Acabar con el 'pecado'

¿Qué es la moral comunista?

Bob Avakian

Obrero Revolucionario #981, 8 de noviembre, 1998

"Por cualquier lado que se mire, no cabe duda de que en la actualidad hay lo que se podría llamar una `crisis moral en Estados Unidos'. Ha habido un considerable `derrumbamiento de la moral tradicional'. Pero la respuesta a esto, si se piensa en lo que más le conviene a la gran mayoría de la población de Estados Unidos y a la gran mayoría de la humanidad, no es reafirmar agresivamente esa `moral tradicional', sino conseguir que la humanidad encarne una moral radicalmente diferente, a medida que vaya transformando radicalmente la sociedad y el mundo, y como algo necesario para lograrlo. No se trata de apretar las cadenas de la tradición sino de romperlas".

Bob Avakian

En vista de la actual lucha intestina de la clase dominante, la serie de artículos de Bob Avakian sobre la "crisis de la moral" es muy pertinente. Entre esos importante ensayos figuran: "Predicando desde un púlpito de huesos: Lo que no dice `Virtudes' de William Bennett, o necesitamos moral, pero no la moral tradicional", y "Acabar con el `pecado', o necesitamos moral, pero no la moral tradicional (Parte 2)". En la parte de "Acabar con el `pecado'" que publicamos a continuación, habla sobre la moral comunista.

El OR publicará más partes de esta serie y los lectores las encontrarán en su totalidad en el website del OR en: http//mcs.net//rwor

La base de la moral comunista está concentrada en lo que los maoístas llaman "las 4 todas", tomadas del resumen que hizo Marx de las metas y los objetivos de la revolución comunista: la supresión de todas las diferencias de clase (o "diferencias de clase en general"); la supresión de todas las relaciones de producción en que estas descansan; la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción; y la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. (Véase "Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850".) Ahí quedó establecido el principio fundamental de la moral comunista y el criterio para determinar si algo está de acuerdo con ella o va en su contra: todo lo que concuerda con las "4 todas" y contribuye a ellas es consecuente con la moral comunista; y lo que no, se opone a la moral comunista y es atacado por ella.

Naturalmente, eso no quiere decir que cuando alguien que afirme ser comunista diga que está haciendo algo en pos de "las 4 todas", automáticamente será una manifestación y expresión de la moral comunista. Tampoco quiere decir que "todo vale" con tal de que se presente como una expresión de la "moral comunista" y como un paso en la conquista de objetivos comunistas. Si bien "las 4 todas" establecen el criterio general para la moral comunista, su aplicación a diferentes circunstancias requiere un análisis concreto. Lo mismo se puede decir de toda moral (por eso, por ejemplo, es que hay tanto debate entre los defensores de la Biblia y la "moral tradicional" sobre su significado y aplicación en diferentes circunstancias).

Una de las principales acusaciones que lanzan los enemigos del comunismo es que los comunistas creen que "el fin justifica los medios": que todo es permisible con tal de que se pueda decir que contribuye, a la larga, al comunismo. Eso no es cierto y es poner la verdad patas arriba. Uno de los principios de los comunistas es que los medios deben ser consecuentes con los fines (o metas) y derivarse de ellos. A menudo es necesario, y deseable, que los comunistas luchen por objetivos que no son los objetivos finales plasmados en "las 4 todas", puesto que contribuyen a ellas; pero jamás es aceptable que los comunistas defiendan y luchen por cosas, o que apliquen métodos, que se oponen fundamentalmente a la meta final. El comunismo exige la más resuelta y osada búsqueda de la verdad, aunque a corto plazo inquiete, porque cuanto más se capte la verdad (cuanto más se tenga la comprensión más correcta y cabal posible de la realidad objetiva), tanto más será posible transformar la realidad en aras de la humanidad.

La verdad es que los explotadores burgueses son quienes defienden y aplican la idea de que "el fin justifica los medios". Esto es especialmente patente en la clase dominante de Estados Unidos, cuyo "pragmatismo americano" eleva a la categoría de principio filosófico el negar la verdad si no tiene utilidad práctica, y especialmente utilidad para defender su explotación y saqueo mundiales. Es precisamente con una filosofía como esa, al servicio de tal explotación y saqueo, que los fines y los medios se vuelven tautológicamente equivalentes: todo lo que fortalezca la posición de esa clase dominante y su capacidad de someter y oprimir, todo lo que aumente su acumulación de capital, es--por definición--verdad, bueno, justificado y virtuoso; y no hay verdad, bondad, justicia ni virtud aparte de eso o en oposición a eso. ("La belleza es verdad, la verdad es belleza; eso es todo lo que se sabe en la Tierra, y todo lo que necesitáis saber", escribió equivocadamente el poeta Keats. La moral pragmática de la clase dominante estadounidense le da un giro perverso a eso, algo así: "Somos la verdad y la bondad, la verdad y la bondad somos nosotros; eso es todo lo que los necesitáis saber en la Tierra".) Si esa gente busca y descubre la verdad en cualquier cosa, no es por principio sino por pura casualidad, porque en ese instante particular la verdad resulta útil para sus fines.

Por esa mentalidad pragmática es que los representantes de la clase dominante estadounidense, incluso los que en privado son ateos o agnósticos, predican la "moral tradicional", la Biblia y la religión. Comprenden que es útil, de hecho muy importante, ideológica y políticamente para ellos, para reforzar su posición y para perpetuar su sistema. (¿Cuándo fue la última vez que un presidente estadounidense no concluyó un discurso con: "que dios les bendiga, que dios bendiga a Estados Unidos de América"?)

Eso hace recordar una escena de la película Espartaco, donde dos representantes de la clase dominante romana están conversando y uno le pregunta al otro: "¿No crees en los dioses?", a lo cual el otro contesta: "En privado no creo en ninguno, pero públicamente creo en todos". Eso expresa lo mismo que enunció Napoleón (quien en privado era un escéptico con respecto a la religión), estableciendo un principio que las clases dominantes a lo largo de la historia han considerado útil: "La sociedad--dijo Napoleón--es imposible sin la desigualdad; la desigualdad es intolerable sin un código moral; y un código moral es inaceptable sin la religión".

El comunismo, por el contrario, se basa en la premisa de que la humanidad ha alcanzado una etapa en que la desigualdad ya no es ni necesaria ni tolerable; de que para la humanidad será imposible avanzar a menos que suprima todas las desigualdades sociales; y de que para conquistar ese objetivo histórico se necesita un "código moral" completamente diferente--la moral comunista--, que define la lucha para acabar la desigualdad social y la opresión. De conformidad con esos principios, el comunismo rechaza la idea y la justificación pragmática de que "el fin justifica los medios"; en su lugar, dicta que en la lucha por el objetivo final--representado por "las 4 todas"--las metas y los métodos, el fin y los medios, que adoptemos a cada paso a lo largo del camino hacia la meta final estén en unidad fundamental con esa meta final.

Eso no quiere decir que todos los que se consideren comunistas siempre se hayan adherido a ese principio, ni niega que auténticos comunistas hayan caído en el pragmatismo y otras tendencias erróneas en diferentes momentos. Lo que quiere decir es que ese principio-- la unidad fundamental, a lo largo del camino, entre el objetivo final y los medios comunistas--establece un criterio para librar y dirigir la lucha, y para distinguir entre el auténtico y el falso comunismo y otros principios y prácticas que se oponen a los intereses de la gran mayoría de la humanidad.

CONTINUARA


This article is posted in English and Spanish on Revolutionary Worker Online
http://rwor.org
Write: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Phone: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(The RW Online does not currently communicate via email.)

??