Las mentiras del bombardeo de Sudán

Obrero Revolucionario #972, 6 de septiembre, 1998

Cuando Estados Unidos destruyó con misiles Tomahawk la fábrica farmacéutica Shifa en Khartum, Sudán, el 20 de agosto, la explicación oficial fue que elaboraba componentes para armas químicas y no productos comerciales; que la financió el líder fundamentalista islámico Osama bin Laden y que era parte de su "red terrorista" internacional; y que era una operación militar muy secreta con guardias fuertemente armados.

żLas pruebas? Que una muestra de tierra obtenida cerca de la fábrica hace nueve meses tenía el químico Empta, que solo se usa en la producción del gas nervioso VX. Washington dijo que esta era una prueba sólida e impidió que la ONU enviara un equipo de inspección a la fábrica.

Pero ese pretexto es puro cuento:

  • Expertos en armas químicas señalaron que Empta se parece mucho a varios pesticidas y herbicidas que se usan en la agricultura. La muestra de tierra obtenida cerca de la fábrica podría tener uno de esos productos.
  • Incluso si la muestra tenía Empta, no es prueba de la manufactura de armas químicas. Empta podría ser un producto de la descomposición de pesticidas. Una dependencia internacional que supervisa un tratado sobre armas químicas (que Washington firmó) dijo que Empta tiene usos comerciales. El 30 de agosto, un columnista del Chicago Tribune informó que la compañía Aldrich Chemical de Milwaukee, Wisconsin, produce Empta.
  • En realidad, la fábrica Shifa produce gran parte de los antibióticos y medicinas para seres humanos y animales que se consumen en el país. Hasta tenía un contrato con la ONU. Lejos de ser secreta, todo el mundo sabía que era una fábrica farmacéutica. Tampoco había guardias de seguridad armados. Los técnicos extranjeros que trabajaban en la fábrica dicen que podían entrar a cualquier parte sin problemas.
  • El New York Times informó que unos funcionarios del gobierno estadounidense ahora admiten que Osama bin Laden "no financió directamente la fábrica".
    •

    Estados Unidos destruyó una fábrica de medicinas en un país muy pobre y trató de tapar su crimen con mentiras de pacotilla. Por atrocidades así, en todo el mundo odian al imperialismo yanqui.

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