Carl Dix
Obrero Revolucionario #995, 21 de febrero, 1999
El 4 de febrero, una unidad especial del Departamento de Policía de Nueva York (DPNY) nos dio 41 razones más para que la revolución barra con este sistema. Cuatro agentes de esa unidad dispararon 41 tiros contra Amadou Diallo, un inmigrante de Africa occidental de 22 años de edad. De los 41 tiros, 19 impactaron a Amadou, quien estaba desarmado en la entrada de su apartamento. ¡Solo tenía su billetera y un biper!
Amadou Diallo era un inmigrante que vino lleno de esperanzas. Pero como esta sociedad no reconoció los estudios realizados en su país ni le dio permiso de trabajo, se las arreglaba trabajando 12 horas al día como vendedor ambulante. Era muy generoso con todos los que conocía. Respetaba la ley y, a pesar de todo, lo mataron como a un perro, peor que a un perro. Cuatro chotas le robaron la vida solo porque tenía la piel negra.
A los cuatro chotas que lo asesinaron los deben arrestar. Pero también hay otros responsables, otros que también tienen las manos manchadas de la sangre de Amadou Diallo, como el alcalde, Rudolph Giuliani, y el jefe de policía. Son tan responsables como si ellos mismos hubieran apretado el gatillo; ellos son los que incrementaron esa unidad especial, de 100 agentes en 1996 a 400 agentes hoy; ellos son los que les han dado carta blanca a los agentes para que maltraten y maten con el pretexto de "reducir el crimen"; y ellos son los que han creado el ambiente que llevó a esos chotas a decir: "la noche es nuestra". Giuliani aplaude a los salvajes asesinos del DPNY, y no puede lavarse la responsabilidad de esta y otras atrocidades ofreciéndole dinero a la familia Diallo para el entierro.
Giuliani nos dice que no debemos sacar conclusiones precipitadamente. ¿Qué quiere, que esperemos que salgan con un cuento para justificar el crimen? ¡El compañero Diallo estaba desarmado cuando lo balearon a la entrada de su apartamento! Uno de los cuatro chotas antes baleó a Patrick Bailey y lo dejó morir desangrado. Sabemos que en los cinco años que lleva de alcalde Giuliani, la policía ha matado a Anthony Báez, Nicholas Heyward Jr., Anthony Rosario, Frankie Arzuaga, Charles Campbell, Yvette Kessler, Aníbal Carrasquillo, Aswan Watson y por lo menos 200 más. Giuliani ha convertido nuestras comunidades en prisiones, donde nos maltratan, pisotean y matan. Y su modelo de estado policial se promueve por todo el país.
Pero no es solo Nueva York; en todo el país hay una epidemia de brutalidad y asesinato policial. En Riverside, un pueblo cerca de Los Angeles, una bola de policías mataron a Tyisha Miller cuando dormía en su carro descompuesto. En el multifamiliar Cabrini Green de Chicago le clavaron cinco tiros en la espalda a Brennan King. Esos son dos de muchísimos ejemplos. Clinton se jacta de los 100.000 policías más que ha contratado, para darnos más duro y matarnos. El gobierno federal ha impuesto leyes e implementado medidas para meter a más jóvenes en la cárcel. Y cuando los fiscales federales abren casos de brutalidad policial es para calmarnos.
Una vez más, este podrido sistema capitalista nos ha demostrado el futuro que le ofrece a la nueva generación; por eso nosotros tenemos que luchar por un futuro diferente. Ya está creciendo, y tendrá que crecer más, la lucha popular contra este repugnante asesinato. Además de las masivas protestas, tiene que destacarse una firme lucha que no se deje contener por la política ni las protestas de costumbre. El enemigo no oculta lo que hará contra nosotros; nosotros tenemos que levantarnos contra esa y otras atrocidades de tal manera que dejemos en claro que nuestra resistencia será tremenda!
¡41 razones más para hacer la revolución!
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