Los jóvenes iracundos de China

Bombardeo en los Balcanes desata tormentas de protestas

Obrero Revolucionario #1007, 23 de mayo, 1999

"Si los grupos del capital monopolista de los Estados Unidos se obstinan en llevar adelante su política de agresión y guerra, llegará inevitablemente el día en que sean ahorcados por los pueblos del mundo. Igual suerte correrán todos los cómplices de los Estados Unidos".

Mao Tsetung

El 7 de mayo, un ataque aéreo de EU/OTAN contra Yugoslavia destruyó la embajada china en Belgrado con tres misiles, que dejaron tres muertos y muchos heridos. Las repercusiones del bombardeo se hicieron sentir de inmediato en China, donde hubo oleadas de protestas contra Estados Unidos. No se habían visto protestas antiimperialistas de esa magnitud desde hace más de dos décadas, cuando China era un país socialista dirigido por el gran revolucionario Mao Tsetung.

Según informes de prensa, hubo protestas contra misiones diplomáticas y negocios yanquis en más de 20 ciudades. En Chengdu, en el sur, quemaron el consulado; en Shenyang, en el noreste, le causaron daños. Las mayores protestas estallaron en Shanghai y Gunanzhou, importantes ciudades costeras. En Nanjing, los trabajadores de McDonald's y Kentucky Fried Chicken se salieron del trabajo en protesta.

En Beijing, todo el personal diplomático permaneció encerrado en la embajada varios días rodeado por una multitud. También hubo ataques contra la embajada de Inglaterra, el principal aliado de Estados Unidos. Muchos manifestantes eran universitarios, aunque también se encontraban comerciantes, maestros y obreros.

Por tres días no salió el embajador yanqui, quien no quería dar la cara a la airada multitud que coreaba: "¡Abajo el imperialismo yanqui!" y "¡Bill Clinton a la horca!". El embajador dio la orden de destruir documentos secretos y equipo de espionaje. ¿Sería que recordó la toma de la embajada en Teherán, Irán, por los estudiantes?

Un muro de policías impidió a los manifestantes entrar en la embajada; en varias ocasiones, los estudiantes intentaron romper el cordón policial. Lanzaban piedras, botellas y ladrillos; rompieron casi todas las ventanas, destrozaron varios carros de la embajada y quemaron muchas banderas yanquis. Fue necesario bajar el escudo de la embajada porque estaba cubierto de pintura.

El ciberespacio se llenó de protestas. En tres páginas web del gobierno estadounidense, unos computomaníacos sacaron declaraciones contra el ataque a la embajada china. En la página web del Departamento del Interior pusieron las fotos de los tres ciudadanos chinos que murieron. El gobierno se vio obligado a cerrar un sitio web un día.

En las universidades hay mucha oposición a Estados Unidos y la OTAN. En la Universidad de Beijíng, pusieron en una pared el texto de la conferencia de prensa en que la OTAN explicó el bombardeo. Enseguida empezaron a aparecer comentarios de "puras mentiras". Un cartelón en el centro de la universidad decía: "Renuncien al veneno de la comida estadounidense y al opio cultural: Coca-Cola, Pepsi, McDonald's, Kentucky Fried Chicken". Una tienda Baskin-Robbins cerca de la universidad cerró; en la puerta una pancarta decía "Abajo el imperialismo".

Durante las protestas de 1989 en la plaza Tiananmen contra la corrupción y represión del gobierno, muchos estudiantes se expresaron a favor de Estados Unidos. Por ejemplo, en la Academia Central de Artes construyeron una estatua llamada "La diosa de la libertad", parecida a la Estatua de la Libertad. Pero esta vez, estudiantes de esa misma academia hicieron varias obras contra Estados Unidos, como una Estatua de la Libertad de cartón, con la cara de Clinton y una bomba en la mano en vez de la antorcha.

El gobierno estadounidense se quejó de que el gobierno chino estaba azuzando las protestas y aprovechando la controversia para negociaciones comerciales y otros asuntos. Pero la verdad es que la emoción manifestada en las protestas indica que el pueblo chino alberga un profundo antiimperialismo.

La actual clase dominante de China tiene contradicciones con los imperialistas yanquis, pero no por eso se puede decir que sea antiimperialista; tiene sus propias ambiciones, como pertenecer al "club de las grandes potencias" de explotadores y opresores internacionales. Es una clase burguesa que ascendió al poder con un golpe de estado después de la muerte de Mao Tsetung. Durante la Gran Revolución Cultural Proletaria de los años 60 y 70, Mao dijo que si los "seguidores del camino capitalista" derrotaban a los proletarios revolucionarios y tomaban el poder, China volvería a ser dominada por el imperialismo. Por eso movilizó al pueblo para librar una "revolución dentro de la revolución" contra Deng Xiaoping y demás seguidores del camino capitalista. Sin embargo, en 1976 los proletarios revolucionarios perdieron la batalla y las palabras de Mao resultaron ser muy proféticas.

El actual gobierno de China ha sido cómplice de Estados Unidos y otras potencias, que ven en China una enorme fuente de mano de obra barata y un mercado para productos capitalistas. El desmantelamiento de la economía socialista ha creado un puñado de ricos y hundido a millones en la miseria. Las ciudades están repletas de desempleados y están aumentando las rebeliones campesinas. La opresión de la mujer ha vuelto con furia. En abril, el primer ministro, Zhu Rongji, viajó a Estados Unidos y prometió abrirle más las puertas al capital imperialista a cambio de que se le permita a China entrar a la Organización Mundial de Comercio.

Las contradicciones entre el gobierno chino y el gobierno de Estados Unidos se expresan a través de temas como los acuerdos comerciales, el asunto de Taiwán y acusaciones de espionaje. Hoy el gobierno chino está aprovechando el bombardeo de la embajada para presionar a Estados Unidos, pero sin dejar que se le escapen de las manos las protestas en Beijing y otras ciudades. Esa es una táctica que les podría salir mal.

Frente a la embajada yanqui unos portaban retratos de Mao y lo contrastaban a los actuales líderes. El New York Times describió lo que sucedió el 9 de mayo cuando apareció un enorme retrato de Mao. Los obreros y estudiantes empezaron a corear "¡Viva Mao!".

Un maestro de 30 años dijo: "Cuando el Presidente Mao era el líder, él se le plantó a Estados Unidos y tomó medidas más fuertes. Los líderes de hoy son demasiado blandos, se contentan con las disculpas que pidió la OTAN. El Presidente Mao estaba dispuesto a ser el único que defendiera la dignidad de China". Un estudiante de la Universidad Popular dijo: "El Presidente Mao fue el único líder que se atrevió a plantársele a cualquiera; no le temía a nadie. Lo que quiero decir es que Mao fue un gran líder y muy antiamericano".

Mao dirigió una guerra popular contra las salvajes fuerzas armadas del imperialismo japonés y después una guerra civil que derrotó al ejército del Kuomintang (respaldado por Estados Unidos) y conquistó el poder en 1949. Cuando los imperialistas yanquis amenazaron a China con armas atómicas y maniobras militares, Mao se mantuvo firme. En una reunión de 1957 declaró: "He dicho que todos los reaccionarios, tenidos por fuertes, no son más que tigres de papel. La razón es que viven divorciados del pueblo. ¡Fíjense! ¿No era Hitler un tigre de papel? ¿No fue acaso derribado? También dije que el zar de Rusia, el emperador de China y el imperialismo japonés fueron todos tigres de papel. Como saben ustedes, todos ellos han sido derribados. El imperialismo norteamericano no ha sido derribado aún y tiene la bomba atómica. Estoy seguro de que asimismo será derribado. También es un tigre de papel".

La confianza estratégica que Mao tenía en el pueblo y su valentía revolucionaria contrasta con la de los actuales líderes chinos quienes, a pesar de hablar fuerte, están vendiendo al pueblo chino.

A Estados Unidos le preocupa el actual brote antiimperialista en China. Un artículo del New York Times advierte que "podría tomar un rumbo peligroso y sin precedente" para el gobierno chino. Además, la inestabilidad en China le podría causar muchos problemas a Estados Unidos en Asia y el resto del mundo.

En los Balcanes, mientras tanto, Estados Unidos y las otras potencias preparan el acuerdo que le quieren imponer a Yugoslavia en cuanto termine la guerra; los bombardeos siguen causando muerte y destrucción. Pero las repercusiones del bombardeo de la embajada china han dificultado el apoyo internacional que EU/OTAN necesitan para imponerle a Yugoslavia una "solución" imperialista.

Los maoístas aplaudimos estos problemas y dificultades de los imperialistas y los reaccionarios. Las justas protestas antiimperialistas en China, donde vive un cuarto de la población del planeta, alegran a los proletarios y oprimidos del mundo.


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