Seattle: Los imperialistas aguafiestas

Orfeo

Obrero Revolucionario #1037, 9 de enero, 2000

Con razón celebramos y damos la bienvenida al futuro. En él, nacerá un mundo radicalmente nuevo, serán posibles cambios radicales sin precedente, los seres humanos de todo el mundo, con su gran diversidad, por fin tendrán la oportunidad de tomar el destino en manos propias y avanzar hacia la formación de una verdadera comunidad mundial de personas, unificadas con un conocimiento común de la realidad y de cómo transformarla, que proceden de manera consciente a su propia transformación y a la del mundo, según las necesidades e intereses fundamentales de toda la humanidad.

ABAJO EL VIEJO MUNDO. UN MUNDO MEJOR HA DE NACER.

"Ha llegado un `nuevo milenio'-Lo que necesitamos es un nuevo mundo",
Bob Avakian, Presidente del Comité Central, PCR, EU, 1º de enero de 2000.

El 28 de diciembre, todavía sacudida por las poderosas protestas contra la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la clase dominante de Seattle resolvió cancelar la celebración del año nuevo en el Seattle Center. Se estimaba que más de 60.000 personas iban a ir al Space Needle para ver los fuegos artificiales, pero las autoridades decidieron que nadie podría entrar en el Seattle Center y tendrían que contentarse con verlos desde lejos.

Parece que a raíz de las protestas contra la OMC, la clase dominante teme que incluso una celebración de año nuevo podría ser un "disturbio civil". Parafraseando a Mao, caen en el pánico y el desconcierto al simple murmullo de las hojas movidas por el viento. Sin embargo, la juventud tenía otros planes.

Incluso las obras de arte más inocentes les dieron miedo. Antes de cancelar la celebración en el Seattle Center, el consejo municipal canceló un evento artístico de las celebraciones oficiales. El artista Carl Smool planeaba quemar una enorme escultura de madera, inspirada por un festival de Valencia, España, pero se lo prohibieron. Para colmo, dijeron que Smool decidió cancelarlo como "decisión personal". La obra titulada "En la encrucijada" alude a la encrucijada de la humanidad en el umbral del nuevo milenio. Smool le dijo al Seattle Post Intelligencer que la obra constaba de "un enorme huevo, que representa `un receptáculo de esperanzas de un futuro abundante', rodeado por animales de colores que representan la vida; por contraste, los jinetes del apocalipsis, o sea, la conquista, la guerra, la hambruna y la muerte, representan las `debilidades de la humanidad' que hay que superar"; asimismo, representa desafíos de justicia social y decisiones económicas. Smool trazó una relación entre la cancelación de su obra y las protestas contra la reunión de la OMC. Al Seattle Times le dijo: "La gente de Seattle está cansada de mentiras. La OMC creó mucha desconfianza en nuestro gobierno, principalmente porque no nos dijeron toda la verdad. Me parece que la cancelación de esta obra es otro error similar". En protesta, Smool iba a presentar su obra el 31.

Autoridades aguafiestas

La decisión de cancelar la celebración se tomó en una reunión del alcalde, el consejo municipal y la policía. Según informes de prensa, el subcomandante de policía, John Pirak, fue el mayor proponente de la cancelación. Se dice que el 30 de noviembre (cuando las manifestaciones cancelaron la apertura de la reunión de la OMC) él propuso implantar el estado de emergencia seis horas antes de lo que se hizo. El Seattle Times informó que "las secuelas de las protestas contra la OMC y el arresto el 14 de diciembre de un supuesto terrorista que se iba a quedar en un motel cerca al Seattle Center convencieron a los miembros del consejo municipal de cancelar la fiesta".

Como todo mundo sabe, con el arresto del argelino Ahmed Ressam crearon un escándalo como pretexto para las medidas represivas relacionadas al Y2K. Las autoridades dijeron que Ressam era parte de un "complot terrorista" organizado por el Grupo Armado Islámico. Pero es probable que nunca lleguemos a saber qué encontraron en realidad en el carro de Ressam, pues los supuestos componentes de la bomba fueron destruidos por la policía dizque por ser demasiado explosivos. Además, arrestaron a 50 árabes en diferentes ciudades.

El alcalde dijo que la celebración se canceló por "la seguridad del público", aunque no había información sobre ninguna amenaza "terrorista". También dijo: "En momentos en que la ciudad se recupera de la reunión de la OMC y de la inquietud, lo más prudente es evitar otra situación de incertidumbre".

Policía vs. el pueblo

El plan de las autoridades era concentrar pelotones de policías antimotín en sitios importantes y tener a la guardia nacional en reserva, como durante las jornadas contra la OMC. Su temor era que el espíritu de lucha, unidad, celebración y poder del pueblo que se manifestó en esos días se volviera a manifestar. Un editorial del Seattle Times respaldó así la decisión de cancelar la celebración: "La primera lección que sacamos de los trastornos durante la reunión de la Organización Mundial del Comercio es que no se debe responder a la incertidumbre con pocos policías. De lo que podemos estar seguros este año nuevo es de que hay incertidumbre".

Se informó que la alcaldía recibió montones de llamadas telefónicas contra la cancelación. El Seattle Times publicó una carta sobre las amenazas de arresto a los que fueran al Seattle Center. Dice: "Si esa mentalidad prevalece, nunca más tendremos grandes celebraciones, grandes protestas ni nada al aire libre en Seattle, porque para cancelarlos no es necesario ni siquiera demostrar una amenaza específica".

Su milenio vs. el nuestro

Pero unos, celebración oficial o no celebración, iban a celebrar en las calles.

Cuando en el Space Needle estaban listos para prender los fuegos artificiales, en el Seattle Center los policías estaban listos para desatar brutalidad.

En Capitol Hill, el barrio donde la policía atacó a todos durante las jornadas contra la OMC, el espíritu de rebelión estaba prendido.

En abierto desafío a la policía, docenas de chavos respondieron al llamamiento de la Infernal Noise Brigade Marching Band (una "unidad de celebración" que participó en las protestas contra la OMC) a celebrar el milenio con una fiesta móvil. La ruidosa marcha se lanzó a la calle rumbo al centro y fue recogiendo gente en el camino hasta llegar a ser 400 personas.

Girando banderas y varas, con la cara pintada de plata y negro, y con sombreros llamativos, la multitud bailaba al ritmo de tambores y pitos. Se veían banderas rojas y la manta del PCR en las protestas contra la OMC, que dice: "¡Cerrar la OMC! ¡Contra la globalización imperialista! ¡Luchar por otro futuro!". Hablando de las autoridades, una chava negra me dijo: "Probablemente le temen a la juventud. Míralos, son jóvenes y están celebrando la vida y ellos en cambio, probablemente temen vivir".

Cuando dieron las 12 campanadas en el enorme reloj de Pike Place Market, se quemó un "puente al siglo 21" con petardos y todos se pusieron a bailar alrededor. La policía trató de intimidar, pero de repente, se fue y dejó a todos gozar de la fiesta.

Un rebelde gritó por el altoparlante: "Las calles son nuestras, las hemos recuperado. El milenio será nuestro".

¡Qué buena manera de empezar el año nuevo!


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