Contra el Klan en Jasper
Obrero Revolucionario #965, 12 de julio, 1998
El 6 de junio, tres blancos racistas torturaron y mataron a James Byrd, Jr., en Jasper, un pueblo de Texas. Le cayeron encima por ser negro.
Este asesinato enfureció a millones de personas; por eso, desde los más altos niveles, las autoridades corrieron a decir que fue un incidente aislado y que no era típico ni en Jasper ni en este país.
Pero esa mentira se hizo añicos en un dos por tres: el 27 de junio, los supremacistas blancos del Ku Klux Klan llegaron a Jasper y celebraron una marcha ¡con la protección de una bola de policías y agentes del FBI! Las autoridades le dieron al Klan permiso para su marcha y un foro para regar su veneno supremacista.
Todo el mundo sabe qué representan las capuchas blancas del Klan: el linchamiento de negros. Ahora todos pueden ver que esos racistas cuentan con la aprobación y el amparo oficial.
***** El 6 de junio, James Byrd, de 49 años, regresaba de un shower para una sobrina. Byrd tenía tres hijos y trabajó como vendedor hasta que un accidente de trabajo lo dejó incapacitado. Era muy querido por sus familiares y vecinos.
Aceptó un aventón en un camino aislado y se fue con tres blancos que se ligaron con el Klan en la cárcel y buscaban a un negro para matar. Le dieron una feroz paliza y lo dejaron inconsciente; le rociaron pintura negra; lo amarraron con cadenas y lo arrastraron cinco kilómetros con su pick-up, dejando por el camino la cabeza, el cuello y el brazo derecho. El torso lo encontraron frente a un cementerio negro, al lado de latas de cerveza y el encendedor de uno de los asesinos con un símbolo del KKK. La única manera de identificarlo fue por sus huellas digitales.
Al correr la noticia del asesinato, el Klan anunció que iba a celebrar una marcha en Jasper. Su meta: aprovechar la atención pública para promover su programa supremacista blanco.
Pero eso no se podía tolerar. Se hicieron planes para confrontar al Klan y para decir sin pelos en la lengua que hoy, al umbral del siglo 21, los racistas no se saldrán con la suya, que encontrarán una oposición militante e intrépida.
***** "Lo que necesitamos ante esta `violencia provocada por el racismo' no es las hipócritas--o incluso bien intencionadas--súplicas de `paz y reconciliación'. Hablar de la necesidad de `cambiar la actitud' racista sin enfocarse en el racismo blanco o en combatirlo, es inútil, es peor que inútil. Lo que hay que hacer es trazar una clara y nítida línea de demarcación contra la supremacía blanca y el sistema que sustenta, y combatirlo audaz, masiva, intensa y resueltamente".
Bob Avakian, Presidente del
Partido Comunista Revolucionario,EUSe anunciaron planes para confrontar al Klan en Jasper. El 27, llegó gente de todas partes: el Nuevo Partido Pantera Negra de Dallas; MFOI, un grupo musulmán negro de Houston; un contingente de partidarios del PCR dirigido por Mary Lou Greenberg; y militantes de Acción Antirracista de Texas. Mary Lou Greenberg nos dijo que fueron unas 200 personas a confrontar al Klan, la mayoría residentes de Jasper: negros y algunos blancos, y la mayoría mujeres.
Carearon al Klan frente al palacio de justicia, donde trataron de abrirse paso por entre el cordón de policía. Los klanistas acortaron su mitin y se batieron en retirada al edificio. Cuando huyeron por la puerta de atrás, les apedrearon los carros. Dos manifestantes fueron a parar a la cárcel.
"Extremistas de afuera"
Los medios lanzaron una vil campaña de calumnias contra los antiklanistas. Los pintaron de "forasteros indeseados", "extremistas" y "oportunistas que buscan publicidad"; ¡hasta dijeron que eran igual que el Klan! Dijeron que los residentes de Jasper no piensan que el racismo es un problema y que quieren que todos los de afuera se vayan.
¿Piensan que nadie reconoce eso de "forasteros indeseados"? ¿Piensan que se han olvidado a los segregacionistas sureños que decían lo mismo contra los luchadores de derechos civiles de los años 60? En esos días también, los "ciudadanos prominentes" decían que el racismo no era un problema y que los negros de "su ciudad" querían que los de afuera se fueran.
La neta es que hay que plantársele militantemente a los ataques racistas contra los negros. El asesinato de James Byrd no es un asunto solo de Jasper, sino una declaración abierta a todos los negros de Estados Unidos. Y por todas partes suscitó una fuerte reacción. Es el deber de todos los que se oponen al racismo ponerse de pie y manifestar esa oposición públicamente. La manifestación del 27 de junio fue una excelente respuesta a los racistas.
Incluso si toda la población de Jasper se opusiera a confrontar al Klan, de todos modos hubiera sido necesario e importante. Pero en realidad los medios mintieron. Una y otra vez los residentes de Jasper le dijeron a Mary Lou Greenberg que les emocionó muchísimo que fuera gente de todas partes para luchar contra los racistas. A muchos les chocó que el gobierno recomendara que se fueran de Jasper el día de la confrontación. Dijeron que los llaman "niggers" y que los despiden del trabajo por quejarse de la discriminación. La contaron de muchas golpizas y asesinatos de negros en el este de Texas.
La manifestación contra el Klan fue una importante declaración de oposición al vil maltrato que reciben los negros en Estados Unidos. Le dio duro al sistema, a las autoridades y a la prensa, que querían impedirla pero no pudieron.
¡Basta ya! ¡No dejemos en paz a los racistas!
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