Obrero Revolucionario #1015, 25 de julio, 1999
En mayo, la clase dominante de Filadelfia lanzó un ataque rastrero contra una importante organización de beneficencia negra: el Fondo Unido Negro de Pensilvania (BUF/PA, siglas en inglés). De repente le prohibió participar en la Campaña Combinada, que recibe contribuciones voluntarias de la nómina de pago de los trabajadores municipales. Es una medida que pone en peligro la existencia del BUF/PA y amenaza a muchas otras entidades de beneficencia asociadas que sirven a la comunidad negra.
¿El motivo del ataque? El BUF/PA acepta y administra contribuciones para el fondo de defensa legal de Mumia Abu-Jamal y para Familiares y Amigos Internacionales de Mumia (ICF&F, siglas en inglés). Eso quiere decir que uno puede girar un cheque a nombre del BUF/PA y este, a cambio de un honorario, cambia el cheque y documenta cómo se gasta. BUF/PA presta ese servicio a muchos grupos. Pero para la élite de Filadelfia, esto fue el colmo. El alcalde (quien era fiscal de distrito cuando condenaron a Mumia) dijo: "Se puede recibir dinero para Mumia o se puede participar en la Campaña Combinada, pero no las dos cosas".
El mensaje al BUF/PA no pudo ser más claro: "Hagan lo que se les ordena ahora, o mueren".
La alevosía y el franco racismo de la medida son atortolantes, aunque concuerdan con el patrón de brutales ataques contra la comunidad negra de Filadelfia. Esta es la ciudad donde bombardearon una casa de MOVE en 1985, mataron a 11 negros y quemaron todo un barrio negro; la ciudad donde pusieron de alcalde a un jefe de policía abiertamente racista; la ciudad famosa por ataques nocturnos contra el Partido Pantera Negra en los años 60; la ciudad cuyo actual fiscal el New York Times llamó "la reina de la muerte" por atestar los pabellones de la muerte con gente de color. Esas mismas autoridades ahora le están diciendo a una organización de beneficencia negra lo que puede y no puede hacer en la comunidad negra, aunque sea perfectamente legal.
BUF/PA ha contraatacado; ha apelado la decisión de la alcaldía, reafirmado su compromiso al patrocinio fiscal y movilizado apoyo. Thomas Paine Cronin, presidente del capítulo de Washington, D.C., del sindicato de empleados públicos (AFSCME), dijo lo siguiente en una conferencia de prensa de apoyo al BUF/PA: "Pienso que cuando se empieza a excluir a segmentos de la Campaña Combinada, como por ejemplo al BUF/PA, o se les empieza a amenazar, es una amenaza mayor contra toda la comunidad.... Rasguemos el velo de racismo de esto porque es un velo de racismo muy tenue".
El representante estatal James Roebuck, presidente de la Junta Negra de Legisladores de Pensilvania, agregó: "Si permitimos que eso le suceda a esta organización, entonces las demás organizaciones se verán en peligro.... Secundo firmemente lo que han dicho mis colegas de que esto no puede, no debe suceder".
El ataque al BUF/PA sigue un patrón. Pongamos que el conjunto musical Rage Against The Machine da un concierto para recaudar fondos para la defensa legal de Mumia, o que los maestros de las escuelas públicas de Oakland organizan clases sobre su caso, o que los estudiantes de la Universidad Evergreen State le piden a Mumia que dé el discurso de graduación (por medio de una grabación). Inmediatamente les cae un ataque frontal de la prensa que tergiversa su posición y les obliga a explicar lo que han hecho.
Bueno, el ataque contra el BUF/PA fue más allá. Para empezar, el BUF/PA no ha tomado posición con respecto al caso de Mumia. Lo que hace es prestar un servicio de rutina, pero esencial, que le permite a Mumia proceder con su defensa legal y a ICF&F llevar a cabo actividades educativas y movilizaciones en su defensa. Segundo, la alcaldía ha manejado sus palancas financieras y políticas para poner en peligro el futuro de BUF/PA. Sin duda alguna, la estructura de poder quiere hacerle pagar caro a quienquiera que salga en defensa de Mumia y, siguiendo la tradicción nacional, le quiere hacer pagar mucho más caro a las organizaciones e individuos negros.
Hay que defender a los que reciben ataques y hay que convertir el ataque en un bumerang. Si no, pues no vamos a ganar.
El ataque contra el BUF/PA pone sobre el tapete todo lo que está en juego al defender a Mumia.
Pero lo que está en juego si no lo defendemos es mucho mayor.
¿Por qué tiene el sistema tantas ganas de ejecutar a Mumia Abu-Jamal? ¿Por qué quiere callar a todo el que lo cuestione? ¿Por qué, en el caso del BUF/PA, quiere destruir una organización que permite funcionar a quienes luchan contra esto?
Varias motivaciones convergen en la ofensiva para ejecutar a Mumia Abu-Jamal. La primera es el odio que le tiene el sistema y lo que representa. Mumia es un eslabón entre el espíritu de los años 60 y la juventud de hoy. Son muchos los chavos de diferentes clases y nacionalidades que ven en Mumia alguien que cuestionó, desenmascaró y luchó contra el statu quo, que jamás se rindió, se retractó o perdió fe, aun cuando encara la muerte, y por eso lo admiran. ¡Con razón le piden que dé el discurso de graduación! Otras generaciones también ven eso, y cuando se enteran de todas las arbitrariedades de su juicio recuerdan muchos casos similares.
Además de que este ataque patentiza la corrupción y el racismo del sistema judicial, ¡Mumia es uno de sus críticos más capaces y valientes! Para millones de personas por todo el mundo el caso de Mumia representa la barbarie de un país que se proclama "paladín de los derechos humanos".
Finalmente, para los pobres y oprimidos, Mumia es un revolucionario que no se ha rendido. Casi nunca se concentra en su caso ni en los 18 crueles años que ha pasado en el pabellón de la muerte; denuncia y critica las muchas otras injusticias que demuestran, desde diferentes ángulos, que el statu quo es absolutamente corrupto e inservible. Defiende el derecho del pueblo a cambiar fundamentalmente al sistema y a reemplazarlo con uno más justo. Por todas esas razones es un tesoro para los de abajo y por eso lo defienden.
En una palabra, esto es intolerable para la clase dominante de Estados Unidos. Precisamente cuando se está viendo más desigualdad y salvajismo, así como cuando empieza a crecer la resistencia, quieren meter en un ataúd a Mumia y todo lo que representa.
Por otra parte, el caso de Mumia está ligado a ataques contra los afroamericanos en general.
En los últimos 20 años, el gobierno ha metido en la cárcel a prácticamente toda una generación de jóvenes negros, y cada vez más a mujeres. Ha instituido (y justificado) altos de negros y latinos en carreteras, calles de ciudades y caminos provinciales, que casi siempre conllevan maltrato y con frecuencia asesinato policial. Hemos visto pisotear las reformas contra la discriminación conquistadas en los años 60 y 70. A los que recibían welfare (desproporcionadamente gente de color) los han zampado en trabajos que pagan una miseria para estimular la "recuperación" de la economía. La pista de sonido de todo esto es un chorro de crasos estereotipos y descarada ignorancia que brota constantemente de las noticias, los programas de debate, las películas taquilleras, los bestsellers y las campañas de los politiqueros.
Naturalmente, esto abarca más que el caso de Mumia. Como hemos escrito y analizado en otras partes, este rebrote de racismo se debe a importantes cambios que se han operado en la economía de Estados Unidos y del mundo. Esos cambios han causado sacudidas políticas y sociales, que conllevan el potencial de grandes trastornos. Una respuesta de la clase dominante es apuntalar las instituciones de supremacía blanca y remozarlas para el nuevo milenio.
Con el paso de los años, el caso de Mumia se ha ido convirtiendo en una concentración extrema de lo que millones de oprimidos viven a diario a causa de la supremacía blanca y las relaciones sociales subyacentes que refuerza.
Otra motivación que entra en juego aquí es que, históricamente, la clase dominante de este país siempre ha procurado aislar a los revolucionarios y radicales negros, como Mumia, de las fuerzas políticas de la comunidad negra que no son revolucionarias. Así lo hizo con el Partido Pantera Negra, con Malcolm X, con Paul Robeson, W.E.B. Dubois y en un sinnúmero más de casos. Con respecto a Mumia, la táctica es presentarlo como un "simple caso de un matapolícias y una viuda que reclama justicia", como si no existiera el racismo que impregnó su juicio, ni ninguna conexión con otros asuntos sociales. Pero esta táctica va acompañada de amenazas y represalias, como con el ataque al BUF/PA.
Aveces la clase dominante "aconseja" a las fuerzas políticas negras que no se metan en el caso de Mumia para "no molestar a los blancos que apoyan las `demandas justas' de las masas negras". También ordena a otras fuerzas políticas y culturales criticar a los radicales o por lo menos distanciarse de ellos. En el caso del BUF/PA, los politiqueros y los plumíferos cubrieron sus ataques con lágrimas de cocodrilo por "las buenas organizaciones de beneficencia negras" y con promesas de reinstituir el dinero si el BUF/PA abandona a Mumia. Los dos principales periódicos de Filadelfia han llegado a decir que la excesiva atención que se le está dando al caso de Mumia está perjudicando a otros condenados a muerte... como si alguna vez hubieran cuestionado el atroz récord de condenas a muerte de negros y latinos en Filadelfia.
Esta táctica tiene un nombre: dividir para conquistar.
¿Cuando ha llevado a algo positivo para los negros? Recuérdese la deportación de Marcus Garvey, el exilio de Dubois, el silencio a Robeson, la purga de radicales negros y comunistas de los sindicatos y organizaciones de derechos civiles en los años 40 y 50, la persecución de Robert F. Williams, la censura del Comité Coordinador de Estudiantes no Violentos (SNCC) en la marcha de 1963 en Washington, D.C., y en la convención del Partido Demócrata en 1964*, el acoso y asesinato de Malcolm X y el feroz asalto contra el Partido Pantera Negra. Recuérdese el bombardeo de la casa de MOVE en 1985 que dejó 11 muertos y prendió todo un barrio negro. ¿Ayudó eso a las masas o fortaleció su lucha? No, todo lo contrario. En esos casos, la táctica de dividir para conquistar debilitó la lucha y unión del pueblo negro contra la opresión.
* Esos incidentes llevaron a SNCC a romper en 1966 con todas las organizaciones de la clase dominante.
En el caso de Mumia hay muchísimo en juego para todo individuo del planeta que vela por la justicia, y para todos los que quieren acabar con la discriminación y opresión de los negros.
¿Qué significaría para la comunidad negra en su totalidad que el gobierno logre ejecutar a Mumia?
Significaría que en Estados Unidos es legal y moralmente correcto ejecutar a un negro a pesar de que excluyeron sistemáticamente del jurado a los negros y de que el juez ha sentenciado a más personas a muerte que ningún otro juez (todas negras, menos dos).
Significaría que en Estados Unidos es legal y moralmente correcto ejecutar a un negro a pesar de que la fiscalía presentó sus declaraciones y asociaciones políticas anteriores como argumento para sentenciarlo a muerte. (La Suprema Corte acaba de revocar la sentencia de muerte de un neo nazi porque se le informó al jurado de sus ideas antes de dictarle sentencia.)
Significaría que a un periodista negro que desenmascaró la violencia policial contra la comunidad negra y que se ganó las amenazas del racista alcalde Frank Rizzo, un periodista que no tenía antecedentes penales, lo pueden condenar y ejecutar con confesiones fabricadas y testimonio coaccionado, y que ninguna otra corte ha querido examinar nuevas pruebas.
Significaría que el rescate de 80 personas del pabellón de la muerte con nuevas pruebas no vale nada, y que al más famoso y polémico caso no se le va a permitir una nueva audiencia, a pesar de que por todo el mundo hay gente que protesta contra esta injusticia.
Hoy la prensa hace todo lo posible por silenciar el caso de Mumia, y cuando puede tergiversa lo que dicen sus partidarios o los calumnia. Sin embargo, si logran ejecutarlo, todo el mundo oirá hablar de Mumia. Será una celebración del poder oficial de vengarse por el peor de todos los crímenes: que un negro desafíe la primera línea de defensa de la supremacía blanca: la policía.
¿Cómo afectaría esto a millones de niños, adolescentes y universitarios negros? ¿Qué les diría sobre el futuro y su destino? ¿Qué le diría a una persona joven que quiere servir a la comunidad, a un estudiante que aspira a ser periodista para denunciar la pobreza y la discriminación o a la persona común y corriente que quiere criticar una injusticia?
Esas preguntas tienen respuestas obvias y no podemos aceptarlas. Tampoco podemos darnos el lujo de perder a alguien que desde las mazmorras ha llegado a ser un auténtico héroe. TENEMOS que impedir la ejecución de Mumia Abu-Jamal y dar respuestas muy distintas.
Si de veras queremos impedir la ejecución, vamos a tener que movilizar a mucha gente a lo largo y ancho del país y en el resto del mundo. Todos los partidarios de la justicia deben estar dispuestos a defenderla, y no dejarse intimidar. Un aspecto clave será la movilización de una gama sumamente amplia de fuerzas de la comunidad negra.
El actual nivel de apoyo a Mumia ya ha puesto en una posición un tanto defensiva a los que quieren matarlo. Están dando manotazos violentos a la loca, pero eso no surge de la confianza ni la seguridad.
Y eso que apenas hemos empezado a sondar las fuentes potenciales de apoyo y militancia, especialmente de la comunidad negra. El pueblo PUEDE ganar esta lucha, pero se va a necesitar un esfuerzo como no se ha visto en generaciones.
Fuerzas políticas negras, con diferentes intereses tienen un interés común en unirse bajo la consigna: Justicia para Mumia Abu-Jamal--3congresALTO A LA EJECUCION. Radicales y liberales, moderados y revolucionarios, gente religiosa y gente atea, nacionalistas, comunistas e incluso los que trabajan con el sistema pueden compartir la misma plataforma para reclamar que pare esta parodia de veredicto. Además, gente de puntos de vista por diferentes e incluso opuestos puede trabajar junta con respeto mutuo y con buena fe. La cosecha ha sido amarga cuando no se ha trabajado de esa manera.
Lo bueno es que ESO ya empieza a verse. Las protestas del 24 de abril en Filadelfia y San Francisco fueron las mayores hasta la fecha, y contaron con la mayor participación de la comunidad negra. La fuerte participación de nacionalistas militantes les dio un carácter singular. Bastante gente de la comunidad negra de Filadelfia acudió a la protesta del 24, precedida por reuniones, conferencias, declaraciones y otras manifestaciones de apoyo comunitario. También se contó con el apoyo de artistas y activistas de renombre como Ossie Davis, Dick Gregory, Kathleen Cleaver y Geronimo ji Jaga. En las protestas dieron discursos activistas negros y representantes de organizaciones pro derechos humanos, como Amnistía Internacional, el Centro pro Derechos Constitucionales, American Friends Service Committee y muchos más. La declaración de la Junta Negra del Congreso aportó una dimensión nueva y muy necesitada. Luego durante el fin de semana del 4 de julio, el representante congresional por Filadelfia Chaka Fattah, por Misisipí Bennie G. Thompson y por Georgia Cynthia A. McKinney solicitaron un nuevo juicio para Mumia. Además, Ron Daniels, director ejecutivo del Centro pro Derechos Constitucionales, pidió públicamente que Jesse Jackson se entreviste con Leonard Weinglass, el principal abogado de Mumia, y con miembros de Familiares y Amigos Internacionales de Mumia para "discutir cómo redoblar la lucha para que se le dé a Mumia un nuevo juicio".
Pero todavía no se ha despertado el apoyo extenso y profundo de la comunidad negra que va a ser necesario para ganar; se necesita mucho más. Vamos a tener que hacer todo esfuerzo imaginable para impedir que ejecuten a Mumia. Ningún personaje político o institución comunitaria puede mantenerse aparte; todos tenemos que redoblar el compromiso y esfuerzo.
La victoria nunca es asegurada. Como decía Frederick Douglass: probablemente no se ganará todo por lo que se luche, pero sin lugar a dudas todo lo que se gana es fruto de la lucha. Esta batalla para conseguir justicia para un revolucionario negro, ¡injustamente condenado y sentenciado a muerte!, exige que se libre la lucha más poderosa y unificada que se pueda librar.
¿Vamos a inaugurar el siglo 21 con la ejecución de un revolucionario negro, condenado por un juicio racista? ¿O más bien será una nueva victoria en la lucha por la emancipación? Esa es la pregunta del momento. Como ha dicho Ossie Davis: "Toda generación debe tener una tarea moral... y una de ellas para nosotros es ver que se haga justicia para Mumia Abu-Jamal".
Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero
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