El mito de la superpotencia humanitaria

La guerra yanqui en los Balcanes: Una perspectiva histórica

Obrero Revolucionario #1006, 16 de mayo, 1999

Estados Unidos y la OTAN llevan más de un mes librando su guerra inmisericorde contra Yugoslavia; dichas potencias imperialistas se han otorgado el derecho de resolver los conflictos en los Balcanes e intentan imponer sus mandatos con toda la potencia de fuego de su armamento de alta tecnología y destrucción masiva. Los yanquis lo llaman una "misión humanitaria"; dicen que la OTAN quiere proteger a los albano-kosovares y dan a entender que Estados Unidos es un "policía del mundo" desinteresado y reacio a meterse al conflicto, que manda helicópteros, bombas y cada vez más tropas para cumplir con el deber de defender a los inocentes y salvar a los que están sufriendo persecución.

¡La hipocresía y el engaño no tienen límites!

En primer lugar, las acciones de Estados Unidos--la intervención, el bombardeo, la guerra de agresión en los Balcanes--no ha ayudado ni ayudará a las masas; al contrario, recrudecerá la crisis y sus consecuencias destructivas. Ha transformado un conflicto local en un despliegue de hegemonía de superpotencia. Es decir, están bombardeando sin piedad a un país pobre de 10 millones de habitantes para demostrar que ningún país del mundo debe desafiar los mandatos yanquis. Este imperialismo tan descarado hace que la diplomacia cañonera de la época del colonialismo franco parezca pintoresco e inofensivo.

A continuación examinamos el papel de Estados Unidos desde una perspectiva histórica a fin de desmentir el mito de la "superpotencia humanitaria".

Los cimientos de la democracia estadounidense

¿Qué implicó la creación y expansión de Estados Unidos?

La esclavitud: el secuestro y genocidio de millones de africanos a lo largo de siglos, y la opresión y el asesinato de afroamericanos a manos de la estructura de poder y sus matones de azul hasta la fecha.

El genocidio de los amerindios y el robo de sus tierras, que se incorporaron a Estados Unidos (incluyendo los estados actuales de Alaska y Hawai); la escalada de las "Guerras contra los indios" después de la guerra de Secesión, y la violación de los tratados que el mismo gobierno obligó a los indios a firmar (por medio de los cuales les robó la tierra). Y eso sigue hasta hoy (con el robo de la tierra de las reservas, y con su destrucción ecológica para sacar minerales estratégicos como uranio y carbón).

La guerra contra México y el robo de grandes extensiones de territorio, como los estados actuales de California y Texas, con el fin de extender el sistema de esclavitud. A la vez, la nueva clase capitalista del Norte se expandía hacia el Oeste en busca de materia prima y mercados que el capitalismo necesitaba. La violación constante del Tratado de Guadalupe Hidalgo, que prometió tierras a los pueblos del Suroeste después de esa guerra de conquista contra México.

Cabe mencionar que la única guerra justa y gloriosa librada por la burguesía estadounidense--la guerra de Secesión que abolió la esclavitud--es motivo de remordimiento y hasta vergüenza para ella. La estructura de poder considera que dicha guerra fue una gran tragedia, cuando en realidad produjo una emancipación mucho más profunda que la guerra de la Independencia.

El imperialismo
del "Siglo americano"

En 1898, Estados Unidos dio un gran paso como saqueador y explotador internacional: tras consolidar su poder en el continente norteamericano--a través del saqueo, robo y genocidio--se apoderó de las colonias españolas en la guerra contra España, y desató destrucción y atrocidades contra los pueblos que oponían resistencia a su dominación colonial. Así sucedió en Filipinas, Cuba y Puerto Rico. De hecho, este sigue siendo colonia e importante base militar del imperialismo yanqui.

La riqueza y el poderío de los capitalistas-imperialistas yanquis es producto de la salvaje explotación de los inmigrantes (acompañada de opresión y discriminación), inclusive de los niños, en las minas, los ferrocarriles y otros sectores estratégicos de la economía; eso es lo que este país en realidad ofreció a las "multitudes que ansiaban la libertad" y lo que ofrece hoy, sobre todo a los inmigrantes del tercer mundo, que laboran en maquiladoras y campos, restaurantes y hoteles, la industria electrónica y otros sectores "posmodernos y posindustriales" de la economía estadounidense.

Otro rasgo fundamental del sistema es la explotación sexual, además de muchas otras formas de opresión de la mujer, incluso de niñas, en este país y en un sinnúmero de países dominados por el imperialismo yanqui. Dondequiera que haya bases militares yanquis, aprovechan la miseria de las masas (que la dominación yanqui ha creado) para convertir vastas zonas en prostíbulos para las tropas.

Durante la I y II Guerra Mundial, Estados Unidos posó de gran defensor de la democracia y oponente del fascismo, pero no le motivó (ni su estrategia benefició) la meta de liberar a los oprimidos ni parar las terribles atrocidades de los nazis y sus aliados. Al contrario, su objetivo primordial era expandir su imperio sobre cimientos de sangre y huesos de la humanidad.

Para ilustrar esto:

Veamos el papel de los yanquis en América Latina durante este siglo: invasiones, ocupaciones, masacres en Haití, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Granada, Panamá. Instalar, respaldar y armar a dictaduras en prácticamente todos los países de América Latina--dictaduras abiertas o con un barniz "democrático"--en Perú, Argentina, Colombia, Bolivia, Brasil y en Chile, donde se destaca el golpe de estado de Pinochet con tanta masacre, tortura y terror contra el pueblo chileno.

Examinemos el papel de Estados Unidos en el saqueo y pillaje de China durante la primera mitad del siglo; y ahora otra vez entra a explotar despiadadamente a las masas chinas, aprovechando la miseria que las hace vulnerable a dicha explotación después de la muerte de Mao, la derrota de la revolución y la restauración del capitalismo en China.

La guerra fría e Hiroshima: Justificaciones y realidad

El imperialismo yanqui justificó sus crímenes durante la "guerra fría" porque había que "oponerse al totalitarismo".

En realidad, ese argumento se remonta al ataque nuclear a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, con centenares de miles de víctimas, que dio inicio al "Siglo americano", cuando Estados Unidos llegó a ser la más poderosa potencia imperialista. Ese fue el motivo para estrenar la bomba atómica como advertencia a los demás imperialistas, (y sobre todo a la Unión Soviética un país socialista en ese entonces), y a los crecientes movimientos revolucionarios del mundo, (y particularmente de China).

Hay que desmentir las justificaciones de los imperialistas yanquis y de sus loros:

En primer lugar, dicen que las bombas "salvaron vidas estadounidenses" que se habrían perdido en una invasión a Japón. Eso se fundamenta en "cálculos militares" muy exagerados y, además, no toma en cuenta el hecho de que Japón ya estaba pidiendo un acuerdo de paz, o sea, quería rendirse, pero que el emperador siguiera en el poder (un punto que Estados Unidos le concedió). Pero lo que es más, ese argumento es producto de un chovinismo descarado que dice que las vidas estadounidenses valen más que las japonesas. Cabe señalar que las víctimas de la bomba atómica (tanto los muertos como los sobrevivientes que sufrieron terriblemente durante toda la vida) eran en su abrumadora mayoría civiles. El blanco de las armas nucleares son precisamente los civiles, lo cual es una violación de las supuestas "normas de guerra civilizada", según las cuales soldados--y no civiles--deben ser el blanco de ataques militares. (¡Los imperialistas condenan a los "terroristas" por atacar a civiles!)

Por otra parte, ¡dicen que los japoneses se merecían la bomba atómica por el ataque a Pearl Harbor! ¡Qué argumento más grotesco, sanguinario y chovinista! En primer lugar, no deslinda las acciones de los líderes militares y políticos de Japón de las de la gente común. Además, es ridículo comparar las pérdidas estadounidenses en el ataque a Pearl Harbor--principalmente buques de guerra y personal militar, no civiles--y las de Nagasaki y Hiroshima, donde murieron centenares de miles de CIVILES, y eso fue deliberado, al igual que el bombardeo de varias ciudades alemanas por Estados Unidos/Inglaterra, donde incineraron fríamente a centenares de miles de civiles. Para colmo, está el hecho de que los yanquis se robaron Hawai del pueblo hawaiano, así que su indignación por el ataque japonés a Pearl Harbor carece totalmente de legitimidad moral. ¿A poco vamos a hacerle caso a un ladrón que se queja de daños a propiedad que él mismo adquirió por robo?

Quemar la aldea para salvarla

Después de la guerra de Corea--con millones de bajas civiles, sobre todo por el bombardeo yanqui--viene la guerra de Vietnam, con destrucción masiva y la matanza de unos tres millones de indochinos, en su mayoría civiles; además arrastraron a millones de vietnamitas a campos de concentración llamados "aldeas estratégicas", y destruyeron la ecología con defoliación, etc. Todo eso lo hicieron con el fin de imponer la dominación yanqui y la "paz de la tumba". Pero sufrieron una derrota muy merecida, que provocó gran júbilo de los oprimidos, revolucionarios y progresistas del mundo entero.

(Cabe recordar que mientras estaban librando esa guerra de destrucción masiva contra el pueblo vietnamita--la quema y genocidio de aldeas, y "bombardeo de arrasamiento" en el sur del país; ataques a escuelas, hospitales, comunidades, etc., en el norte, y hasta el bombardeo de diques para inundar los campos y otros desmanes monstruosos--los yanquis invadieron a República Dominicana en 1965 y cometieron crímenes contra la humanidad por todo el mundo. En 1973, el año del acuerdo de paz en Vietnam, que oficializó la derrota de la agresión yanqui contra el pueblo vietnamita, Estados Unidos preparó otro golpe de estado sangriento: esta vez le tocó a Chile.)

A finales de los años 50, los infantes de Marina invadieron Líbano para imponer la "estabilidad" que el imperio yanqui requería. Una década después, los yanquis respaldaron la represión sangrienta del pueblo palestino y de las (en ese entonces) fuerzas revolucionarias por el rey Hussein de Jordania; asimismo, continuaron dándole apoyo y ayuda militar a Israel, el gendarme del imperialismo yanqui en la región, y defendieron las atrocidades y agresión israelí contra los palestinos y otros pueblos árabes.

La CIA organizó un golpe de estado e instaló al sha de Irán. Estados Unidos lo mantuvo en el poder con ayuda militar durante 25 años, lo cual implicó muchísimo sufrimiento para el pueblo iraní.

La CIA también instigó y dirigió el golpe de estado en Indonesia, uno de los golpes más sangrientos de la historia contemporánea, que produjo la matanza de 500.000 a un millón de personas. Así Suharto llegó al poder en 1965 y Estados Unidos lo respaldó con una enorme cantidad de armamento y ayuda durante más de 30 años. El gobierno de Suharto cometió terribles crímenes en Timor Oriental que siguen hasta la fecha (¡el mes pasado, por ejemplo!), aun después de la caída de Suharto. Todo eso con el respaldo de los imperialistas yanquis: grandes cantidades de armamento, además de asesoramiento y adiestramiento para realizar las más viles masacres contra la población de Timor Oriental.

Por otra parte, Estados Unidos apoyó al gobierno de apartheid de Sudáfrica durante muchos años, y a las fuerzas que cometieron tantas atrocidades en países como Angola y Mozambique (las cuales siguen hasta la fecha).

Asimismo, respaldó y armó las sangrientas dictaduras de Etiopía y Somalia, que causaron destrucción masiva y agravaron el terrible sufrimiento y trastorno que produjo la dominación imperialista, con la consecuencia de que millones de personas murieron de hambre. Después, intervinieron en Somalia con el pretexto hipócrita de "ayuda humanitaria" para detener la matanza, una intervención militar que produjo mayor violencia y sufrimiento para el pueblo.

Después del "fin de la guerra fría", los imperialistas yanquis han seguido en lo mismo, o sea, cometiendo los mismos crímenes con la misma hipocresía. Por ejemplo, últimamente hablan de "parar al dictador" (el Hitler del momento), que puede ser Noriega de Panamá (un títere que en un momento dado les dejó de servir), Saddam Hussein (otro lacayo que recibió grandes cantidades de armamento yanqui y después también les dejó de servir) y ahora Milosevic de Yugoslavia (el sucesor de un gobierno que fue aliado de Estados Unidos contra el bloque soviético durante muchos años en la "guerra fría").

Los yanquis han dado armamento y apoyo a una serie de gobiernos sangrientos en Turquía, gobiernos sumamente represivos, que en particular han librado una guerra bárbara contra los curdos, expulsándolos de sus aldeas, quemando muchos pueblos en los últimos años e ¡incluso el mes pasado! Son atrocidades mucho mayores que las del gobierno yugoslavo en Kosovo.

Invadieron a Haití con la gran hipocresía de oponerse a la dictadura y "fomentar la democracia", pero en realidad le han causado mayor sufrimiento al pueblo y han fortalecido a los carniceros reaccionarios. Eso, después de la invasión y el apoyo durante décadas al gobierno tristemente célebre de los Duvalier ("Papá Doc" y su hijo, "Baby Doc") que les permitió sacar jugosas ganancias.

¡Etc.... etc.... etc...!

Después de la sangrienta guerra del golfo Pérsico, ha habido una serie de agresiones contra Irak, que junto con las sanciones económicas, han causado un millón de muertes (muchos de ellos niños). Y todo eso ha seguido a la par de la guerra contra Yugoslavia.

Por otra parte, en el tercer mundo, bajo la dominación del orden imperialista mundial, 40.000 NIÑOS MUEREN CADA DIA DE HAMBRE, DESNUTRICION Y ENFERMEDADES CURABLES, mientras los yanquis se jactan de ser la única superpotencia y con su poderío militar imponen dicho orden mundial opresivo y mortífero. Haciendo el cálculo, desde el colapso de la Unión Soviética y el "fin de la guerra fría", aproximadamente 100 MILLONES DE NIÑOS HAN MUERTO por obra del sistema mundial en que, valga la redundancia, los yanquis se jactan de ser los supremos jefes, un sistema y orden mundial dominado por corporaciones y bancos estadounidenses, que se impone gracias a la maquinaria de destrucción y genocidio conocida como las fuerzas armadas yanquis (¡y "justificado" por la gran máquina de propaganda que se llama la "prensa democrática y libre" de Estados Unidos!).

Los policías del mundo

A los yanquis les conviene plantear el argumento falso del colonialismo de viejo tipo para "tapar" su propia dominación, saqueo y explotación imperialista. Al intervenir militarmente, repiten el refrán: "No estamos haciendo esto para conquistar territorio; no buscamos territorio". Con eso dan a entender que el verdadero imperialismo es el colonialismo del viejo tipo, como el imperio inglés antes de la II Guerra Mundial, que dominó vastas zonas del mundo abierta y directamente enormes extensiones de tierra con muchísimos habitantes, en lo que ahora son los países de India y Pakistán, por ejemplo.

Pero la verdad es que después de la II Guerra Mundial, los imperialistas colonialistas del viejo tipo como Inglaterra perdieron fuerza y Estados Unidos surgió como la potencia imperialista dominante. Ahora la forma principal del imperialismo--a través de la cual domina y explota--es el neocolonialismo, es decir, por medio de gobiernos títeres que instala y mantiene en el poder. Y la tan sonada globalización ha intensificado dicho fenómeno.

Desde luego, cuando les conviene, los yanquis sí "conquistan territorio", es decir, invaden y ocupan otros países. Por ejemplo, Puerto Rico sigue siendo una colonia directa de Estados Unidos (y el caso de Guam es parecido). No dudan en reprimir a sangre y fuego los levantamientos en colonias como Puerto Rico. Por otra parte, afirman que Hawai--robado por ellos al pueblo hawaiano--es parte integral de "su territorio".

Ahora dicen que debido a la "globalización" y "los valores universales de la democracia", etc., tienen el derecho de intervenir--y causar destrucción y muerte masiva--en cualquier parte del planeta para defender sus intereses. Hasta dicen que la soberanía nacional es obsoleta (para los demás, naturalmente) debido a la "globalización" y el imperativo de imponer su "orden democrático", con tanta opresión y miseria para las masas, en todo el planeta.

Clinton expone la doctrina de que la soberanía nacional--la "no intervención" en los asuntos internos de otros países--es obsoleta porque los "intereses nacionales" y "valores" del imperialismo yanqui así lo dictan. Es preciso desenmascarar el "humanitarismo" y la palabrería "posmoderna" de Clinton: habla de "aceptar la diversidad" en oposición a "excluir" o odiar a "los demás", pero quiere decir "aceptar" a los pueblos del mundo bajo el dominio y el orden mundial yanqui.

La boca del lobo

Ahora cuando Amnistía Internacional ha iniciado una campaña importante contra graves violaciones de derechos humanos en el mismo Estados Unidos, la clase dominante--los imperialistas yanquis--han lanzado otra guerra, ahora contra Yugoslavia. Estados Unidos y sus "aliados de la OTAN" están causando destrucción masiva, muchas bajas civiles y la demolición de la infraestructura necesaria para la vida cotidiana del país (y de la provincia de Kosovo). ¿A poco a los yanquis (y sus "aliados de la OTAN") los motiva una "preocupación humanitaria" por los kosovares? ¿A poco sus acciones mejorarán la vida del pueblo, inclusive de los serbios como quieren hacernos creer? ¡Puras mentiras! ¡No nos vamos a tragar el cuento!

El gobierno de Milosevic es sumamente opresivo, de eso no cabe duda alguna. Pero los imperialistas yanquis, que encabezan las fuerzas que están librando la guerra contra Yugoslavia, han cometido y siguen cometiendo horrendos crímenes contra la humanidad, en todo el globo, en una escala mil veces mayor de lo que Milosevic siquiera podría soñar. La intervención de esos criminales internacionales, la imposición del "orden", jamás mejorará la situación de las masas de Yugoslavia y los Balcanes (ni de Kosovo) ni del mundo.

Poco antes de su muerte, Malcolm X dijo que la clase dominante de Estados Unidos es como un lobo al que le chorrea sangre de la jeta; se para ante el mundo entero y tiene las agallas de llamarse el gran paladín de "la libertad y democracia". Con eso expresó una verdad audaz y profunda, que es muy cierta hoy (35 años después). Los imperialistas yanquis siguen en lo mismo, siguen cometiendo horrendas atrocidades y enormes crímenes contra la humanidad, y siguen justificándolos con gran hipocresía.

No permitiremos que los imperialistas profesen de "justicia" y "humanitarismo" para cometer más y mayores crímenes contra el pueblo. Sabemos muy bien que no les importa el humanitarismo y que sus crímenes jamás ayudarán a la humanidad.


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