Las aves de rapiña de la OMC
Obrero Revolucionario #1035, 19 de diciembre, 1999
Al despejarse el gas lacrimógeno en las calles de Seattle, quedaron algunas preguntas candentes: ¿qué es la OMC, qué es el imperialismo y cómo vamos a eliminarlo?
Un punto de vista que se oyó mucho en Seattle (y que se oye en círculos progresistas y revolucionarios) es que las corporaciones transnacionales controlan la OMC y que esta va contra los intereses de los Estados nacionales, incluso de Estados Unidos. Según este punto de vista, la OMC y otras instituciones globales son "supranacionales", y operan por encima del control o autoridad de los gobiernos nacionales.
Esa teoría sostiene que el movimiento del capital y la globalización de los mercados financieros han minado las formaciones estatales nacionales como unidades básicas de la economía imperialista mundial y que la base territorial-nacional del capital ha perdido buena parte de su validez. He aquí su argumento: Los gigantescos movimientos de capital transfronterizos, el surgimiento de la "línea de montaje global" y la "transnacionalización" de los mercados financieros han generado un capital "suelto", cuyas estructuras operan fuera del control o autoridad del Estado-nación. El capital no tiene lealtad a ningún Estado; y al globalizar sus operaciones, el capital ha aventajado a los Estados nacionales y ha socavado su capacidad de regular y administrar la economía.
¿Operan instituciones como la OMC, el Banco Mundial y el FMI "por encima" de los Estados imperialistas? Es verdad que el FMI y el Banco Mundial se desempeñan como juntas de gobierno en muchas naciones oprimidas, en especial imponiendo fuertes requisitos cuando dan préstamos a países del tercer mundo. Y la OMC ha tomado ciertas decisiones que contradicen las leyes de ciertos países. Pero estas instituciones operan como instrumentos de los Estados imperialistas. No existen instituciones mundiales que sean equivalentes prácticos de Estados "internacionales", con la correspondiente autoridad, recursos y poder, no existen instituciones mundiales "supranacionales". El FMI representa una "cofradía de imperialistas", en que domina un capital nacional: el del imperialismo yanqui. La OMC es un instrumento para forjar y organizar las reglas del comercio para facilitar más penetración imperialista del tercer mundo; también es una arena de rivalidad entre imperialistas.
El economista político maoísta Raymond Lotta ha dicho: "Desde sus inicios el capitalismo ha tenido un carácter global. El surgimiento del capitalismo en Europa y Norteamérica estuvo totalmente vinculado con el comercio de esclavos de Africa, y con el saqueo de Asia y América Latina. Asimismo, la revolución industrial de Inglaterra estuvo indesligablemente ligada con el crecimiento del comercio mundial, y lo estimuló. La dinámica propia del capital es crear un mundo económico único. ¿Por qué? Porque la competencia lo impulsa a expandirse y extenderse, a explotar el trabajo asalariado cada vez más y en una forma más mecanizada... todo como parte de la búsqueda de ganancias y más ganancias".
Fue apenas al final del siglo 19 que el capitalismo se internacionalizó completamente. Con el surgimiento del imperialismo, se ha creado una red capitalista global de producción y comercio. Así, durante el siglo 20, sobre todo después de la II Guerra Mundial, las relaciones económicas del capitalismo han penetrado más profundamente en las economías y sociedades del tercer mundo.
Hoy, una nueva oleada de globalización ha llevado a una integración económica mundial sin precedentes. Pero este proceso de integración ocurre dentro del mismo sistema imperialista y dentro de la misma realidad de explotación y dominación.
Raymond Lotta analiza que a pesar de la globalización, los Estados nacionales no se han vuelto obsoletos: "El capital imperialista tiene un alcance internacional, pero se basa en mercados nacionales (Estados Unidos, Japón, Alemania, etc.). El `mercado nacional' es la `base de operaciones estratégica' del capital imperialista. La mayoría de la producción se hace allí, así como la investigación; es el centro del control y de la propiedad. Para realizar inversión y expansión internacional, los capitales transnacionales necesitan la protección y defensa económica, política y militar de su Estado imperialista. Esta contradicción-entre el capital altamente internacionalizado y su base nacional-da lugar a rivalidades, conflictos y guerras entre las potencias imperialistas".
Los imperialistas hablan de un mundo más "interconectado" económica y tecnológicamente. Pero a pesar de toda la integración económica y todos los avances tecnológicos, el mundo todavía se caracteriza por fallas profundas y básicas. Es un mundo dividido en clases en conflicto, en capitales imperialistas en conflicto y en naciones opresoras y naciones oprimidas. Es un mundo de ricos y pobres.
La revolución: La esperanza de los desesperados
Los maoístas entendemos que hay una alternativa a la locura y el sufrimiento del imperialismo. Creemos que la revolución proletaria mundial es la verdadera esperanza de los desesperados.
La revolución proletaria mundial consta de dos corrientes de lucha: la revolución de nueva democracia contra el imperialismo en los países oprimidos y subyugados, y la lucha revolucionaria del proletariado y sus aliados por el socialismo en las ciudadelas imperialistas.
Creemos que se necesitará una guerra popular en todos los países, contra los imperialistas y sus paniaguados. Los que detentan el poder político y económico hoy no cambiarán de naturaleza de clase y no cederán el poder de buena gana. Habrá que tumbarlos por medio de una lucha armada popular. Actualmente se están librando guerras populares maoístas en Perú, Nepal y Filipinas.
En medio de la Batalla de Seattle, mucha gente vio la posibilidad de un mundo nuevo y magnífico. Como ha dicho Bob Avakian, Presidente del PCR,EU: "Si te puedes imaginar un mundo sin Estados Unidos-sin todo lo que representa Estados Unidos y lo que hace en el mundo-entonces ya has tomado grandes pasos y has comenzado a tener por lo menos un vislumbre de un mundo completamente nuevo. Si te puedes imaginar un mundo sin ningún imperialismo, explotación, opresión-y toda la filosofía que lo justifica-un mundo sin división de clases o sin diferentes naciones, y todas las ideas estrechas, egoístas, anticuadas que lo defienden; si te puedes imaginar todo esto, entonces tienes las bases para el internacionalismo proletario. Y una vez que has levantado las miras a todo esto, ¿cómo no vas a sentirte obligado a tomar parte activa en la lucha histórico-mundial para hacerlo realidad; por qué te contentarías con menos?".
Los lectores encontrarán más sobre la globalización y la situación mundial en "La globalización imperialista y la lucha por otro futuro" de Raymond Lotta en La Neta del OR en: www.mcs.net/~rwor, y en un folleto de RCP Publications próxima a salir titulado: "Apuntes sobre economía política: Nuestro análisis de los años 80, cuestiones de metodología y la actual situación mundial".
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