Suprema Corte de Pensilvania rechaza petición de nueva audiencia: No podemos permitir que ejecuten a Mumia Abu-Jamal

Obrero Revolucionario #987, 20 de diciembre, 1998

Los revolucionarios, que encarnan los más nobles intereses del pueblo y lo inspiran a luchar por ellos, son sumamente valiosos para el pueblo. Especialmente cuando esos revolucionarios se mantienen fieles a sus principios ante la persecución de los opresores--por ejemplo, después de larguísimos años de cárcel y de la amenaza de ejecutarlos--es muy importante que el pueblo los defienda y que rechace el "derecho" del opresor a atacarlos y a "matarlos legalmente".... Esa es la situación, muy crítica y urgente, de Mumia Abu-Jamal, a quien el gobierno quiere ejecutar a raíz de otro juicio chueco.

Bob Avakian, Presidente del PCR,EU, julio de 1995

El 29 de octubre de 1998, la Suprema Corte de Pensilvania rechazó unánimemente la petición del preso político Mumia Abu-Jamal de un nuevo juicio. A los cinco días de esa decisión, sus abogados solicitaron una nueva audiencia para volver a presentar sus argumentos ante la corte. Tal petición dice que Mumia debe tener un nuevo juicio porque durante gran parte de su juicio de 1982, el juez Albert Sabo no le permitió estar en el juzgado y le impuso un abogado escogido por la corte, a pesar de la oposición de Mumia. La petición dice que el rechazo de la Suprema Corte "pasa por alto y mal interpreta el claro precedente establecido por la Suprema Corte de Estados Unidos de que un acusado en un caso de pena capital, como este, tiene el derecho de estar presente durante el juicio, y de que no se le puede quitar ese derecho". El 2 de diciembre la Suprema Corte de Pensilvania rechazó la petición de una nueva audiencia.

Esas dos decisiones de la Suprema Corte demuestran claramente que el gobierno ha tomado una decisión política de seguir adelante con el plan de ejecutar a Mumia.

Esta es una clara declaración, que redobla los ataques contra Mumia. Ahora el pueblo tiene que dar una poderosa respuesta. La situación exige que digamos con toda claridad: ¡NO PERMITIREMOS QUE EJECUTEN A MUMIA ABU-JAMAL!

Los abogados de Mumia han documentado sin lugar a dudas que no tuvo un juicio imparcial, que lo condenaron y sentenciaron en una farsa de juicio por sus creencias políticas. Pero la Suprema Corte estatal rechazó todas las pruebas presentadas en dos años de audiencias: los nuevos testigos, las confesiones de varios testigos clave de que mintieron en el juicio, las pruebas de que la policía presionó a testigos, y las pruebas de perjurio, obstrucción y mala conducta de parte del juez y de la fiscalía.

Hay mucho en juego en esta batalla. El complot contra Mumia es una concentración del tratamiento rutinario de los negros por la policía, los tribunales, las cárceles y los medios. Es una punta de lanza de la campaña del gobierno para quitarles a los condenados a muerte sus derechos más básicos y acelerar el ritmo de las ejecuciones. Demuestra cómo trata el gobierno a la oposición política, especialmente a los revolucionarios cuando se conectan con los del fondo de la sociedad. Es una prueba vívida de por qué este gobierno y su sistema judicial no deben tener el poder de ejecutar a seres humanos.

La situación exige que redoblemos la batalla en defensa de Mumia, que sea más amplia, diversa y resuelta. Millones de personas tienen que oír la historia de Mumia y entender lo que está en juego en esta batalla. Su nombre tiene que conocerse por toda la sociedad y su historia tiene que resonar en la conciencia de millones. Hay que construir un movimiento de oposición tan poderoso que la estructura de poder se vea obligada a anular la decisión de la Suprema Corte de Pensilvania.

Es importante luchar en los tribunales; Mumia y sus abogados están librando una batalla jurídica crítica. Pero en el sistema judicial el enemigo dicta las reglas. Así que el pueblo tiene que luchar en una arena donde puede dictar reglas por su cuenta. EN ESTE CASO LE TOCA AL PUEBLO CONSEGUIR JUSTICIA.

Como Leonard Weinglass, el principal abogado de Mumia, les dijo a los manifestantes presentes en Filadelfia el 7 de noviembre: "Su presencia, fuerza y condena serán cruciales y afectarán lo que decida la corte. No vayan a pensar que no importan. En 1972, la Suprema Corte de la nación tuvo que descartar la pena de muerte, y salieron 600 presos del pabellón de los condenados a muerte. ¿Por qué en 1972? Porque en ese entonces eran muy fuertes el movimiento pro derechos civiles, el movimiento contra la guerra, el movimiento de la mujer, el movimiento ambientalista y el movimiento de los pueblos indígenas".

Para ganar esta batalla, tenemos que unir a todos los que se pueda unir. Millones de personas tienen que preguntarse: "¿Puedo quedarme de brazos cruzados mientras el gobierno ejecuta a Mumia Abu-Jamal?". Todos los que se oponen a su ejecución, por la razón que sea, tienen que hacer todo lo posible para pararla.

No podemos permitirnos el lujo de perder esta batalla. No podemos permitirnos el lujo de dejar que la estructura de poder nos robe a Mumia, porque él es valioso para los oprimidos y todos los que ansían la justicia.

Si el gobernador de Pensilvania firma una nueva orden de ejecución, sería una importante encrucijada en el caso de Mumia y habría que responder con enormes protestas por todo el país y el mundo.

Familiares y Amigos Internacionales de Mumia Abu-Jamal ha exhortado a los partidarios de Mumia a movilizar las redes de respuesta de emergencia. Si se firma una orden de ejecución, al día siguiente habrá protestas en Filadelfia y otras ciudades. Si se firma de lunes a jueves, habrá una manifestación el sábado de la misma semana al mediodía en Filadelfia, calles Broad y Spring Garden. Si se firma el viernes, habrá una manifestación a los ocho días. Se puede conseguir más información llamando a Familiares y Amigos Internacionales a 215-476-8812.

¡Alto a la ejecución
de Mumia Abu-Jamal!


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