades fueron a prohibir las clases y asambleas, los maestros se mantuvieron firmes y los alumnos se encabronaron. La polémica puso el nombre de Mumia en las noticias de televisión y prensa de Oakland y San Francisco durante una semana. Eso convirtió el caso de Mumia en un tema de debate en la sociedad. Lo que buscamos en la semana nacional en septiembre es un "Oakland" a nivel nacional.

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Mumia cuenta con la simpatía de la población porque es tanto la excepción como la regla. Es "la excepción" porque las autoridades lo singularizaron por su política revolucionaria inquebrantable y por su papel de periodista que denuncia a la policía. Es una persona muy especial. Y también es "la regla" porque lo que le ha pasado en los tribunales es típico, es lo que le pasa todos los días a los jóvenes de color en los tribunales. No podemos separar la experiencia de Mumia de toda la historia del pueblo negro en este país, de su situación actual ni de su futuro.

Al volver a subrayar la necesidad de unir a todos los que se oponen a la ejecución de Mumia, sin importar sus razones, quisiera concluir con mis propias razones. Le tengo mucha estima a Mumia y sus peligrosos escritos porque él es un revolucionario, y los revolucionarios representan las más elevadas aspiraciones del pueblo por un mundo mejor. Mumia ha dedicado la vida a eliminar este sistema injusto y no ha traicionado sus principios, ni siquiera a las puertas de la cámara de muerte.

Mumia ha defendido el legado revolucionario de los años 60 y lo ha impulsado a los años 90. Eso ha inspirado a toda una nueva generación a luchar por la justicia y cuestionar los cimientos de esta sociedad. Por eso sus palabras son tan peligrosas.

Como Mumia dice con tanta elocuencia: "No solo quieren mi muerte, quieren mi silencio". Estamos resueltos a que no obtengan ni lo uno ni lo otro.


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