Obrero Revolucionario #1003, 25 de abril, 1999
Recibimos la siguiente declaración del Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista:
Este año, el proletariado internacional celebra el 1º de Mayo en el umbral de un nuevo siglo. A finales del siglo pasado nuestra clase no tenía el Poder en ninguna parte del globo y hoy nos encontramos ante la misma situación. Sin embargo, contamos con la gran experiencia del triunfo de revoluciones proletarias y de la construcción del socialismo en vastas regiones del planeta; durante este siglo el proletariado ha cambiado el rumbo de la historia, librando las batallas más importantes de la historia de la humanidad. Hizo tres monumentales revoluciones que establecieron el socialismo y dieron grandes pasos hacia la nueva época del comunismo: la revolución de octubre de 1917 en Rusia, la revolución de octubre de 1949 en China y la Gran Revolución Proletaria Cultural china iniciada en 1966. A través de esas épicas batallas de la revolución proletaria se forjó, enriqueció y transformó la ciencia revolucionaria del marxismo en marxismo-leninismo-maoísmo (MLM).
Hemos perdido los dos grandes bastiones del socialismo. El imperialismo mundial y la nueva clase capitalista libraron una lucha encarnizada y tumbaron al proletariado, primero en Rusia en 1956 y posteriormente en China en 1976, después de la muerte de Mao Tsetung. Esas derrotas y nuestras victorias--la conquista del Poder y la construcción del socialismo--representan los dos polos de la presente época del imperialismo y la revolución proletaria, la burguesía y el proletariado. En el umbral del siglo 21, el sistema capitalista/imperialista somete a las inmensas mayorías del mundo a una explotación despiadada y desenfrenada; exprime jugosas ganancias de su trabajo y les roba hasta la vida; fomenta su ideología de "te chingo o me chingas"; extermina y esclaviza a pueblos enteros, todo para alimentar su terrible afán de lucro. El proletariado internacional está luchando por abolir el Poder de la burguesía y restablecer el Poder del proletariado en cuantas regiones del mundo se pueda, es decir, establecer países socialistas que servirán de bases de apoyo en la lucha por un mundo sin clases, un mundo comunista.
El imperialismo no ha eliminado la base material de la revolución proletaria ni puede hacerlo. Hoy, cuando el imperialismo yanqui se jacta de la superioridad de su sistema, la situación de enormes sectores del pueblo en grandes partes del mundo se está deteriorando dramáticamente. Incluso en los países imperialistas más avanzados se recrudecen el desempleo, el problema de la gente sin techo y la represión. Las nuevas crisis que sacudirán al sistema imperialista causarán más sufrimiento a las masas; en la crisis de Asia se vislumbra el futuro de muchos países.
Por su parte, las masas están luchando contra la vil explotación y opresión imperialista, contra sus gobiernos lacayos del tercer mundo. Estos aumentan la represión, pero nuevas olas de lucha y resistencia popular están asestando golpes contundentes, tumbando viejos gobiernos reaccionarios, como los de Indonesia y Zaire.
Los imperialistas fortalecen su aparato "policial" internacional para seguir y acosar a revolucionarios, como por ejemplo, cuando secuestraron al líder curdo Abdulá Ocalan; sin embargo, tal represión atiza la furia y rebelión popular, y produce nuevas generaciones de revolucionarios en todo el planeta.
Desafortunadamente, en muchos países las masas luchadoras carecen de dirección, es decir, combaten a ciegas sin la ideología liberadora del MLM. Las fuerzas reformistas y burguesas aprovechan esa situación para desviar su lucha y traicionarlas, canjeando tanto sacrificio y lucha popular por posiciones y una tajada del Poder en el sistema reaccionario. En contraste, las Guerras Populares de Perú y Nepal, y en general los avances de la lucha armada bajo la dirección de partidos marxista-leninista-maoístas, están dando pasos muy concretos hacia la meta de la conquista del Poder proletario. Sin embargo, cabe señalar--sin restar importancia a eso--que hacen falta avances mayores y más decisivos para alcanzar la meta de "conquistar el mundo" para el proletariado internacional.
En la mayoría de los países todavía no existe un partido proletario de vanguardia que dirija la rebelión de las masas con el fin de librar una auténtica revolución y establecer el nuevo estado socialista. Esa gran debilidad se debe en parte a la restauración del capitalismo en los otrora estados socialistas y a la traición de los partidos comunistas de muchos países, que se hundieron en el fango del revisionismo y el reformismo.
Hace 15 años, fuerzas maoístas de varios países se plantearon el reto de ir contra la corriente de revisionismo y oportunismo que abrumó al movimiento comunista internacional después de la muerte de Mao y la restauración del capitalismo en China en 1976: fundaron el Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI) como centro embrionario. Aunque muchos partidos comunistas siguieron a los revisionistas chinos y traicionaron al proletariado, y muchos más carecían de claridad y cayeron en el centrismo (entre la revolución y el reformismo), los partidos y organizaciones fundadores del MRI estaban decididos a ir contra la corriente y dar un paso audaz hacia una nueva Internacional Comunista; lucharon implacablemente por superar la crisis y reconstruir el movimiento comunista internacional fundamentado en el marxismo-leninismo-maoísmo. A través de dicha lucha se forjaron y se prepararon para la tarea de organizar y dirigir las grandes batallas venideras de la revolución mundial. Hace falta fortalecer el MRI para que cumpla su misión de difundir el marxismo-leninismo-maoísmo a todos los rincones del planeta, coadyuvando a formar organizaciones y partidos MLM en los países donde no existen. Es imprescindible construir y forjar esas vanguardias para aprovechar los auges revolucionarios por venir y avanzar por el camino hacia el comunismo.
Este año es el 50 aniversario de la revolución china de 1949, dirigida por Mao Tsetung, que estremeció al mundo y liberó la cuarta parte de la humanidad de las garras del imperialismo y el semifeudalismo. Para las potencias capitalistas/imperialistas y sus lacayos del tercer mundo, el legado de la revolución proletaria es una pesadilla, pero para el proletariado y los oprimidos es una fuente inagotable de inspiración y fuerza. El MRI exhorta a los proletarios y oprimidos del mundo entero, sobre todo a los partidos y organizaciones MLM, a organizar celebraciones del 50 aniversario de la revolución china en el umbral del siglo 21 y a reafirmar la "vieja" idea del Manifiesto Comunista: que los objetivos del proletariado internacional solo pueden ser alcanzados "derrocando por la violencia todo el orden social existente". Con el Poder en las manos, el proletariado dará luz a un nuevo mundo, donde no exista la explotación de la fuerza de trabajo a beneficio de la propiedad privada ni una división de trabajo que privilegie a algunos y suma a los demás en la miseria, donde las diferencias de nacionalidad y género no impliquen superioridad social, donde por fin la humanidad eliminará las clases y creará una asociación voluntaria que produzca abundancia y bienestar para todos.
¡A celebrar el 50 aniversario del triunfo de la revolución china!
¡Abajo el imperialismo y la reacción!
Donde no existen partidos MLM, ¡construirlos!
¡Conquistar el Poder para el proletariado y el pueblo!
¡Hacia el nuevo mundo comunista!
¡Viva la Guerra Popular en el Perú, en Nepal y en el mundo entero!
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