Los Angeles: ArtSpeaks! 98
Obrero Revolucionario #978, 18 de octubre, 1998
Hay conciertos que lo dejan a uno dichoso y por los aires, pero a la vez, muy aterrizado y con ganas de cambiar el mundo.
En pleno concierto, un amigo que vive en el otro extremo de la ciudad me vino a dar un gran abrazo y a decirme: "¡Es de lo mejor, lo máximo!"; y con la sonrisa más grande que he visto en mucho tiempo, se fue a bailar cinco horas. Estaba en el teatro Vision rodeado de gente que bailaba, reía y gozaba. Algo sucedió el 19 de septiembre en el parque Leimert de Los Angeles y desde entonces he estado buscando las palabras para contar lo que vi.
Más de 1300 personas asistieron a ArtSpeaks! 98, un concierto contra la brutalidad policial. Ahí compartimos canciones, música, poesía, risas, ira y lágrimas; creamos--entre público y artistas--algo nuevo, si bien solo por un día. Todos nos unimos para luchar contra la brutalidad policial y celebrar nuestra cultura de resistencia.
Negros, blancos, latinos y asiáticos; jóvenes y viejos; hombres y mujeres; músicos de jazz, rock y reggae; poetas, artistas de graffiti, performance artists, artistas de hip-hop; diseñadores de iluminación, tramoyistas, técnicos, etc., nos juntamos para realizar el concierto en inglés y español; para tocar ritmos, improvisar y tocar el violoncelo. Cientos más esperaban afuera la oportunidad de entrar.
No hubo conflictos; muchos blancos y latinos jamás habían estado en el parque Leimert, el centro de la comunidad artística negra de la ciudad. Los comerciantes y los jugadores de ajedrez que ponen sus mesas en la acera jamás habían visto tanta gente de fuera. Fue muy chévere.
La noticia sobre ArtSpeaks empezó a zumbar meses atrás, cuando la Red de Artistas de ¡Rehusar & Resistir! reunió a artistas y organizadores de arte de todas las comunidades de la ciudad para realizar el concierto. El artista Robbie Conal aportó su afiche de una macana encendida para que sirviera como aviso del concierto. La osada imagen captó el espíritu del concierto y la imaginación de todos. Todo el material para hacer graffiti fue obsequiado; y fue muy bien aprovechado. Los artistas Mear y Vyal C.O.I. crearon un bello trasfondo. El artista de graffiti Erick "Duke" Montenegro diseñó las letras para el logotipo de ArtSpeaks! 98. Otro artista diseñó una camiseta. Una compañía de teatro aportó marcos para montar el vinilo que necesitarían los artistas de graffiti. Unos trabajadores de la industria del cine aportaron y montaron un nuevo telón y magníficos reflectores de iluminación para el escenario. Todos los técnicos y tramoyistas donaron la mano de obra. En total, 300 personas, entre artistas y trabajadores, organizaron el concierto.
Como era de esperar, la policía lo quiso frustrar, para remachar su punto de vista sobre la brutalidad policial. La víspera del concierto, como a las 8 de la noche, cuando le estaban poniendo los últimos toques al teatro, sobrevoló un helicóptero y se asomó un radiopatrulla en el callejón, cerca de la entrada al escenario.
Los vecinos dicen que por lo menos siete radiopatrullas llegaron al teatro y se estacionaron a la entrada. En la acera había gente que tomaba café, platicaba y jugaba ajedrez, como siempre en esta cuadra, que es parte de la vibrante cultura afroamericana del parque Leimert con sus clubs de jazz, poesía, hip-hop y blues. Los policías estaban armados con escopetas. Dos agentes se bajaron y mandaron vaciar el teatro con el cuento de que recibieron un reporte de que había un "negro de más de dos metros de altura" en el techo y que tenían que investigar. Sacaron a todos los trabajadores y ni siquiera le permitieron al gerente del teatro presenciar el registro. El pretexto fue que podrían tener que "disparar" y no querían "matar inocentes". Husmearon 30 minutos.
Todo mundo sabe que la chota se inventa reportes falsos para hostigar a quienes organizan programas contra el sistema. Los vecinos dicen que parecía un operativo bien coordinado, que los radiopatrullas llegaron simultáneamente y se estacionaron en fila. El pretexto fue increíble; dijeron que un "señor blanco vio desde su carro a alguien corriendo en el techo del teatro". Pero 45 minutos antes dos trabajadores acababan de chequear en todo el teatro que todas las puertas y ventanas estuvieran aseguradas. "Probablemente tiene que ver con el programa de mañana", dijeron unos vecinos, pues muchos sabían del concierto ArtSpeaks y apoyan el Día Nacional de Protesta. Sin embargo, si lo que la policía buscaba era amedrentar, fracasó rotundamente y más bien reforzó el compromiso colectivo de los artistas.
El sábado por la mañana llegaron 18 grupos de artistas de graffiti a montar el vinilo que necesitarían para sus pintas y a dibujar para el show de graffiti coordinado por el grupo In Creative Unity. A mediodía, con pedazos de vinilo colgados por todos lados, los artistas estaban en plena creación cuando empezó a llegar la gente. Qué maravilla ver a estos artistas prohibidos, que pintan a pesar del constante hostigamiento policial y arrestos, crear inspiradoras y poderosas obras de arte contra la brutalidad policial.
Un invitado especial para el show de graffiti fue Rodney King, cuya salvaje paliza a manos de la policía de Los Angeles prendió tanta indignación que llevó a la rebelión de 1992. Mientras ayudaba a unos artistas, Rodney nos dijo: "Me parece muy bueno. Es una manera de mostrar el problema y de combatirlo. Se ve que la gente se preocupa el uno del otro y de lo que está sucediendo. Se une por una buena causa, para luchar por lo justo. Me gusta esto porque hay demasiada brutalidad policial. Lo raro de mi caso es que salió en video". *****
A las 2 de la tarde, Leon Mobley y Da
Lion, un dúo de percusión africana, empezó a tocar en la cancha de graffiti e hizo una culebra que recorrió el barrio y entró por la puerta grande al teatro Vision. Al igual que los tamboristas sankofa de Ghana que tocaban a la orilla del mar para dar la bienvenida al espíritu de los esclavos raptados, estos tamboristas daban la bienvenida al festival de resistencia. Cuando terminaron, D'LO dio la bienvenida en nombre de la Red de Artistas: "A nosotros los artistas siempre nos dicen que debemos pensar en el arte y no en la injusticia social. A todos nos han dicho que en el escenario artístico uno se debe olvidar de las injusticias sociales. Hoy estamos desmintiendo ese cuento. Una vez más, las autoridades quisieron impedir este concierto y, una vez más, fracasaron. ¡Un aplauso, por favor! Todos los que estamos aquí, negros, raza, rojos, amarillos y blancos, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, lesbianas y gay, inmigrantes y de aquí, rompemos las barreras del apartheid cultural. Estamos aquí para celebrar nuestra cultura de resistencia. Así que a la compañera o compañero que ven al lado trátenlo con respeto, con amor, porque estamos todos aquí reunidos, con nuestras diversas experiencias, talentos e ideas, por la meta común de rechazar la brutalidad policial". Así arrancó ArtSpeaks! 98. El espacio no permite hacer justicia a todos los músicos y poetas que actuaron, como la música colombiana de Very Be Careful, el hip-hop de CVE y Legion, el rock alternativo de Lysa Flores, la poesía de Jerry Quickly y La Nola, el reggae de Big Mountain and Friends y el solo de violoncelo de María Elena Gaitán, mientras en una pantalla se veía el video de la paliza que les dieron a unos mexicanos unos sheriffs de Riverside en 1996. La verdad es que todos los actos fueron sensacionales, todos los artistas se entregaron completamente.
El público quedó muy agradecido y demostró su amor y respeto por los artistas. Todos los artistas comentaron sobre la conexión que sintieron con el público y lo orgullosos que se sintieron de ser parte de un grupo de artistas que lucha contra la brutalidad policial. Medusa, maestra de ceremonias, cuya poesía estremeció al teatro, dijo: "Como escribo en los casetes cuando me piden un autógrafo: `Entrale con ganas'. Porque cuando uno le entra así, lo hace con amor, y es recompensado con lo mismo que da. Cuando ves que hay toda una organización que impulsa algo que siempre te ha preocupado e interesado, pero sin tener la osadía de hacer algo por tu propia cuenta, y ves que hay todo un grupo, eso representa fuerza, ¿me entiendes?. Uno no vacila, dice: `Si ellos se le miden, pues yo también'. Así que esto va a ser más grande cada año. Fue increíble cuando salí al escenario y vi la cantidad de gente que había. No solo los artistas, pues está claro que tiene que ver con una causa, y lo que decían con su presencia es: `Yo apoyo esto'. Créemelo, el año que viene va a ser increíble, va a venir gente de todas partes".
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ArtSpeaks fue un tren musical. Si bien todo momento fue chévere, hubo ciertos momentos destacados. Quién va a olvidar el grito con que empezó Dwight Trible, el cantante de jazz, que nos remeció y nos hizo ver nuestros sueños, aspiraciones y deseos. Yo he visto a Dwight conmover con sentimientos de alegría y dolor, y esta fue una de sus mejores actuaciones. Su voz envolvió nuestros sueños y aspiraciones, y nos los devolvió como regalos musicales. Nos dio mucho en qué pensar. Dwight, quien predica la paz y el amor, nos dijo por qué fue tan importante para él participar en ArtSpeaks: "Así que aunque nosotros queremos paz, mientras exista la brutalidad policial, el racismo y todo eso, creo que estamos muy, pero muy justificados al decir que tenemos que oponernos a todo eso".
A Dwight lo acompañó el legendario poeta del parque Leimert Kamau Daaood, que puso a la multitud de pie con un poema que escribió hace 25 años sobre el infierno que ha sido la vida para los negros en "la tierra de llamas y locura", y sobre la necesidad de luchar para cómo salir de este horror. Kamau empezó su set hablando de la responsabilidad que tienen los artistas de oponerse a la brutalidad policial. "Como artistas procuramos cambiar sentimientos y sueños, y detestamos lo más bajo de la humanidad, que es la fuerza y la violencia. Pero a veces las palabras no bastan y hay que luchar. Hacemos todo por la paz, pero sería un pecado, un gran pecado y una injusticia, dar la espalda a la realidad, a lo que está ocurriendo en las cárceles, a lo que está ocurriendo en los callejones de noche y a lo que está ocurriendo en las delegaciones de policía. Es insoportable. Por eso digo que aunque solo fuera una persona, aunque solo se cometiera una injusticia, maltrataran o metieran a la cárcel injustamente a una sola persona, es una persona de más, ¡y tenemos que hacer algo!".
Uno de los momentos más inolvidables fue cuando Dwight le pidió al pianista Horace Tapscott (quien debido a una lesión no pudo tocar) subir al escenario a recibir el galardón de la Red de Artistas en reconocimiento de toda una vida dedicada a la cultura de resistencia. Se mencionó su trabajo durante la Rebelión de Watts de 1965, con el Partido Pantera Negra y lo que está haciendo hoy para imbuir en la nueva generación la cultura de resistencia. Al entregarle el premio, el afiche de la macana en llamas firmado por el artista Robbie Conal, el público se puso de pie y le dio un prolongado y estruendoso aplauso.
Entre actos, en una pantalla de televisión se veían los anuncios de servicios públicos (PSA) de la Coalición 22 de Octubre y el Proyecto Vidas Robadas, en los cuales trabajó la Red de Artistas. Klavos, de la Coalición 22 de Octubre, dio un breve e inspirado discurso sobre el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación.
Leon Mobley y Da Lion volvieron y abrieron las compuertas de un río musical que rugió cuatro horas. Los tambores pusieron a todos de pie; Leon parecía que era parte del tambor con sus brincos cada vez que golpeaba los cueros. El legendario conjunto de hip-hop Freestyle Fellowship dominó el escenario; los MC Aceyalone, Mikah-9 y P.E.A.C.E., acompañados por Rifleman, Abstract Rude y los DJ Kiilu y Phyz. Ed., combinaron temas clásicos y nuevos sobre la vida de los chavos negros en Los Angeles. Muchos miembros de Freestyle Fellowship trabajan con Project Blowed, un programa cultural del parque Leimert, y tienen su propia experiencia con policías cuya misión es aplastar la cultura de la juventud negra.
Cuando terminó Freestyle Fellowship, el odio contra el sistema se veía en la cara de todos. En eso se oyó el tradicional tambor que anuncia la llegada de Ozomatli, y todos se pusieron a gritar y a bailar.
Nadie se sentó durante las dos horas que Ozomatli tocó. Fue una de sus actuaciones de más energía: increíble porque tocaron horas antes en Arizona y aterrizaron en Los Angeles apenas a las 8 de la noche. Tocaron las canciones más políticas de su primer CD, como "La chota", "Aquí no será" y "Coming War". Ya casi al fin, los acompañaron Angelo del conjunto Fishbone y Money Mark. Ozomatli concluyó, como siempre, a la cabeza de una culebra de cientos de personas que salió del teatro, cruzó la calle al parque y detonó una celebración espontánea de victoria.
Al regresar al teatro, alcé la mirada y vi la marquesina del teatro Vision; decía: ArtSpeaks! 98. Dichoso, me puse a pensar en todo lo que logramos ese día: una nueva onda, que sigue retumbando. El sábado 19 de septiembre, llenamos el teatro Visión con sentimientos y sueños que nos cubrieron como un arco iris, y por un instante tuvimos un vistazo de cómo podría ser el futuro. Así fue ArtSpeaks 98.
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