Obrero Revolucionario #1008, 30 de mayo, 1999
Ukiah, California, 23 de abril: Estallaron aplausos y gritos de júbilo cuando el juez retiró las acusaciones contra Eugene "Bear" Lincoln. Al día siguiente, Bear se unió al contingente de Amerindios de Round Valley pro Justicia en la marcha de Millones en Defensa de Mumia en San Francisco. El contingente llevaba una manta que exigía la anulación de las acusaciones, con la palabra "VICTORIA" pintada en letras rojas encima del lema.
La persecución de Bear Lincoln empezó la noche del 14 de abril de 1995 en la reserva Round Valley del norte de California. Unos sheriffs del condado Mendocino emboscaron a Bear y su amigo Leonard "Acorn" Peters, y mataron a Acorn a sangre fría. También murió un sheriff, probablemente por el fuego cruzado de los policías que disparaban sus armas automáticas a lo loco en el camino oscuro. Bear escapó y las autoridades lo cazaron por toda la región. Policías de todo el estado invadieron la reserva, registraron casas y encañonaron a niñitos. El gobernador Pete Wilson ofreció una recompensa de $100.000 y grupos de civiles recorrieron las colinas alrededor de la reserva en busca de Bear. A los habitantes de Round Valley, no cabía duda de que querían matarlo.
Tres meses más tarde Bear se entregó para poder desenmascarar y luchar contra las acciones de los sheriffs, especialmente la muerte de Acorn. El gobierno se puso a hacer en los tribunales lo que no hizo el 14 de abril: ejecutarlo. Lo acusaron de matar al sheriff... y a Acorn. Por un lado, el juez impuso una mordaza a Bear y sus abogados; por el otro, los medios repitieron las mentiras de los sheriffs y a Bear lo tildaron de "matapolicías". El fiscal rechazó los candidatos amerindios, negros y latinos al jurado. Además, rechazaron todos los candidatos opuestos a la pena de muerte o que tenían experiencias negativas con la policía. Varias veces los sheriffs se pusieron en contacto con los jurados (que se prohíbe durante un juicio).
Una amplia coalición se estableció para defender a Bear: amerindios del norte de California, activistas ambientalistas, defensores de las libertades civiles, luchadores contra la brutalidad policial, miembros del Partido Verde y muchos más. En la reserva, se formó el grupo Amerindios de Round Valley pro Justicia. El conocido abogado Tony Serra se ofreció como defensor. Hubo muchas protestas y los partidarios de Bear llenaron el tribunal cada día del juicio.
El 23 de septiembre de 1997, un jurado lo absolvió unánimemente de homicidio y votó 10 a favor y 2 en contra para absolverlo de homicidio impremeditado. Muchos de los jurados dieron voz a su indignación y se declararon partidarios de Bear. Una mayoría firmó una declaración a favor de retirar las demás acusaciones, pero la fiscal anunció que volvería a juzgarlo por homicidio impremeditado.
El complot contra Bear es típico del sistema de "justicia" para los amerindios, pero en este caso su equipo de abogados y sus partidarios lograron desmintir la versión oficial y desenmascarar la brutalidad y fechorías de los sheriffs. La lucha en defensa de Bear creó condiciones favorables en muchos frentes. En 1998, cuando la policía de Ukiah mató a Marvin Noble, un enfermo mental afroamericano, los partidarios de Bear se movilizaron. Además, seguían luchando por retirar TODAS las acusaciones contra Bear. Celebraron foros por todo el condado Mendocino y en el Area de la Bahía, a 400 km al sur, donde hablaron Bear y varios jurados. Centenares de personas asistieron a las audiencias y miles firmaron peticiones a favor de retirar las acusaciones. Bear ha hablado en mítines para exigir la libertad de Mumia Abu-Jamal y Leonard Peltier, y en el tercer Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación el 22 de octubre de 1998 en San Francisco.
Unos cien partidarios de Bear llenaron el tribunal el 15 de enero; tenían la esperanza de que el gobierno retirara las acusaciones, pues durante su campaña electoral, el nuevo fiscal prometió no volver a juzgar a Bear a menos que salieran nuevas pruebas. Sin embargo, cuando empezó a hablar en la audiencia, el Procurador General de California lo echó a un lado y anunció que tomaba cartas en el asunto. Fue una situación inaudita, pues no es común que el Procurador General se declare competente en un caso que corresponde a las autoridades locales.
Antes de la audiencia, Ron Norfolk, un maderero y jurado en el juicio de Bear, habló en un mitin frente al palacio de justicia; dijo que admira la honestidad y valentía de Bear, y que se indignó al enterarse del maltrato a su madre y familiares la noche del incidente. Explicó por qué decidió ser partidario de Bear: "Para mí sería un pecado no protestar; siento el deber de hacer todo lo posible para informar al pueblo de esta injusticia. Creo que Bear ha sufrido mucho, sus familiares han sufrido mucho; ¡deben retirar las acusaciones ya!".
El 23 de abril, después de una investigación de tres meses, el Procurador General anuló las ausaciones. Bear dijo: "Desde el comienzo, carecían de pruebas. No era justo que me juzgaran ni que pasara un solo día en la cárcel. Era lógico retirar las acusaciones. Por lo general las autoridades no hacen lo lógico, pero en este caso se vieron obligadas a hacerlo. No tenían pruebas contra mí, sino un montón de pruebas contra la policía: muchas pruebas de cómo tapó la verdad; pues nos emboscó, asesinó a Acorn, nos maltrató y se puso en contacto con el jurado durante el juicio, etc. Había tantas pruebas contra la policía; en verdad, fueron las únicas pruebas. Por eso retiraron las acusaciones hoy; no les quedaa otra. Si hubieran tenido una sola prueba, me habrían juzgado. Pero no la tenían, así que anularon las acusaciones. Fue justo y todos--yo, mis amigos y partidarios--todos estamos muy felices".
Un reportero le preguntó a Bear cómo se sentía: "Estoy libre, pero no me siento libre. La lucha continúa. Creo que si tiene la oportunidad, la policía me mata a balazos o a golpes. La lucha no se acaba y no me siento cien por ciento libre. Quizás más tarde, pero ¿quién se siente libre en medio de tanta brutalidad y asesinato policial? Tenemos que unirnos y luchar firmemente contra la brutalidad y corrupción oficial".
Bear Lincoln está libre, pero pesa mucho el hecho de que no han acusado a los policías que mataron a Acorn Peters. Cyndi Pickett, la compañera de Acorn, escribió: "Nos alegra mucho la victoria de Bear después de tantos años de lucha y dos años en la cárcel, pero es una victoria parcial. Acorn Peters, el amigo de Bear que lo acompañaba esa noche en Little Valley Ridge, está muerto y no han acusado a sus asesinos. Acorn tenía seis hijos; los menores, de 15, 13 y 7 años, vivían con él. La muerte de su padre los destruyó y siguen sufriendo hoy. Necesitan justicia; todos necesitamos justicia para Acorn".
Bear Lincoln dijo: "La policía asesinó a mi amigo y salió impune. ¿Cómo voy a aceptar eso? Los agentes llegaron a la reserva y lo mataron; para mí eso es un caso de homicidio premeditado; deben pagar por su crimen. Seguiré condenando la brutalidad y el asesinato policial que vemos por todas partes, como en Nueva York con Amadou Diallo y en Riverside con Tyisha Miller, muertos por la policía sin justificación alguna. Eso ocurre una y otra vez, pero ahora el público se está enterando de lo que está pasando. Haré todo lo posible por denunciar las fechorías de la policía y ayudar a las víctimas".
La anulación de las acusaciones contra Bear es una victoria importante que demuestra el poder del pueblo en la lucha contra la injusticia. La fuerza y unidad que el pueblo forjó en esta batalla posibilitarán nuevos avances en la lucha por justicia para Acorn Peters y contra tantas injusticias perpetuadas por el sistema y sus matones de azul.
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