Los latinos y el panorama urbano

Obrero Revolucionario #1048, 26 de marzo, 2000

La cantidad de latinoamericanos que vive en Estados Unidos es mayor que la población de todos los países de Latinoamérica, con excepción de Brasil, México y Colombia.

En California y Texas, el nombre más común de los niños en la actualidad es José.

En Los Angeles casi el 20% de los trabajadores de construcción son mexicanos.

El músico Carlos Santana dijo bromeando: "El día que dejemos de limpiar los hoteles de California, Texas y Arizona, se desplomará la economía".

En Nueva York, una de cada cinco personas habla español en la casa.

Las revistas People, Newsweek, Vogue, Teen y TV Guide ahora tienen ediciones en español.

Lo anterior da una idea de cuánto ha crecido la población de latinoamericanos en Estados Unidos, y el efecto que esto ha tenido en la economía, el idioma y otros aspectos de la sociedad. Por eso se habla de la "latinización" del panorama urbano de Estados Unidos.

Desde hace muchas décadas los latinoamericanos han desempeñado un papel importante en la vida de este país. Se dice que Nueva York es la segunda capital de Puerto Rico. Estados Unidos se apoderó de una gran parte de México por medio de guerras y tratados injustos. Como dice un refrán chicano: "No cruzamos la frontera; la frontera nos cruzó a nosotros".

Pero en los últimos 20 años se han dado enormes transformaciones en las urbes de Estados Unidos. El escritor Mike Davis ha señalado: "En Nueva York, Los Angeles, Houston, San Diego, Phoenix y San Antonio, seis de las mayores diez ciudades del país, ahora hay más latinos que negros. En Los Angeles, Houston y San Antonio, los latinos son más numerosos que los blancos y, antes de 2005, serán la mayoría en Dallas y Fort Worth".

En octubre, el Partido Comunista Revolucionario, EU, exhortó a participar en la preparación de un nuevo Programa: un plan de guerra para tumbar la vieja sociedad y construir una nueva sociedad libre. El Comunicado y llamamiento dice: "Necesitamos analizar los cambios de los últimos 20 años en este país, y el efecto de dichos cambios en la situación, opiniones y lucha de distintos sectores sociales".

El enorme crecimiento de la población latina es uno de los más importantes cambios que se ha visto en Estados Unidos en las últimas décadas, y tiene importantes implicaciones para el análisis de la situación actual y de las posibilidades para hacer la revolución en las entrañas de la bestia. A continuación, ofrecemos un vistazo a varios aspectos de esta importante transformación.

Cambios demográficos de las ciudades

El adjectivo latino abarca a una amplia gama de países y capas sociales. Los mexicanos y centroamericanos indocumentados viven en las sombras, escondiéndose de la pinche Migra, mientras que en Miami los cubanos ricos son parte de la estructura del poder. En Nueva York, los puertorriqueños y los dominicanos son los dos principales grupos latinos, pero en la última década ha aumentado la cantidad de mexicanos, colombianos, ecuatorianos y otros.

Las estadísticas oficiales indican que hay 32 millones de latinoamericanos en Estados Unidos; dos tercios son de ascendencia mexicana y la mitad de ellos nacieron aquí. Contando a los indocumentados, la población latina podría alcanzar 40 millones.

Una de las características de los latinoamericanos que viven en Estados Unidos es que están concentrados en los centros urbanos. Solo los asiático-americanos están más urbanizados. Mike Davis señala: "Con la excepción parcial de los mexicanos, que también vigorizan la vida de muchos pueblos de California-que en 1990 tenía 90 ciudades con una mayoría de latinos-a Iowa, todos los grupos latinos están fuertemente concentrados en las 20 ciudades mayores, y casi un tercio viven en Los Angeles y Nueva York".

Varios estudios señalan que de 1990 a 1995, más de un millón de personas se trasladaron del centro de Los Angeles y Nueva York a los suburbios. Ese éxodo también se ha dado en otras ciudades. Si no fuera por la llegada de latinos (y asiáticos), la población de muchas ciudades habría disminuido significativamente.

El 45% de la población de Los Angeles es latina. Muchas ciudades del Sudoeste, así como Nueva York, Chicago y otras ciudades del Norte, tienen una población latina de viejas raíces. Pero el aumento de la población latina también se está dando en ciudades que no han tenido comunidades mexicanas o puertorriqueñas numerosas, como Filadelfia, Milwaukee, Las Vegas, Washington, D.C., y muchas otras ciudades medianas por todo el país. En el Sur, el florecimiento de industrias de bajo salario ha atraído a muchos proletarios latinos. De 1990 a 1998, la población latina aumentó un 110% en Carolina del Norte, 102% en Georgia, 90% en Tennessee y 73% en Alabama.

A lo largo de la frontera sur, que separa al país imperialista más poderoso del planeta y a un país oprimido del tercer mundo, hay una docena de "ciudades gemelas". El dramático crecimiento de las maquiladoras del lado sur de la frontera ha suscitado un gran aumento de la población y otros cambios importantes en la zona. Las maquiladoras (fábricas de compañías extranjeras que elaboran productos de exportación) tienen un millón de empleados, y el 60% son mujeres. Las dos mayores "ciudades gemelas" son El Paso/Ciudad Juárez (1,5 millones de residentes) y San Diego/Tijuana (3,07 millones de residentes).

Las transformaciones de la población latina de Nueva York

La población de latinos ha crecido en Nueva York y también se han producido cambios en su composición. Hace 40 años, los puertorriqueños eran el 80% de los latinos de la ciudad, pero en los últimos 10 años se han ido 100.000, o sea el 11%, y la tendencia continúa; casi el 40% de ellos ha regresado a Puerto Rico.

Hoy los puertorriqueños son el 37% de los latinos de Nueva York. Los dominicanos son el 25% y se calcula que hacia fines de la década serán el principal grupo.

Hace 10 años casi no había mexicanos en Nueva York, pero ahora son el 5% de la población latina. Muchos son de un solo estado: Puebla.

Después de la II Guerra Mundial, muchos puertorriqueños se mudaron a Nueva York porque perdieron sus tierras como consecuencia de la industrialización capitalista. Terminaron trabajando por salarios bajos en la manufactura, precisamente cuando esos empleos empezaban a disminuir en Nueva York. Durante el "boom" de los años 90, la pobreza en los barrios puertorriqueños aumentó. El New York Times informó: "Aproximadamente el 40% de los puertorriqueños de Nueva York son pobres, un porcentaje mucho más alto que el de los afroamericanos y peor que el promedio de otros hispanos".

Hay una marcada diversidad racial en la población latina de Nueva York; hay muchos negros puertorriqueños, cubanos y dominicanos, y la gente de diferentes países se mezcla. En Los Angeles, solo el 14% de los mexicanos se casan con personas de otros países; en Nueva York, la mitad de los latinos se casan con gente de otro país.

Trabajadores inmigrantes y el boom económico

A diferencia de la "mezcla" de Nueva York, en Los Angeles el 80% de los latinos son mexicanos. Los salvadoreños son el 6% y los guatemaltecos el 3%.

Otro contraste se ve en la vivienda. En Nueva York, todas las comunidades latinas tienen un alto porcentaje de personas que no son latinos; por contraste, en Los Angeles hay barrios donde los latinos son el 90% de la población.

En Los Angeles, los trabajadores latinos predominan en las industrias de manufactura de baja tecnología, la construcción, los servicios y el turismo. Son la principal fuente de mano de obra para la costura, que representa el 10% de la economía local.

Mike Davis señala que hay una relación entre los trabajos de los proletarios latinos y los lugares donde viven. Dice: "Los latinos predominan en casi todos los suburbios obreros tradicionales de Los Angeles y el condado Orange, a lo largo de los tres grandes corredores industriales: la autopista Interestatal 5, la autopista 60 (Pomona) y el río Los Angeles. Los latinos han reemplazado a los anglos en el cuadrante de suburbios industriales al sudeste del centro, así como en el este del valle San Fernando, el oeste de San Gabriel y el sur del condado Orange.... De igual manera, los salvadoreños han reemplazado a los afroamericanos de la clase trabajadora en el este de Sur-Centro".

Se calcula que aproximadamente la mitad de los mexicanos indocumentados viven en California, y que son aproximadamente el 10% de la fuerza de trabajo de Los Angeles. El periódico Financial Times señala que los trabajadores indocumentados "tienen trabajos de baja categoría y, con frecuencia, reciben menos del salario mínimo"; los llama los "héroes sin galardonar del crecimiento de Estados Unidos".

Los trabajadores latinos son indispensables para la industria agrícola de California y otras partes del país. En el estado de Washington, el 70% de los recolectores son inmigrantes.

La economía de alta tecnología no deja de necesitar la mano de obra inmigrante. De hecho, un estudio señala que la mano de obra mexicana está "integrada estructuralmente" en la economía estadounidense. Dice que en San Diego: "Si bien es cierto que muchas de las compañías investigadas usan tecnología de punta, siguen necesitando una gran cantidad de mano de obra no especializada. Las compañías que estudiamos dicen que el 83% de su mano de obra manufacturera no es calificada. Este es un detalle muy importante, ya que se habla de que la nueva tecnología informática requiere muchos trabajadores con títulos universitarios y pocos trabajadores no especializados. La verdad se ve en una empresa que estudiamos, que produce champiñones con una ultramoderna técnica hidropónica japonesa. La empresa contrata trabajadores mexicanos para la producción, la recolección y el empaque".

Lazos transfronterizos

Cada año los inmigrantes mexicanos y centroamericanos envían billones de dólares a su país. Esos "migradólares" son la principal fuente de ingreso de muchas zonas rurales.

Muchos pueblos tienen una existencia doble en los dos lados de la frontera, dado que es común que mucha gente de un pueblo vaya a vivir a la misma ciudad o al mismo barrio en Estados Unidos. Por ejemplo, el municipio de Aguililla (Michoacán) se ha "clonado" en Redwood City, de California. En 1982, un incendio destruyó un multifamiliar en el centro de Los Angeles y mató a 24 mujeres y niños; todos los inquilinos eran de El Salitre (Zacatecas).

Mike Davis escribe: "Hoy, cordones umbilicales económicos y culturales vinculan de modo estable centenares de pueblos latinoamericanos y caribeños con barrios urbanos de Estados Unidos. Es un proceso que se llama `norteñización' porque las comunidades que remiten dinero se encuentran tan integradas en la economía de la metrópoli norteamericana como en la de su propio Estado-nación. De hecho, son `suburbios transnacionales' de Nueva York, Los Angeles, Chicago y Miami, y han cambiado nuestro concepto de la ciudad contemporánea".

En la última década, los estragos de la globalización capitalista han empujado a más gente al Norte para buscar una manera de subsistir, a pesar de los peligros de cruzar una zona fronteriza altamente militarizada. Además, ciertos rasgos de esa globalización (como por ejemplo el precio relativamente bajo de las llamadas telefónicas de larga distancia) permiten conservar los lazos con familia y amigos.

Un estudio examinó cómo la gente de Ticuani (actualmente dividida por igual entre el estado de Puebla y Brooklyn, Nueva York) ha conservado su identidad: "La comunicación instantánea y el transporte rápido permiten que los inmigrantes de hoy y sus hijos tengan una vida o experiencia significativa simultánea en su zona de origen y en su nueva ciudad. A su vez, eso permite que persistan costumbres sociales `importadas' del viejo país y que sean adaptadas al nuevo, y que los ticuanenses de Nueva York ejerzan influencia en la vida de la ciudad". Todas las semanas, los dirigentes comunitarios de Puebla y Brooklyn se consultan los asuntos de la comunidad por teléfono. Además, los lazos se mantienen con viajes de regreso a Puebla y con "migradólares". En Brooklyn, jugar volei con otros grupos de inmigrantes contribuye a conservar la identidad de la zona de origen.

Una consecuencia de esa vida en dos mundos es un aumento de la opresión de la mujer. Mike Davis escribe: "Un porcentaje tan grande de la mano de obra masculina se encuentra en California, por ejemplo, que las mujeres que quedan en Aguililla, Napizaro o San Miguel tienen que cargar más responsabilidades del cuidado de los niños, el trabajo doméstico y el trabajo asalariado. Igualmente, en Estados Unidos las inmigrantes se encuentran en los peores trabajos en la costura o el trabajo doméstico, los cuales ofrecen pocas oportunidades de movilidad. Si bien la inmigración a una ciudad grande de Estados Unidos ofrece libertades inesperadas a muchas jóvenes, las redes sociales inmigrantes se empeñan en preservar los papeles tradicionales". Muchas mujeres (como la costurera de La ciudad) tienen que dejar a sus hijos con familiares para trabajar en Estados Unidos. Las trabajadoras inmigrantes sufren una triple opresión: como proletarias, como mujeres y como miembros de una minoría oprimida.

La trampa de la pobreza

La población latina en Estados Unidos está dividida en clases, y hay una gran brecha económica entre los recién llegados y los que llevan años aquí o nacieron en este país. Pero muchos latinos, de todos los sectores, se encuentran atrapados en la pobreza.

La "reforma" de las leyes de inmigración de 1986 (IRCA) le dio permiso de trabajo a más de dos millones de indocumentados. Pero millones han tenido que esconderse más. Un investigador informó que entre los inmigrantes que entrevistó "IRCA llevó a una especie de esclavitud a los patrones y a terror de que los deportaran".

Por lo general los mexicanos tienen pocas opciones en el empleo. Mike Davis escribe: "Estos nichos étnicos-como la jardinería, la preparación de comida, el trabajo doméstico y la costura-son callejones sin salida, con pocas posibilidades para salir adelante o capacitarse. Los latinos nacidos aquí, como los chicanos y los puertorriqueños, tienen más movilidad lateral en talleres y oficinas, pero también están excluidos de los sectores más dinámicos. Los latinos en general se han beneficiado mucho menos que los blancos de la transición a una economía urbana de servicios".

El ingreso familiar latino disminuyó casi 3000 dólares de 1989 a 1996: la mayor pérdida de ingreso de un grupo étnico desde la Depresión de los años 1930. El alto nivel de pobreza de los recién llegados es un elemento importante de esta estadística, pero los latinos nacidos en Estados Unidos también han perdido terreno económico. Según un estudio de Los Angeles, el ingreso de los hombres chicanos (con respecto al de los blancos) disminuyó del 81% en 1959 al 61% en 1990.

En el país más rico del mundo, el 37% de los niños latinos y negros viven debajo del umbral de pobreza. Uno de cada tres latinos no tiene seguro médico. Según una encuesta de marzo de 1998 del grupo Médicos pro Derechos Humanos, más de un tercio de las familias latinas y asiáticas de California, Texas e Illinois sufre "hambre moderada o seria".

El nivel de deserción escolar de secundaria de los latinos ha alcanzado el 30%. Un estudio de sus causas en San Antonio se lo adjudicó a "la escasez de programas de educación bilingüe y de Inglés como Segundo Idioma, a la concentración de hispanos en escuelas con un alto porcentaje de pobreza, a la falta de capacitación de los maestros y a las bajas expectativas para los estudiantes hispanos por parte de los maestros, los directores y la sociedad en general".

Un factor positivo para la revolución

El crecimiento de la población latina de Estados Unidos es un fenómeno muy complejo. Pero en un sentido estratégico, es algo muy propicio para la revolución proletaria.

Como ha dicho Bob Avakian, Presidente del PCR,EU: "Los imperialistas estadounidenses se enorgullecen de cómo han usado y absorbido a millones y millones de inmigrantes-a todos nos han contado sobre el `gran crisol de razas'. Pero en Estados Unidos hoy hay millones de inmigrantes a quienes los gobernantes imperialistas consideran problemáticos y peligrosos. Estos son inmigrantes del tercer mundo, en particular de las naciones oprimidas por los imperialistas estadounidenses. Tienen una vida llena de experiencia con la dura y brutal realidad del dominio yanqui y entre ellos existe un odio profundo a esto y no poca experiencia de lucha en su contra. Además, estos inmigrantes tienen muchas cosas en común con los negros, los de ascendencia mexicana, los indígenas norteamericanos y otros pueblos oprimidos dentro de las fronteras de lo que es hoy los Estados Unidos de América. Los imperialistas ven en estos inmigrantes una fuente de inestabilidad y sublevación, una fuerza que debilita la cohesión interna del país y tiene el potencial de socavar el poder de Estados Unidos como terrateniente internacional....

"Para el proletariado revolucionario es completamente al contrario.... vemos en tales inmigrantes un manantial de gran fuerza, una fuerza vitalmente importante para la lucha revolucionaria para el derrocamiento del imperialismo estadounidense y para crear encima de su tumba una poderosa expresión viva del internacionalismo proletario y una base poderosa para la revolución proletaria mundial".

Fuentes:

Mike Davis, "Magical Urbanism: Latinos Reinvent the U.S. Big City", New Left Review

Wayne A. Cornelius, "The Structural Embeddedness of Demand for Mexican Immigrant Labor", de Crossings: Mexican Immigration in Interdisciplinary Perspectives, editado por Marcelo M. Suárez-Orozco

"Puerto Rican Presence Wanes in New York", New York Times, 28 de febrero de 2000

"Illicit Angels of America's Economic Miracle", Financial Times, 23 de febrero de 2000

Raymond Lotta, "La otra cara del boom económico", Obrero Revolucionario, 21 de marzo de 1999


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