1999: Diez mil personas confrontan la Escuela de Asesinos
Obrero Revolucionario #1033, 5 de diciembre, 1999
Un camarada que participó en la protesta contra la Escuela de las Américas (School of the Americas) nos envió este informe:
El fin de semana del 20 y 21 de noviembre fue precioso en Columbus, Georgia. La agradable entrada al fuerte Benning, sede de la Escuela de las Américas, podría parecer un lindo lugar para darse un paseo. En cambio, fue el lugar de una enérgica protesta y desobediencia civil para cerrar la escuela donde entrenan a los militares latinoamericanos a asesinar, torturar, desaparecer y aplicar tácticas de contrainsurgencia.
El sábado 5000 personas participaron en una vigilia. El domingo llegaron más de 10.000 manifestantes; 4300 formaron una procesión para recordar a las víctimas de los militares latinoamericanos y "cruzaron la línea", o sea, entraron en la base militar para exigir que la cierren. Arrestaron a 65; a 23, por haber sido arrestados en protestas pasadas, los acusaron de entrada ilegal a una instalación del gobierno federal.
Hace nueve años el padre de la orden Maryknoll Roy Bourgeois, ex combatiente de la guerra de Vietnam, se enteró de que los militares salvadoreños que asesinaron a seis jesuitas, su empleada doméstica y la hija de esta el 16 de noviembre de 1989 recibieron capacitación en la Escuela de las Américas. Fue a la escuela para investigar por su propia cuenta y después de hacerlo dijo: "Vi a militares de Bolivia, El Salvador, Guatemala, Colombia, México, de 17 países latinoamericanos en total. Los vi practicando tiro al blanco, Ħese sonido, ese sonido! ĦAquí es donde practican! ĦAquí es donde los arman y los entrenan a matar! Entonces lo vi todo claro. No quedaba otra... teníamos que venir a este lugar... descubrimos la Escuela de los Asesinos".
Así empezaron las protestas anuales contra la base militar. El primer año el padre Roy Bourgeois, Charles Litechy (también ex combatiente de Vietnam) y su hermano Charles entraron a la base militar y vertieron su propia sangre sobre fotos de egresados de la Escuela en el "Salón de la Fama". A los tres los sentenciaron a un año y dos meses de cárcel.
Con los años, la cantidad de manifestantes y de arrestados ha ido aumentando. En 1997, 600 manifestantes "cruzaron la línea"; en 1998 fueron 7000, de los cuales 2300 participaron en acciones de desobediencia civil. La mayor fuerza ese año fue la juventud de universidades y prepas.
La juventud también fue la espina dorsal de la protesta este año, aunque se veía gente de todas las edades, de los 80 años a niños.
Los 4300 que "cruzaron la línea" cargaban cruces con el nombre y nacionalidad de una víctima. Se congregaron a lo largo de la entrada a la base, rodeados por miles que fueron a darles ánimo. Los que iban a la cabeza de la procesión tenían máscaras de calaveras y túnicas negras, y llevaban 20 ataúdes, algunos para niños.
En eso empezó un coro acompañado por un tambor indígena. Cuando se gritaba el nombre y la edad de una víctima, la multitud contestaba "presente" y levantaba cruces o los brazos. Eso continuó hasta que todos los que iban a "cruzar la línea" ingresaron a la base militar.
Cuando la procesión estaba casi dos kilómetros dentro de la base, los manifestantes bajaron los ataúdes y se rociaron de sangre para simbolizar lo que la Escuela de las Américas le hace a sus víctimas. Unos se acostaron en el suelo y otros, entre ellos el actor Martin Sheen y el padre Daniel Berrigan, ofrecieron apoyo espiritual.
Ese día, se conectaron distintos movimientos que luchan contra el imperialismo estadounidense. Unos indígenas relataron que el "Sendero de las Lágrimas", la marcha forzada de los pueblo cherokee y creek hacia Okahoma en 1938, pasó por donde hoy está la Escuela de las Américas. Entre los nombres de las víctimas de la Escuela de las Américas se oyeron los de Sitting Bull y Crazy Horse. Miembros del centro Tahoma dirigieron la ceremonia de conclusión de la jornada.
Adriana Portillo-Bartow, una guatemalteca víctima de la Escuela de las Américas, dijo que sus egresados desaparecieron a su niño y que desde entonces sus sueños están pavimentados con los huesos y cráneos de niños asesinados por escuadrones de la muerte en todo Latinoamérica: "Como seres humanos todos estamos conectados. El deseo de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos es heredar un país cuya economía no se base en el negocio de la muerte".
Grupos musicales de Nigeria y los Andes cantaron en yoruba y quechua.
También se habló de la relación entre los crímenes cometidos por la Escuela de las Américas y otros crímenes del imperialismo estadounidense: contra Irak, Timor Oriental, Vieques y otros. Refiriéndose a la Escuela de las Américas, una persona dijo: "Este es apenas un hilo de la tela" y otra dijo: "Es un tentáculo del pulpo".
Me pareció que los organizadores de la protesta, la mayoría de los oradores, así como la mayoría de los manifestantes, eran religiosos y pacifistas, aunque había mucha diversidad. La mayoría de los universitarios y estudiantes de prepas eran de escuelas religiosas; pero no todos fueron con grupos religiosos, como los 80 universitarios de Oberlin que fueron con Alianza Latina y Peace-Action League. Un estudiante de una universidad católica de Minnesota dijo: "Tenemos un contingente numeroso, pero no todos somos religiosos. Por ejemplo, yo no soy religioso y mi amigo es ateo; hay muchos ateos en la escuela".
Una licenciada, recién graduada que viajó desde Kansas City, dijo: "En la universidad empecé a aprender que formo parte de la raza humana y que puedo separarme de las ideas de Estados Unidos. En El Salvador adquirí un punto de vista diferente. Hoy me doy cuenta de que mi manera de vivir afecta a gente en todas partes... ya sea la ropa que compre o el café que tome. Reconozco que le debo todo eso a millones de vidas, a personas que trabajan en maquiladoras que les roban la humanidad y la dignidad. No me había dado cuenta de que lo que le interesa al capitalismo es que la gente compre cosas y que el dinero es el fin, no el medio. No estoy segura de cómo se va a cambiar esta situación. El amor tiene que empezar en la familia y extenderse desde ahí. Todavía no me he decidido por el pacifismo. La guerra siempre ha existido y no ha dado resultados, pero no estoy segura de que se pueda superar esta situación con la no violencia".
Por todos lados había pancartas y mantas contra la Escuela de las Américas: de organizaciones de religiosos, de la Universidad de Florida, de la Universidad American (Washington D.C.), de "Queers contra la S.O.A.", de "Veteranos por la paz". Estaba un contingente de la Universidad Yale, donde hace poco el padre Roy Bourgeois dio una conferencia. Llegó un grupo de más de 100 personas de Louisville, Kentucky, unos con Inter-Faith for Peace y otros con Comité Latinoamericano de Acción; también estaba un grupo de estudiantes de Davis, California, que participan en la lucha para parar la ejecución del preso político Mumia Abu-Jamal.
Una estudiante de primer año de la Universidad de San Francisco expresó los sentimientos de muchos cuando dijo: "La juventud se preocupa por su país y quiere defender lo justo. La verdad es que el futuro de todos está en juego...".
El gobierno ha metido a la cárcel varias veces a los que han protestado contra la Escuela de las Américas, especialmente a los líderes. El padre Bourgeois, por ejemplo, ha pasado cuatro años en la cárcel desde cuando empezaron las protestas hace nueve años. La Escuela niega que entrena escuadrones de la muerte o admite que se han cometido "excesos" pero dice que los está rectificando. Sin embargo, ni la cárcel ni las mentiras han detenido la creciente protesta contra la Escuela de las Américas.
La víspera de la protesta de este año, el Secretario del Ejército anunció que se está considerando un cambio de currículum y que incluso se está considerando cerrar la Escuela. Pero el domingo Roy Bourgeois dijo: "No estamos aquí para transformar la escuela, estamos aquí para cerrarla. Sobre eso no debe quedar ninguna duda". Al escuchar eso, estalló un arrollador aplauso.
Ese día también se exhortó a "cambiar lealtades, en vez de servir a los ricos, solidarizarse con los pobres"; a "comprometerse con los pobres y oprimidos"; y a "luchar por la justicia y la emancipación de la humanidad". Los que participaron en la protesta se preguntan cuál es el problema fundamental que impide el progreso de la humanidad, cuál es la solución y qué hay que hacer para cambiar de veras la situación. El proletariado aplaude a estos aliados que han tomado una posición contra el gobierno y del lado de los oprimidos.
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